martes, 29 de julio de 2014

Ahí viene el tren… de mulitas

La modernidad

Todos les habían avisado, pero llegado el día nadie estaba preparado. Unos pocos lo escucharon apenas como un susurro que venía del rumbo de Cazadero, minutos después, cuando asomó en la vuelta del cerro del Pedregoso, todos pudieron escuchar de manera clara su horrible silbido y  ver la cauda de humo que dejaba a su paso. Era el año de 1881, a finales del mes de noviembre cuando el llamado “caballo de hierro” se aposentó en la flamante estación, construida en los terrenos que habían sido de los ranchos  la Guitarrilla y el Carrizo, después de avanzar 191 km desde la ciudad de México.
Máquina y vagones del Central Mexicano, de los primeros que llegaron a San Juan del Río, tomada cerca del "Puente de Fierro" Fotografía de William Henry Jackson, circa 1886 (detalle) LOC U.S.A.
Auspiciado desde los gobiernos de Ignacio Comonfort, pasando por los de Santa Anna, Maximiliano y Benito Juárez, correspondió al de Sebastián Lerdo de Tejada en 1873 la puesta en marcha del primer sistema ferroviario completo y funcional del país. Compitiendo en carga y pasajes con arrieros, carretoneros, diligencias y carruajes. Fácilmente los dejó en calidad de antiguallas e inició un expansivo crecimiento que apenas 8 años después lo tenía a las afueras de San Juan del Río y por el lado contrario, apenas traspasando el río, ya estaba tendido el camino de hierro hasta la ciudad de Querétaro.

Originalmente la concesión había sido otorgada a inversionistas del estado, pero al no poder cumplir los requerimientos, se les dio a los propietarios del Ferrocarril Central, compañía que administró el tramo de México a Querétaro.
No se crea que los transportistas en pequeño (y lento) desaparecieron de inmediato, durante muchos años siguieron su actividad normal, si acaso, los arrieros disminuyeron el tamaño de sus recua y los carruajes hicieron más cortos sus viajes, la vida para ellos siguió igual, siguieron atravesando San Juan del Río por el viejo camino Real, usando toda la infraestructura que los habitantes habían creado durante más de tres siglos, en la hoy Avenida Juárez, en su tramo desde Pino Suárez hasta la hacienda la Venta y continuaron usando el viejo puente de Piedra, ¿para qué les servía a ellos el de Fierro?
Estación de pasajeros del Ferrocarril central Mexicano, a la derecha la estación de carga, en las dos se podía abordar el Tranvía Urbano. Fotografía antigua, crédito a quien corresponda.
La Estación del ferrocarril, por esta en las afueras de la ciudad, no tenía para sí esas ventajas, seguramente muchas de las viejas carretas y animales se usaron inicialmente para transportar a personas y carga desde ella al centro, pero no tardó  mucho en que a alguien se le ocurriera buscar un sistema acorde con la modernidad: el Tren Urbano.

Recordemos que a pesar de que oficialmente San Juan del Río  ya era ciudad, en la práctica seguía siendo un pequeño pueblo, con una zona urbana aún más pequeña; detrás de la calle Morelos, todo eran milpas, sus últimas casas  estaban en lo que hoy es la esquina de Rayón con 20 de noviembre. (la primera se llamaba Calle de “Don Eusebio”, la otra ni siquiera nombre tenía) No había acceso directo al centro de la ciudad (los jardines) porque todavía no existía lo que hoy es Hidalgo Norte en su tramo de Plaza de los fundadores y este mismo jardín estaba rodeado por una barda atrial.
Un año después algunos de los empresarios queretanos que habían perdido la concesión del ferrocarril;  Antonio Gayón e Ignacio de la Peña, tuvieron como premio de consolación, el poder explotar inicialmente los trenes urbanos. (en San Juan y Querétaro)
 
Este sistema consistía en pequeños vagones para pasajeros y plataformas para carga que se desplazaban sobre una vía angosta de rieles delgados. A pesar de que ya había tecnología para hacerlos motorizados, la concesión se otorgó con tracción a “Sangre”. (Es decir con mulas) Por ello se conocían genéricamente como tren de mulitas, o tranvía urbano. En San Juan del Río oficialmente se llamó Ferrocarril Urbano, pero ninguno de ellos fue con el que los usuarios lo conocían, aquí su nombre fue siempre “el Circuito”. (Seguramente su recorrido hacia una vuelta)

Para su funcionamiento, se regían por un reglamento gubernamental muy específico que incluía tarifas, carga permitida en volumen, número de pasajeros, etc. incluyendo lo relativo a presentación y modales de los conductores. Según el número de pasajeros o de carga, se podían acoplar varios vagones o plataformas, formando un pequeño tren.

