martes, 13 de septiembre de 2022

LAS HUERTAS 4 LA HUERTA GRANDE

 LAS HUERTAS 4    LA HUERTA GRANDE

 

Continuación del recuento de las antiguas huertas sanjuanenses

ANTECEDENTES

Como mencioné en la entrada inicial de esta serie, todo indica que la Huerta Grande original, fue en realidad un terreno muy amplio, desde el centro de la ciudad (Plazuela Guadalupe Victoria hasta Guadalupe de las Peñas del que no hay mucha información y se fue fraccionando en otras huertas, quedando para el siglo XIX un predio así llamado del que sí hay abundantes referencias documentales y fue la más famosa huerta del pueblo hasta su final. Queda actualmente el nombre y un resquicio de ella, aunque ya no en  función como huerta.

 EL INICIO

Reiterando que, aunque inicialmente todo el pueblo fue propiedad de los indios tanto en lo particular o como terrenos comunales, pronto hubo al sur de él, propiedad española.

Sostengo que esa propiedad derivó de la venta del Molino de los Indios a Pedro de Quesada  que luego retomaron por razones desconocidas generándose un pleito y reparto del terreno adyacente. Lo que lo correspondió a los españoles fue lo que yo denomino la original “Huerta Grande” que después se dividiría en partes menores, que formarían algunas de las  huertas sanjuanenses detalladas en esta serie. (Aunque siempre se mantuvo un predio con ese nombre, incluso en la actualidad, pero hubo huertas más grandes, por eso considero que el nombre era de algo más extenso, no lo que se conocimos al final.)

 

Recreación personal  la Huerta Grande en los 70s la línea morada indica los límites originales, el numero 12 es el B. Hidalgo, el 6 el seminario Javeriano, el 4 la central de Autobuses 

Desde el siglo XVII, aparece mencionada documentalmente la Huerta Grande como parte del Mayorazgo de la Llave. Esta hacienda, de las más grandes del estado en todos los tiempos, además de su predio original al norte del municipio, incluía terrenos aislados ya que se unieron las propiedades de los integrantes de las familias Lara-Gómez-Andrada- Velazco- Cervantes, conformando el mayorazgo, lo que significaba que no se podía enajenar en partes y la administración, usufructo y derecho de sucesión del conjunto se establecían entre ellos. Entre las propiedades externas, estuvieron en distintos tiempos La Guitarrilla, El Pedregoso, Cerro Gordo y  Guadalupe de las Peñas.

Imagen de Google Earth 2022 misma zona en vista satelital.


El caso es que, pasada la época colonial, entrado el siglo XIX, podemos definir los límites de la Huerta grande de la siguiente manera:

Al norte: La huerta del Molino y el arroyo Cano.

Al sur: Guadalupe de las Peñas.

Al oriente: Guadalupe de las Peñas y el Arroyo Cano.

Al poniente: El río San Juan.

A partir de ese siglo son comunes los relatos de viajeros que, al pasar algunos días en la población o los alrededores, fueron a dar a la huerta Grande, de la cual hablan maravillas, el más conocido es Guillermo Prieto (1853-1855)

” La Orilla del Río San Juan que ciñe con una faja de esmeralda y flores la pintoresca población, es en extremo alegre, y como para Querétaro la Cañada, para San Juan la orilla del río es su lugar de recreo, su poesía, y el nido de recuerdos y de amores de aquellos habitantes.”

“Esta orilla, como se ha dicho, es una calzada que va culebreando con la corriente del río; pero tan fértil, tan aromática, tan llena de árboles frutales y de flores, que, sólo halagado por su perspectiva, refrescado por su ambiente, acariciado por sus aromas, se podría tener una idea clara de lugar tan agradable. La arboleda y el jardín los forman una serie de huertas cultivadas con particular cuidado por los dueños de las casas vecinas, que se ven entre los árboles con su apariencia humilde, pero respirando bienestar y alegría.”

(Guillermo Prieto “Fidel”, Viajes de orden suprema 1986, p. 210)

En otra parte menciona que cada cierto tramo había bancas y específicamente en una de la Huerta Grande gozó a su antojo del lugar y el paisaje.

 

LA LLAVE

Supongo que cuando la huerta grande dejó de pertenecer al mayorazgo de la Llave es cuando se forman las huertas más pequeñas y queda un terreno menor con el nombre y extensión con las que lo conocimos en el siglo XX  ya que durante los siglos XVIII Y XVIII son constantes los reclamos y pleitos con los indios por la posesión de los terrenos y el agua y extrañamente cesan, tal vez por un arreglo definitivo.

En 1858, el último de la dinastía Cervantes, José María Gómez de Cervantes vende la hacienda de la Llave a Don francisco Iturbe y lo mismo hace con los demás predios  pertenecientes al mayorazgo. Sin poder determinar si fue venta directa o hubo un propietario intermedio, a partir de entonces aparece la Huerta Grande como propiedad de la Familia Layseca, de origen español.

Es a partir de esa época cuando se consolida el lugar, como de recreación con instalaciones y árboles frutales y en el terreno productivo, mayormente se sembró trigo, aprovechando el paso de la acequia por su extremo sur.

Por esa condición, la huerta dio gran utilidad económica y la familia se consolidó  a partir de entonces entre la élite económica del pueblo y por consiguiente sus integrantes constantemente  figuraron en distintos puestos políticos locales, fuera por designación o a través de las votaciones.

