La ESFAC de San Juan del Río: ¡Presente!
La obra |
La extraña palabra ESFAC, representa para los antiguos
sanjuanenses, la evocación a una verdadera piedra angular de nuestra ciudad,
del viejo pueblo, de la moderna ciudad, de todos nuestros recuerdos, de muchos
de nuestros saberes.
Las siglas nos remiten a la Escuela Secundaria Federal Antonio Caso. Institución que a partir de la segunda mitad del siglo XX proporcionó a la entonces juventud local otro nivel de estudios, al que por entonces pocos accedían dado que implicaba trasladarse por lo menos a la capital del estado ya que en nuestra ciudad solo se podía acudir a instituciones de educación Primaria.
Como había mencionado en el artículo referente a la explosión demográfica, esta escuela en sí misma, nos ejemplifica de manera real el acelerado crecimiento de la ciudad. Seguramente los pioneros creyeron que la pequeña escuela que resultó del empeño para que sus hijos tuvieran educación de otro nivel, permanecería así por mucho tiempo, sin cambios, apacible e inalterable como eran todas las cosas en la para entonces también pequeña ciudad. Lejos estaban de imaginar que el aumento poblacional implicaría para la institución un igual crecimiento acelerado que no se detendría hasta bien entrada la década de 1990, cuando físicamente ya fue imposible el crecimiento de su infraestructura y su matrícula.
Para entonces ya lejos quedaba el recuerdo del puñado de alumnos que inició clases en el salón de cabildo de la Presidencia Municipal con su posterior traslado a la entonces casa Chavarría, junto al Portal de la Empacadora, también iba quedando en el olvido cuando la institución se convirtió en Federal y estrenó flamante edificio, construido exprofeso, con instalaciones por entonces de lo más moderno para el nivel de Educación secundaria en la calle Zaragoza.
El crecimiento que experimentaba la ciudad, y la consecuente demanda de los espacios para estudiantes hizo que en solo una década, esas instalaciones fueran completamente insuficientes y se requirió dar el cambio final, a un amplio terreno en lo que en la década de 1960 eran las afueras de la ciudad. Según lo que me dicen ni siquiera calle había, hasta poco tiempo antes habían sido unas milpas, arrasadas para establecer unos campos tierreros de futbol.
Recreación personal. El área de la Esfac en la década de los 70s . La línea azul con verde indica el paso de la acequia, hoy bajo la banqueta de la fachada. |
Quiso la casualidad, que el terreno donde se construyó era el
final de la meseta del pueblo y estaba delimitado al frente por el paso de la
Acequia del Pueblo. Así, esta característica determinó la actual fisonomía de
su fachada que al estar en la meseta, queda al nivel de la calle,
pero todas las instalaciones están metros debajo de él, fuera de la
meseta.
El municipio, siempre previsor, ocultó la acequia debajo de
la banqueta del frente y le dio nombre a la calle resultante: Heroico Colegio
Militar. En esta, su actual ubicación, pasó de apenas tres grupos por
grado a dos decenas de ellos, a tener que establecer un turno vespertino, a
utilizar hasta el último espacio del terreno disponible para instalaciones
educativas que fue requiriendo con los años, incluso, inicialmente el terreno
solo abarcaba la mitad de la cuadra, y a
mediados de la década de 1970, se anexó lo que hoy son las canchas deportivas,
que hasta entonces eran un parque infantil.
En esta entrada, contrario a la tendencia de este blog, solo diré
estos datos de su historia, básicamente de los edificios que ocupó. Por haber
sido durante muchos años la única escuela de nivel secundaria de la localidad y
siempre una de las más prestigiadas
entre las muchas que hoy la acompañan en su labor educativa, cubriendo un
nivel, en el municipio.
Para los sanjuanenses de cierta edad la mención de esas siglas es mencionar la Secundaria por antonomasia, la de siempre, la de nuestros recuerdos, a la que todos llegábamos caminando porque ni había ni se necesitaba transporte público, siglas que nos recuerdan la inocente barda de apenas un metro y medio de altura que la rodeaba y que nos permitía, sin permiso poder degustar en el recreo las exquisitas tortas de don David en el mercado Reforma, causa de que hoy las bardas tengan casi 4 m de altura. La siglas evocan los baldíos que hasta hace poco, excepto la fachada, la circundaban, escenario final inevitable de la mítica frase “nos vemos en la salida”. Los actuales patios, hoy completamente cubiertos por cemento o adoquín ya no levantan el polvo, que surgía en las batallas campales de grupo contra grupo, del tepetate que era por entonces el suelo, con los consecuentes “reportes”.