La ruta:

El 12 de diciembre de 1882, inicia sus recorridos “el Circuito”
Tomando como punto de partida la estación de pasajeros y la de carga, se dirigía por la actual calle 5 de Mayo, que era la única que llegaba hasta ahí  (insisto, no existía todavía Hidalgo Norte, menos Pablo Cabrera) atravesando milpas que era lo único que había (creo que era un camino entre milpas que fue ensanchado expresamente para servicio de la Estación, se le llamó “la Calzada”)  hasta llegar a Morelos, antigua calle “del Obraje” donde iniciaba la zona urbana.
Plano de Ignacio Pérez Circa 1885, la letra J indica la Estación de pasajeros del Ferrocarril Central, la letra I, la estación de Carga. La línea roja, es la vía del tren Urbano, que se unían antes de tomar "la Calzada", actual 5 de Mayo.

 

Esquina de la Calzada y la calle del Obraje. (Hoy Cinco de mayo y Morelos)

Ahí, giraba a la derecha hasta llegar a la actual Plaza de los fundadores, en ese entonces llamado Plazuela de San Juan Bautista, que tenía que rodear, (recuérdese que era un jardín cerrado con barda) Al terminar este giraba a la izquierda,  frente a la calle de “la Amargura”, hoy Matamoros y tomaba la calle del “Curato” (hoy 16 de septiembre) para llegar a la actual Av. Juárez, donde daba vuelta a la izquierda para llegar a la Plazuela del Sacromonte (hoy jardín de la Familia.
Centro de la ciudad, el tranvía daba vuelta al Jardín, para tomar rumbo a la calle de Don Esteban (actual 16 de septiembre)

Actual Av. Juárez, la letra C indica el templo del Sacromonte, extremo final del "Circuito" al oriente.

Aunque se dice que tenía varias rutas, en realidad solo era un recorrido, en tres partes,  supongo que aquí terminaba la primera, se bajaban algunos y daba vuelta,  ahora por toda la Av.  Juárez hasta el puente de Piedra. Ayala dice erróneamente que se detenía en la Garita de Querétaro, solo que para esas fechas ya no existían las Garitas, a lo mejor se refería a las ruinas de ella, que quedaban por ahí, en algún lugar cerca del puente)



Plano de Ignacio Pérez, Circa 1885,  la línea roja indica la vía casi en el puente de la Historia, la letra W señala la estación del tranvía.
Del actual puente de la Historia,  regresaba al Jardín  de la familia. Donde retomaba el trayecto de regreso a la estación del ferrocarril.

Aunque se dice que tenía una estación afuera del actual Hotel Layseca en Av. Juárez, en realidad solo era una de las muchas paradas que hacía. Supongo que las fijas eran en los extremos, Plazuela del Sacromonte,  el puente de Piedra y ciertos lugares específicos, a los que se llamaba “sitios”,  que también supongo, solo eran respetados por los foráneos, los locales seguramente pedían parada en cualquier lado, si era afuera de su casa mejor.
Av. Juárez, junto al portal del Diezmo, fotografía tomada acerca de 1926, dos carros del tranvía de diferente modelo. Fotografía de Crisanto Álvarez.

Cabe mencionar que el trayecto de la vía no estaba tendido por el centro de las calles en que pasaba, se cargaba a una de las orillas, respetando las banquetas de las que tenían.

Lo que sería su verdadera estación, (o sea donde se quedaban las máquinas en las noches)  talleres y corrales estaba ubicada junto al llamado entonces portal de Cardoso (hoy de “la Covacha”) No estoy seguro, pero creo que las tres casas que siguen después del portal, eran anteriormente una sola, que todavía conserva(n) su amplio patio con arcos, donde pudieron caber bastantes de los carros y plataformas del tranvía y las mulas que los jalaban, la Estación estaría en lo que actualmente son los números 163 al 169 del poniente de la Av. Juárez.

Fotografía personal 2014: Av. Juárez Poniente, en alguna de las dos casas amarillas o la blanca estaría la Estación del tren de mulitas
El final

En los últimos años, la concesión de este medio de transporte estaba en manos de don Severino Ayala, (Padre del historiador Rafael Ayala, en dos ocasiones Presidente Municipal de San Juan del Río, dueño de la hacienda de Santa Rita) quien además tenía también concesionado el servicio del Restaurant en la Estación del Ferrocarril.

No tengo noticias si con el derrumbe en 1918 de la barda atrial del Jardín y la apertura de la flamante Calzada Jesús Carranza, (era su nombre oficial  la gente solo le llamaba “la calzada”. Como cinco de mayo también se llamaba igual, se le cambió a “Calzada vieja”) hoy Hidalgo norte, vía directa del centro a la Estación del Ferrocarril, el trayecto del tranvía se modificó.

El que a hierro mata, a hierro muere; nunca mejor dicho, los tranvías de hierro se sustituyeron por vehículos del mismo metal, en el año de 1926, las autoridades municipales obligaron a Don Severino a quitar sus vías, acabando súbitamente el servicio, seguramente ya existían muchos automóviles de alquiler y camiones de carga que lo hacían obsoleto.

