sábado, 28 de junio de 2014

Historia del Portal del Diezmo (libro)


La historia de la presentación de la historia del Portal del Diezmo

el remozado portal
Entre los escasos eventos realmente culturales programados en la feria de este año, llamó la atención la anunciada como Presentación del libro “El Portal del Diezmo de SJR”  que se llevó a cabo el día 24 de junio (el mero día de San Juan) precisamente en ese, ahora remozado espacio.



Dado que esta vez la única publicidad que se dio al evento fue en los microscópicos programas de feria, no pude saber de antemano quién era el autor del libro, aunque supuse que sería el Mtro. Jesús Mendoza, esto porque el pasado mes de noviembre, él mismo había dictado una conferencia al respecto y efectivamente, así fue.



Antes de pasar a los detalles de la singular presentación de un libro que no estaba presente (adelante explico este retruécano) creo necesario hacer una semblanza del autor, dado que no se hizo en la forma en que merecía alguien como él, en el evento  mencionado.

El autor

Mtro. Jesús Mendoza Muñoz

Para quien no lo conoce, Jesús Mendoza Muñoz, originario del Palmar, Cadereyta, es uno de los pocos historiadores de carrera en activo en el estado, con estudios de Paleografía y Diplomática, Administración de documentos, Archivística eclesiástica, latín, Teología y Sagradas Escrituras, materias que ha estudiado, nada menos que en el Archivo General de la Nación y la Universidad Pontificia de México, entre otras instituciones. Es decir, un verdadero erudito. (Datos tomados de la solapa de uno de sus libros)

Merced a varias becas merecidamente obtenidas por la calidad de sus proyectos y de los trabajos  generados, ha podido desarrollar su carrera profesional, publicando libros sobre todo de la historia de la región de la que es originario y sus anexos, Ezequiel Montes, Bernal, Huichapan y  varios etc.

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero él ha hecho excepción de esa regla, desenterrando del olvido infinidad de documentos virreinales relativos a su municipio, Cadereyta de Montes, en muchos casos reescribiendo con referentes, una historia nutrida solo por vagos recuerdos colectivos, historia a la que ha desempolvado el peso de años de oralidad, bien intencionada, pero que casi siempre la distorsiona. Lo anterior le ha valido ser nombrado (uno de los pocos casos, merecidamente) Cronista Municipal de Cadereyta,  Director del Centro cultural del mismo lugar y a través de una institución fundada por él, “Fomento Histórico y Cultural de Cadereyta” desde el año 2006,  en dos series, Historia y Documentos, ha publicado un gran número de títulos relativos a la historia del estado de Querétaro y algunos aledaños.

Su método es sencillo pero efectivo, selecciona un tema y como un moderno Indiana Jones, a través de una enorme base de datos obtenida en todos sus años de investigación y el acceso que por su preparación  tiene a los más importantes acervos documentales del país, se arma de una enorme cantidad de documentos relativos, lo difícil está en paleografiarlos (es decir, transcribir esos antiguos escritos, la mayoría de las veces casi ilegibles, por el trazo de las letras, los arcaísmos y las abreviaturas, a textos entendible en el español moderno)  

Por la cantidad de textos publicados, (unos 45, según sus propias palabras) me atrevo a pensar que si no es el autor más prolífico del estado de todos los tiempos, dentro de poco lo será. (Creo que hoy solo lo supera don Guadalupe Ramírez Álvarez)

Algunos libros del autor
Tengo muchos de sus libros, por la cantidad hoy no presento imágenes individuales de ellos, solo una fotografía colectiva, hay algunos más, no los tenía a la mano.

Lo único que se le puede reprochar, a mi ver, es que solo ha publicado un libro relativo a San Juan del Río, presento la imagen (solo eso, posteriormente haré la reseña detallada de su contenido)

Único libro de Mendoza con tema de San Juan del Río (hasta hoy)


La mayoría de sus libros se pueden adquirir todavía, a precios razonables, en la Librería Cultural del Centro (junto a la tienda Del Sol) en la capital del Estado, supongo que también en sus oficinas de Cadereyta.

Ante ello, creo que nadie mejor que él para darnos luz, datos e historia real del emblemático edificio de nuestra ciudad  “la colecturía de diezmos” (así dice el dintel de la puerta principal) es decir lo que conocemos como “el Portal del Diezmo”

 
Colecturía de Diezmos
La ¿presentación? del libro.