Para los sanjuanenses de cierta edad la mención de esas siglas es mencionar la Secundaria por antonomasia, la de siempre, la de nuestros recuerdos, a la que todos llegábamos caminando porque ni había ni se necesitaba transporte público, siglas que nos recuerdan la inocente barda de apenas un metro y medio de altura que la rodeaba y que nos permitía, sin permiso poder degustar en el recreo las exquisitas tortas de don David en el mercado Reforma, causa de que hoy las bardas tengan casi 4 m de altura. La siglas evocan los baldíos que hasta hace poco, excepto la fachada, la circundaban, escenario final inevitable de la mítica frase “nos vemos en la salida”. Los actuales patios, hoy completamente cubiertos por cemento o adoquín ya no levantan el polvo, que surgía en las batallas campales de grupo contra grupo, del tepetate que era por entonces el suelo, con los consecuentes “reportes”.
Inútil es en este espacio hacer un recuento de los alumnos
que tuvo. Aquí estuvieron todos los posible durante décadas, destacados para
bien o para mal en todos los aspectos, incluso redactores de blogs fueron
alumnos de la institución.
Igualmente es difícil abarcar a los grandes maestros que hicieron historia en la institución y nuestras vidas, sin embargo, se abre una posibilidad:
En el pasado mes, creo
que sin mayor publicidad, se presentó un libro que es una semblanza de los 65
años que la institución acaba de cumplir. Lamentablemente por lo ya dicho no asistí al evento, pero habiendo ya pasado por manos, vista y mente, me
permito hacer una semblanza del mismo, con objeto de despertar su interés para
que lo adquieran.
Como para que la cuña apriete… la autora es la Mtra. Angeluchy Sánchez (aunque en los créditos se ostenta como Directora Editorial?) Ex alumna y actual maestra de la propia escuela. Impreso en papel satinado de gran calidad, permite en muchos casos que los gráficos tengan una resolución excelente.
Entrada actual de la Escuela. Fotografía personal. |
Se titula “65 años Una Realidad que hace historia” Consta de
145 páginas. En 6 capítulos que en realidad son 5, nos remonta desde el origen,
descripción, homenajes, recuerdos y anécdotas de la institución hasta
llevarnos a su propio futuro.
El marco histórico cuenta con unas breves páginas que de
manera concisa nos ubican en el tiempo espacio y circunstancias que dieron
origen a la institución, así como los mismos factores que en tiempos
posteriores permitieron su desarrollo. Una estricta investigación que nos da
los datos duros necesarios de una historia de la que casi cuatro generaciones
de sanjuanenses conocemos solo un segmento, incluyendo una semblanza de algunos
personajes que fueron importantes en la fundación y en su posterior desarrollo.
Después de ello, más que texto, es una recopilación de
imágenes que constituyen la mayor parte y la esencia del libro, ya que abarcan
todos los tiempos de la escuela, incluyendo fotografías tanto de eventos como
de docentes, actos y cuadros generacionales.
Esta riqueza visual, a la vez es el punto débil de la
publicación ya que no se incluyen todas las generaciones, aún en años en que
eran pocos grupos y resulta decepcionante ir viendo los que te antecedieron y
resultar que tú no estás. (como ocurrió en mi caso) Creo que en un volumen era
imposible abarcar todas las generaciones hasta la época actual, pero si se
hubiera hecho en dos, con cierto año como límite para el
primero y los demás en el segundo, se hubiera podido incluir a todos. Igualmente
con algunas de las Plantillas de Profesores. No están todas. Creo que sería mi
único reproche y el de muchos. Obviando el punto anterior, debemos agradecer
que aún con esas incompletas fotografías la autora nos permitió viajar a los
recónditos espacios de la memoria y volver a nuestra niñez, a recordar entre generación
y generación nuestra adolescencia. Les va a ocurrir que cada serie
de imágenes, por los recuerdos que atrae, tarden más
en dar vuelta a la siguiente. Especialmente si encuentra los tres años en los
que fueron estudiantes de la escuela. (... Bueno, algunos más de tres)
Ahí encontrarán al amigo olvidado, a la primera novia, (o
intento de ) al gandalla, al que no
hablaba, al que se fue y nunca lo volvimos a ver, al que destacó, al amigo que hasta hoy es, al que entonces
era. En fin, a todos los que nos acompañaron en el breve espacio de
vida, solo tres años, pero que tanto significan ahora.
Igualmente, les ocurrirá con los maestros, viendo la misma fotografía, según la generación y el hecho de que muchos permanecieron toda su vida laboral en ella, algunos diremos “Qué joven estaba” o “que viejo era. Recordaremos con sus imágenes como empezaban sus clases, sus manías, sus frases célebres, sus apodos, etc. (todos tuvieron)
Por la gran cantidad de nombres de alumnos, autoridades y docentes que se manejan, hay varios errores, que cada uno podrá ir descubriendo, pero creo que no afectan el propósito general de la obra.
Así es que si quieren una máquina del tiempo funcional, no
duden en adquirir el libro, de los pocos escritos por sanjuanenses y con un
tema original, no la común repetición de otros. Supongo que como casi
todos los que escribimos al respecto, la autora (no tengo el gusto de conocerla
personalmente, sé de ella por sus actividades artísticas) más que el puro
interés monetario, está el difundir recuerdos, tal vez simples, pero
significativos para muchos, en este caso de verdad muchos, adquieran el libro y
le permitan emprender otro proyecto.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD