domingo, 31 de agosto de 2014

San Juan del Río, datos poblacionales

DATOS DUROS:

Había prometido hacer algunas entradas que dieran datos para ayudar a los niños y no tanto para sus tareas. Hoy les presento la actualización  más reciente en cuanto a población de esta ciudad de San Juan del Río. Ya la había publicado a inicios de este blog, pero los datos eran del censo de 2000. Aclaro que  al cambiar el INEGI su formato, algunos de los aspectos ya no se retomaron por no tener continuidad, y parece que por esta década no habrá cuaderno estadístico municipal, que era la información más completa de censos anteriores. Los aspectos geográficos se conservaron, la población y sus aspectos relacionados son del censo 2010, con una actualización  de 2012. Tal como están, no se encuentran juntos en ninguna parte, por lo menos hubo que revisar cuatro publicaciones del INEGI, además de las ya mencionadas. Espero les sirva.

Situación geográfica y poblacional

San Juan del Río es un municipio perteneciente al Estado de Querétaro de Arteaga, ubicado en su parte sur, a  51 Km. de la capital del estado. Tiene una superficie  de 779 km2 que corresponden al 6.9% del total del estado. Se localiza en las coordenadas geográficas: Al norte 20° 34´. Al sur 20° 12´ de la latitud norte; al este 99°50´ y al oeste 100° 12´ de longitud oeste. Con una altitud promedio de 1920m SNM.


Colindancias: al norte con los municipios de Pedro Escobedo y Tequisquiapan, al este, con el municipio de Tequisquiapan y los estados de México e Hidalgo, al sur con el municipio de Amealco y el estado de México, al oeste con los municipios de Amealco, Huimilpan y Pedro Escobedo.


Las elevaciones principales son: (Metros sobre  el nivel del mar)

Cerro Xajay         2680                                                      Cerro Prieto         2610

Cerro la Cruz       2530  (no el del barrio del mismo nombre, otro por Cazadero)

Cerro Jingo          2460                                                     Cerro Gordo        2290

Cerro la Venta     2130


El clima predominante es semiseco templado (BS1k) en 61.1% de  su superficie, con temperatura media anual de 17.5 °C.  Y precipitación promedio anual de 553.9 mm

Su fisiografía pertenece mayormente a la topoforma Lomerío de la subprovincia de Llanuras y Sierras de Querétaro e Hidalgo, del eje Neo Volcánico. Geológicamente se compone por suelo y rocas ígneas intrusivas, extrusivas, volcanoclásticas y sedimentarias, originadas en los periodos Terciario y Cuaternario de la era Cenozoica.


Hidrológicamente está formado por las subcuencas San Juan, Drenaje Caracol, Prieto, Arroyo zarco y Tecozautla, todas de la cuenca del río Moctezuma que pertenece a la región Pánuco.  Las principales corrientes son los ríos San Juan, Los Zúñiga, el Caracol y Hondo. Los principales cuerpos de agua son las presas Constitución de 1917, la Llave, (Divino Redentor) Hidalgo y los bordos la Joya, San Gilberto y Victoria.

La conformación del municipio es mayoritariamente plana, conocida localmente como “Plan de San Juan”  mismo que está bordeado en sus extremos, que a su vez son los límites municipales por los remates de zonas montañosas, formando un valle. 

En cuanto a vegetación, el 58.4 % de la superficie estaba ocupada por la agricultura; 9.6% corresponde a pastizal, el bosque tiene el 9.9 % el matorral 11.5%, otros 1%.

La población del municipio de acuerdo al censo del año 2010 es de 241 699 habitantes, 117,628 hombres y  124,071 mujeres. La mediana de la población es de 25 años. Se tiene una tasa de crecimiento anual del 2.5 %. El 26.3% de la población reside en localidades menores a 2500 habitantes y 73.6% en localidades mayores. El total de viviendas ocupadas es de 61,715. La población económicamente activa es de 101,289 personas. Las principales localidades son: La cabecera municipal, la Estancia, la Valla, la Llave,  Paso de Mata y Santa Rosa Xajay. En conjunto se tienen  61,715 viviendas habitadas. Del total de habitantes, 63,552 nacieron en otra entidad. Solo 1,259 hablan alguna lengua indígena.


