domingo, 22 de noviembre de 2015

Testigos del tiempo en San Juan del Río


Antecedentes

Es San Juan del Río una ciudad con más de cuatro siglos de existencia. Mucho ha transcurrido desde el lejano siglo XVI cuando, según mencionan algunos autores (Rodríguez Familiar, Ruiz Olloqui, Sabás Camacho y De la torre) a la vera del incipiente camino Real, se empezaron a construir una serie de chozas para servicio de los viajeros, rápidamente transformadas en edificaciones sólidas, hasta constituir el legendario poblado, circunscrito desde entonces y hasta finales de la década de 1950 en lo que hoy conocemos como el centro histórico de la ciudad.

Los siglos y la actividad humana renovaron varias veces los edificios, de tal manera que es muy poco lo verdaderamente antiguo que se conserva y difícilmente nos podemos dar una idea de la fisonomía de la arquitectura de los siglos pasados.

Contra lo que se piensa, casi no quedan edificaciones coloniales en la ciudad, las pocas casas señoriales que se conservan son en su mayoría de la época de la reforma. Es decir, posteriores a 1850.

Recuerdo cuando era niño que en determinada época del año  se enviaba un aviso a todos los vecinos para que renovaran su pintura. Estaba ya determinado que las fachadas fueran de color blanco, con un guardapolvo café y los marcos de puertas y ventanas deberían llevar el mismo color. Si estos últimos eran de cantera solo  debía limpiarse. La mayor parte de los propietarios o inquilinos hacía caso de la petición que era en aras, decía la autoridad, de conservar el estilo “colonial”. Incluso los edificios públicos acataban la disposición y para dar la muestra, la presidencia municipal la seguía al pie de la letra.

Fotografía personal, ejemplifica lo escrito. la casa de en medio pintada de blanco, con guardapolvos pintado en café y los marcos de cantera. La de la derecha en tonos coloniales por no tener cantera en marcos la simulaban con pintura.La de la izquierda en libre albedrío.
La vieja ordenanza había estado en vigor desde casi un siglo antes, cuando se popularizó el uso de la cantera morena en marcos y molduras de las casas y edificios, el guardapolvo  café era para igualar con muchas edificaciones que lo tenían en zoclo de ladrillo. Para la década de 1970, muchas casas ya no tenían cantera en las puertas y ventanas, pero se simulaba con  pintura.
En el ahora lejano 1989, con la llegada del primer gobierno municipal panista, el edificio gubernamental cambió de nombre a “Palacio Municipal” y se le quitó el sacrosanto color albo, para dar paso a una tonalidad creo que salmón. Ante las numerosas protestas por cambiar la tradición, ni tardos ni perezosos, los responsables sacaron una lista de los colores verdaderamente utilizados en la época colonial, entre los que no se encontraba… el blanco. A partir de entonces, cada quien pinta como quiere.

En conceptualización de la arquitectura moderna, específicamente en lo que se refiere a la remodelación de edificios o elementos de ellos, existe la tendencia a dejar para la posteridad, ciertos detalles en su estado original, conservando para la posteridad una muestra dela técnica y la intención del  viejo constructor o artista. A los detalles preservados se les llama “testigos”.

Hoy presento a ustedes una primera recopilación de “testigos”, algunos en verdad dejados intencionalmente durante la remodelación y otros que sin premeditarlo quedaron ahí, igualmente recordándonos algún aspecto hoy oculto del pasado que he detectado y a mi juicio cumplen con el requisito.

  PINTURA

Imagen de Google Earth.  Edificio del Beaterio
Este testigo nos muestra como estaba pintado originalmente el edificio del Beaterio, en la Avenida Juárez, completamente diferente del actual. 
Imagen  tomada del blog escrito en ella.

COLUMNAS

Fotografía personal: Portal del Diezmo.
Aquí podemos ver que en algún momento, las columnas de los arcos del Portal del Diezmo eran cilíndricas, posteriormente, se les colocó alrededor el refuerzo cuadrangular. Fue dejado intencionalmente durante la remodelación. Se observa dentro del pilar, la antigua columna de cantera morena. (El resto de los pilares también tienen la columna original adentro, pero al menos algunas de ellas eran de cantera rosa, lo que evidencia varias etapas en la construcción del portal)

Fotografía personal: En el interior, la columna cilíndrica.
DECORADO

Fotografía personal: Puente de la Historia.
De la siguiente imagen, en uno de los arcos del Puente de la Historia. Ignoro si fue un testigo intencional o es lo único que sobrevivió de una decoración antigua. A pesar de que no lo parece el puente ha sido intervenido infinidad de veces durante los tres siglos de su existencia. Es la única piedra policromada de todas las que lo componen.
Fotografía personal:  parte central  de uno de los arcos, solo se aprecia"ceñ"