Paradójicamente, cincuenta años después, a finales de la década de 1970, aparecieron en la ahora sí ciudad, los primeros camiones de transporte urbano, se llamaban “Delfines de San Juan” pero la gente mayor les decía “el Circuito”, como aquellos tranvías y también, como un histórico karma, pedían parada en todos lados, y cuando era posible, a la puerta de su casa, costumbre que no se ha perdido.
 
Calle 16 de septiembre, casi esquina con Ruiz Olloqui, abajo a la izquierda, se puede ver la vía del Tranvía. El letrero sobre la primer puerta dice GRAN FOTOGRAFIA OCCIDENTAL. Fotografía de cerca de 1920, de Crisanto Álvarez  que, obvio, era el dueño del establecimiento.
Casi enfrente de la anterior, esta es de 1925, sobre la vía del Tranvía, un carruaje, por la letra, el autor es el mismo.
Av. Juárez, al fondo el santuario del Sacromonte, abajo a la izquierda, la vía del tranvía. Foto de cerca de 1910, crédito a quien corresponda.
 
Fotografía de fecha y autor desconocidos, pero debe ser de antes de 1926. La calidad de la toma permite que se vea claramente la vía del tranvía, y permite apreciar su anchura y el grosor de los rieles. Es el inicio de la Calle 16 de Septiembre, desde la Av. Juárez
  

BIBLIOGRAFÍA

Ayala Echávarri Rafael, San Juan del Río, Geografía e Historia

Nieto Ramírez Jaime, Del Hacendado al Empresario

Pérez Ignacio, Plano de San Juan del Río.

González G. Hermanos, Transporte en Querétaro en el siglo XIX

Layseca José Manuel, La voz de México.

Calendarios de la CANACO, varios años

jueves, 17 de julio de 2014

Agua de las verdes matas...

El anuncio era tentador, a pesar de la inverosímil combinación:

MARATÓN POÉTICO;   4PULQUERIAS4  4POETAS4

A través de un cartel difundido en redes sociales, se convocaba a un encuentro de poetas en el marco de los últimos locales dedicados a la venta del albo líquido, sobrevivientes en la ciudad, el día 16 de julio, (el cartel tiene un error, dice junio) con el siguiente itinerario:
Paso ancho 12:00                                         Los Arcos 1:00

La Reina Xóchitl 2:00                                   Todos Contentos: 3:00

A modo de cartel de función de lucha libre, se ofertaban dos duelos

Le Jos Uis vs. Victoriano

Junco contra Roque


El cartel
Todos ellos poetas integrantes del Underground local, colectivo aposentado desde hace varios años en el portal de Reyes, al cobijo de la dueña del Bar Casino, amos y señores de la contracultura sanjuanense, eternamente ignorados por las dependencias municipales, (a las que igualmente también ellos eternamente ignoran). Enemigos jurados de lo oficial, lo fácil, lo correcto y todo lo que a ello huela. Se hablan de tú con la noche.
A partir de haberse establecido en dicho lugar, que convierten en suyo cada fin de semana, (nunca son los mismos, pero siempre son muchos) se convirtieron de golpe y porrazo en el Némesis de la dirección de cultura municipal.
No se crean que el estar fuera de los programas oficiales les importa en lo más mínimo, al tener el colectivo entre sus filas a algunas de las mentes más creativas del municipio, son capaces, en un abrir y cerrar de ojos de organizar una suerte de cartelera cultural paralela. En el mismo espacio se han concebido y llevado a cabo exposiciones de pintura, arte gráfico, lectura de poemas, tocadas y todo aquello que pueda ser llamado cultura; coloquios, presentación de obra escrita y varios etc., siempre con una propuesta fresca, innovadora, flexible y accesible a todos. Son ellos mismos, a través de convenios, coperachas, palomazos, paros, alivianes, trueque y cualesquier otra forma de colaboración quienes sustentan su propuesta, por el puro gusto de estar ahí, de ver, de oír, de dar el sentido que quieren a sus ideales. Recientemente las huestes del colectivo se han extendido a otros locales, aunque siempre vuelven a su mítico Aztlán: Juárez, esquina con Galena. 