La industria manufacturera representa la mayor fuente de ocupación, seguidos por el comercio, la construcción, servicios, agricultura, ganadería, aprovechamiento forestal, caza y pesca. Las principales industrias manufactureras son la fabricación de prendas de vestir, fabricación de insumos textiles, fabricación de insumos de computación, comunicación, medición y otros equipos, componentes y accesorios electrónicos.    

El municipio está comunicado por un total de 216.8 km. de caminos,  71.90 de ellos  federales y 62.20 Km  estatales, casi todos pavimentados y 82.70 Km de caminos rurales, la mayoría solamente con revestimiento o empedrado.


La cabecera municipal es la ciudad de San Juan del Río, donde hace muchos años...

Fuentes: Cuaderno estadístico Municipal, San Juan del Río, Edición 2004, INEGI.
                 Anuario Estadístico, INEGI 2012
                Enciclopedia de los municipios de México 1999  Tomo 2 Colima- Querétaro-Sinaloa    
                Secretaría de Gobernación –Centro de Desarrollo municipal.  CD-ROM.

sábado, 23 de agosto de 2014

Agustín Ruiz Olloqui Rangel el último imperialista de San Juan del Río, Querétaro.


En los tiempos del Imperio de Maximiliano (1864-1867) la población de San Juan del Río era declaradamente imperialista, esto en razón de que en los años previos había sufrido múltiples ocupaciones por parte de los conservadores (era el sitio favorito de ataque de Tomás Mejía) y cuando estos dejaban la plaza, inmediatamente llegaba la represalia del ejército liberal que se apostaba en la ciudad a castigarlos por haberse dejado derrotar por los otros, así que, entre dos fuegos eligieron al que pensaban era el menos peor y de esa manera, convirtieron a los liberales y todo lo que oliera a ellos, en sus enemigos jurados.

De toda una ciudad pro imperialista, hubo un grupo de personajes que lo eran aún más, concentrados en la entonces llamada calle de Don Esteban,  hoy 16 de septiembre, donde residían las familias más acaudaladas, baste decir que en ella vivía la descendencia y familia de don José Luis Quintanar, los hijos del General Juan Domínguez, muchos de los hijos y nietos de Don Esteban Díaz González, la familia Berruecos, los Uribe, etc. Familias de antiguo abolengo que poco a poco habían ido perdiendo preminencia con las disposiciones de los gobiernos liberales y vieron en la llegada del imperio la oportunidad de recobrar algo de su esplendor y apoyaron, no a muerte como veremos adelante, pero sí decididamente al nuevo monarca.

El entonces Prefecto de San Juan era el Doctor Manuel Domínguez, hijo del General Juan Domínguez, quien con apoyo de familiares y vecinos tomó decididas acciones para granjearse a sus graciosas majestades, entre ellas, la idea de erigir una columna en la plaza principal, para colocar un busto de la Emperatriz Carlota (que en una de esas paradojas del destino, ella misma sugirió se dedicara mejor a la Independencia, y así nació un año después la columna que actualmente vemos en el centro de nuestra ciudad) lo que compensaron declarándola Patrona y especial protectora de San Juan del Río.

Durante la Visita de 1864 de Maximiliano, Domínguez declaró el día como fiesta nacional,  hizo liberar a los presos de condenas leves y organizó  todas las fiestas habidas y por haber ante tan fausto acontecimiento, incluso, al venir Maximiliano sin Carlota, en el baile de honor, fue la hermana del Prefecto, Paz Domínguez, quien bailó con él. (Contra lo que se sostiene, Carlota nunca estuvo en San Juan del Río, ni una ni “varias veces”. No he hallado ningún documento que pruebe su estancia aquí, todos los ofrecimientos y honores que se le hicieron fue a distancia,  vía documentos, nunca en su presencia)

Al paso de apenas tres años,  Maximiliano regresó a San Juan del Río, más solo que la vez pasada y en circunstancias adversas, con rumbo a Querétaro, en un viaje del que ya no retornaría. La suerte de espaldas que portaba no impidió que los habitantes de la antigua calle del Curato, le manifestaran nuevamente su apoyo y aún más, en marzo de 1867, ya en la ciudad de Querétaro, tuvo en su ejército a tres “sanjuanenses”, los tres sobrevivirían al cabo de tres meses, no así el emperador. Eran:

Manuel Domínguez Quintanar. Nombrado Prefecto político de la ciudad de Querétaro  durante los meses que duró el sitio de ella.  Al ser derrotados, se salvó de ser fusilado gracias a su comportamiento humanitario con los prisioneros liberales, quienes abogaron ante Escobedo para que lo perdonara. Pudo regresar a San Juan y después se trasladó a México.