El público asistente
El evento se realizó a las seis de la tarde en la accesoria derecha del portal, lugar que según mis cuentas tenía más de treinta años sin pisar, igual creo que casi todos los presentes. En aquellos años, esa parte estaba ocupada por la tienda de artesanías del señor Puga, cerrada en los ochentas del siglo pasado y al extremo final una vulcanizadora, entonces eran dos locales separados por una barda, hoy es un salón que ocupa toda esa ala frontal.

La presentación se llevó a cabo como corresponde, después de la salutación de funcionarios. El autor, amplio conocedor de tales menesteres, apoyado por lo que creo que era la prueba de imprenta del libro que tenía en sus manos, dio a conocer que abordó el tema en apoyo a las arquitectas encargadas de la restauración del edificio y que por la urgencia que ellas tenían por contar con bases documentales le apresuraron a buscar documentos relativos a él, que son la base del libro. Indicó que utilizó fotografías de una colección particular (una de ellas en la portada).

La descripción la inició al revés, es decir con el colofón “Se terminó de imprimir este libro el día 24 de Junio de 2014”, o sea en el mismo momento de la presentación, lo que comenzó a despertar  sospechas a la audiencia.

 
Impreso con la "portada" del libro

Habló de los capítulos que lo componen, creo que diez, que son el mismo número de documentos que encontró relativos en los acervos de la ciudad de México,  algunos de ellos son la historia del portal, San Juan del río en 1794, lista de Colecturías del estado, lista de colectores, padrones de lo recaudado por la Colecturía, contratos de compraventa del portal, lista de propietarios en el siglo XX, etc. Entre cada uno, entresacaba datos interesantes, algunos completamente novedosos para los ahí presentes, lo que nos iba interesando cada vez más en tener en las manos el ejemplar, al grado que a pesar de lo que exponía, la mayoría estábamos esperando que terminara para poder leerlo.



Los datos más interesantes que recabé  de su exposición son los siguientes:

-El edificio, a inicios de 1700 fue una propiedad particular, con un portal de 3 arcos en la que funcionaba una tienda y se compró especialmente para la Colecturía.

-Contrario a lo que se creía, al desamortizar los bienes del clero, el gobierno no se quedó con él, sino que la Secretaría de Fomento, a mediados del siglo XIX lo adjudicó a un particular, en pago a un adeudo que tenía con él y continuó como propiedad particular hasta que en el año 2006, el gobierno municipal lo adquirió a una inmobiliaria.

-Que el portal se puede ubicar en un par de mapas antiguos.

-Que el pago fue en efectivo además de cuatro terrenos propiedad del ayuntamiento.

Casi para terminar la conferencia, el autor notificó que no había en físico el libro, que era una edición especial de la que no tenía idea de cuando iba a estar a la venta, si lo estaba, ya que, entre preguntas y  comentarios de la audiencia, quedó la percepción de que los únicos que iban a tener ese libro serían los funcionarios públicos. Ojalá no sea así. Supongo que los derechos de esa edición son del municipio, pero ojalá y el Maestro Mendoza conserve los derechos de autor y haga una edición que podamos tener aquellos que nos interese el tema.

El local en que se efectuó el evento estaba casi lleno, calculo unas cien personas, lo que habla del interés que despertó. Y creo que todos los ahí presentes íbamos con la esperanza de salir con un ejemplar en la mano, fuera obsequiado o comprado, no fue así, el desencanto fue general, el mismo Jesús dijo que era la primera vez que presentaba un libro sin tenerlo en las manos. Lo que finalizó esta presentación “virtual”

Ojalá que como dice la portada que presentaron, “Fomento Histórico de Cadereyta” lo edite y podamos adquirirlo  aunque sea allá en Querétaro. Qué bueno que un investigador de la talla de Jesús Mendoza se haya interesado en nuestra historia y haga tan importante aporte a nuestra memoria colectiva, qué malo que no haya un “Fomento Histórico de San Juan del Río” que haga la encomiable labor del  vecino municipio y su cronista, que malo que …     (para qué le sigo)