Sus eventos son casi siempre sin apoyo de ninguna especie, casi sin presupuesto, pero con mucha voluntad y en formatos completamente inesperados, dentro de los cuales se inscribe, como una propuesta harto innovadora, el Maratón Poético que a continuación describiré:
Un buen día, el 16 de Julio de 2014, cuatro de ellos, poetas por cierto, decidieron, en lugar de esperarlas, salir en busca de las musas, a lo mejor para alabarlas, a lo mejor para madrearlas  y qué mejor para ello que esos lugares, hoy en peligro de extinción, donde se bebe el elíxir mágico que no solo calma la sed, sino el espíritu:  Las Pulquerías

ANTECEDENTES
Siendo este un blog de Historia, aprovecho la ocasión, esta vez para no hablar del pasado, sino, de los lugares que expenden el popular pulmex en la actualidad, consigno primero los pocos datos históricos que tengo a la mano, con permiso de los poetas.
No los voy a aburrir con la misma cantaleta de siempre, del origen y leyendas del pulque, voy a la realidad, obviando a la Diosa Mayahuel.
 
Siendo el pulque, bebida alcohólica de fácil fermentación, es popular desde tiempos remotos, sobre todo en las zonas rurales del altiplano, inicialmente fue producto de autoconsumo, cada campesino limitaba su parcela con magueyes y de ellos tomaban el producto, la mayor parte de las veces complemento de una raquítica dieta  (de ahí que se diga que al neutle solo le falta un grado para ser carne) por su poca disponibilidad casi nunca se tuvo en exceso como para convertirlo en bebida de convivencia, no había.
A finales del siglo XIX convergen dos fenómenos que dieron lugar a la producción masiva de pulque; el crecimiento de las ciudades por la industrialización y su necesidad de mano de obra del medio rural y el ferrocarril. Muchos de los recién llegados, acostumbrados a acompañar sus alimentos con un vaso de pulque se encontraron con que ya no tenían su milpa para proveerse, lo que dio paso a la creación de los locales citadinos o pulquerías. Las haciendas pulqueras, sobre todo de Hidalgo y Tlaxcala enviaban desde mucho antes cantidades moderadas de su producto, en cueros de puerco, pero al crecer las ciudades, la demanda llegó a ser tal, que el único modo de surtirla fue a través del ferrocarril, que por su capacidad de carga y rapidez, llevó desde entonces el popular “caldo de oso, ” ahora sí, en cantidades tales que se convirtió en la bebida popular por excelencia, auge que duró hasta los años treinta del siglo pasado, cuando aparece la cerveza embotellada, que poco a poco fue desplazando el gusto masivo por el “cara blanca”.
En San Juan del Río, ocurrió de igual manera, recordemos que hasta mitad del siglo pasado, las pocas calles de la ciudad estaban rodeadas por milpas… y magueyes, igual para autoconsumo, pero el aumento de población hizo que aparecieran muchos más locales comerciales.
La pulquería más antigua de la que tengo registro escrito se localizaba por 1820 en la calle de Cóporo (hoy Melchor Ocampo,) sin nombre, solo se dice que era un local al aire libre y la gente de la entonces villa, acudía a ver como entretenimiento, desde lo alto de la peña entonces casi sin bardas ni casas, los espectáculos que armaban los parroquianos.
Por 1950 me cuentan que sobrevivía una muy popular en la Cerrada de Chimoleras  (creo que de ahí el nombre) que es la actual Hidalgo sur, costado del Portal de Reyes. Casi al mismo tiempo, en la actual calle de Mina había otras dos, frecuentadas por quienes acudían a la Plaza o Mercado dominical, asentado en lo que sería después el Jardín Independencia. Otra de la que sí tengo recuerdos fue la situada en la calle de Allende, casi junto al Hotel Jalisco,  atendida por don Raquel Otero, cerró a fines de los 70s., finalmente, hubo otra muy famosa pero por corto tiempo en la década de los 80s del siglo pasado, en la entonces nueva colonia San Cayetano, se hizo célebre porque tenía mobiliario de lujo.
Desde que tengo memoria, las 4 actuales siempre han estado en el mismo lugar, no cambian, solo se remodelan y les han agregado elementos modernos: expenden además del “pulmón”; cerveza y refrescos, ya no hay a la entrada una señora vendiendo habas tostadas ni la que vendía quesadillas, ya no hay división entre hombre y mujeres, atienden la barra algunas mujeres etc.
LOS LOCALES
Pulquería del Paso Ancho:  (el nombre correcto es Pasoancho, junto) Llamada así por estar en la calle que desde la Av. Juárez llevaba a lo que era la parte más ancha del río en su paso por la ciudad, Por estar en el camino al Barrio de la Cruz, supongo que es la más antigua de las cuatro. también es la más pequeña, no tuvo ni tiene “patio para mujeres”.
 
EL PASOANCHO


Pulquería Los Arcos: La mítica PGR (Pulquería de Genaro Ríos) Segundo local más pequeño. Ubicada en la Calle José María Arteaga, antiguo camino a Cerro Gordo y el Sitio, de donde provenían sus clientes originales. Conserva lo que era el patio, ahora ya sin división.
 

Pulquería La Reina Xochitl: Casi frente a la anterior, en la misma calle. Ya es un solo local grande y completamente techado.



