domingo, 27 de enero de 2019

El bombero involuntario y otros datos a propósito del 50 aniversario del cuerpo de bomberos de San Juan del Río.


El bombero involuntario y otros datos a propósito del 50 aniversario del cuerpo de bomberos de San Juan del Río.


Estación de bomberos en la actualidad. Fotografía de Demetrio  Alegría Durán.

En la actualidad, el abundante tráfico diario de vehículos y lo cotidiano que se ha vuelto escucharlos dirigirse rumbo a alguna toma clandestina, han restado notoriedad al ruido de la sirena de las motobombas del cuerpo de bomberos, hace todavía algunos años, ante el apabullante sonido, indicando que se dirigían a una misión, casi toda la ciudad se daba por enterada de que algo había ocurrido, motivando la alarma y los consabidos comentarios de los habitantes. Esta pérdida de notoriedad no ha disminuido, sin embargo, la importancia de la agrupación y lo noble de una labor realizada por sus integrantes, mayormente voluntarios.
   
  

Antecedentes.

Durante el presente mes, en los diversos medios de comunicación se ha publicado respecto al 50 aniversario de la fundación del Cuerpo de Bomberos de esta ciudad. El antecedente directo de la agrupación, hoy bastante equipada en vehículos y maquinaria y altamente capacitados técnicamente, data del año de 1969, cuando un grupo de pioneros, encabezados por Don Felipe Cabello Leyva, con más voluntad que recursos, tomaron en sus manos la loable tarea, tras una serie de conflagraciones que se habían dado y aunque atendidas por las agrupaciones de Querétaro y otros lugares cercanos, dejaron la sensación de que a nivel local se podía hacer algo de manera más inmediata, derivando en la  creación de Protección y Ayuda A.C. Había nacido el cuerpo de Bomberos de San Juan del Río.

Fotografía de Felipe Cabello. Algunos de los primeros integrantes de Protección y ayuda A. C. en la década de los sesentas. Arriba, a la izquierda Felipe Cabello Leyva, el fundador, Lorenzo Hernández, Guillermo Elizarragas y Francisco Martínez. Los niños son Abel, Felipe, Francisco y Zenen.

Al traspasar la década inicial, gracias al apoyo de Chino California, ciudad hermana de San Juan del Río, traducido en donaciones de vehículos y equipo de su cuerpo de Bomberos, aquellos pioneros vieron que su sueño comenzaba a tomar forma y comienzan a llegar a ella, nuevos elementos, en su carácter de voluntarios. Dada la gran cantidad de datos históricos y fechas que se han dado a conocer en los últimos días, enfoco esta entrada en vivencias e información de otra especie, proporcionados por uno de sus integrantes a fines de la década de los setentas e inicio de los ochentas,


El Bombero involuntario.

Tienda la Mexicana, el extraño "cuartel y estación" de bomberos de San Juan del Río  en la década de los setentas.  Corresponde al día en que cerró, hace pocos años, hoy es una tienda de conveniencia. Fotografía Tomada de Internet, crédito a quien corresponda.

Una tarde del año de 1976, sonó el teléfono de la tienda “La Mexicana”, situada en Avenida Juárez 53 poniente, frente a la presidencia Municipal. El dependiente, un joven que apenas tenía ese día atendiendo el local, se mostró extrañado por lo que oyó en la línea, contestó que no, que ahí era una tienda y procedió a colgar.
Atento a lo que ocurría, el dueño de la tienda, Jesús Hernández Ramírez preguntó quién era, el dependiente contestó, -Una señora que quería reportar un incendio, le dije que aquí no era.

-Cómo que no, fue la rápida respuesta. -Sí es aquí, ora avísale a Pesqueira a la gasera de Lomalinda que hay un servicio. Y apúrate porque nos vamos.

El dependiente confuso cumplió la orden, marcando al 2 00 04 que estaba a la mano. Lo que ocurrió a continuación fue un caos para él. De la nada aparecieron en la tienda dos jóvenes de su misma edad, también dependientes de ella y del fondo de la misma, que era su vivienda, emergió, portando un uniforme su patrón don Jesús y le dijo.

-Cierra todo y te vienes con nosotros, vamos a apagar el incendio.