FALLA

Fotografía personal: en el nivel donde se indica la flecha estaba el techo del portal.
Este no es un testigo intencional. Existía en la esquina de la Avenida Juárez y Reforma, un portal de tres arcos de cantera, que en 1976 fue derrumbado para un malogrado proyecto de calle. Malamente se aplanó la pared donde se encontraba, tanto que hasta restos de las vigas de madera del techo del portal se pueden ver aún, casi cuarenta años después.

CANTERA MORENA

Fotografía personal: Escuela Mártir de chihuahua, sobre la antigua peña.
El siguiente testigo no fue intencional, pero nos muestra, en el aplanado de la pared de la Escuela Mártir de Chihuahua, en la calle Reforma, restos de la cantera viva. Recordar que esta escuela está construida en un espacio completamente rocoso, continuación de las peñas del Calvario. En las lloraderas que desalojan el agua de lluvia puede observarse también la roca.


Fotografía personal: Pared? de cantera.
FUENTE

Imagen de Google Eart: Esquina de Hidalgo y Rayón.
Por último, un impresionante testigo, una fuente antigua, probablemente del siglo XIX, conservada intacta bajo el piso de una casona en la calle Hidalgo.  Aunque muchos sabían de su existencia, fue dada a conocer públicamente por la pagina vecina San Juan del río en el tiempo.

Fotografía personal: Intacta, la policromada fuente
La casa donde se ubica, hoy con una fachada oblicua, por haber sido recortada en 1918 para el trazo de la hoy calle Hidalgo Norte, originalmente tenía su entrada en la actual Rayón. Seguramente la fuente estaba al centro del patio antiguo y era alimentada por el canal de la acequia del pueblo, que pasa a un lado de la propiedad y cuyo nivel era exactamente el de la fuente. En una remodelación posterior, el piso de la casa fue elevado poco más de un metro hasta su actual nivel, y seguramente por la belleza de su decoración la fuente no se demolió, quedó enterrada hasta que los propietarios actuales la descubrieron hace algunos años.  Hasta hace un par de meses, la propietaria actual, la Sra. Susi Soto Vieyra permitía el acceso para observarla. Tenía la indicación de volverla a cubrir para preservarla. No se sí ya lo haya hecho.

Es este un testigo extraordinario del nivel original de la calle y de la arquitectura utilitaria  de la vieja ciudad, incluso conserva alrededor restos del empedrado del patio. Seguramente el encargado de la remodelación, ante su belleza, decidió no demolerla, y dejarnos ese testigo, de tiempos idos, para que muchos más pudieran disfrutarla. Lo logró.

Espero les haya gustado  prometo ir presentando en el futuro más detalles como estos, con la intención de que tomemos conciencia de que nuestra ciudad tiene un pasado, que persiste a pesar de todo.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
Les recuerdo que sigue a la venta en la oficina del Archivo Histórico Municipal el libro de la Señora Marimar Santana, referente al Archivo Histórico y los monumentos coloniales de San Juan del Río. Solo vale 50 pesos. Incluye la oportunidad de platicar con ella, quien es la encargada del Archivo y de paso que les dedique el libro.
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Un agradecimiento a la Sra. Susana Soto Vieyra por la oportunidad que me dio de acceder a su casa  para observar la fuente y por sus valiosos comentarios al respecto, accesible como pocas y deseosa de dar a conocer y preservar su valiosa  posesión.
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Y para que no anden como yo, de quejosos de que no hay libros de historia local, también está a la venta en el mismo lugar el libro  de la Sra. Aurora Castillo Escalona (QEPD), una de las pocas profesionales de la investigación que ha tenido nuestra ciudad. Un trabajo impecable. Solo 100 pesos. Trabajo centrado en la Hacienda de la Llave pero que incluye mucho de la historia temprana de nuestra ciudad.

domingo, 8 de noviembre de 2015

También en San Juan hace aire, no nomás en Cazadero


Del Cazadero a la Avenida Juárez.

