viernes, 25 de diciembre de 2015

El Extensionista o el problema del campo mexicano o de cómo sembrar maiz y cosechar puro chile


Galán de galanes pero con aspiraciones actorales.


Durante un tiempo estuvo en los cuernos de la luna en su carrera de actor, incluso llegó en 1993 a ser el protagonista de la novela estrella de Televisa: “Corazón Salvaje” estelarizando a Juan del Diablo y compartiendo créditos con Edith González en el horario nocturno, lo que le significó por algún tiempo ser el galán de moda, el objetivo de todos los paparazzi, el entrevistado estrella en programas o revistas y receptor de todos los premios y homenajes que el género otorga. Hasta se dio el lujo de grabar un disco de cierto éxito y doblar la voz de Tarzán en una película de Disney.

Su nombre artístico era Eduardo Palomo: (el verdadero Eduardo Estrada Palomo) Cantante y polifacético actor, merced a ser uno de los primeros egresados de la escuela de talentos de televisa, su carrera se vio arropada desde el principio en las emisiones de dicha empresa, especialmente en las telenovelas, que vivían una de sus tantas épocas de oro.
Habiendo desde sus inicios incursionado también en el teatro, desarrolló a la par de su carrera comercial, un gusto por la participación en películas de tema, llegando a constituirse en uno de los referentes del entonces llamado Nuevo Cine Mexicano. Bien sabía, por haber crecido en las entrañas del monopolio televisivo, que la gloria que este otorgaba era efímera.

Actuó en muchas películas de ese tipo, las que por sus temáticas jamás obtenían ganancias monetarias, aunque eran reconocidas por su dirección, guión y calidad actoral. Seguramente en varias de ellas, si acaso cobró algún sueldo u obtuvo alguna ganancia, fue ínfima en relación a lo que percibía en su faceta comercial, sin embargo, así son los actores, deben vivir de algo y vivir para algo, él lo hizo así: Vivió de la televisión y vivió para el cine.

De sus participación en películas del nuevo cine nacional, se recuerda su participación en algunas emblemáticas como: Rojo Amanecer, (1990) la Mujer de Benjamín, (1990) Mi Querido Tom Mix, (1991) Gertrudis Bocanegra (1991)  Crónica de un Desayuno, (1999) El Misterio del Trinidad, (2003) y Un Día sin Mexicanos. (1993)  es decir, casi en todo lo más importante que la para entonces escuálida industria producía a nivel nacional.
Un buen día, ya casado con la igualmente actriz Carina Rico, decidió incursionar en Estados Unidos, donde llegó a interpretar algunos papeles menores. Nunca sabremos lo que pudo haber logrado en aquel país: la muerte lo sorprendió joven en la ciudad de los Ángeles en el año 2003.

Una característica de su incursión en el cine no comercial, fue que no interpretó únicamente roles de galán, seguramente por tener la facilidad de elegir papeles buscaba aquellos en los que fuera la antítesis del conquistador. Le encantaba caracterizar al mexicano común, citadino, desmadroso y dicharachero, pero con conciencia social. Uno de sus papeles más recordados y que refleja la esencia de ese deseo, es el que interpretó en 1990 en la cinta El Extensionista.

 ¿Qué es un extensionista?
Hasta hace pocos años era un empleado público, promotor y gestor del desarrollo rural, encargado de implantar técnicas novedosas y más productivas en las comunidades agrícolas. En México, dicho puesto se otorgaba a ingenieros agrónomos recién egresados de la carrera y se les enviaba a localidades remotas, con diversos resultados, de acuerdo a las circunstancias particulares. En la actualidad la tendencia a nivel gubernamental es contratar para tales tareas a empresas particulares, subvencionadas con recursos públicos, por lo que ha desaparecido la figura del "Extensionista” que retrata la película.
Imagen Tomada de Internet. Cartel de sala de la película.
Ficha Técnica:

México, 1989.  35 mm (Rodaje)
Fecha de lanzamiento: 28 de febrero 1991
Dirección: Juan Fernando Pérez Gavilán
Producción: Arturo Pérez Gavilán, Fernando Pérez Gavilán
Guión: Víctor Ugalde, Juan Fernando Pérez Gavilán, Felipe Santander
Fotografía: Arturo de la Rosa
Edición: Rogelio Zúñiga
Música: Armando Manzanero

Reparto:
Eduardo Palomo : Cruz López, el Extensionista

José Carlos Ruiz : Benito Sánchez, el Gobernador indígena

Claudia Guzmán: Manuela, la Novia.

Manuel Ojeda: Severo, el Matón

Ernesto Gómez Cruz:  Nazario, el presidente Municipal

Leonardo Daniel: Mario, el colega corrupto

Eduardo López Rojas: Cuquillo, el ranchero

Alberto Pedret: Don Máximo, el cacique

Sergio Jiménez: Nacho, el loco del pueblo.