-Pero. ¿y la tienda? -Ahorita ya no es tienda, y tú, yo y tus compañeros ya no somos tenderos, somos bomberos.

Para entonces, ya se habían congregado en el lugar varios jóvenes, que abordaron una pipa marca International, que también había llegado y de golpe y porrazo cayó en la cuenta de que era el camión de bomberos y había que subir aunque la vestimenta que portaba ese día no era la más adecuada para combatir un incendio, cuando había hecho trato con don Jesús para el empleo, le había dicho que había que ir presentable, porque a la tienda lo mismo iba el Presidente Municipal, que jueces, abogados, notarios y secretarias, así es que el día narrado portaba su pantalón Topeka, una camisa floreada y unos zapatos de plataforma de moda en ese entonces llamados “Sube Pelayo sube”.

De esta manera, el cuerpo de bomberos agregó a un nuevo integrante; su nombre: Félix Hernández Peña, ya después le dieron un uniforme y un casco, que tenía que llevarse a casa. Fue uno de los miembros más jóvenes de ese cuerpo, durante la época romántica, que transcurrió en los años en los que se desempeñó. Cumplió con un gran número de servicios, los que llegaron mientras estaba en su horario de trabajo y muchos más, cuando al escuchar la sirena, salía intempestivamente de su casa, en la Plazuela Guadalupe Victoria, a alcanzar la motobomba en la Avenida Juárez.

Afuera de la tienda la Mexicana, algunos integrantes del Cuerpo de Bomberos y la máquina más emblemática, "Chinita" (porque había sido donada  por la ciudad Hermana, Chino, California)  Fotografía proporcionada por Félix Hernández.

Consigno estos años como etapa “romántica” de la agrupación, porque se integraron a él, muchos jóvenes y adultos, por el solo gusto de servir.

El inicialmente bombero involuntario que relato, Félix, fue uno de ellos, llegó de manera incidental pero adquirió el gusto por el servicio y el amor a la agrupación, hasta la fecha, a más de cuarenta años, se ostenta orgulloso como bombero de esa época y asiste regularmente a los eventos que a últimas fechas se realizan, como la de inicio de este mes, en que se instaló una muestra de diversos documentos, fotografías y objetos que abarcan los 50 años de los bomberos voluntarios de San Juan del Río.

Todavía alcanzó a estrenar lo que para los pioneros y románticos parecía un sueño, una verdadera estación de bomberos, construida, gracias a donaciones y apoyos de particulares y autoridades que como pocas veces conjuntaron esfuerzos para un bien común, traducido en la actual Estación, ubicada en la antigua carretera a Tequisquiapan, hoy Paseo Central, junto a la Cruz Roja.

La vida llevó a Félix por otros caminos, por lo que tuvo que dejar su querido cuerpo de bomberos, que para él era una familia paralela con la que convivió por años, compartió su tiempo, esfuerzos y alegría. Con ellos acumuló sueños y desvelos en su Estación, y siempre que escuchaba el ulular que los llamaba, acudía a los servicios, las más de las veces apenas con el tiempo suficiente para colgarse en la parte trasera del camión que veloz los separaba del incierto destino al que se dirigían, la única seguridad siempre fue que iban a tragar humo, y allá iban gustosos.

Tras muchos años, acude regularmente a los llamados y reuniones de todo tipo relacionadas con los antiguos bomberos, aunque no es el de mayor edad, conoce a todos, muchos fueron sus contemporáneos, otros sus antecesores, ya casi no queda ninguno de sus superiores pero no pierde el gusto por compartir aquellos años, aquellas vivencias, aquella vida. De aquellas épocas sobre todo extraña el hecho de que por entonces no había protagonismos, todos los que acudían a los llamados sabían a lo que iban y juntos enfrentaban las situaciones que se les presentaban, por duras que fueran y los jefes lo eran porque eran los primeros en presentar batalla, junto a los subordinados, el fuego no distingue rangos y en esos momentos tampoco ellos.

Algunos años después de dejar el Cuerpo, terminó la época romántica que tanto vivió. Tras duros reveses en misiones que significaron incluso la pérdida física de algunos integrantes y lesiones graves en otros, debieron tecnificarse y adoptar protocolos de seguridad, situación que se mantiene hasta la actualidad. Con las anteriores épocas, solo se comparte la permanente falta de recursos económicos fijos.