No se tiene constancia cierta de la fecha de llegada de los españoles a San Juan del Río. Se sabe por una de sus Cartas de Relación, que en 1526 Hernán Cortés tuvo noticias de que “entre la costa del norte y la provincia de Mechoacán hay cierta gente y población que llaman Chichimecas” por lo que envió hacia allá 60 gentes a caballo, 200 peones y muchos indios. Supo que había también en esa zona algunos pueblos civilizados que habían sido vistos por españoles. No se tiene noticia del resultado de la expedición, ni quiénes eran los españoles que ya habían visto dichos pueblos.
Conformación del territorio a la llegada de los españoles. Nótese que en la zona de San Juan del Río no se registran pueblos, solo la leyenda "Salvages chichimeques y otomites"

Cazadero 1

Aunque ya para esas fechas el mismo Cortés había otorgado la encomienda de Jilotepec a Juan Jaramillo, consistente en el tributo de los  habitantes indios de todo su territorio, incluida la zona que hoy es San Juan del Río, era la frontera con los dominios chichimecas, razón por la cual, al menos inicialmente no resultaba un lugar atractivo. (En realidad aquí no había verdaderos chichimecas, eran otomíes y pames, algo indómitos y semi-nómadas pero no gente de guerra) Es hasta el año de 1528, cuando, según un testimonio de un juicio de 1536, Juan Jaramillo, explorando las tierras de su encomienda llega al pequeño asentamiento llamado Iztacchichimeca, encontrándose con unas cuantas casas de chichimecas, a los que obliga a retirarse. El motivo de la visita, según el mismo testimonio, fue por motivo de una cacería.

Cazadero 2
Entre Jilotepec y San Juan del Río, se localiza una gran zona plana (por su altitud superior no forma parte del hoy llamado Plan de San Juan) que abarca los actuales límites entre los Estados de Hidalgo, México y Querétaro. En la actualidad es primordialmente árida y solo poblada por unos cuantos mezquites y matorrales, pero que se supone, en esa época, con un clima más templado, sin llegar a ser un bosque, albergaba mayor cantidad de árboles.

A los espacios planos los españoles le llamaron “sabanas” y en este, cercano a nuestra actual ciudad ocurrió un hecho que por su magnitud se convirtió en noticia en todo el incipiente virreinato y ha perdurado por ya casi cinco siglos.

En el año de 1540, estando de Visita en Jilotepec el primer virrey de la nueva España, Don Antonio de Mendoza, recibió la invitación para participar en una montería y cacería al modo en que los indios lo hacían, eligiéndose para ello “unos muy cumplidos y extendidos campos que están entre Xilotepec y San Juan del Río”. Por ser una zona despoblada, se tuvieron que hacer aposentos para el personaje, criados y todos los empleados que con él viajaban.
La cacería inició muy de mañana, cuando casi 15,000 indios cercaron unas seis leguas del monte y haciendo ruido con manos y arcos avanzaron, reduciendo en cada paso la circunferencia inicial. Cuál sería la abundancia de animales en aquellos tiempos, que en esa simple maniobra, quedaron encerrados gran cantidad de ellos. Para el mediodía, el círculo se había hecho muy estrecho y por ello los indios fueron poniéndose unos detrás de otros. En ese momento llegaron los cazadores. Indistintamente arcos, flechas, arcabuces, ballestas, perros y jinetes, dieron cuenta de los animales que a su disposición se encontraban, incluso  hubo necesidad de en algunas partes abrir el cerco humano para que salieran muchos de los animales, al no darse abasto las armas.

Para ese momento, entraron en acción muchos cocineros que inmediatamente llevaban las piezas muertas a sus asadores, “llegándoles la caza a la cocina”.
Cuenta el cronista que a la puesta del sol, se había dispuesto de seiscientos venados de distintas clases, la mayoría berrendos, cien coyotes y una gran cantidad de liebres, zorrillos y conejos, muchos consumidos ahí mismo, otros más se repartieron entre los participantes, igual muertos que vivos, para todos hubo lo que quisieron y pudieron comer y/o cargar. Fue tal el frenesí de aquel día, que entre el círculo quedaron atrapadas gran cantidad de aves, que aturdidas, al final ni siquiera podían volar.

Fue tan renombrada esta cacería, más bien un “cazadero” que a partir de entonces la zona se dio por llamar “la sabana del Cazadero”. Le gustó tanto al virrey que programó otra para dos años después, 1542. No fue posible, en esa fecha, los verdaderos chichimecas, nómadas de los territorios entre Jalisco y Zacatecas se rebelaron contra la autoridad virreinal y Don Antonio tuvo que dirigir hacia allá su ejército. 

Muchos años después de ocurrida, su repercusión continuaba, seguramente, los viajeros del camino Real, trazado en uno de los extremos del llano donde había ocurrido, cuando pasaban por el lugar eran enterados del acontecimiento, constituyéndose en un referente del lugar. La primera noticia escrita de la cacería data del año de 1615, cuando Juan de Torquemada la incluye en su obra “Los Veintiún libros de la Monarquía Indiana” de donde proceden todas las referencias modernas, incluida la de Rafael Ayala.