Celestino Díaz Domínguez. Nieto de Don Esteban, fue nombrado abogado del Imperio, había nacido en San Juan pero se había refugiado en la ciudad de Querétaro desde antes de la llegada del emperador, ahí lo recibió. Al no ser militar pudo salvarse, pero ya no volvió aquí, se dedicó a la política, el periodismo y el comercio en aquella.

Y finalmente, también estuvo con Maximiliano:

Agustín Ruiz Olloqui Rangel


El doctor Olloqui, imagen tomada de Díaz

Nacido en Huichapan, Hidalgo, el 30 de enero de 1835. (aunque también se dice, incorrectamente que nació en San Juan y en el año de 1840) Hijo de la  Sra. Dolores Rangel y el Lic. Joaquín Ruiz Olloqui. (que había sido Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación) Obtuvo título de médico en 1860 y poco después ejercería como médico militar durante la invasión Francesa en el ejército liberal al mando de Porfirio Díaz. Entre ese año y 1863 se casó con una sanjuanense, Isabela Uribe Díaz, nieta de Don Esteban. Para 1864 estaba avecindado en San Juan y era regidor de la ciudad. De él fue la propuesta de hacer celebrar como día nacional el 7 de junio, aniversario de la emperatriz, e intervino entre los que le ofrecieron un cetro de oro.

Aquí nacería su primer hijo en 1866 y poco después, ante el avance liberal, se refugió con su familia en la capital queretana, donde ejercía su profesión de manera particular. Con la llegada de Maximiliano, fue nombrado director del Hospital de Sangre (o sea donde atendían a los heridos) durante el sitio a la ciudad. El 12 de mayo de 1867, de manos del propio Maximiliano recibió la condecoración de Caballero de la Orden de Guadalupe, aunque no tuvo mucho tiempo para lucirla, apenas tres días después cayó la ciudad en poder del ejército liberal. Se salvó  por su profesión y el hecho de haber atendido por igual a los heridos de ambos bandos, en el Hospital Civil inicialmente y luego en los que adaptó al aumentar los heridos,  con más voluntad que recursos, en el Convento de San Francisco y hasta en el edifico del Casino.

Terminado el sueño imperial en el cerro de las Campanas, pudo  al poco tiempo regresar a San Juan del Río. Aquí tenía su casa, apenas a un costado de aquella a donde sus familiares políticos ya no volvieron, en una pequeña calle conocida entonces como “de la Duda” donde seguramente pensó que iba a tener la paz que no había disfrutado en muchos años. Pero el destino le tenía preparado un último sobresalto.

Fusilado Maximiliano en 1867, fue necesario embalsamar el cadáver con el problema de que no había en toda la ciudad y alrededores ningún médico capacitado para ello, (Juárez decretó que la labor debía de ser hecha por un mexicano,) recayendo el encargo en el único que se atrevió, el Doctor Vicente Licea, un obstetra avecindado que hizo lo mejor que pudo y al carecer de instrumental adecuado tuvo que solicitarlo prestado a Agustín Ruiz Olloqui, lo cual no tendría ningún detalle en particular, solo que Licea tuvo meses después, la ocurrencia de intentar vender la vestimenta que portaba el cadáver por 15,000 pesos, según él porque no se le habían pagados sus servicios. Al descubrir el gobierno la acción provocó que fuera enjuiciado y tuvo que defenderse como gato boca arriba pues estaba en peligro su vida y llamó a varios testigos en su defensa, uno de ellos fue el Dr. Ruiz Olloqui, quien en marzo de 1868 tuvo que declarar. Ambos salieron bien librados, Licea completamente desprestigiado pero vivo.

Fotografía personal: "La solariaga" casa del doctor Olloqui en la actualidad

La casa que habitó, que aún se conserva, casi intacta, es una de las más hermosas del centro de la ciudad, no es tan grande como lo eran las  vecinas, pero es muy estética en su forma y distribución, de estilo neoclásico. (fue construida en el siglo XIX, no es colonial como dicen muchos) No tengo información reciente de ella, hasta hace pocos años todavía vivía ahí y conservaba la propiedad un descendiente suyo, que mantenía la casa en perfecto estado, incluso mucho del mobiliario antiguo.