Una cosa llevó a otra. Fue costumbre durante muchos años que al recibir el pueblo la visita de algún prominente funcionario o político, digamos diputados o gobernador del estado, que se le ofreciera un banquete o comida en alguna de las huertas cercanas al centro, obviamente el banquete era restringido, pero se permitía la asistencia al pueblo en general a “el paseo” es decir a  recorrer la huerta y disfrutar en lo posible de los frutales. Esto ocurrió hasta bien entrado el siglo XX y de ahí vienen los recuerdos de nuestros ancestros de dicha huerta. Aunque ya estaba desde mucho antes el terreno delimitado, poco a poco se extendió a todo el perímetro la barda colonial que la protegía del río en el poniente, hecha con grandes piedras tomadas del río, muchas veces fue derribada y vuelta a levantar. Aún se conserva en la actualidad. El dique, sobre el que está la barda, también ayudó a contener la fuerza de la corriente.

Fotografía personal. El paseo de los abuelos cerca de la entrada antigua de la huerta.. La línea  amarilla indica el dique del río sobre el que está la barda en esta parte.

 

Fotografía personal.  Barda de la Huerta Grande Sobre el dique en el paseo de los abuelos.

EL INFIERNILLO

En la parte norte, la entrada a la huerta delimitaba con terrenos municipales y particulares y constantemente hubo fricciones con ellos, ya que existía desde el río un camino de tierra que conducía desde la rivera del Río, desde el actual paseo de los abuelos hasta el camino al Rodeo, hoy calle Melchor Ocampo. Al final al parecer hubo consenso y el camino se conservó en parte, pero la huerta quedó con una parte sobresaliente al oriente de forma cuadrilonga que se utilizó como potrero.

Fotografía personal.  Cancha del Paseo de los abuelos, al terminar el cemento están los restos de la única casa sobreviviente del Infiernillo. Junto a la barda el  acceso original a la huerta.

Aparte de la Huerta Grande como propiedad de los Layseca, a los otros terrenos  y casas habitación adyacentes se les conocía como el barrio de la Huerta Grande o el infiernillo y estaban ubicados a ambos lados del arroyo Cano. Se desconoce que fue de ellos ya que fueron desapareciendo, probablemente alguna creciente afectó las casas y los propietarios optaron por ir a otros sitios, el caso es que para mediados del siglo XX no quedaban ni siquiera cimientos de ellas excepto el montón de piedras en que se convirtió una casona  junto al río, poco antes de la entrada de la huerta, donde hoy están las canchas del Paseo de los abuelos.

 

ACCESO Y SALIDA

La entrada principal de la huerta estaba casi a orillas del río, en un callejón formado por los terrenos particulares y la huerta.  De ahí se accedía a al interior, era un paso flanqueado por fresnos de los que sobreviven algunos.

En algún momento se estableció al interior de  la huerta un taller de herrería con técnicas artesanales. Aunque se dice que muchas de las rejas de ventanas de las casonas del centro histórico se fabricaron en ese taller no hay constancia escrita de cuando inició y si efectivamente las más antiguas vinieron de ahí, las de la segunda década del Siglo XX es seguro.

Fotografía personal.  Desde la capilla del seminario, al fondo los árboles del callejón del antiguo acceso a la huerta.

Los trabajadores de la huerta y su taller accedían a las instalaciones a través de ese callejón y  por el dique sobre la rivera del río para  llegar a las calles de Allende y Galeana. (Recuérdese que no existía el boulevard Hidalgo. Se cuenta que, en las noches, ellos mismos habían fabricado unos soportes para sostener faroles y alumbrarse, sobre todo en el paso junto al río y esos fueron los utilizados cuando se instauró la tradicional peregrinación Sanjuanense de los farolitos, en conmemoración de la coronación en 1949 de la virgen de la parroquia.

Seguramente desde siempre hubo ganadería en menor escala al interior de la huerta, pero en esas mismas fechas se emprendió en mayor escala y  se sustituyeron los cultivos y frutales por la siembra de forraje para el ganado, sobre todo alfalfa.  Al menos hasta 1943, todavía era una actividad comercial la venta de fruta.

Fotografía de José Velázquez,  la parte Ganadera de la Huerta, ya desaparecida.

EL SEMINARIO

Siguiendo en propiedad de la familia Layseca y al parecer agotadas las tierras al decrecer la corriente de la acequia y sin las glorias de los paseos de antaño y muchos de los familiares dedicados a  rubros como el comercio y los servicios, en 1964 El Sr, Joaquín Layseca dona la sección sur de la huerta para la creación del Seminario  Javeriano por el padre José Scremin  entrando los primeros seminaristas  el 25 de Enero de 1966 y bendecidas las instalaciones  en 1968 por el obispo de Querétaro. Conservó la familia la parte norte como terrenos habitacionales y el taller de herrerería.

 

EL BULEVARD

Fotografía con crédito correspondiente. El Restaurant Layseca en la Avenida Juárez y paradero de Estrella Blanca.

Para 1969, en una decisión  entre autoridades y dueños de las huertas, se construye el actual Boulevard Hidalgo, con objeto de atraer directamente al centro de la ciudad a los paseantes de la autopista que habían dejado de hacerlo desde que ya la carretera panamericana ya no era el paso carretero obligado o principal, lo que había significado una enorme baja en las ventas y prestación de Servicios  instalados en la Avenida Juárez, entre ellos uno de los restaurantes más grandes, el Layseca, en la esquina de Juárez y 2 de abril. 