Mapa del siglo XIX. incluye el "LLANO DEL CAZADERO"
Las casas construidas para el Virrey seguramente fueron el antecedente de la hacienda del Cazadero y hoy comunidad y Delegación Municipal, que conserva su singular nombre.

Cazadero 3
Se dice que durante todas las épocas continuaba la abundancia de animales, sobre todo de venados, que por razón del tráfico de personas se recluyeron hacia los montes y cerros cercanos. Hasta hace apenas unas décadas, en lugares tan cercanos como el Sitio, Rancho de Enmedio, Paso de Mata y otros, cercanos a los Llanos del Cazadero, se hablaba de que todavía existían.

Y prueba de ello, es la siguiente fotografía. Según la persona que me permitió reproducirla, es de los años cincuenta del siglo pasado, captada nada más ni nada menos que en plena Avenida Juárez, esquina con Allende.  En ella, posan un grupo de personas, entre ellas el exgobernador Saturnino Osornio, y parece que su pariente Don Palemón Ríos. Detrás de ellos, pendiendo de cuerdas está un grupo de ¡7 venados! seguramente producto de uno de los últimos cazaderos, y muy probablemente de los cerros cercanos al Sitio, comunidad de donde fue originario don Saturnino, próxima al Cazadero.

Fotografía de colección particular. El segundo de derecha a izquierda es el ex gobernador Saturnino Osornio, el cuarto parece ser don Palemón Ríos.
Del porqué en la avenida Juárez, solo puedo decir que en esa esquina, hoy moderno comercio, tenía su vivienda el ex gobernador. Fue una casona antigua, que seguramente él remodeló. Muchos años después, ahí se instalaron la popular cantina “la Cucaracha”, otra llamada “El León Dorado”, luego una funeraria y después una sucursal de la “casa Gabriel”. Hace un par de años, el local se remodeló a como lo vemos en la actualidad. Quien me permitió reproducir la foto es descendiente de él y fue quien me dio los detalles. Presento algunas fotografías modernas  del lugar.
Fotografía personal. Si los datos son exactos, sería el mismo lugar de la fotografía antigua, ¿Serán los mismos árboles?

Fotografía personal: La antigua casa de don Saturnino, en Av. Juárez.  Detrás del letrero rojo, la puerta ostenta una especie de celosía, con las letras S O,  sus iniciales.

Referencias:
Cortés Hernán, Cartas de Relación.

Torquemada Juan, Monarquía Indiana.
El título de esta entrada es un antiguo refrán local, que ya casi no se dice completo, solo la parte inicial.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Por andar con las prisas, en la pasada entrada omití una importante obra, dada a la luz por la mencionada editorial Librarius en el año 2013.

DICCIONARIO BIOGRÁFICO, GEOGRÁFICO E HISTÓRICO DE QUERÉTARO

Nominalmente trae por autor a don Rafael Ayala, como obra póstuma. Supongo que la dejó empezada y su hijo la completó, igualmente tengo la idea que la fue formando con muchos de los datos sueltos que iba hallando en sus investigaciones. No es exclusiva de San Juan del Río, pero como fue hecha por un preclaro hijo de esta tierra, debe ser parte del  retorno de la historia Sanjuanense.
Por su temática, es una obra voluminosa, en 703 páginas contiene muchísimos datos de personajes. Lugares y hechos olvidados, así como referencias modernas, incluso enlaces a Internet, que son difíciles de hallar en un solo tomo.
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No me lo van a creer, pero la entrada de las poquianchis ya rebasó las 2,000 visitas, no creo que sea la mejor que haya presentado, pero así es el público. Para los nuevos lectores que no la han leído, dense una vuelta a verla y… ¿Ya qué? Aumentar su rating.
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Había prometido conseguir algunos precios.
Les comunico que en la oficina del Archivo Histórico municipal, todavía están  a la venta:
La Edición 2006 de San Juan del Río, Geografía e Historia de Don Rafael Ayala, la más completa de las tres ediciones, a solo 100 pesitos. Obra fundamental e insuperable.

El libro de la Señora Marimar Santana, referente al Archivo Histórico y los monumentos coloniales de San Juan del río. Solo vale 50 pesos y ese precio incluye la oportunidad de platicar con la autora (ella es la encargada del Archivo Histórico Municipal) y de paso que les dedique el libro.