Hace un par de años, en una de esas reuniones de añoranzas, le pidieron compartiera alguna de sus experiencias, para la publicación de un libro sobre los bomberos, lo cual hizo con gusto, luego dijeron que siempre no, que iba a ser un video libro… a la fecha, parece que la idea se volvió humo, así que no vaya a ser, creo que para el etéreo libro acuñó la frase de inicio del siguiente recuento Y como es mi hermano mayor …



EL RECUENTO.

“Un bombero siempre será bombero, no importa donde esté o a dónde vaya.”


24 de febrero de 1980, así lucía la flamante Estación de Bomberos. Fotografías de José Luis y Darío Velázquez.
Un recuerdo importante fue la inauguración de la Central de Bomberos de San Juan del Río, Qro. Hoy Avenida Central esquina con Francisco Villa, aunada a la XXIX convención de Bomberos del centro de la República, a la que asistieron los de Querétaro, Celaya, Salamanca, San Luis Potosí, Aguascalientes y Morelia, siendo presidente municipal don Jorge Herbert Pérez.


Recuerdos personales.

Primera Escolta uniformada, con casco y con hacha.

24 de febrero de 1980,  la flamante escolta. Fotografías de José Luis y Darío Velázquez.

Juan Manuel Ocampo Álvarez
Rafael Zamorano Zúñiga
Alejandro Garduño Camacho
Guillermo Garduño Camacho
Félix Hernández Peña
Marcelino Olmos Mata

Para mí fue una grata sorpresa que nos nombraran a Marcelino y a mi, parte de esa escolta ya que éramos los de menor edad en ese tiempo. También fue un gran orgullo y distinción que nos tomaran en cuenta.

Sin temor a equivocarme, en ninguna foto estuvimos juntos todos (las que salieron en periódicos y revistas de esa fecha) con el uniforme azul.

En la convención, en el Salón de Cabildos de la presidencia solo hay 20 en la foto, faltan Rafael Zamorano, Zúñiga, José Manuel Figueroa Mejía, José Salvador Figueroa Mejía y José Luis Figueroa Mejía.

Febrero de 1980, el cuerpo de bomberos tras la mesa redonda,  en el Salón de Cabildos de la Presidencia Municipal, con el edil Jorge Herbert , en la fila de arriba, el joven Félix es quien porta el escudo. Fotografía proporcionada por F. H. P.

En la foto de la Central de Bomberos solo hay 19, faltan Felipe Zamorano Zúñiga, Juan Ugalde Alegría, Gabriel Valencia Jurado y José Manuel Figueroa Mejía.

24 de Febrero de 1980, el cuerpo en su nueva Central. Fotografía proporcionada por F. H. P.

En la foto de la comida de “Agua Rica” solo hay 21, faltan Román Morales Martínez, Héctor Callejas y Gabriel Valencia Jurado.

24 de Febrero de 1980, trás la inauguración y la mesa, hubo un convivio en el desparecido Balneario "Agua Rica"  (hoy plaza comercial del mismo nombre)  curiosamente, en esta imagen aparecen todos los hoy finados. Fotografía proporcionada por F.H.P. 

Mis contemporáneos del Cuerpo de Bomberos.

1.- Sergio Pesquera, Primer Comandante.
2.- Jesús Hernández Ramírez 2° Comandante.

3.- Gilberto Cabrera Muñoz 2° Comandante.
4.- Rafael Zamorano Zúñiga.
5.- Felipe Zamorano Zúñiga.
7.- Guillermo Garduño Camacho.

9.- José Manuel Figueroa Mejía.
10.- José Luis Figueroa Mejía.
11.- Juan Manuel Ocampo Álvarez.
12.- Román Morales Martínez.
13.- Héctor  Manuel Callejas Solís

15.- Demetrio alegría Duran.
16.- Félix Hernández Peña.
17.- Marcelino Olmos Mata.
18.- Juan Alegría Ugalde.
19.- Antonio Mora Atilano.
20.- Óscar Martínez López.
21.- Gabriel Valencia Jurado.


Compañeros de esa fecha finados:

Jorge Sánchez Aspeitia.
Jesús Hernández Ramírez
José Antonio Hernández Ramírez.
Gilberto Cabrera Muñoz
Alejandro Garduño Camacho.
Martín Estrella Chávez.
Raúl Estrella Peralta.