Su trazo afectó a tres de las emblemáticas huertas sanjuanenses, aunque ya alicaídas y a la baja su producción cortándolas casi por el centro, así, estos lugares fueron conocidos por la gente común, ya que, aunque habían sido anteriormente terrenos casi públicos, para entonces ya eran propiedades completamente cerradas, a las que solo se accedía por invitación o robo: la Huerta Grande, de los Layseca, el Molino o el viñedo, de los Guerrero y la viña, de los Ugalde.  Se construyó en una sola etapa y tiempo récord con todos los adelantos de entonces; doble carril y sentido, pavimento, guarniciones, colectores de  lluvia, alumbrado de luz mercurial, nombre francés, camellón  y larga lista de etcéteras a partir del año de 1967. Este cúmulo de maravillas, sin embargo, a los supuestos visitantes les importó poco, de manera que era difícil que un auto transitara al interior de la ciudad y en sentido contrario aún menos, los pocos autos que había no tenían razón de ir a tales parajes así que durante mucho tiempo sobre el costoso pavimento hubo poco tránsito. Y solo ocasionalmente se veía pasar por ahí a los escasos estudiantes del seminario Javeriano que tuvo la primera entrada hecha en esta calle, (su actual acceso, aunque al otro lado del Boulevard quedó el terreno cuadrilongo que por quedar aislado ya no tuvo uso, terminó como taller mecánico después se construyó junto al Seminario la ahora vieja clínica del Seguro Social. Y la construcción no ha parado desde entonces.


Fotografía  Personal, frente a la entrada actual, la construcción en verde, única parte de la huerta que quedó al otro lado del Boulevard. La barda de piedra es original.

  EL CENTRO UNIÓN

Igualmente, debe considerarse la influencia de esta huerta para la consolidación del colegio Centro Unión. Aunque ya existía como institución particular muy pequeño, su despunte provino del hecho de que, como los seminaristas en su mayoría eran foráneos, no tenían cabida en las secundarias locales por lo que el seminario hizo un convenio con ella para ampliar el colegio en niveles de primaria, secundaria y preparatoria, para dar cabida a los seminaristas, comprometiéndose a la construcción de nuevas instalaciones en un amplio terreno, igualmente obtenido por Donación y de esa manera  el colegio se muda de sus pequeñas instalaciones al actual en la calle Rayón. El antiguo director, el Profesor Maurilio Morelos conservó hasta su muerte la dirección de la sección Primaria.

 

EL FIN DE LOS TIEMPOS

Hasta la década de 1980, se conservaba un pequeño establo en la huerta Grande, pero ya fue poco productivo y con él se cerró el ciclo agropecuario del terreno luego de 4 siglos. En la actualidad, sigue funcionando la herrería y se ha limitado el acceso, sobre todo a la parte habitacional, por el viejo callejón a orilla del río, mucho tiempo con acceso libre.

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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD 

Por implicar a la hacienda de la llave y su importancia en el pueblo, esta huerta tiene infinidad de referencias en libros y archivos. Traté de mantener el relato en forma de crónica, para no entorpecer la lectura con tanto dato documental. _______________________________________________________________ 

SECCIÓN COMERCIAL (Pero sin lucro)

Invitados cordialmente a la conferencia que impartiré  el próximo Sábado, no falte, de verdad es entrada gratuita.

Mencionaré la historia y  detalles del Acueducto que tuvo la ciudad en el siglo XIX, acueducto de agua potable, no confundir con la acequia de riego.

Se sorprenderán


SECCIÓN COMERCIAL 

Fotografía  Personal publicidad de la década de 1940. La huerta todavía ofrecía sus mejores ´productos: la fruta y el esparcimiento.

 

Fotografía  Personal publicidad de la década de 1930. Don Joaquín Layseca incursionando en la ciudad de Querétaro. Recordando que fue uno de los fotógrafos legendarios de  San Juan del Río, a quien debemos se hayan preservado imágenes de ya casi un siglo. 

 

Fotografía  Personal publicidad de la década de 1970. También dedicados al comercio.  Layber es  el apócope de  las sílabas de la familia  Layseca rmudez

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Igual comparto el programa del mes. Algo habrá de interesante para cada quien. Es importante su asistencia para seguir teniendo los espacios abiertos.

 

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domingo, 19 de junio de 2022

DE LA ALDEA A LA CIUDAD


Hacemos una pausa en el recorrido de las huertas  tema de las huertas que retomaremos adelante para lo siguiente; 

El pasado  9 de abril, tuve la oportunidad de presentar una conferencia titulada "De la Aldea al a ciudad"  Desarrollo de San Juan del río, desde el siglo XVI.

La presentación fue digital, con imágenes e ideas derivadas del escrito que hoy comparto, obviamente, las dispositivas contienen frases que se van desarrollando y explicando conforme al texto original. Como siempre, la redacción es original y la información es la real, no la oficial, que siempre nos han contado y que suponemos es la verdadera, hasta que se puede analizar y conjuntar ciertos datos. espero les guste, agradeciendo a la Directora de Cultura, la Lic. Aleyda Andrés la oportunidad de poder presentarme por primera vez como ponente en dicho foro.

Aquí el texto, a ver que les parece. 