Tras el último susto, poco tardó el Doctor en volver a la política, al menos desde 1869  ya formaba otra vez parte del Ayuntamiento de San Juan del Río. Durante el gobierno de Porfirio Díaz fue dos veces diputado y  una vez senador de la República. Aquí fue muchas veces parte del Ayuntamiento, a veces como prefecto, a veces como regidor y a la vez dirigía y atendía el Hospital Municipal (el antiguo de San Juan de Dios) y fue el médico del Ferrocarril Central. Adquirió por esas fechas el Rancho el Barreno, que por entonces era un molino de trigo. Esta propiedad  sí fue vendida por sus descendientes en el siglo. Por cierto, tuvo muchos hijos, la mayoría hicieron sus vidas en otros lugares.

Aunque se dice que editó varios libros, solo he podido localizar uno, de temas médicos, y otro con leyendas, sin embargo, era desde 1864 miembro de la sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y desde 1872 de la Sociedad Mexicana de Historia natural. A la par de ello, se hizo por gusto historiador local, recopiló infinidad de documentos y datos sobre nuestra ciudad, aunque al parecer no los reunió nunca en libro. Estos apuntes, datos sueltos en su mayoría, han sido utilizados, desde sus tiempos hasta nuestros días en infinidad de libros, sin haberle dado el crédito correspondiente, nunca los he visto en físico, solo por referencias sé que existen y su contenido. Lo poco que sabemos de nuestra ciudad a fines del siglo XIX en nuestra ciudad fue escrito por él.

Poco antes de morir. su dinastía se prolongó, su hijo Joaquín se desempeñó todavía como Prefecto de la Villa de Tequisquiapan durante casi Todo el porfiriato y él otra vez en nuestra ciudad. En el mes de noviembre de 1904 murió en su casa de la calle de la Duda, que mucho después recibiría su nombre. Ninguno de sus antiguos amigos volvió, las familias que lo habían rodeado se habían ido diluyendo, ya casi no había apellidos Díaz, Domínguez, etc. Solo quedó él como el último de los muchos  imperialistas del pueblo.


Firma del Doctor, imagen tomada de una carta del proceso contra Licea

¿Imperialistas? ¿Reaccionarios? ¿Ilusos? Creo que a ojos actuales no nos corresponde juzgarlos, fueron hombres que vivieron, pensaron y actuaron según las circunstancias de su tiempo y tomaron las decisiones que les tocaron, asumiendo sus consecuencias, sirva esta semblanza como un homenaje a nuestro primer historiador: El Doctor Olloqui como era conocido en su tiempo, otro de los que adoptaron nuestra ciudad como segunda patria y la enaltecieron.

Les decía que la casa se conserva casi intacta porque en la fachada se le agregó recientemente un nicho de la virgen de Guadalupe, (por cierto, he escuchado que en ella se tenía hace muchos años una pintura del Greco, que alguien había dejado “encargada” ignoro si fuera cierto o solo fue una leyenda semiurbana) la otra modificación es una placa de cantera colocada al frente y que reza así:

Fotografía personal: Fachada de la casa en la actualidad

1835-1904

DESDE ESTA CASA

SOLARIAGA EL DOCTOR

AGUSTIN RUIZ OLLOQUI

EJERCIO LA PROFESION DE

MEDICO CON GENEROCIDAD Y

SENTIDO SOCIAL EN FAVOR DE

LOS SANJUANENSES MAS DESVALIDOS DE

LA EPOCA

                                                JULIO 24 DE 1926

 Fotografía personal, la placa en memoria  en la actualidad

José Luis Hernández Peña

Para mayor información de las familias de la calle 16 de septiembre, ir a este enlace:
http://iztacchichimeca.blogspot.mx/2014/06/como-dijo-juan-dominguez-no-me-olviden.HTML

La bibliografía se las debo para luego, consideren esto por mientras mis “apuntes” aclaro que el escrito es original, basado hasta el último detalle en algún texto o documento.
____________________________________________________________

Actualización 22 de Marzo de 2015

En pasada entrada había hecho una semblanza, casi biográfica de  Don Agustín Ríos Olloqui, mencionando el 4 de Noviembre de 1904 como fecha de su fallecimiento, dado que así estaba consignado en el libro de Díaz , del que tomé la fecha, parece que hay un error.