Y como datos curiosos, en esas fechas estuvieron los siguientes hermanos:

Hernández Ramírez        Jesús y José Antonio.
Zamorano Zúñiga           Rafael y Felipe.
Figueroa Mejía              José Salvador, José Manuel y José Luis.
Garduño Camacho        Alejandro y Guillermo


Algunos apodos con los que eran conocidos en esos tiempos:

El churro, el Cara, el Muelón, Chavita, Mane, el Bigotes, el Blanquita, el Maestro Toño, el Cejas, el Fiat, el Avión, el Chimpa, el Petocho, Queliche, el Chilacas.

También otro dato curioso, que, en ninguna corporación militar, policiaca o de servicios tuviera dos segundos comandantes, el cuerpo de Bomberos de San Juan del Río los tenía: Jesús Hernández Ramírez y Gilberto Cabrera Muñoz.

Doy fe que lo escrito es lo que recuerdo. 

Félix Hernández Peña.


                                             


Estación de Bomberos en la actualidad, El recuerdo a los mencionados aquí y muchos más. Fotografía de Demetrio Alegría.

43 años después, los jóvenes mencionados en el relato inicial. Demetrio, Marcelino y Félix. Fotografía de Demetrio  Alegría.
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Cartel del Instituto de cultura, Turismo y la Juventud de San Juan del Río, solo se les olvidó poner la Hora, es a las 19:00.
Cartel del Instituto de cultura, Turismo y la Juventud de San Juan del Río.  Últimos días. En la imagen, los pioneros en el jardín de Santo Domingo.
Como colofón del festejo de los 50 años, el próximo martes, habrá un panel. Asista, evento gratuito y si no ha ido, aún puede observar también en el lobby la exposición conmemorativa de los 50 años, 

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 SECCIÓN COMERCIAL O LO QUE ES LO MISMO,
... MIENTRAS TANTO EN SAN JUAN

Presento a Ustedes el encabezado  de una factura de la negociación de Don Felipe Cabello Leyva situada en la avenida Juárez Poniente. Además de fundador de los bomberos, fue un visionario y exitoso comerciante. El documento es de la época de los sesentas, precisamente la de la fundación del Cuerpo. Imagen compartida por Felipe Cabello (su nieto). Nótese que el teléfono solo tenía 3 números y que los arcos del puente entonces eran muy delgados.


Añadir leyenda


lunes, 14 de enero de 2019

Un homenaje



 Un homenaje

Antes de iniciar esta entrada, aclaro que su tema es estrictamente personal y atañe directamente a mi familia.
Creo que a más de siempre mencionar que debido a mi trabajo a veces no tengo el tiempo que quisiera dedicar a este espacio (aclarando que no es que reniegue de él, en realidad tenerlo me da la posibilidad de desarrollar esta otra pasión: la difusión del enorme acervo histórico de mi ciudad natal) o a veces decir que no pude asistir a tal o cual evento, creo nunca haber externado aquí cuestiones personales, a no ser los recuerdos.

El equipo manzanita, la playera era una copia de la de Brasil en 1970, verde satinada. El de abajo a la extrema derecha es Benjamín, distribuidor del refresco Manzanita, promotor,  patrocinador y jugador del equipo.

Gran parte de los datos y hechos que narro, me fueron inculcados por las pláticas de mi padre, también nacido en esta ciudad, en la mismísima Gran Avenida Juárez, como su padre y su abuelo, lo que les permitió siempre estar cerca de la vida cotidiana y extraordinaria de la ciudad durante gran parte del siglo XX, vivencias de tres generaciones que de alguna manera convergen en mi persona, lo que al menos me obliga a hacer que se conozcan.

Su inesperado fallecimiento en esta misma fecha hace un año, además del dolor y el enorme hueco que su ya no presencia dejó en el entorno familiar, cerró para siempre una enorme fuente de información a la que ya no tendré acceso.

Persona extremadamente sociable, capaz de sacar plática hasta a los mudos, acumuló durante todas sus facetas, un gran conocimiento de la vida que en sus últimos años compartía con todos los que de alguna manera se relacionaban con él.