DE LA ALDEA A LA CIUDAD

Esta tarde haremos un recorrido por la historia de San juan del Río, con la salvedad de que habrá datos diferentes y/o no muy conocidos, en ánimo de aportar al marco del aniversario del otorgamiento del título de ciudad a San Juan del Río donde, por alguna razón durante toda su existencia casi no hubo personas que escribieran los hechos de sus tiempos o anteriores y pudieran despejar hoy las dudas de nuestro pasado. De tal manera, la historia local se ha nutrido siempre de tradiciones  y relatos que, al paso de los siglos la van distorsionando y los datos reales se pierden entre agregados y acomodos.

Desde niños se nos enseña que San Juan del Río se fundó el 24 de junio de 1531, por Nicolás de San Luis Montañez, cacique de tula, al mando de un ejército de 25,000 otomíes, tras acordar  pacíficamente con Juan Mexici, principal de los indios locales, Se trazaron  8 calles, se levantó una capilla, troneras defensivas y se firmó el acta de fundación.

Resulta que nada de esto tiene sustento real, no existen documentos de ese tiempo que digan que así sucedió, tampoco existe el acta y seguramente no hubo una fundación como tal.

Aclaro que todo lo que aquí se diga está basado en fuentes documentales primarias, es decir lo más antiguos que se conoce al respecto, aunque no fueron escritos específicamente para San Juan del Río, por lo que es una investigación documental indirecta, como la realizada por Rafael Ayala en un proyecto que le llevó toda su vida, recopilando todos los datos disponibles en su tiempo para,  en su obra maestra “San Juan del Río, Geografía e Historia” de 1971, relatar el entonces desconocido pasado sanjuanense, aun con imprecisiones insuperable hasta hoy. Por la forma en que redactó, no consigna muchas fuentes, libros o documentos donde obtuvo ciertos datos impidiendo a quienes lo estudian, abundar o ampliar. A través de los años, he podido localizar la mayoría de los documentos u obras de donde tomó datos, otros seguramente no se van a localizar jamás.

Por la contundencia del libro, en décadas casi no se escribió nada más, quienes intentaban hacer historia local se limitaron a repetirlo, muchas veces sin siquiera citarlo. Y aunque hubo excepciones, la historia local se limitó a la copia textual. Llegada la era de Internet, continuó así y aún en la actualidad, limitada la investigación a Wikipedia o a googlear temas, los resultados remiten a él o lo copiado. Otra práctica frecuente fue y es copiar algunos datos y acomodar la redacción al gusto del escritor: plagio y piratería en combo.

En la década pasada, en lo que llamo el extraño retorno de la historia sanjuanense, aparecieron obras  que empiezan a llenar algunos vacíos de nuestra historia o aportar nuevos datos.   


Fotografía personal. Algunas obras consultadas.

Tras estas aclaraciones, iniciamos el tema

El primer indicio del ser humano en Querétaro fue localizado en San Nicolás Tequisquiapan, En una cueva del cerro de los Bolillos aparecieron restos óseos, uno con 3,0000 años de antigüedad que al ser fecha precerámica corresponde a la etapa de cazadores recolectores. Es de suponerse que alrededor hubo desde entonces población nómada.

En San Juan del río, no hay restos tan antiguos, pero en milenios siguientes algunos grupos deambulaban en las cañadas del río al sur de la actual ciudad y al adoptar la agricultura se tornan a pequeños asentamientos sedentarios dispersos.

Por el año 500 A.c. uno de ellos cambia diametralmente el modo, apareciendo las primeras estructuras de piedra en la cima del hoy cerro de la Cruz donde un grupo con influencia de Chupícuaro, Guanajuato, aglutina a los habitantes, se nivela la cima del cerro y construyen una plataforma ceremonial.

Con los años, se establece una cultura local influenciada siempre por los imperios dominantes, hubo ampliaciones y modificaciones al centro ceremonial llegando en diferentes etapas a abarcar Lomo de Toro, Guadalupe de las Peñas, el Barreno, las Peñitas y las colonias Fátima y Juárez. No se conoce el nombre del asentamiento, que siempre tuvo la parte ceremonial arriba y la poblacional abajo. Ha tenido ocupación continua hasta hoy, aunque perdió preminencia unos siglos durante el imperio teotihuacano cuando el grupo dominante tuvo sede en lo que hoy son el Rosario y la Estancia.

Terminado el periodo clásico e idos los teotihuacanos inicia el Epiclásico, caracterizado por el afianzamiento de las culturas locales que retoman la construcción en el centro ceremonial. Sin grupo dominante dictando pautas, cada lugar se abastece y defiende por si mismo asentándose en sitios altos y con facilidad para la defensa. Menciono algunos: La muralla vieja, Potrerillos, Santa Rita, san Sebastián, etc.  

Al finalizar el periodo, por cambios climáticos e irrupción de grupos chichimecas, la población se dispersó a los alrededores, la última construcción en el cerro es en 1100 d.c. aunque conservó carácter sacro. Desde entonces el lugar decae en importancia, reducido a unas chozas dispersas en torno al río que a la llegada de los españoles era llamado Iztacchichimeca y aunque se dice que era habitado por otomíes, no está demostrado, para la esa época, es una mezcla de varias etnias.

Fotografía personal. En el evento

 LOS HABITANTES

La otomí es una de las culturas más antiguas del centro de México, al llegar los  grupos nahuas, se fueron retrayendo y algunos volvieron a prácticas de caza y recolección, abandonando algo la cultura mesoamericana y fueron a lugares con poca influencia de los señoríos. Son los llamados pames, ximpeces y jonaces, sobre todo los primeros, vivían en lo que hoy es nuestro estado, ya no otomíes, pero tampoco chichimecas.