El redescubrimiento del edificio
El desencanto de la presentación de un libro que no estaba presente,  se vio recompensada con el hecho de que casi  todos los presentes, algunos por primera vez, otros desde hace décadas, pudimos acceder, al remozado primer patio del edificio, aquel que fue bodega de cerveza, frontón, arena de box, depósito de materiales, y todos los usos habidos y por haber durante casi un siglo de virtual abandono  y aún más, al segundo patio y los corrales del fondo, esos todavía en estado deteriorado, pero completos, indescriptible la emoción de estar al centro de ese corral y recrear las más de doscientas largas vigas que algún día techaron sus casi veinte metros de altura. ( Eso ya es otra historia, que relataré en otra entrada)   

viernes, 13 de junio de 2014

Como dijo Juan Domínguez… No me olviden

El verdadero abolengo

La casa más emblemática del viejo, moderno y actual San Juan es sin duda la conocida con los  nombres de “la Guadalupana”, (por una joyería así llamada  que funcionó ahí muchos años, cerrada ya, conserva en la fachada el letrero que la identificaba y hoy lo hace, como plaza comercial ) “la casa de cantera” (por estar cubierta de ese material) y antiguamente “la casa de don Esteban”, es el número 7 de la vieja calle del Curato, actual 16 de Septiembre. El hoy fraccionamiento las Fuentes, entre Aldama y 27 de septiembre era su parte trasera, conocida después como la huerta de los Chirimoyos. En ella se dice, se alojaron Agustín de Iturbide y el Emperador Maximiliano, y también sin confirmación que fue cuartel de su ejército imperial.
Fue construida desde sus cimientos en 1810 (1) por el Teniente Coronel Esteban Díaz González de la Campa, español, uno de los habitantes más acaudalados de todos los tiempos, Alcalde Primero y presidente del Ayuntamiento de San Juan en la época anterior a la guerra de Independencia. Dueño de muchas haciendas en la región. Casó con Doña Ramona Torres y Arroyo, hija del importante militar y político español don José  de Torres y del Campo. Propietario de la hacienda de Santa Rosa quien desempeño altos puestos gubernamentales al final de la época colonial en la región. 

Mucho se ha escrito sobre don Esteban, (en realidad no tanto, algún día me ocuparé de él) sin embargo, en sus últimos años, su importancia fue opacada por un par de personajes, emparentados entre sí y con descendientes de él, que vivieron  en algunas de las casonas de la acera de enfrente, por ser las familias más importantes y ser esa calle la de mayor abolengo en tiempos antiguos.
Los hijos Díaz Torres destacaron en muchos ámbitos, Esteban, que fue jefe político de la ciudad y Rafaela, gran benefactora local, tanto en vida como a través de legados dejados a su fallecimiento. Después de la muerte de Don Esteban, Ramona se casó con su antiguo administrador, Manuel Casabal. La familia Díaz  emparentó con otra de no  menos  caudales con  residencia en  el antiguo número 6 de la misma calle,(2)  los Domínguez Quintanar, formada por Juan Bernardo Domínguez y Gálvez e Ignacia Delgado Quintanar, sobrina y  protegida del General José Luis Quintanar, en cuya casona vivía en su etapa de soltera al cuidado de una tía.



Imagen tomada de Bisabuelos.com  Juan Bernardo Domínguez y Galvez

 JUAN BERNARDO DOMÍNGUEZ Y GÁLVEZ (1783 -1847)
Mejor conocido como Juan Domínguez, cubano de nacimiento, hijo de padre españoles,  llegó a la Nueva España poco antes de la guerra de Independencia,  desempeñando altos cargos en el ejército realista gracias a su parentesco con el Conde Bernardo de Gálvez, Virrey de la Nueva España. Entre sus hazañas bélicas  está haber derrotado al mismísimo Antonio López de Santa Anna en batalla de la época independiente, cuando este todavía era un General eficiente. En las estancias de Iturbide en San Juan, a cuyo mando estuvo Domínguez, debió conocer a Ignacia, (3) casándose años después y estableciéndose en la entonces  Villa. Como madrina de la boda estuvo doña Ramona Torres.

JOSÉ LUIS QUINTANAR Y SOTO Y RUIZ (1772 -1836)
Este sanjuanense, hijo de hacendados, (entre sus propiedades estaba la hacienda de la Venta) también tenía incipiente carrera militar en el ejército realista, (4) combatiendo mucho tiempo a los ejércitos insurgentes, pero al final se adhirió a la conjura de Iturbide, integrándose previamente al triunfo, al mando militar del ejército trigarante.