Como se puede adivinar desde la lectura del elenco, la película será un drama agrario, que incluye todos los estereotipos que en el campo mexicano fueron reales y hasta peores que como se retratan, lo que durante décadas impidió el desarrollo de ese sector productivo y creó el llamado el “problema del campo mexicano” que durante décadas cada presidente en turno declaraba haber “resuelto” y que sin embargo en la realidad cada vez más languidecía, hasta su virtual muerte con el Tratado de Libre Comercio en 1994.

En razón de casi ya no haber hoy agricultores “tradicionales” en la mayor parte de México, incluido San Juan del Río, a las nuevas generaciones, algunas partes del argumento les parecerán exageradas, pero en verdad así fue la política gubernamental durante muchos años, que incluía una gran cantidad de recursos presupuestales para el campo, pero que raras veces llegaban a los surcos, se diluían en la maraña de burócratas, prestamistas, caciques y acaparadores.

SINOPSIS.
El argumento se basa en una exitosa obra de teatro de la década de 1970, del autor Felipe Santander. Por ejemplificar perfectamente la realidad de la producción campesina de aquel entonces, fue muy representada y hasta en la actualidad es regularmente puesta en diversos teatros comerciales y universitarios.

Cruz López es asignado como Extensionista a un pequeño poblado indígena llamado Tenochtlén, a donde llega con la ilusión de apoyar a los lugareños para que mejoren sus técnicas de cultivo y sus condiciones económicas.

Los pobladores, acostumbrados a recibir a uno y otro funcionario que siempre les prometían y jamás cumplían, se muestran reacios siquiera a escucharlo, mucho menos a aplicar sus técnicas. Tras muchos esfuerzos, consigue la confianza de los lugareños y algo más de Manuela, la hija del líder indígena Benito.
Ingenuo y crédulo, desarrolla un proyecto alternativo de cultivo de algodón, consiguiendo créditos gubernamentales y hasta el apoyo del cacique del lugar. Ingenuo porque cree que solo con su palabra los va a convencer, crédulo por pensar que todo será como lo planeo.

Poco a poco durante la trama, la realidad que evadía lo rebasa sin que pueda hacer nada y en tropel caen sobre su proyecto todas las plagas biológicas y burocráticas posibles: El agua de riego no les es suministrada como lo requieren; el crédito no llega a manos de los campesinos; se le aconseja recurrir a prestamistas: el fertilizante que les suministran está adulterado; el cacique compra a los sembradores la semilla mejorada, y  para colmo, del cielo no cae ni una gota de lluvia.
Desesperado, reclama a todos ellos, tornándolos en enemigos a los que hay que contraatacar; En conjunto con los pobladores idean una manera de recuperar la semilla robándola de las bodegas del cacique. Descubiertos, son detenidos Benito y Cruz  en la capilla del lugar (dónde acaba de casarse con Manuela) y, llevados a  un lugar solitario, se les aplica la ley fuga. Enardecidos los pobladores con las muertes de sus incipientes redentores  linchan a las autoridades y cuelgan en los patios de su casa al cacique. En colofón,  tras unas muy falsas llamas reflejadas en los vidrios de su finca, que enmarcan la oscilante figura del ahorcado, empieza a llover.
Una de las fachadas de la Hacienda de Santa Rosa Xajay.

Como se ve, la película es la pura realidad, únicamente el final casi nunca se dio. Muchos funcionarios se enriquecieron al unísono de los caciques sin que les pasara nada. Esa trama de corrupción, siempre impidió una producción agrícola eficiente, quedando las comunidades cundo mucho en la autosuficiencia. Una frase de la película retrata lo que pasaban los campesinos, lo que sembraban y cosechaban en esas condiciones:

-          ¿De quién son esos chilares que están a la salida?

-          Son míos pero no son chilares, es maíz y frijol.

-          Es que como los tienen sembrados van a cosechar puro chile.
Por otro lado, el sentir de los campesinos se ejemplifica en una frase de Benito, el líder indígena, tras escuchar las melosas palabras de las autoridades.

“Benito ya se va. Y ojalá que todos ustedes se vayan… pero a la chingada.”
Escena en la capilla de la Hacienda de Santa Rosa. Benito antes de soltar la frase. Parados Cruz y el Cacique.


Palomo en las calles de Santa Rosa

Uno de los patios de la Hacienda de Santa Rosa

Escena en sembradíos, al fondo el cerro del Mirador.


Corredor de la Hacienda de santa Rosa

Acceso a la Hacienda

Capilla de la Comunidad de Santa Rosa Xajay, antigua Troje de la Hacienda.

La autoridades esperando al pueblo, en la capilla interior de la hacienda.


Los campesinos robando la semilla en uno de los patios de la hacienda, se puede observar el torreón original  en la esquina.



Escena en la comunidad de la Estancia, se puede observar todavía la torre de la iglesia de la antigua hacienda, hoy derrumbada en la presa Constitución.