El término chichimeca era usado por los aztecas para designar a todos los que no compartían su cultura, lo que no quiere decir que no tuvieran una, el significado es “ombligo de perro” y era una mala palabra o insulto común, raro porque ellos habían sido chichimecas de verdad. El nombre viene porque en esos grupos nómadas, la madre embarazada solo detenía su camino el tiempo necesario para el parto y de inmediato emprendía la marcha, cargando al recién nacido aún con el ombligo colgando como los perros que durante días lo traen hasta que seca y cae.

La zona de San Juan del Río había sido parte marginal del señorío otomí de Jilotepec, tributarios de los aztecas, incluso no había un poblado como tal, solo algunas chozas y un puesto  para evitar el avance tarasco, aprovechando para ello a los diversos habitantes de los grupos mencionados.

El nombre Iztacchichimeca, en náhuatl era dado al actual cerro de la venta y por cercanía así se llamó  también a lo que es el barrio y cerro de la Cruz y a la zona en general. Su significado es simple, iztac: blanco y chichimeca pasa igual, al ser topónimo se lee al revés, el chichimeca blanco o la chichimeca blanca.

Los españoles al apoderarse de Tenochtitlán en teoría obtuvieron todo el territorio del imperio y por tanto del señorío de Jilotepec que terminaba en tula, Tecozautla y Huichapan, plenamente otomíes la parte norte quedó indefinida.

La conquista fue por los caminos conocidos junto a ambas costas, la del pacífico y del Golfo de México, inicialmente no se tocó el centro norte. Hasta 1526, Cortés otorga la encomienda de Jilotepec a Fernando de Cantillana, rechazada pidiendo algo mejor, la da a Juan Jaramillo, el esposo de la Malinche, aunque Cantillana se arrepintió y promovió juicio, no pudo recuperarla.

Viendo los españoles que existía ordenamiento en el imperio azteca, conservaron el tributo pagado por los pueblos dominados convirtiéndolo a encomienda, otorgadando a sus soldados por méritos en la conquista, el trabajo obligatorio y gratuito de los indios de la jurisdicción a condición de catequizarlos. Solo incluía trabajo, nunca tierras, para ello debían pedir mercedes reales, una especie de comodato o permiso para aprovecharlas, reservando el rey la propiedad.

Cabe mencionar que Cortés no paró de conquistar territorios, apropiándose u otorgando encomiendas, al grado que la corona debió poner como contrapeso un cuerpo de Gobierno llamado la audiencia, uno de sus integrantes, Nuño Beltrán de Guzmán en la práctica traía permisos de conquista y avanzó a lugares no ocupados por cortés, conquistó y estableció una intendencia en Pánuco y por el lado contario Michoacán, Jalisco y Nayarit, estableciendo la Nueva Galicia, con sede en Guadalajara, llamada así por ser él de Guadalajara, España. Desde 1531 tratando de unir ambos territorios, envió expediciones buscando una ruta entre ellas y de paso conquistar nuevos territorios.  


Dos de las expediciones llegaron a lugares con concentraciones de Chichimecas: Tlachco, básicamente lo que hoy es Querétaro, Cincoque, cerca de Huimilpan y finalmente a Iztacchichimeca.

En Tlaxco, tuvieron un enfrentamiento a golpes con los  habitantes, en Iztacchichimeca hallaron un altar dedicado a Huichilobos (Huitzilopochtli) donde colocan una cruz, matan algunos indígenas y llevan a otros como cargadores. En ánimo de conquista y teniendo facultad, otorga la encomienda de los tres lugares a algunos allegados, entre ellos Francisco Vázquez de Coronado y otros que no mostraron interés. Otorgó además los cercanos Acámbaro y Apaseo a Hernán Pérez de Bocanegra, quien aprovechando quiso adjudicarse también lo demás.

Hay que recordar que, si esos lugares pertenecían a Jilotepec, ya había sido otorgada a Juan Jaramillo y no era valida la encomienda otorgada por Nuño. Al haber dos encomenderos sobre el mismo territorio el asunto llegó a juicio en 1536. Promovido por los indios de Jilotepec contra Pérez de Bocanegra, alegando que siempre fueron terrenos suyos, el otro que no y por tanto libres de conquista. El escrito del juicio fue encontrado hace 20 años en el archivo de Indias de Sevilla, es la fuente más temprana sobre lo que hoy es San Juan del Río y detalla muchos pormenores, entre ellos:

-Iztacchichimeca era un pequeño asentamiento formado por habitantes diversos: otomíes, pames y hasta mexicas con cierto convenio con los aztecas  incluso años antes habían peleado juntos contra los de Michoacán.

-Sí se habían sometido a Jaramillo en 1528, cuando llegó y corrió a unas ocho familias que lo habitaban trayendo otomíes encomendados para cultivar las tierras. No se fueron, más bien llegaron más.   

-Varios de los testigos habían nacido y vivido siempre en Iztacchichimeca. Otros eran avecindados recientes y antes de la conquista pagaban tributo a Jilotepec en conjunto con Tlaxco y Cincoque.

En los cientos de páginas del juicio nunca se nombra se nombra a San Juan del río o Querétaro como tales, ni algún poblado, solo el caserío del Iztacchichimeca o variantes parecidas.  Quiere decir que al menos antes de 1545 cuando finaliza el juicio no habían sido fundados como dice la leyenda. Menos en 1531.

Tampoco mencionan nunca a Nicolás de San Luis Montañez ni su ejército de 25000 hombres cuando se supone que había pactado la fundación pacífica con Juan Mexici en 1531.