Ambos se hicieron de las confianzas de Iturbide, apoyándolo en la consumación de la independencia, José Luis llegó a ser, por su encargo jefe del ejército Trigarante y en el primer momento del México independiente formó  parte  del triunvirato que rigió al país previo a la elección de Iturbide. Luego fue  nombrado  gobernador del naciente Departamento de Jalisco.
Durante la caída del efímero imperio, ambos apoyaron a Iturbide hasta el límite, solidaridad extendida aún hasta su posterior aprehensión y fusilamiento. Desde el inicio de la posterior etapa republicana ocuparon casi ininterrumpidamente importantes cargos en la administración pública estatal, nacional y el ejército hasta su retiro.
Fotografía personal Las dos primeras casas desde la derecha, Residencias de la Familia Quintanar en el siglo XIX, al fondo en la misma acera, las casonas de Don Guadalupe Perrusquía y la viuda del General Domínguez, Ignacia.

LOS DOMÍNGUEZ QUINTANAR   Y DIAZ DOMÍNGUEZ
De la ya familia Domínguez Quintar, dos hijas (Mercedes y Soledad ) se casaron con sendos de don Esteban (Rafael y Antonio) y sobresalieron Manuel y Ángel como jefes políticos de la ciudad  y Querétaro durante el imperio de Maximiliano  y  hasta  muchos  años  después. Desempeñaron  además labores académicas  y cívicas en la ciudad de México y su tierra natal. (5) Ángel fue después diputado y co-redactor con su par Veítez, del proyecto de lo que sería la tercera constitución queretana, miembro de sociedades científicas a nivel nacional. Fundó un instituto para la enseñanza primaria y  secundaria en el pueblo y publicó varios libros. (6)

Paz Domínguez, otra hija durante las estancias de Maximiliano, en una velada en casa de don Esteban bailó con el emperador. Afirma Cano que el guante que usó esa noche está aún en poder de su familia. (7) Ella se casaría después con Cándido Madaleno, vasco, dueño de la hacienda de la Laja, Tequisquiapan y vivirían en la casa de Cantera. De ellos desciende Víctor Cano Sordo, autor de la Genealogía familiar aquí escrita de manera sucinta.

Soledad Domínguez, casada a su vez con Antonio Díaz Torres, fue madre de Celestino Díaz Domínguez, último de la familia nacido en San Juan del Río, de profesión abogado, fue además poeta, escritor, periodista y diputado por san Juan, ministro y magistrado de justicia. Publicó la Guía del viajero en Querétaro. Su hijo Felipe llegó a ser dueño de las Haciendas de Carrillo, Tlacote y Mompaní. Padre de Felipe, María Eugenia, Guadalupe y Fernando Díaz Ramírez, fundador y rector de la Universidad  Autónoma de Querétaro y autor de la más extensa historia gráfica del estado (8) y efímero gobernador de Querétaro. 
Su séptima hija, Refugio, nacida en Querétaro, formó familia con Pedro Argain, español y comerciante. Un hijo de esta familia sería Gobernador del Estado de Querétaro, Salvador Argain Domínguez.

Dada su importancia en el siglo XIX, esta familia y sus integrantes ocuparon varias casas de la misma calle del Curato, además de las dos mencionadas  y algunas de sus ramas en otras de no menos importancia como la Nacional de Santo Domingo, Nacional del Sacromonte (Av. Juárez) y la plazuela de San Juan Bautista, (hoy de los Fundadores) los restos mortales de muchos de ellos yacen en el Panteón de la Santa Veracruz como respetables observadores del lugar donde hicieron sus vidas.






Fotografía personal, tumbas en el panteón de la Santa Veracruz de algunos de los personajes mencionados en el texto.
UNA VIDA  DE VAIVENES

Juan Domínguez, como todos los militares de su época se vio envuelto en los frecuentes pronunciamientos que caracterizaron las primeras décadas de vida independiente de nuestros país, a veces por iniciativa propia, muchas otras por apoyar a su pariente político José Luis Quintanar, y por ende a su ideólogo Anastacio Bustamante, otras únicamente por estar en uno u otro bando ideológico en pugna por el nuevo México.