Panadero de oficio, trabajó en todos los viejos establecimientos de la ciudad, acabó sus días laborables atendiendo la miscelánea de su hermano Roberto, donde acumuló otro sinfín de vivencias.

Habitante en su niñez de su calle natal, también vivió en la actual Panamericana, cuando no existía la carretera, en el Calvario, la Plazuela y la colonia Juárez.


Con el negro Morales, delantero de los Estudiantes de Querétaro de la segunda
división, en los setentas. A la derecha, un entonces también estudiante sanjuanense Estanislao Alvarez Frías. Lo que se ve atrás es la prolongación 5 de mayo, detrás de Chedrahui. Los pirués y las bardas hace años ya no existen.

A la par de su oficio, practicó desde joven el futbol, en distintos equipos, siendo el más perdurable de ellos el “Manzanita”, equipo populachero de aquellos tiempos. Tomado de su mano, lo acompañe desde muy niño recorriendo los campos tierreros de la ciudad, hoy todos desaparecidos: el del Seminario, junto al río San Juan, el Fluminense y su casi gemelo el San Juan, el que estaba donde hoy es la Good Year de B. Hidalgo, el que quedaba donde hoy está la escuela Normal y el más recordado por su entorno, el de la Estación, al lado de las vías.

Cuando sus facultades futbolísticas mermaron, a principio de la década de los setentas, no queriendo dejar el ambiente, se convirtió durante los fines de semana, en árbitro del popular deporte.

Para ello, tomó, junto con un grupo de amigos, un camino entonces insólito, estudiaron para ello en diversos lugares e instituciones, sobre todo en la capital del estado. Este conjunto de árbitros “estudiados” hicieron época en el futbol local al incursionar en los partidos de la entonces única liga existente “la Regional” y regaron sus decisiones, o la regaron además en todos los municipios aledaños y en los estados circunvecinos.

Por la misma razón el grupo integrado de esa manera era quien cubría los eventos especiales, torneos conmemorativos o cuando algún equipo profesional o de veteranos visitaba la ciudad, llegando incluso a incursionar eventualmente a nivel profesional cuando la ciudad tenía algún equipo en las divisiones menores.

Con Ambrosio, el "Aguacate, La Guajolota

El grupo, integrado como Colegio de Árbitros, incursionó además en academias de superación profesional y traía a la ciudad a árbitros profesionales que les impartieron sus conocimientos. Así, fue posible ver en el campo Fluminense al árbitro mundialista, Arturo Yamasaki y al igualmente internacional mexicano Enrique Mendoza Guillén. Sostuvieron, además una escuela de arbitraje donde ellos mismos preparaban teórica y prácticamente a nuevos prospectos. De este grupo, todos tenían apodos, difícilmente fueron conocidos por sus nombres reales: Jesús Hernández, Jesús Tovar, Tomás Lugo, Chucho Alegría, Ambrosio Vázquez, Galán, Juan Hernández y Juan Estrella, extrañamente, además del amor al deporte, tenían en común el haber sido trabajadores de panaderías, familiares entre sí o del entorno de la Plazuela Guadalupe Victoria.

El Colegio de Árbitros y sus pupilos.

Su campo de acción, ante la transformación de la ciudad, fueron nuevos campos, también ya extintos: el de tierra de la Unidad Deportiva, los que estaban donde hoy es San Juan Park, los del ahora CECUCO y, el mejor campo de la historia municipal, el Centenario, a orilla de la autopista.

El Colegio de árbitros en algún momento entró en conflicto con los dirigentes de la liga, lo que los marginó durante algunos años de arbitrar en el municipio, dándose el singular caso de una asociación de árbitros local que solo ejercían en las afueras, donde su calidad los hacía ser llamados siempre.

Algunos años después, en plenos ochentas, la hegemonía de la Liga Regional fue rota con la aparición de otras nuevas y pudieron volver, pero ya nunca fue lo mismo, la edad había alcanzado a muchos de los integrantes originales y la filosofía del grupo fundador se había ido diluyendo, igual que la presencia física de muchos. Mi padre continúo hasta que la salud le fue adversa y debió abandonar la actividad.

El licenciado Jorge Bustos, El "fuky" el "manzanero",?  Layseca y ?