De los declarantes se llaman Juan y declaran testigos simples, no se les da calidad de fundador a ninguno ni lo mencionan ellos. uno de ellos habla náhuatl.  

-El cacique de Iztacchichimeca se llamaba don Diego.

-Declaran varios que en conjunto con los de Jilotepec participaron al lado de los españoles en la parte final del sitio a Tenochtitlán.

El juicio, tras apelaciones termina favorable a Jilotepec y contra Hernán Pérez de Bocanegra. Así, Iztacchichimeca, Cincoque y Tlaxco quedan legalmente en territorio de Jilotepec y se otorga la encomienda definitivamente  a Juan Jaramillo, aumentando sus tributarios así que solicita mercedes de tierra para aprovechar su trabajo, tuvo muchas, pero nunca lo que hoy es Galindo. En ese tiempo no había propiedad privada, solo permiso para labranza o cría de ganado, las haciendas llegarían un siglo después, esto desecha la historia de que Cortés le regaló  la hacienda a la Malinche, o que ella vivió en la Llave, su última mención es en 1529.

Nicolás de San Luis Montañez.

Un investigador inglés, David Wrigth en su libro Fuentes documentales primarias del siglo XVI en Querétaro, analiza muchos de los supuestos documentos del siglo XVI. Su análisis es sobre Querétaro, retomo y aumento algunos enfocándolos a San Juan  del río.

Sí existe un documento antiguo llamado “Relacion de Nicolás de San Luis Montañez”  

Es de inicios de 1700, supuestamente copiado de otros anteriores, tiene en un apartado el relato legendario de la fundación de San Juan del Río y la conquista de Querétaro Hay 4 versiones de la de San Juan y Querétaro, al menos veinte de otros lugares fundados por él en ese tiempo, en los estados de Hidalgo, Querétaro y Guanajuato.  igualitas, solo cambiando el lugar fundado y 80 con la misma redacción, cambiando conquistador y lugar. El asunto es que no hay nada que demuestre que él fue conquistador o al menos estuviera en la zona en esos años. Los indios nunca encabezaron expediciones de conquista, siempre fueron carne de cañón a las órdenes de españoles.

La relación  menciona como fecha de fundación de San Juan el imposible año de 1502 y quienes la han leído notarán que tiene saltos en la narración producto de ser 3 documentos distintos unidos, uno al menos escrito por un europeo, por las menciones en la redacción.

Sí existió Nicolás de San Luis Montañez como gobernador de los indios de Querétaro, pero hasta finales del siglo XVI y principios del XVII. Su supuesta Relación es muy posterior a la vida de ese Montañez Real, posiblemente redactada por algún descendiente y presentado para obtener privilegios de las autoridades virreinales. Documentos similares fueron redactados en Jilotepec, donde teniendo el archivo de la provincia o referentes orales de los hechos ocurridos, tomaban datos y personajes reales, de distintas fechas y los acomodaban a gusto del solicitante. Cabe aclarar que nunca obtuvieron nada, quizá por la evidente falsedad.  Hay datos como el año, la pelea en Querétaro, la incursión a parte de Huimilpan, que son verdad, pero conjuntados a la medida deseada resulta una mentira total. Mismo caso sería el documento que menciona que en 1555,  San Luis es nombrado capitán general, totalmente falso, no hubo conquistadores indígenas, igual con el documento que lo da como fundador de Acámbaro y Huimilpan en 1529.  Dato adicional  es un terreno en Querétaro, muerto Montañez su esposa lo reclama como particular y presenta un documento para demostrarlo, cuando ese terreno era propiedad comunal de la república de Indios, incluso aún vivían contemporáneos y tenían el título original y verdadero.

LA RELACION GEOGRAFICA DE QUERÉTARO.

otro escrito oficial, del año de 1582, la relación Geográfica de Querétaro. El rey de España manda hacer un recuento de lugares conquistados a las autoridades de cada lugar en aspectos geográficos y sociales para el caso de esta, la realiza el escribano de Jilotepec, Francisco Ramos de Cárdenas.

Respecto a San Juan y Querétaro, no menciona año de la fundación, ni a Nicolás de San Luis Montañez. Sí a Fernando de tapia como fundador de Querétaro y a Mexici de San Juan del río, Al redactarse fue enviado a España y no fue conocido aquí en la época antigua.

Para redactarlo llamó a los habitantes más viejos sobrevivientes de aquellos tiempos años, pocos por las epidemias pero dieron un gran esbozo de la cultura otomí.


De donde salió el año 1531.

En 1571, muerto Hernando de Tapia, su hijo diego completa una relación de sus méritos como fundador de Querétaro, esta si legalmente reconocida y las autoridades llaman para ello a testigos, uno menciona que anduvo en ese proceso cuarenta años antes, es decir 1531.

Estos documentos oficiales y juicios no fueron conocidos por la población común y para 1700 nadie en Querétaro o San Juan conocía hechos o fechas de sus primeros tiempos. Los franciscanos del convento de la Cruz, buscando recuperar el control religioso perdido ante el clero regular, buscaron documentos antiguos relacionados, encontrando las relaciones de Montañez y Fernando de Tapia, las acoplan y a partir de entonces, aparece la leyenda, con intervenciones hasta celestiales cuidándose de incluir en su redacción la cruz de los milagros que existía en el convento. Atribuyeron a Montañez la fundación de Querétaro en 1531 y de paso la de San Juan. Anterior a esto no hay no hay ningún escrito que mencione esto, los frailes la redactaron y difundieron (La rea- Espinoza, Beaumont) Así se hacía nuestra historia

Para 1971, Ayala, mezcla todo lo conocido y logró una bonita pieza literaria, ideal para interesar a los niños, con lo que tuvo a la mano en su tiempo, en la actualidad, partiendo de documentos que él no conoció ya no tiene sustento.