Para hablar de su importancia baste decir que tuvo infinidad de puestos de gran importancia política y militar:
-Coronel del Batallón Activo de Oaxaca.
-Encargado de la Comandancia General de México hasta el 27 de diciembre de 1829.
-Encargado de la Comandancia de Querétaro.
Ayudante general e inspector del Ejército del Norte, en San Luis Potosí.
-Coronel del Batallón Activo de Querétaro en 1839, su último puesto de mando.
-Vocal secretario de la Junta Consultiva de Guerra y Marina en  julio del  1840.
-Secretario de la Comandancia General de México hasta junio de 1842.
-El 1º de enero de 1842 comienza a trabajar en la Suprema Corte Marcial.

Desde diciembre de 1844 fue desligándose de responsabilidades militares hasta que, acabó por retirarse definitivamente del ejército.
Los vaivenes de sus nombramientos lo hicieron ir casi veinte años de una a otra parte de la república, a veces solo, a veces acompañado de su familia, razón por la cual, los lugares de nacimiento de sus hijos son indistintos, pero tanto ellos, como el padre, cuando las desdichas políticas o de salud los alcanzaba, volvían a la paz de la pequeña villa, al cobijo de la familia de su esposa, los Quintanar, en la vieja calle del Curato, en el aún más viejo barrio de San Miguel. Incluso alguna vez, en la rueda de la fortuna de la política de aquellos tiempos, le tocó estar abajo, lo que significó su destierro del Estado, al vecino Guanajuato de donde vuelve para –otra vez- pronunciarse contra el gobierno, costándole esta vez el destierro a Cuba

Quizá como resabio del lejano enfrentamiento con Santana, nunca tuvo una buena relación con él, (aunque fue quién lo nombró general en 1841) y de manera indirectamente proporcional, entre más crecía la importancia política del veracruzano, decrecía la importancia de los nombramientos de Juan. En la cuarta década del siglo, las diferencias se recrudecieron, optando por el retiro.
Viejo, enfermo, decepcionado de sí mismo y sus pares, decide, entre 1844 y 1845,  volver a San Juan, el lugar que había adoptado como patria, a pasar sus  últimos años junto a su familia. Ahí recibe el año de 1847 en el retiro. Sus fuerzas no alcanzaron más que para observar la invasión norteamericana, dicen que murió de disentería, pero más seguro por la impotencia de no poder defender la tierra que lo había recibido joven y que a sus sesenta y tres años lo despedía el 24 de mayo de 1847.    

Fue enterrado en el camposanto (el que estaba en medio de las dos iglesias, al frente de la actual Notaría) al día siguiente, 25 de mayo. Años más tarde sus restos fueron trasladados a un mausoleo en el Panteón de la Santa Veracruz, y después junto con dos de sus hijas a uno de los nichos de la pared. Este panteón fue proyectado por don Guadalupe Perrusquía, vecino también de la calle del Curato, vivían respectivamente en los números 16 y 18, con quien se casó Ignacia, la viuda del General, formando una nueva familia con los hijos de los anteriores matrimonios de ambos, entre los de Don Guadalupe se contaba el que sería padre del Gobernador Ernesto Perrusquía. (9) ( Pero esa ya es otra historia) 


Imagen tomada de Bisabuelos.com. El General Domínguez.

El acta de sepultura de Juan Bernardo dice:

“En la Parroquia de San Juan del Río a veinte y cinco de Mayo de mil ochocientos cuarenta y siete sepulté en el Cpo. Sto. de dicha Parroquia el cadáver del Sr. Gral. de Brigada D. Juan Domínguez, casado que fue con Dª Ignacia Quintanar, originario de la Havana y vecino de esta Cabecera en el Barrio de San Miguel. Recibió los Santos Sacramentos de penitencia, Sagrado Viático y extremaunción; disen murió de Dicentería, y lo firmé para que conste.”(3)

Hoy reposan los restos de este honrado general, según reza el nicho del panteón de la Santa Veracruz que los contiene, junto a sus hijas; Consuelo y Soledad.