Pulquería Todos Contentos: (aunque casi siempre se le llama Todos con Tenis)  Ha funcionado en el mismo local desde hace muchos años en la calle Aquiles Serdán, antigua calle de "Tránsito", solo el patio, que antes era descubierto, está ahora completamente techado. En ella recuerdo había una división de madera, por un lado solo podían entra mujeres, lo que era el patio, por el otro, al local cerrado,  solo los hombres, lo raro es que esa división solo era por fuera, adentro ya no había. También estaba aquí el proverbial letrero de “prohibida la entrada a menores y uniformados”. Fue y es la más grande.

TODOS CONTENTOS
 Los Contendientes (de Izquierda a derecha):

 

Pablo Junco, uno de los jóvenes del grupo, Le Jos Uis o José Luis Tovar: En esta ocasión, además de poeta, el crooner del grupo. Fernando Roque Soto Martínez, amigo desde la infancia, del meritito barrio de la Plazuela (Solo una puerta separaba su casa de la Pulquería de Don Raquel, así que tiene largo camino recorrido)  Juana Victoriano:  Por esta vez, la única dama del grupo, de los nuevos valores.

LA CONTIENDA

El formato era sencillo, pero atractivo, previamente, supongo que se acudió con los dueños de los antros para solicitar el permiso, que creo que por ser clientes distinguidos se le concedió sin restricciones. El día del evento alguien se encargó de poner el llamativo cartel en la mampara de cada local. Una vez al interior, los encargados dispusieron mesas y sillas para sentarse y colocar su material. Aclaro que las labores de los expendios continuaban de manera normal, no se cerró para el evento, el público estuvo integrado en su mayoría por los parroquianos que ahí se encontraban.
LA PRESENTACIÓN
Le Jos Uis a viva voz hacía la presentación del evento, indicando que era un regalo de ellos, los poetas al colectivo, el regalo: la palabra, como una forma de retribuir lo mucho que habían recibido en lugares similares, que tienen mala imagen, pero que eventos como el del momento podían contribuir un poco a mejorarla, lugares, que sean como sean, son auténticos, donde el pueblo se encuentra con el pueblo, donde nace la verdadera cultura de nuestro país y que desgraciadamente se están perdiendo.  

 
  

A continuación y teloneando durante el transcurso, se daba la interpretación de algunas canciones por Adrián Terrazo, la más aplaudida, “el bolerito”


Terrazo preparándose  ante un sorprendido parroquiano

El encargado de la música, Adrián Terrazo
Sin orden aparente, cada poeta leía algunos textos, creo que todos de producción  propia alternándose en los diferentes locales.  El tema etílico era obligado, como lo dejaron ver los cuatro, no sin salpicarnos de erotismo en sus letras, combinación que al parecer gustó al respetable.
De los textos no me siento en condiciones de hacer comentarios, mucho menos críticas, solo decir que toda poesía es válida por exteriorizar los sentimientos de una persona, sus ideas, su vida, y  es válida aún más cuando el que la escucha en un ejercicio inverso la interioriza, es decir, la poesía, siempre es sentimiento que genera sentimiento, gracias a los cuatro por dejarnos ver en su interior.
Para quienes no los conocen, una descripción rápida de ellos, en relación a lo que escuché, excepto de Fernando, no conozco la obra de todos, es la impresión que me dieron en ese momento.  
 Le Jos Uis:  El poeta que se adapta a todo lugar, de esos que se paren donde se paren son auténticos.  
Victoriano: La musa que dice poemas, la que habla de erotismo con rostro de querubín.
Junco: Siempre propio, la imagen nostálgica del poeta en su  ser y en su decir.
Roque: La palabra justa, en el momento justo.

Comentarios de las groupiers.

Dado que los parroquianos de los cuatro locales estaban presentes, se dieron algunas situaciones curiosas, además de algunos performances involuntarios, lo que dio más sabor al evento, (que podrán constatar con las imágenes tomadas por otro de los suyos, Brian Montero, quien también estuvo en el staff, durante todo el evento y le tocó la labor del organillero, cargar con el equipo)
En el Pasoancho: Cuando Victoriano  ya estaba leyendo, el señor que se le acerca para decirle  –pero acábese su taquito. (Una quesadillota, creo de flor de calabaza)
En la PGR cuando  Terrazo interpretaba el “bolerito” y en una de las mesas, un bolero auténtico dormía profundamente (con el cajón de bolear a un lado)

En los Arcos, abajo a la Izquierda, el cajón de Bolero
El comentario del barman (o no sé cómo se diga en este caso) Somos bien pendejos, con perdón de usted, ¿Por qué si tenemos esto, no lo apreciamos?

En Todos Contentos:  El señor que regaló las flores a los poetas y algunas damas, o el parroquiano que metió su bicicleta al centro del local, frente a la mesa para que no se la robaran, (debió  pensar , -estos son poetas, aquí está segura) o el que golpeaba la mesa cada que en la poesía salía alguna palabra altisonante. O cuando la dependiente  les grita a sus clientes, que no la dejaban oír  –¡Cállense pendejos!
En Todos Contentos, la bici, a resguardo de Montero, encargado de las gráficas.