La vida real

La corona a partir de 1540 empieza a dar mercedes de tierras alrededores de iztacchichimeca, Igual, en la redacción de ninguna merced temprana se menciona el nombre de San Juan del Río, por no existir aún..

En 1555 el virrey Manríquez otorga aquí mercedes a los indios de Jilotepec y llegan nuevos pobladores al único terreno no ocupado por españoles, hoy el  centro histórico y establecen parcelas de cultivo. Tampoco de esta fecha hay acta de fundación como tal, simplemente llegaron y se establecieron. El barrio de la Cruz, donde vivían los indígenas originales, quedó como parte del nuevo asentamiento. Los nuevos pobladores eran todos otomíes y ahí empieza nuestro pasado con esa etnia.

Es por estas fechas cuando deben haberse establecido tanto san Juan como Querétaro, Ayala indica que es Manríquez quien les da categoría de pueblos de indios, indicando que son dueños  de todas las tierras y aguas. Tampoco está localizado tal documento  

El nombre de San Juan del Río, como tal, no aparece en documentos antes de 1550, la zona se denominaba, indistintamente “los chichimecas” y podía indicar desde Jilotepec a muchos  kilómetros al norte. Hay un intento de ponerle nombre compuesto “San Juan Iztacchichimeca” que no prosperó. Hasta llegados los nuevos habitantes de Jilotepec y siendo el de san Juan su barrio central es que queda como tal el nombre completo de San Juan del Río.  

Así, en la segunda mitad del siglo XVI San Juan del Río, es exclusiva de indios, con terrenos particulares y comunales y un gobierno propio llamado la republica de Indios. No existió nunca un San Juan del Río a la española.  

No se sabe si fue primero el camino Real o el establecimiento del pueblo, el primero de esa categoría fue de México a Zacatecas, venía por Huichapan, Santa Rosa y pasaba por lo que hoy es la Llave, sin tocar Querétaro ni San Juan. Seguramente ya existía un camino local entre Jilotepec y san juan que llegaba por Guadalupe de Las peñas y la calle de Cóporo.

Es hasta la década de 1580 para facilitar el control de viajeros cuando se establece el definitivo camino real por la hoy avenida Juárez pasando entre el pueblo y se establece una autoridad española. La historia de que Sebastián de Aparicio trazó la avenida Juárez no es cierta, el camino real de su tiempo y  donde pudo ayudar en su trazo es el mencionado a Zacatecas, por la Llave. El nuevo camino saliendo de San Juan del Rio a Guanajuato, iba por la Estancia, Galindo, Huimilpan  y el Pueblito con un ramal a Querétaro, suena extraño pero los antiguos caminos, seguían rutas prehispánicas por poblaciones amigables, Cincoque  de haber sido en el tiempo de la conquista el lugar más poblado de la zona, casi había desaparecido por las epidemias y el Pueblito tenía más habitantes que Querétaro. Después vendría el trazo directo entre San Juan y Querétaro, por Escobedo y el Colorado.  

El caso es que desde pronto el flujo de viajeros determinando el crecimiento de San Juan a los lados del camino y llegan españoles y mestizos como comerciantes y prestadores de servicios  siempre con permiso de los indios o en operaciones de compraventa permitidas por sus gobernadores. El pueblo estuvo dividido en 8 barrios para mejor administrar regidos todos por la republica de Indios, primero de Jilotepec, luego una local. Tuvo como pueblos secundarios a Ahuacatlán y San Sebastián de las Barrancas. Los alrededores, propiedades españolas se convirtieron en las haciendas. 

El trazo original del asentamiento, 2500 varas a los cuatro vientos, incluyendo tierras comunales, en lo particular, se establecían las parcelas de acuerdo con la orografía y respetando los arroyos. No había sido pedido por españoles por no ser propicio para la agricultura, pero se solucionó con una acequia que desde el río atravesaba el asentamiento regando la mayoría de las parcelas en el actual centro histórico, las calles no rectas obedecen a algún accidente orográfico o los arroyos que por ahí pasaban en tiempo de lluvias.

Hasta hoy he localizado 7 sistemas de captación de agua de riego, abarcando todo el contorno, el principal fue la acequia del pueblo, en dos ramales. El  oriental la llevaba a la zona del barrio de la Cruz, la Venta y el espíritu Santo, el del  poniente al original barrio de la Concepción, el calvario, san miguel, San Juan, san Marcos  y San Isidro

Recuperado de las epidemias, el pueblo prosperó intermitentemente en los siglos XVI y  XVII aumentando su población, pero siempre circunscrito a los limites originales. La zona agrícola con los jacales de los dueños se fue transformando, sobre todo en los barrios junto al camino real, como San Miguel y San Juan por la incesante apropiación por españoles que construían casas de cal y canto y casonas. Ya en el siglo XVIII había una zona urbana con mayoría española y mestiza, calles trazadas en forma recta y casas a la española. Aunque no dejó de haber indios en cualesquiera de los barrios, se fueron relegando a donde eran exclusivos como la Cruz, el Espíritu Santo y san Isidro conservando sus milpas con jacales entre ellas y veredas o magueyales para intercomunicarse.