Fotografía personal: Nicho en el Panteón de la Santa Veracruz


1) Cfr.  Ayala, 1981 op. cit. p.  124. Para dar idea de su importancia, baste decir que él y Luis Romero Soto, ambos por la extensión e importancia de sus archivos personales, son los únicos “sanjuanenses” con colección documental en el AGN. (Archivos de particulares. Colecciones, Colección de Esteban Díaz González. Archivos de particulares. Personas. Luis Romero Soto)
2) N. De la R. Al parecer el antiguo numero 6 era uno con el actual 8, que es centro comercial. Hasta hace unos años fue casa de la familia Valenzuela, con su patriarca Don Gabriel, de grata memoria entre los practicantes de la charrería, deporte que practicó pero sobre todo impulsó en todos sus frentes hasta los últimos años de su vida. Es una casona amplísima, a fines del siglo XIX era la mejor casa de huéspedes de la ciudad. Luego sufrió una remodelación a principio del siglo XX pero conservó el plano anterior, con todas las comodidades y elementos de la época como correspondía a  la importancia de don José Luis Quintanar.
3) La información de estas familias las tomo, seleccionada, de Víctor Cano Sordo, De la Luisiana a la Nueva España. La Historia de Juan Bernardo Domínguez y Gálvez  (1783 – 1847),  Versión electrónica en página Web Bisabuelos. Página  de Genealogía. Apellidos. Linaje. 1999. capítulos V, VII, X y apéndice VII, Quien se basa en Ayala para don José Luis en cuanto a la estructura, pero no solo citándolo, sino confirmando, documentando y complementándolo hasta la saciedad con libros, documentos familiares, extractos de archivos  particulares, públicos y eclesiásticos. (Me atrevo a decir que no hay nadie que haya escudriñado papel tras papel los archivos parroquial e histórico municipal como él)  
4) Cfr. Ayala, 1981 op. cit. p.  117- 121.
5) Ibid. P 172.
6) Ibid. P 180 y 181. Destaca “Descripción de los principales ríos del mundo”. 1902,  que Ayala tomó para su descripción del río San Juan. En 1896 había sacado a la luz pública una especie de manifiesto llamado “Las necesidades de la Geografía en México” dirigido al Presidente Díaz.
9) Víctor Cano Sordo, sacerdote católico, autor del  libro “De la Luisiana  a la Nueva España” Incluido en una vasta página Web de genealogía de sus antepasados. Iniciada a partir de una anécdota familiar, nos lleva siglos atrás a España, México y San Juan del Río. En el linaje ve importantes familias locales de todos los tiempos. (Cervantes, Bocanegra, Silis, etc.) Tomo de él los datos de las familias Domínguez, Quintanar y Díaz. Es difícil citar correctamente su página y libro, casi cada frase la apoya en infinidad de documentos y bibliografía. Existe una versión impresa, merecedora de reedición y difusión por el municipio, ya que aunque no es su propósito, devela valiosos datos de historia local además de la fascinante vida de sus antepasados. Estaría en la misma categoría de nuestros mejores relatores: Dorantes de Carranza, Sánchez de la Barquera, Martínez de Salazar, Jaime Nieto, Rafael Ayala, y J. Guadalupe Guerrero, etc.
8) Ver Fernando Díaz Ramírez, Historia del estado de Querétaro. México, Gobierno del Estado de Querétaro, 1979. Seis tomos.
9) Sin estar completamente seguro, por los cambios de numeración,  las  casa de Don Guadalupe Perrusquía  (18)  y la de Ignacia (20) que tampoco se sabe  si lo era desde que vivía el General  Domínguez) serían la que hasta hace poco era la Universidad Mesoamericana y la que estuvo donde hoy es una caja popular.

jueves, 5 de junio de 2014

Las vírgenes locas de San Juan del Río (actualización)

Por problemas técnicos ayer no salieron completas las descripciones de los fotogramas, hoy publico de nueva cuenta la entrada original.

Las vírgenes locas de San Juan del Río

No se sabe si se volvieron locas por ser vírgenes o ya estaban dementes y por eso seguían célibes, el caso es que el primero de junio de 1972, se estrena en México una película con tal tema filmada, en San Juan del Río, Qro.

El elenco, o sea las vírgenes, eran nada menos que Charito Granados,  Ofelia Guilmain y Carmen  Montejo,  acompañadas (más bien separadas, según la trama) por Enrique Lizalde.