Muchas veces fue entrevistado por periódicos locales y foráneos cuando estuvo en activo y después reconocido por muchas de las administraciones municipales, situaciones que siempre recordaba con quienes platicaban con él y un sinfín de anécdotas afloraron en los últimos años de su vida.   

Dentro del enorme dolor de la ausencia, que solo se experimenta al perder a quien te enseño todo en la vida, que de una manera buena o mala te educó, del que cada día descubres que tienes algo. Solo quien lo ha experimentado sabe del enorme vacío e impotencia que deja la perdida de lo más importante en tu vida. De voltear y ya no ver a quien creías que te acompañaría siempre, como cuando siendo niño necesitaste una mano para levantarte y apareció la suya. Entre los cientos de fotografías, diplomas y trofeos que dejó, encontré una vieja libreta con un escrito suyo. Tengo la idea de que fue una entrevista que le hicieron y no le gustó y la corrigió o quizá un encargo de alguno de sus amigos periodistas, que nunca se publicó, algo me dijo alguna vez. No encuentro mejor homenaje, en este espacio que reproducir aquí ese escrito, de su puño y letra y que ilustra en mucho lo que pensaba, lo que anhelaba y lo que quería dar a conocer. (Digo que él la hizo porque son varios borradores distintos que fue corrigiendo hasta lo que fue un escrito final creo del año 2006) No le puso título.


Siempre se habla de buenos jugadores, destacan y sobresalen de los demás por tener algo extra que los distingue, pero nunca se habla de los árbitros quienes también juegan un papel importante ya que con una decisión suya se puede ganar o perder un campeonato. Hoy vamos a hablar del Sr. Alejandro Hernández Chávez, mejor conocido en el medio futbolístico como “el Conejo”. Lleva 40 años como árbitro activo.

Ser árbitro no es cosa fácil, hay que conocer el reglamento y saber aplicarlo para que sus decisiones no perjudiquen a ninguno de los equipos- Hay que estar física y técnicamente bien preparados, asistir a cursos para actualizarse. Toda persona que sea árbitro y no haga nada nada por prepararse siempre tendrá problemas- nos cuenta nuestro entrevistado.

Yo también jugué futbol cuando San Juan del Río solo tenía el campo de la Estación, con los equipos Toltecas y Zacatepec de nuestros rumbo que por aquel entonces era “la Curva”, para terminar mis días de futbolista en el equipo “Manzanita” del popular manzanero, pero el gusanito del futbol no me dejaba y empecé a meterme de árbitro pero quería aprender más y un día me dijo un árbitro muy bueno al que le decían “el mantecas” -Si quieres ser buen árbitro tienes que aprender. Y para esto me fui a Querétaro al primer curso de arbitraje realizado del 21 al 23 de marzo de 1975 por el instructor de la Federación Mexicana de Futbol, el Sr. Genaro Castillo y logré ser abanderado en el estadio Municipal, todavía no existía el Corregidora.

Ser árbitro no es cosa fácil, pero da muchas satisfacciones personales, yo he tenido el honor de estar con grandes árbitros internacionales como el Sr. Yamasaki ex presidente de los árbitros profesionales, también con Enrique Mendoza Guillén, con el Sr. Jasso, con Arturo Brizio y con muchas personalidades relacionadas con el futbol, tanto árbitros como jugadores.

Una anécdota, nomás piensen si uno no está preparado para dirigir cualquier partido: Una vez, en la feria de Amealco, un señor Doctor me vino a contratar para dos partidos -Uno de jóvenes, Industriales de San Juan del Río vs Selección Amealco, el siguiente, quiero que usted lo pite porque es un partido de veteranos.
Cuál sería mi sorpresa cuando llega al campo un autobús lleno de puras Chivas del Guadalajara y poco después otro de americanistas. Un partido clásico a nivel nacional, pero de veteranos. Todo salió bien, tanto árbitros como el juego. Marcador final: 2 Chivas 2 América.

Por eso. Muchas gracias por haber tenido el honor de convivir 40 años con los futbolistas y también muchas gracias a todos los aficionados y al público, que, con sus recuerdos familiares, cuando salía en una mala tarde hacían que uno se cayera por los suelos, pero el chiste no es caer sino tener carácter para levantarse y yo lo logré por más de cuarenta años.

Muchas gracias.