El pasado fin de semana, tras muchos años de no hacerlo pude entrar a la hoy llamada Parroquia de San Juan Bautista, que en mi niñez era “El Templo” o  el “Templo del Sagrado Corazón” (siempre que iba lo encontraba cerrado, pensé que estaba siendo remodelado)  con cámara en mano y permiso expreso para hacerlo, me dispuse a tomar fotografías, a pesar de que el interior era ocupado por una multitud de niños tomando catecismo en pequeños grupos dispersos a todo lo largo y ancho del casi basilical espacio. Nada ha cambiado en él, más que el nombre, las mismas imágenes, la omnipotente solemnidad que le da el extraordinario juego de luces naturales logrado por las linternillas y los vitrales, que hacen converger la mirada siempre hacia el altar, nada ha cambiado, incluso en la catequesis, todavía en la esquina norponiente encontré un grupo de niños, mismo lugar donde hace varias décadas, también yo era parte de otro que escuchaba no tan atento las enseñanzas de las siempre sufridas y abnegadas catequistas.  Otro día abundaré sobre el interior del templo. Recorriendo encontré un detalle, que debo haber visto en aquellas épocas, cada sábado, pero  que no recordaba, hoy se los comparto.



En una de las primeras columnas, entrando por el lado de la Plaza de los fundadores, a la derecha, se encuentra una placa, indicando que reposan ahí los restos del distinguido personaje. Sabía que había sido sepultado en la ciudad, pero pensé que había sido en el Panteón de la Santa Veracruz, donde están varios de sus familiares. 
A pesar de que la columna es muy ancha, no creo que haya sido sepultado originalmente ahí, en aquellos tiempos ya no se permitía el entierro al interior de los templos, aunque pudo hacerse una excepción dado su investidura.
En ella está una placa de mármol, empotrada en el fuste, con la inscripción que contiene además,  los restos de su esposa, Doña Isabel Uribe Díaz, (Nieta de Don Esteban Díaz González, e integrante de la familia Uribe, también vecinos de la Calle 16 de Septiembre) fallecida el  9 de octubre de 1896.
El detalle de la placa, es que todavía utiliza el modo antiguo para las abreviaturas, que consistía en poner las letras iniciales de la palabra y al final, la última letra en caracteres más pequeños.
En dicha placa, se encuentra la fecha exacta de su fallecimiento, 9 de septiembre de 1904.
 
 

sábado, 16 de agosto de 2014

A color el escudo de San Juan del Rio





Por fin lo hallé, no es de buena calidad pero se aprecia más que los otros, no estaba en un libro, es un recorte, supongo que de una revista o publicidad del gobierno municipal, porque no está exactamente igual al mostrado ayer.

Creo que con esto se agota el tema. Están claros los símbolos:

San Juan Bautista, por haberse fundado según la leyenda, un día 24 de Junio, día del Bautista, efigie que preside el viejo templo de los naturales de la ciudad.

El Puente de la historia, de la época colonial, aun de pie.

El Escudo de España, una de nuestras raíces.


La rodela otomí, estilizada, es decir, el escudo utilizado por los guerreros otomíes, la imagen corresponde a los guerreros que de esa etnia combatían en el ejército azteca.

jueves, 14 de agosto de 2014

El escudo de armas de San Juan del Río. (Actualización)


 El escudo de armas de San Juan del Río. (Actualización)
ESCUDO ORIGINAL MONOCROMATICO, EN VELAZQUEZ 1997, EL QUE PUBLIQUE ANTERIORMENTE ERA DE UNA REVISTA PERO LO HABIAN COPIADO DE AHÍ.

El día de hoy publico uno de mis pendientes y a la vez complemento un poco la información que ya había presentado anteriormente al respecto en la siguiente liga:
A los que en los últimos días han estado visitando el blog por información al respecto, espero les sirva.
Recalco que el actual no es un escudo heráldico, real, de armas, genealógico o cualquier otro símbolo antiguo.

Fue establecido a través de un concurso convocado en el año de 1985, durante el Gobierno Municipal del Ing. Leopoldo Peralta Navarrete, por el cronista de la ciudad, el Sr. José Velázquez.