En apenas 85 minutos de intenso drama, estas mujeres de un pueblo que las odia, las envidia y les tiene lástima, conocerán y desaparecerán a aquel que las hace despertar de su letargo.

La música es de Carlos Jiménez Mabarak, solo para dar “suspenses”.

Presento a Ustedes un breve resumen, más breve que resumen, de la película, dirigida por Rogelio A. González Jr. producida por Cesar Santos Galindo y Ernesto Enríquez sobre un guión de Myriam Salinas (se ignora si sacó la idea original del entonces popular "casos de alarma" )

Cipriano, un jugador profesional llega a un escondido pueblo, donde viven tres hermanas, cada una transtornada a su manera después de un hecho trágico ocurrido años atrás, la muerte de su madre cuando le llevan el cadáver de su esposo, el padre de las damitas, decapitado por líos de faldas.

Luz, (Rosario Granados) la menor, en su mentalidad infantil, tiene una fijación por los huesos, que consigue con un vagabundo en el panteón local; carga en una canasta esos huesos y un cráneo. Helena, (Carmen Montejo) la mediana, ve que su juventud se escapa atada a sus hermanas y completamente dominada por la mayor, Teresa, (Ofelia Guilmain) quien en realidad no está loca, solo es medio intensa y al no querer a los hombres, se conforma con contemplar, en placer solitario, fotografías de luchadores y fisicoculturistas que recorta de revistas.

Cipriano, que además de jugador, la hace de fajador profesional, se entera en la cantina del pueblo de la existencia de las hermanas y de algún modo consigue seducir a las tres con objeto de quedarse con sus tierras, sin imaginar que esto le provocará la muerte a manos de la aparentemente más inofensiva de las hermanas, la infantil luz, quien inocentemente, para evocar a su padre, le corta la cabeza  y ni tarda ni perezosa, la coloca en su canasta y regresa a su casa, donde al pasar frente a sus hermanas, ellas observan que de la canasta chorrea sangre.  El alarido es de pronóstico y da fin a la película.

Lo interesante para el tema de este blog, son las locaciones, tomé unos fotogramas, de una copia original que tengo en vhs, por lo que su calidad no es muy buena. Pero nos permite ver algunas escenas de San Juan del Río hace ya más de cuarenta años.


La trama inicia con la llegada en autobús de Cipriano al pueblo, nos muestra una panorámica de la calle dos de Abril, empedrada a la antigua,  vista desde Fernando de Tapia, nótese el farol del alumbrado, en esa época toda la ciudad lo tenía.



Las siguientes dos muestran la misma calle, a mitad de la cuesta rumbo a la iglesia del Calvario. (al fondo) Apenas en 1969 había sido empedrada, todavía existía la gran barda de piedra que protegía las casas de la calle de Cóporo, ahí no había casas. Hoy, la barda apenas se nota, y tiene un par de casas, ya con puerta. (está construida sobre la roca viva, todavía se ve la cantera de la peña)

 
Estas dos imágenes son del interior de la cantina del pueblo. En la vida real, fue una tienda, (en ese tiempo todas las tiendas vendían por lo menos cerveza) llamada "el Jacalito" propiedad de Don Joel García, que logró sobrevivir hasta la década de los ochentas en el mismo local, esquina de 2 de abril y Fernando de Tapia,  recuerdo perfectamente la sinfonola café (también la tenían todas las tiendas) atrás de Enrique Lizalde, y un mingitorio pegado a la pared del fondo. ( no se ve) Al cerrar la tienda Don Joel emigró allá por el barrio de  San Isidro y el local se convirtió en un "coffiure", inicialmente era de Enrique y Ana, hoy, todavía permanece pero ignoro de quién es.
 


 Esta imagen es el exterior del  "Jacalito"  que por estar en la esquina de dos de abril y Fernando de Tapia tenía dos puertas, esta es la de Fernando de Tapia, ya era llamada oficialmente así, pero la gente todavía la conocía como "la Cuesta". El anuncio gigante de coca duró muchos años. Debe notarse que el municipio era previsor desde esos tiempos; apenas un par de años antes habían empedrado la calle y ya la estaban abriendo para colocar el drenaje (al centro, a la izquierda se puede observar la zanja y un trabajador) También de esa época datan las banquetas "gruesas" que caracterizan esa sección de la calle que antes había sido un arroyo y a su vera, las casas sobre la roca viva.