Aunque en todos los locales la administración facilitó mesas y sillas y desde ahí se hizo la lectura de los textos, no se crea que el formato era acartonado, por el hecho de que los clientes estuvieron presentes, la interacción era frecuente, incluso hubo un par de momentos en que hubo alternancia, incluso yo, que iba de colado, en algún momento fui parte del staff. Otro acierto de la organización y los participantes, que hacen sentir al  público parte del evento, y ¿Qué poeta más auténtico que el que se integra a su audiencia?
Acostumbrado a escribir siempre de corrido, para esta entrada, por referirse a personas a las que la palabra les ha sido concedida al hablar y escribir, tuve que hacer varias revisiones, y aun así, aclaro que ninguno de los conceptos vertidos en esta crónica tiene algún afán peyorativo u ofensivo hacia los poetas o los parroquianos, si así lo fuere, ofrezco anticipadas disculpas. Sé que los estilos de intención son diferentes, yo cuento los hechos, ustedes los sueños, yo cuento el pasado, ustedes el futuro.

Finalmente, agradezco sobremanera a quienes sin conocerme, me dieron oportunidad de acompañarlos en esta interesante, fresca y divertida propuesta, esperando sigan adelante en ese camino, que creo que aun no han trazado, pero que están recorriendo acertadamente. Sigan haciendo las cosas por amor al arte, sigan igual de contestatarios, igual de irreverentes, igual de auténticos. Hagan uso de esa creatividad que les sobra. Sirva esta crónica como un sencillo homenaje a su labor.   




los carteles, en las mamparas de las pulquerías
 


Fernando, llegando como rockstar y fingiendo que no sabía dónde era la pulquería 
 

sábado, 5 de julio de 2014

El plano de Ignacio Pérez



Encabezado del plano de Ignacio Pérez. circa 1880.
En mi época de estudiante, teniendo necesidad de adquirir un mapa de la ciudad en tamaño carta, como parte del marco referencial de un trabajo escolar,  alguien me dio lo que a simple vista parecía un plano del centro, algo detallado pero a todas luces extraño, y que presentaba bastantes inexactitudes. Hurgando en él, por la mala calidad de la copia, en algún momento surgió entre los tonos grises la certeza de que era de otro tiempo, lo que lo volvió inútil para el propósito inicial pero pasé muchas horas analizándolo hasta casi memorizar los  cambios habidos en  la ciudad con el paso de un siglo. El tiempo se encargó de ocultármelo entre páginas de algún libro; sin embargo la fortuna me hizo reencontrarlo en una cafetería del centro de la ciudad. No se sí era copia o uno de los originales de aquel plano, (porque el color del fondo era blanco, diferentes del que aquí se presenta) pero pude apreciarlo en un tamaño mayor y descubrir que tenía colores que le agregaban detalles no apreciables en la copia que había poseído. Años después, en un stand de obras públicas de la Feria, por módicos veinticinco pesos, a la venta tenían la  reproducción en Offset del plano en su tamaño original, ideal para una descripción de sus características a las que aunaré detalles encontrados en los tantos libros analizados.

 Antecedentes

Existe un plano muy anterior que es el primer antecedente, elaborado en 1793 por Martínez de Salazar como parte de su informe al virrey Revilla Gigedo, que  pude localizar físicamente en una reproducción bastante pequeña y de mala calidad en un libro y una imagen borrosa en un sitio de Internet, inútiles para algún propósito, aunque indica que  existe un original “legible”, por lo poco que se aprecia, abarca un área menor pero sirvió de base a otro que lo actualizó y amplió. Este segundo plano fue elaborado durante la etapa de la intervención francesa por el Señor Guadalupe Perrusquía, vecino de la ciudad, al momento, autoridad de la misma, y otro por Mr. Chambeau, “Captan” ayudante mayor del 99 de línea.  Son mencionados por Ayala y en el definitivo,  de Ignacio Pérez, el encabezado dice haberlos tomado como base, el  de chambeau lo conozco visualmente.

Tomando en cuenta que la intervención francesa tuvo lugar entre 1862 y 1867,  serían los años aproximadas de su elaboración, tiempo en que Don Guadalupe Perrusquía  ya era una autoridad indispensable en nuestra ciudad y por sus lazos familiares, gran seguidor de la causa imperialista.

Finalmente alrededor del año 1880, aparece el plano, basado en los anteriores, como dice en su encabezado. Elaborado por el Profesor de instrucción primaria Ignacio Pérez de Guzmán. Marca ya las instalaciones y la vía del ferrocarril y del tren de mulitas que llevaba a los pasajeros al centro, inauguradas en 1881 y 1882, respectivamente.


COPIA EN OFFSET DEL PLANO COMPLETO


Es una litografía, proceso consistente en grabar en una placa de piedra, en relieve, el dibujo a reproducir, que se transmitía al papel, proceso que se repetía una vez por cada color utilizado, lo que iba produciendo desgaste en la piedra hasta hacerla inservible. Aunque se sacaban bastantes copias, se puede decir que cada litografía era única, Si se requería un sobretiro debía hacerse una nueva piedra, que jamás quedaba exactamente igual. Dado lo artístico que resultaban algunas de estas obras, las imprentas que lo trabajaban, daban al cliente la opción de elegir entre esta técnica o la prensa tradicional. La litografía fue elaborada en Guadalajara por la litográfica Loreto, Ancira y Hno.

Dado que el mapa es grande, iré de vez en cuando poniendo secciones ampliadas, con objeto de detallar los cambios en la ciudad al paso de al menos 120 años.

MODIFICACIONES GENERALES

El área “urbana” de la ciudad en el mapa, son unas cuantas cuadras. Al norte, las casas continuas terminaban en la hoy esquina de Rayón y 20 de noviembre, había además un par de calles trazadas, entonces sin nombre, la última calle es la hoy San Marcos, con algunas construcciones aisladas.

-Al sur, la ciudad terminaba en la esquina de Allende y  Galeana, adelante iniciaba la zona de huertas, con casas aisladas a su interior.

-Al oeste  terminaba en  el puente de la historia, La Av. Juárez tenía casas continuas hasta ahí, pero en esa zona solo había casas al frente, detrás todo eran huertas o sembradíos. Antes del panteón, en la acera oriente, hubo una capilla, de la que quedan algunos restos.

-Al este, las últimas casas estaban cerca del actual Mercado Juárez.

MODIFICACIONES AL CENTRO DE LA CIUDAD

Tomado como base la siguiente imagen, detallaré el estado de la ciudad en aquellos tiempos, en contraste con la actualidad, mostrada en la imagen de Google Earth 2014.
EL CENTRO DE LA CIUDAD EN EL PLANO DE IGNACIO PÉREZ .CIRCA 1880

Primero, definiré los nombres actuales y antiguos de las calles aquí contenidas.

Av. Juárez: En la sección mostrada se llamaba “Calle del Diezmo”, por estar frente a ese edificio, que por cierto, ya no estaba en funciones como tal, el plano lo identifica con la letra L “ANTIGUO DIEZMO” y se puede notar que el portal sobresale de la acera. 

Hidalgo Norte: Se llamaba “Calle de los infantes” porque en ella circulaban desde un siglo antes, los alumnos de escuelas de primera enseñanza, que estuvieron, primero en la plaza Principal y después en la de San Juan Bautista.

16 de Septiembre: Su antiguo nombre era “Calle de Don Estevan” por estar ahí situada la casa de cantera construida a inicios de ese siglo por el Teniente Coronel Esteban Díaz González de la Campa, todavía en Pie. (También se llamó, calle del Curato, del curato viejo e Iturbide, en distintas épocas)

Vicente Guerrero:  Se le denominó “Calle de la Estación” Por tener a la mitad de su única cuadra de extensión una de las Estaciones del viacrucis de Semana Santa.

Nicolás Bravo; esta pequeña calle se llamaba “ Calle del Padre Soto” por tener en la acera norte su vivienda un sacerdote con ese nombre, originalmente la casa abarcaba casi toda la cuadra, desde aquí hasta la iglesia, tenía entrada por tres calles, todavía existe, dividida y muy modificada.

Aquiles Serdán: Se le marca con el nombre de “Calle del Pasage” (sic) debe ser del pasaje. No tengo referencia del porqué, pudiera ser que por sinuosa y estrecha, aunque tengo mis dudas, porque después se le llamó “Calle de Tránsito”, términos muy similares, no sé si sea una cuestión religiosa. Ayala dice que porque era el paso a la plaza Principal.

Emilio Carranza: Antigua “calle del Perro”, Ayala menciona una leyenda de que en ella aparecía “… un enorme perro negro, y que por el  hocico y ojos le salían grandes llamas. Cargado de cadenas, corría la calle todas las noches de un lado a otro”.

Ezequiel Montes y Francisco Javier Mina: “ Calle del Rastro” aunque parezca extraño, ahí se ubicaba dicho establecimiento, a solo una cuadra de la Calle Principal y el centro, obviamente era pequeño, no he podido saber exactamente donde se ubicaba pero al parecer era en la parte de de calle que se Ezequiel Montes, cerca de la Caja Popular.

Agustín Ruiz Olloqui: Llamada en el plano “Calle de la duda” Antiguamente era un callejón sin salida a 16 de septiembre, por lo que según Ayala, quienes de la Plaza la tomaban tenían "la duda” si iban a salir a la otra. En la época de elaboración del plano ya estaba abierta pero conservaba el nombre.

Los números romanos que se ven en el plano corresponden a la división en cuarteles de ese tiempo.
Algunos edificios están marcados con letra:      A: Parroquia. En color rojo        R:  Plaza Principal (Actual de la independencia)          S: Plaza de San Juan Bautista, (Actual de los Fundadores) por error del autor, no tiene la letra.               C: Santuario Aunque no lo dice completo, es el mismo que el actual, del Señor del Sacromonte. A partir de él, hacia el  oriente, Av. Juárez se llamaba “Calle del Sacromonte”, antiguamente casi ninguna calle se llamaba igual de principio a fin, solo que fueran muy cortas, las de gran extensión, como es esta, tenían varios.

 LOS CAMBIOS

Ubicándonos en la plaza principal, podemos ver que al centro tiene una sección rectangular y alrededor un andador, por las fotografías más viejas que existen, podemos suponer que desde entonces el área central estaba completamente arbolada y la sección exterior era para la colocación de los puestos del mercado, algunos fijos y la mayoría en la plaza de los domingos. Importante hacer mención que el área estaba a ras de las calles piso y sus callecitas interiores estaban empedradas. Se levantó a su altura actual hasta muchos años después, me dicen personas mayores que la parte central, donde está la columna, siempre estuvo más alta que el terreno circundante.

Por esos años, el frente del conjunto religioso con vista a la Plaza ya estaba limitada por una barda de cantera con reja, aunque el plano no la detalla. Fue fue colocada en 1872 por los comerciantes y vecinos sustituyendo la antigua barda atrial y duró exactamente 100 años, siendo derrumbada en el gobierno municipal de Enrique Burgos.

Siguiendo el Plano, frente a la Plaza Principal, entre las dos iglesias actuales se indica otra construcción, igual en color rojo, ya desaparecida, era una capilla abierta para que los comerciantes de la Plaza escucharan misa los domingos, contenía una imagen, que todavía sobrevive, el Jesús Nazareno de las tres caídas”  Se ignora cuándo desapareció esta capilla. Igualmente se nota que entre los dos templos no había construcción, apenas unos años antes se había desmantelado el panteón que en esa área  y al frente de la plaza contenía los restos de los principales del pueblo, sobre todo españoles. Atrás y alrededor estaba la Casa Cural, hoy parcialmente integrada a la “ Academia”
En la Iglesia de San Juan Bautista, entonces llamada del sagrado Corazón, se nota que no tiene, junto a la portada que da a la Plaza Principal, el espacio donde hoy están las “Catacumbas", construidas en 1934. Por el lado que da a la Plaza de los fundadores, se nota que aún no se construía, la actual “ Academia” solo marca un pequeño local ajunto, creo que era un portal, hoy desaparecido.

La actual Plaza de los fundadores ya estaba trazada, años después se colocaría el quiosco. Por entonces, su área era más pequeña, se amplió a las medidas actuales alineando la acera norte, ahí estaba una de las huertas de la iglesia, cuya barda se realineo metros atrás. Ya había sido clausurado el Panteón de los Indios en este lugar y se proyectaba lo que muchos años se llamaría “El Jardín” sobre sus restos.
ver:  http://iztacchichimeca.blogspot.mx/2014/05/del-panteon-al-danzon-la-plazuela-de.html

 El cambio más visible de este plano a la actualidad es que en 1918, se abrió la actual Hidalgo Norte, desde la plaza en la hoy esquina con Morelos hasta la Estación del Ferrocarril, el plano todavía muestra esa área cerrada, solo había construcciones hasta la calle Rayón, que fueron derrumbadas, lo demás eran sembradíos. Aparecieron así, las actuales dos manzanas triangulares de esa calle: Morelos-Rayón-Hidalgo N. y Rayón- Hidalgo Norte-20 de Noviembre.

IMAGEN DE GOOGLE, MISMA ÁREA DE LA AMPLIACION DEL PLANO DE I. PÉREZ
Continuará:

Fuentes

PLANO GENERAL DE LA CIUDAD DE SAN JUAN DEL RÍO
MR. CHAMBEAU/SR. D. GUADALUPE PERRUSQUIA/IGNACIO PÉREZ DE GUZMÁN
(Copia comercial en offset)

Sombra de Arteaga, varios años

Ayala Rafael; San Juan del Río, Geografía e Historia

AVISO: Hasta hace poco, copias en offset de este plano se vendían por 40 pesos en una papelería ubicada en la calle Vicente Guerrero, ignoro si todavía tengan.  También se le puede ver (una parte) en la contraportada del libro de Santana Calderón María del Mar, Sitios históricos  y monumentos antiguos del municipio de San Juan del Río. 2011, todavía a la venta en el Centro Histórico y Cultural.