Dado que no es un escudo antiguo no tiene ningún significado heráldico, ya que este tipo de ornamentos seguía una serie de reglas precisas en la cuales todos los elementos, incluida su posición, tamaño, forma y división de sus campos, (los espacios al interior) la disposición de los que contenía, el tamaño, su exterior, su encabezado, incluso los colores tenían un significado y un valor predeterminados, en el caso de nuestra ciudad, no se siguieron esas reglas, así que no tienen significado, lo que hizo el pintor Héctor Raúl Rojas López es un diseño gráfico, que es lo que correspondía de acuerdo a la época.

Recuerdo que ese fue uno de los argumentos que esgrimieron en su tiempo algunos de los otros concursantes: “que no seguía las reglas de la heráldica”, solo puedo decir que dichas reglas solo eran válidas, al disponer de ellas el emisor, es decir el Rey. Lo que en tiempos modernos se busca es un diseño que contenga elementos estilizados de significado para la población o ciudad,que sea agradable a la vista y si se parece a un escudo, mejor.

Igualmente, por no ser escudo antiguo, la interpretación de su forma y elementos no puede hacerse observándolos, y está a la completa libertad del autor o quien lo vea, hacer su descripción. A continuación les presento  lo que pudiéramos llamar su significado, siempre a juicio del que lo escribe.

“Este diseño tiene la forma tradicional de escudo, con la parte superior horizontal que baja en dos paralelas que se juntan en la parte inferior. La figura está dividida en dos partes. En el campo superior se encuentra la imagen del Santo Patrono San Juan Bautista representado en medio cuerpo, luego simbolizando el devenir histórico está  el puente de cinco arcos; la parte inferior  se divide en dos campos: en  el de la izquierda se encuentra la rodela otomí y en el de la derecha el escudo de España” (Santana,  2011.  Lo tomó de Velázquez, 1997)

INTENTO DE ESCUDO, 1965.  ANUARIO DE LA FERIA

“Se compone de un blasón tradicional acompañado de un par de cenefas que descienden desde la parte superior y se unen en la parte central inferior. El blasón se divide en tres secciones representativas del municipio de la siguiente forma: en el medio superior, se ubica la imagen del Santo Patrono San Juan Bautista, erguido sobre el "Puente de la Historia" representando la fundación y la evangelización del pueblo. 

El medio inferior, se divide a su vez en dos partes que representan el momento previo a la evangelización: el lado izquierdo se ubica la rodela otomí, que simboliza nuestras raíces prehispánicas; el lado derecho da espacio al escudo español, como significado de quienes fundan la ciudad. En la parte baja del blasón se ubica un gallardete que lleva inscrito el nombre del municipio.” (INAFED, 2015)

“La forma tradicional de escudo, con la parte superior horizontal bajando en dos paralelas  que se juntan en la parte inferior, dividiendo la figura en dos partes y dejando en un campo superior en donde la imagen del Santo Patrono San Juan Bautista en medio cuerpo toma base en el puente de la Historia de cinco arcos; la parte inferior  se divide en dos campos:  quedando en el de la izquierda, la rodela otomí  sobre fondo verde y en el lado  derecho el escudo de España, adornan este escudo orlas modernistas que lo enmarcan a los lados.”  (Velázquez, 1994)

Y así, cada quien puede hacer su interpretación, en lo personal, sí  creo que los símbolos que contiene representan el pasado, le faltó alguno moderno, pero en general creo que es estético y cumple su función de representatividad.

 
FOTOGRAFIA DE GOOGLE 2014, EL ESCUDO TALADO

En la esquina de Hidalgo y Av. Juárez existía en una Jardinera una representación en cantera del escudo, obvio, no antiguo,  hace un par de meses fue retirada.


ESCUDO ACTUAL, ESTILIZADO, EN EL CENTRO HISTORICO Y CULTURAL

Sigo sin encontrar la imagen original,  a colores con buena definición, algún día lo hallaré, estoy seguro de tenerlo mientras tanto presento otros dos, uno viejo y  variantes del actual.