El paso de la acequia por la ciudad determino junto con el camino real, los ejes a partir de los cuales se trazó la fisonomía actual de San Juan del Río. Aprovechando el agua de riego a las parcelas, en la zona ya urbana, las casonas tuvieron un patrón definido, al frente las habitaciones, y detrás, junto al canal de riego, una  huerta o cultivo de hortalizas, muchas sobrevivieron hasta hace poco.

En la constante de urbanización, a principios del siglo XIX, San Juan del río, tenía solamente una calle larga y algunas otras a medias, con techos de teja y chozas. Para 1821, con la independencia nacional, al ser ya todos iguales, acaba la república de Indios y las propiedades individuales que conservaban en el centro fueron a dar pronto a manos mestizas, las tierras comunales se repartieron y corrieron igual suerte. Así, quedó establecida de manera definitiva una zona urbana con mestizos y españoles y los barrios periféricos exclusivos de indígenas, aunque aún ahí, la cultura otomí se perdió en pocos años.

El canal de riego se conservaba, atravesando al aire libre todo el pueblo, que para 1829 fue declarado villa. Las corrientes de urbanismo de años posteriores pedían  evitar que los canales de riego pasaran al aire libre por los pueblos, como ocurría aquí, incluso en el epicentro es decir donde se cruzaban el camino real y la acequia, personas y carruajes pasaban sobre la acequia en un pequeño puente de madera al que se llamó la puentecilla. Así que se empezó a cubrir en la década de 1840 la acequia principal y muchas de sus derivadas, a veces solo con lajas encimadas otras con bóvedas de ladrillo. Así, desapareció de la vista en muchos tramos aunque el flujo de agua continuo. Al interior de las casas fue igual y en  poco tiempo en el imaginario colectivo desapareció la memoria del trazo completo, aunque nunca se olvidó del todo.

Para 1847, en plena invasión norteamericana, San Juan recibe el nombramiento de ciudad, aunque en realidad seguía en la misma área del trazo colonial: una calle larga, una de personas  importantes, 2 plazas y muchos terrenos intermedios de cultivo o baldíos.

Llegado el siglo XX, con la apropiación federal del agua, la actividad agrícola casi desapareció en el centro, las huertas dejaron de ser importantes y la acequia solo surtía a pedido. Se crea el distrito de riego 23 surtido por pozos profundos aprovechando loa viejos canales en la zona agrícola.

Con el crecimiento poblacional y de servicios, San Juan del río en 1977 ya era una verdadera ciudad funcional, paradójicamente en ese año se cortó para siempre el flujo de agua a los canales, ya completamente ocultos o entubados. Pocos recordaron que el agua que corría por ellos le permitió a San Juan ser pueblo, villa y ciudad.


José Luis Hernández Peña 

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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

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En esas cosas del destino, resulta que en el programa cultural de feria, tendré tres intervenciones, dos colectivas y una personal comparto para que agenden y en lo posible puedan acompañarme. Todas en el Foro del Portal del Diezmo

El jueves 23, a las 10 de la mañana participaré junto con algunos estudiosos de la historia local, en un panel, me toca la parte de la historia virreinal. Aunque es un evento escolar, en el     que participo por ser uno de los objetivos del blog, la entrada es libre, puede asistir público en general. 

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El domingo 26 a las 6 de la tarde:

Presentaré de manera individual una conferencia titulada "Los legendarios túneles de San Juan, de la utilidad al mito" en la que disertaré con datos reales el origen de las historias populares al respecto, con abundante información e imágenes inéditas y los asistentes podrán formarse un juicio objetivo sobre la realidad  de lo que se cuenta de ellos. Recuerden que la información que manejo no la hallarán escrita en ninguna parte como tal, solo aquí podrán saber la verdad verdadera, como dijeran por ahí.

por un malentendido, en el programa de feria menciona que la conferencia es el desarrollo de San Juan del Río, desde el siglo XVI hasta el presente, y si se hablará en esa temporalidad, pero respecto al tema mencionado. Supongo que en la publicidad oficial se consignará en dias posteriores el titulo correcto


Espero me acompañen, igualmente entrada libre. Había una apuesta en quién llevaba más gente, si yo o el grupo exterminador en el centro de feria, pero son horarios diferentes, mejor asistan a los eventos en el portal y luego ya tranquilo a disfrutar de la música allá. 
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El miércoles 29 a las 6 de la tarde,

Igualmente, dentro de los eventos de feria, asistiré a la presentación del número impreso de la revista Entrever, del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias de la Uaq, campos San Juan. 

 
Recuerden llegar temprano, habrá algunos números impresos disponible. la presentación estará coordinada por el Director de la misma, el Dr. Julio César Shara. En dicha revista colaboro en la parte histórica y esta vez, el tema que presento es el recurrente, las inundaciones atípicas de los últimos tiempos.
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LA COMUNIDAD AL SERVICIO DE LOS CHICHIMECAS ________________________________________________
Recordándoles que con su asistencia en particular a estos eventos y todos los demás relacionados con la historia local  contribuyen a que se nos den espacios a quienes realizamos investigaciones relacionadas. Por la cantidad de eventos que maneja la dirección de cultura en estas fechas es imposible elegir días, lo importante es que ya están programados. hagan un esfuerzo y acompáñenos.  
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SECCION  COMERCIAL
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Esta ocasión no hay anuncios, ya con los de arriba es suficiente