Alejandro Hernández Chávez
“El Conejo”
“El Cone”
Pachis

17 de marzo de 1939- 14 de enero de 2018.

Con Gustavo Pedro Echaniz, de las Cobras de Querétaro, en el "enyerbado" de la Unidad Deportiva de San Juan del Río.

Con Alfredo Tena, ya en su etapa de entrenador., en la misma Unidad.

De entre cientos, muestro a Ustedes algunas representativas, en ellas, solo nombro a quienes reconozco, perdón por las omisiones. Supongo que estarían mejor incluidas en alguna historia del futbol sanjuanense de los últimos tiempos, que a fin de cuentas también lo es de la ciudad.

Con Juan Hernández y Jesús Alegría. Uno sobrino, el otro su gran amigo. En el campo de la Estación, de la bodega ya casi no queda nada, del campo ni  la tierra.

martes, 8 de enero de 2019

Recuerdos de aquellos tiempos 3


Recuerdos de aquellos tiempos 3


La siguiente es la tercera recopilación de recuerdos, lugares, personajes y hechos que había en San Juan del Río durante nuestra juventud, cuando solo era una pequeña ciudad. La mayoría solo será reconocible por los sanjuanenses de aquellos tiempos o los pocos que por entonces llegaban de fuera, sin embargo, no dejen de leerlo, se van a divertir.
Aunque redactados en sentido humorístico, en realidad esos detalles forman parte de nuestra historia reciente, esa que nadie escribe por parecer banal, pero ocurrió y en muchos casos fue importante en nuestra formación. Es solo es un pequeño esfuerzo personal para que no se olviden.
Ojalá les haga sonreír, pero sobre todo recordar. Los sobrevivientes de aquellos tiempos tenemos cientos de estos recuerdos, que por sutiles parece que se van olvidando, no es así, están en espera que algo los haga salir, cada uno de los aquí enumerados daría tema para una entrada por si solo. Así que:

Sabrás que ya no eres tan joven si...


fotografía tomada de revista de la época, crédito a quien corresponda

Cuando alguien te caía mal en la escuela decías que “se creía la muy muy”.

Te fumabas un cigarro Baronet, y si te preguntaban porqué, contestabas “porque me gustan”. Obviamente este diálogo no funcionaba con tu papá. Eran los con filtro más baratos, antes le habías entrado a los Faros, dulces pero efímeros; los Delicados, que se deshacían a la mitad, los Alas, super apestosos, imposibles de disimular, los “Carmencitas” con perfume y los !Tigres!, la mejor combinación en precio y calidad.

Comprabas en las tiendas estampitas para llenar un álbum, según para ganarte un fabuloso premio si lo llenabas, lo cual nunca ocurría porque terminaba faltándote “la difícil”, que casi nunca salía.

Llegaste a comprar en el primer “super” de San Juan “la Superferia” en la esquina de Ruíz Olloqui y 16 de septiembre. Sí era de autoservicio pero muy pequeña, no funcionó, dejó el concepto para el Super Layber, (Layseca- Bermudez) mucho más pequeño pero bien surtido.

fotografía tomada de revista de la época, crédito a quien corresponda

En la inauguración de la feria casi siempre traían el espectáculo de los “Caballos Domeq” y para desagraviar, otro de los eventos era la “carrera de burros”.

Si temblaste cuando te contaron del vampiro que viajaba en taxivan, desde la antigua central camionera del Boulevard Hidalgo a cometer sus tropelías al centro.

Perdiste hasta las chanclas en los futbolitos de don Joel (no eran tan inofensivos, había tahúres que vivían de ellos, siempre buscando incautos, cuando ya todos los conocían, desaparecían)

Te ibas por tus discos (de vinil) a la discoteca “La Gioconda” normalmente un sencillo, de 45 revoluciones y solo dos canciones, ya si eras pudiente comprabas el LP (Long Play) de 33 revoluciones y diez canciones, (luego te dabas cuenta que solo dos eran buenas)

Asistías con la "flota" a la cafetería "los Globos" a echarte un Club Sandwich y mirar al águila de la fuente, que apenas estaba emplumando, si no, te ibas al otro piso a “la Parroquia, ahí lo que rifaba era la “Ensalada de Atún”.