Nota: Aclaro que sé los detalles porque un maestro mío participó en el concurso y lo acompañe a la reunión previa, la entrega y la presentación de resultados, no puedo repetir las palabras textuales que dijo cuando perdió.
 Como en todas las actualizaciones, se remiten a la entrada original.

sábado, 9 de agosto de 2014

La Maldición de Salazar


La advertencia

Aunque suena a telenovela, en realidad se trata de un escrito antiguo, en el cual se hace una seria advertencia a los habitantes de la ciudad de San Juan del Río para corregir ciertas actitudes, incluso, en caso de no hacerlo, menciona una terrible consecuencia:

“Llegará el día en que  se diga: Aquí fue el pueblo de San Juan del Río”

El título del documento en cuestión es kilométrico y aparece en lo que sería la portada

Compendio Historico, Político, Topo-

grafico, Hidraulico, economico, e instructivo que manifiesta el Esta

-do de la  Jurisdiccion de San Juan del Rio de la Probincia

de México por fines de Diciembre del Año de mil setecientos

nobenta y tres. Con arreglo a las circunstancias y Naturaleza

de sus terrenos y Paninos y según sus establecimientos gene-

-rales el qual a hecho dn Pedro Martinez de Salazar  y Pa-

-checo Subdelegado en ella que lo dedica al Exmo  Señor Con

-de de Revilla Gigedo Virrey Gobernador y Capitan Ge

-neral de esta Nueva España.

(Aunque creo que después se arrepintió y pide “abochornado de mi pequeñez y de mi veneración” que se le den por título solamenteCompendio Historico, Político, Topografico, Hidraulico y Economico que manifiesta el estado de la  Jurisdiccion de San Juan del Rio”

El documento fue elaborado por a petición del Virrey Don Vicente de Güemez Pacheco de Padilla, Segundo Conde de Revilla Gigedo, uno de los mejores gobernantes que se tuvo en la época colonial, con intención de conocer la totalidad de la población de la Nueva España.  Gobernó de 1789 a 1794 y se caracterizó por el orden que puso en la administración, sobre todo en cuestión documental, debiéndose a él, el primer antecedente del actual Archivo General de la Nación.

En tal fecha, la Jurisdicción de San Juan del Río, en lo político, formaba parte de la provincia de México y era gobernada por un Subdelegado, Don Pedro Martínez de Salazar, quien el 17 de enero de 1793, recibe la circular, enviada desde el 31 de diciembre de 1792, para el conteo  e ipso facto (bueno, no tanto, se tardó casi un año) se dedica a realizar el compendio, que termina “por fines de diciembre del año de 1793”.


Carátula del compendio (difícil de escanear completa por el encuadernado y las pastas)
Ignoro si además del conteo de habitantes, recibió otras instrucciones, el caso es que  don Pedro, se dedicó a hacer un perfecto recuento de nuestra hoy ciudad en todo lo que les fue posible, constituyéndose en la perfecta fuente de conocimiento de las condiciones que tenía al final de la época virreinal. Por proveer en detalle todos los aspectos del pueblo, ha sido fuente de información para muchos autores serios, como Jaime Nieto y Rafael Ayala que la transcriben casi en su totalidad y muchos otros que extractan de ella, sin darle el crédito correspondiente.

De su amplio contenido solo diré que menciona los pueblos que comprenden la jurisdicción, el detalle del pueblo, nacimiento y recorrido de los ríos, haciendas y dueños, comercio y ocupación de los habitantes, “número de almas” indios y españoles, los barrios, templos, construcciones, alcabalas, etc. Es decir, que a lo mejor sin pensarlo, Martínez de Salazar creó una verdadera enciclopedia del municipio para la época.

No voy a comentar el contenido del Compendio, sino un detalle curioso que aparece en sus páginas finales. Una especie de advertencia que dice así:

No es posible que el excelentísimo señor Conde de Revilla Gigedo esté verdaderamente noticioso  de los trabajos que padece este pueblo, ni del método de vida que sus individuos manejan, metidos cada uno en su casa, sin rasgos de civilidad, amor, unión ni amor los unos por los otros por defecto de no tratarse y estar embriagados  en el acopio de caudales porque de saberlo ya hubiera puesto remedio para unir y conciliar estas gentes. Introduciendo en ellos, la civilidad común, siendo a mi entender  el más especial crear en este pueblo un cuerpo de República, cuyos cargos han de obligar de fuerzas a los nuevos republicanos a tener trato y comunicación los unos con los otros y a no tratar los asuntos del público con la negligencia y abandono que hasta ahora lo han hecho, sumergidos en el caos de su mayor infidelidad sin conocimiento del ¿pudor? Este es mi sentir porque hacer  del ladrón  fiel y el honrar a quien no se da su lugar, parece que son los medios propios de obligar al cumplimiento de las leyes de reconocidos y obligados, labrándose  por este medio a gusto  y obsequio público unos hombres inútiles por ahora, pues a no poner el que pide por este medio justamente llegará el día en que  se diga: Aquí fue el pueblo de San Juan del Río.
 (paleografía modernizada mía)

 Pues ¿Qué había pasado que preocupaba tanto a don Pedro?