Tres imágenes muestran el interior del templo del Calvario. Me cuentan mis papás que casi todos los asistentes a la misa eran vecinos del lugar, más otros colados de otras partes del pueblo. El interior casi no ha cambiado, solo debe hacerse notar que aún tenía el ¿retablo? original tras el altar, que representa el monte Calvario: la cruz, con  una ¿peana? hecha de piedras.




 Las siguientes tomas se realizaron fuera de la iglesia (es la pared blanca a la izquierda) Nótese que aún no había casas junto al templo, apenas una hilera de piedras encimadas  separaba la calle del barranco debajo. Las primeras dos casas hacia la derecha tenían fachada muy baja, ya que estaban construidas sobre la peña. Por dentro su altura era normal, solo que había que entrar de "brinquito", Todavía existen y aunque su fachada se ha alineado con las otras, el piso sigue un metro debajo. De estas tomas, me dicen también mis padres, que fueron realizadas desde una cámara montada en un riel sobre el empedrado de la calle, lo que permite seguir el recorrido de los actores cuesta abajo. Los puestos eran de a mentiritas, igual el expendio de revistas donde la hermana mayor adquiría, empaquetado discretamente, el "material" de sus visiones. (las revistas que trae en la mano) 




También se hicieron tomas en el interior del panteón de la Santa Veracruz. Se muestra su estado original, antes de convertirse en museo. La tumbas casi son las mismas, pero conservaba una delgada capa vegetal (recuérdese que está construido sobre la roca viva de la peña) que permitía crecer pasto. Conservaba entre sus deterioradas paredes y ornamentaciones una pigmentación blanca.

Dos tomas del anexo a la capilla del panteón, todavía existe, remozado.


Aquí se muestra en su estado original la capilla del panteón que conservaba completos, aunque muy deteriorados los murales, ahí Charito interpreta a su amigo el huesero un "cover"  de doña Blanca  siguiendo los escritos de la pared mientras él intenta inútilmente agasajarse con ella (con Charito, no con la canción). Recuerdo haber entrado a esa capilla cuando todavía no la restauraban (fui vecino de Don Lupe Trejo, no se si sería el último panteonero, pero tenía las llaves de la reja de la entrada. El panteón estaba permanentemente cerrado, solo se abría cuando algún familiar de los ahí enterrados pedía entrar) y era en verdad impresionante, en estas tomas se le iluminó y suavizó el efecto, además de que se limpió, literalmente había huesos por todas partes.



Aquí, una toma en la Barranca de Cocheros, recordar que muchas escenas de interiores fueron grabadas en la entonces semi-abandonada hacienda de Galindo.


Estos son los carteles originales de lobby de la película, los hallé en Internet.



Funda de la película original que tengo, en VHS, parece que nunca la han digitalizado a formato DVD lo que podrían mejorar las tomas de los fotogramas. 

Aparte de las tomas en la ciudad que describo, tuvo locaciones en la Hacienda de Galindo, el río de los alrededores, la barranca de Cocheros y según me dicen, en el interior del rancho el Barreno (no lo puedo afirmar porque no conozco el interior de las habitaciones de ese lugar, solo por fuera) Creo que lo único que fue completamente de escenografía es la cueva donde ocurre la pasión y muerte de Cipriano.
A propósito;  un misterio; Cuando el Rancho el Barreno era propiedad privada, todo mundo podía entrar, hoy que fue donado al Municipio, cerraron las dos entradas. ( Se podía pasar desde el Paso Ancho,  gracias a una servidumbre de paso que obligaba a los dueños a dar paso libre hacia el Barrio de la Cruz)  Recorrí muchas veces su calle interior y pude admirar por fuera todas sus instalaciones de niño, hoy, que es propiedad pública no lo conozco. 
 Volviendo a la película, aunque las pláticas familiares de su filmación fueron constantes en mi niñez, la primera vez que la vi, fue por allá de 1983, en televisión abierta, en  una barra que había después del noticiero de la noche y se transmitía regularmente, hoy se proyecta de vez en cuando en los canales de cable de películas mexicanas. Se encuentra también en You Tube, aunque de calidad muy mala, está oscurecida, pero completa.