Ibas al río y buscabas piedras planas para lanzarlas sobre la superficie y hacer “patitos” ganaba el que hiciera más, si no había suerte, te ibas a ver “el remolino” que se hacía en una vuelta del mismo, ahí por detrás de FAMSA.


Te deleitabas asistiendo al restaurant el Patio, de la Av. Juárez, casi esquina con Allende, amenizando el mismísimo dueño, don Pino Torres.

Llegaste a ver al gordo Díaz manejando su moto en una sola rueda en pleno Jardín independencia

Te ibas nadar a la bombita, detrás de donde hoy es Comercial mexicana y don Pepe si ya estaba grande te decía ”tú ya eres de a diez”. (A los demás les cobraba 5)

Te correteo Quintín el zapatero de overol de mezclilla  en 2 de abril, por andar jugando precisamente en esa, su calle.

Tu rifle NERF de aquellos tiempos era uno que hacías con madera de cajas de jitomate y unas ligas, sus balas eran corcholatas de refrescos. Mejor aún si llegaste a fabricar una bazooka con latas de aluminio y cuyo combustible era alcohol del 96. (El proyectil era otra lata de aluminio).

Todavía te acuerdas del modo en que se te torcía la cara con las manzanas y membrillos agrios con chile en polvo que vendían en todos lados.

Cuando la zapatería que rifaba, antes de las grandes plazas era la “CANADA” frente a los puestos de cuentos de la avenida, te comprabas unos “Exorcist Shoes, (estaba de moda la película el Exorcista) o unos “Punk”,  (movimiento social que aquí se traducía en nombre de zapatos) si eras deportista, nada mejor que unos “Decatlón”, ya si estabas crecidito, unos “bostonianos”, Todos zapatos de magnifica calidad y durables pero que no pudieron con la competencia china.

Fotografía tomada de revista de la época, crédito a quien corresponda

Si eras el feliz propietario de una máquina de escribir y te fallaba tenías que ir al Servicio Escartín en las calles de mina y Morelos.

Fotografía tomada de internet,  crédito a quien corresponda

Te comprabas tus pantalones de Mezclilla “Jordache”, “Venado”, “Cimarrón o “Sergio Valente” en un local de la Casa de las Diligencias de Avenida Juárez” aunque si de Levis, Yale o Topeka se trataba, solo en “la Colmena” de la calle Hidalgo. Mucho después te enteraste de que se llamaban Jeans.

fotografía tomada de internet,  crédito a quien corresponda

Subiste a tu azotea cuando el oleoducto se incendió en Loma linda para ver desde ahí las llamas, fue porque un trascabo lo golpeo y todo el pueblo estuvo pendiente, no que ahora, a diario y sin trascabo.

Jugaste o espectaste en el “San Francisco” el último campo de futbol urbano, en la esquina de 27 de septiembre y Ayuntamiento.

Cuando te peleabas con algún amigo le pedías que “la cortaran”.

Llegaste a ver a Simón en el jardín independencia enfrentándose él solo al mismo tiempo a 25 ajedrecistas. (no era tan bueno, le ganaron 2 de ellos)

El mismo Simón, que tenía en la calle Mina su negocio anunciando que tapizaba, muebles, autos, aviones y … OVNIS.

Cuando en el Jardín independencia, te podías empadronar para votar y al mismo tiempo, en la misma mesa, los mismos funcionarios electorales te afiliaban al PRI.

Entraste alguna vez a estudiar a alguna de las academias volátiles de mecanografía, que te hacían la oferta de que con ellos podías ir ahorrando para adquirir tu propia máquina de escribir, obviamente desaparecían cuando ya habías juntado casi todo.

En la secundaria a la hora de elegir taller solo tenías la opción de Rutila, en mecanografía, temida pero solicitada, electricidad con Chapu, carpintería con Pillo, dibujo técnico con el borre o Corte y confección con Estefanía.

Llegaste a comprar revistas y libros usados en la tienda “el Lama de La calle Mina.


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si no has leído los anteriores de la serie, haz clic aquí:





Esta información es común a varias generaciones de sanjuanenses, pero aquí es el primer lugar donde se recopila, de manera escrita, ha aparecido en varios lugares y páginas, pero procede de este blog.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD,

Se les recuerda que este espacio recibe criticas, comentarios, adiciones, solo den clic en la sección de comentarios al final de cada entrada.