Como el mismo lo dice, ya había elaborado un documento similar en el año de 1784, a petición del entonces virrey Don Matías de Gálvez, cuando  tomó posesión del empleo de Justicia de la jurisdicción, lo que nos indica que ya tenía al menos diez años como funcionario, suficientes para conocer a las entonces 15,535 “almas”  que habitaban el entonces pueblo.

El total de toda la Jurisdicción, 25,724 que incluía, entre indios, españoles y castas  además las haciendas, los pueblos de San Pedro y San Sebastián, parte de lo que hoy es Pedro Escobedo, Tequisquiapan y Amealco.

Para dar mayor afirmación al hecho de que algo podía pasar, recordaba que cuando inició su gestión había más de cuarenta mil habitantes pero que en 1786…” pasaron de siete mil los entierros que hubo en ella por la violencia del hambre que acarreo una pestilente epidemia de suerte que muchos se caían muertos por las calles, no obstante que anualmente pasan de mil los bautismos que se celebran  en esta parroquia, nada ha aumentado este pueblo según se percibe en el que acabo de formar: bien al contrario, se experimenta porque cada día  se desaparecen las familias  y se va despoblando de todo género de gente ¿Quién motiva esta desolación?  Harto siento en decir  que la primera causa es la trauma que como hija del hambre insaciable de la codicia avarienta promueve efectos tan funestos, aunque se agrega que esta pobre jurisdicción carece de Padres Republicanos  que vuelvan por la causa pública , con el ardor que exige la caridad de volver por nuestros semejantes para que no padezcan  ni abandonen sus casas, porque olvidados los más de las leyes de la naturaleza y de la humanidad solo se ocupan en atesorar y acopiar caudales a tanta costa de males, desentendiéndose  de las obligaciones en que se hallan construidos por el todo poderoso  y de las que exige el honor y la hombría de bien que deben adornar a los hombres útiles como llenos de maduros sentimientos. Solo en los negocios propios piensa cada uno de los vecinos acomodados  y los dueños de las haciendas que se hallan aunadas a esta jurisdicción, siendo muy contados los que cooperan  a su bien ayudando al pobre juez a soportar la carga  que por pesada le agobia y concurren a sus pensamientos para dar cumplimiento  a los asuntos, hijos primogénitos de su empleo”.
(paleografía modernizada mía)

En resumen, ante sus ojos había visto como en un solo año, una terrible epidemia había acabado con una quinta parte de la población, y el hambre generada por esa circunstancia había hecho que muchos más abandonaran el pueblo. No veía más que codicia entre muchos de los que quedaron, sobre todo los “acomodados” y hacendados, también se advierte que sentía que su persona era insuficiente para cargar con toda la administración y solicitaba que se nombraran más funcionarios. Habiendo tenido varios problemas con habitantes y soldados, ilustra más el caso el que él mismo escribió el compendio, es decir, ni siquiera escribano tenía. Creo que la carga administrativa era lo que más le podía, el caso es que ya buscaba deshacerse del empleo, incluso solicita al virrey le otorgue una hacienda, ignoro si la petición le fue favorable.

EPÍLOGO

Pues así eran los habitantes de San Juan del Río en el lejano 1794, cualquier semejanza con algún personaje actual, no es pura coincidencia, es un problema municipal.

 A pesar de lo dicho por don Pedro, creo que no nos compusimos,  pero aquí seguimos.

Firma de Pedro Martínez de Salazar y Pacheco
 Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, Compendio Histórico, Político, Topográfico, Hidráulico y económico que manifiesta el estado de la Jurisdicción de San Juan del Río. 1794, hoja 36. Informe manuscrito presentado al Virrey Revilla Gigedo por el Subdelegado de la Jurisdicción. Original en el AGN.