Portón de la Hacienda de Santa Rosa
Lo interesante para el tema de este blog es que la película fue rodada mayoritariamente en la comunidad de Santa Rosa Xajay, incluyendo locaciones en sus calles,  las instalaciones de la hacienda, el camino que la comunica con la carretera San Juan del Río - Tequisquiapan, la comunidad de La Estancia. (En el Dvd original que tengo y la versión televisada ya no sale una escena grabada en el antiguo banco Banrural de San Juan del Río, que estaba en la Casa de las Diligencias de la Av. Juárez)

Parece que algunas de las escenas fueron rodadas en la comunidad del Tejocote, Tequisquiapan, no he podido confirmarlo.

Otro elemento que enlaza a la película con nuestra ciudad, es que su tema, “Corrido de Tenochtlán” es interpretado nada más y nada menos que por los Hermanos Falcón, en la vida real artistas exclusivos del restaurant del Portal de Reyes, de San Juan del Río. (Excepto cuando se van al mundial)

Créditos de la película, incluidos los Hermanos Falcón
Presento a Ustedes los fotogramas, obtenidos de la película original y el cartel, tomado de Internet.
EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD:

La película se proyecta todavía regularmente por Televisa y los canales de cable de películas mexicanas, aunque tiene muchos bips en las groserías, lo del puro chile sí sale, lo de que se vayan a la ... no. Así que si la ven ahí, lean los labios de Benito.
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Esta entrada la tenía desde hace algunos ayeres pero como los vecinos ya la habían publicado a su estilo, me tuve que esperar para no ser repetitivo en el tema. No tomé nada de ellos, solo aumente la extensión de la mía y no cupo en una entrada, espero poner la otra parte en estos días.
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Un saludo a todos los lectores de este blog, ya llegamos a 43 países, hoy llegó un visitante de Dinamarca.
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Lo de los hermanos Falcón y el mundial se refiere a que es costumbre en el restaurant del Portal de Reyes donde se presenta regularmente este dueto de cantantes, cuando hay torneos futboleros y la asistencia baja, colocan un letrero que dice así: "Los Hermanos Falcón se fueron al Mundial" para indicar que ese día no actuarán.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Imágenes antiguas de iglesias en San Juan 2. Los mapas de Escandón.


El escenario

Uno de los mapas de Escandón.
Teóricamente, desde los primeros años de la conquista, los españoles se hicieron dueños del amplio territorio de lo que hoy es México. En realidad todavía hasta bien entrado el siglo XVIII, a pesar de las campañas de exterminio de las tribus nómadas, existía una gran porción del mismo donde no habían podido instalar ni habitantes, poblados o instituciones, especialmente al noreste, en lo que para entonces se llamaba “el Seno Mexicano”, básicamente el hoy estado de Tamaulipas, lugar de refugio en todos los tiempos coloniales de los grupos chichimecas y apaches, que aprovechando la fragosidad del terreno, llevaban una vida libre.
Más aún, como una afrenta al poder español, apenas a 200 kilómetros de la capital del virreinato, existía un “manchón de gentilidad”; la Sierra Gorda de Querétaro, dominio de los indómitos Jonaces, el grupo étnico más renuente a la pacificación, a quienes ninguna de las tácticas empleadas contra los chichimecas, como los Presidios, las Misiones, los regalos ni la guerra directa, habían hecho mella en su libre forma de vida, incluso consideraban a los españoles como proveedores de comida y cuando el alimento escaseaba en sus espacios, no tenían empacho alguno en acercarse a las haciendas y estancias de Querétaro, Cadereyta y San Juan del Río, a robar ganado, incluso las bestias de carga.  No en balde, las crónicas refieren que el nombre de ese grupo  significa “comecaballo”.  

Para el año de 1746, el gobierno español decide emplear todos sus recursos para subsanar ambos problemas, de tal manera que se planea una campaña de exterminio de los Jonaces y la colonización del territorio de Tamaulipas, recurriendo para ello a un vecino de la ciudad de Querétaro, español, que anteriormente le había prestado ciertos servicios militares y administrativos, para que organizara una expedición.
El personaje.

Retrato mortuorio del Conde de la Sierra Gorda. pintura de 1770 de  Andrés de Islas, en el Museo Regional de Querétaro.
El caballero en mención era don José de Escandón y la Helguera, Rumoroso de la Llata, que tras la misión acumuló a su nombre, el kilométrico título de  “Primer conde de la Sierra Gorda, Caballero de la Orden de Santiago, Coronel del Regimiento de Querétaro, Teniente de Capitán General de la Sierra Gorda, sus presidios, misiones y fronteras y Lugarteniente del Excelentísimo Señor Virrey de esta Nueva España".

Escandón reclutó a milicianos de la ciudad de Querétaro para las acciones de guerra y merced a un aliciente en tierras y efectivo, de todo el virreinato, a los futuros colonos que habrían de habitar los nuevos poblados.

Primer acto.

De inicio, como primera parte de la misión, todavía en el territorio queretano, fortalece el Presidio de la Peñamillera (hoy Peñamiller) y en el año de 1748, a unos kilómetros de ahí, enfrenta en la batalla de la Media Luna, a una coalición formada por las diversas bandas nómadas que precisamente en esos parajes tenían su campo de acción.
No acostumbrados a luchar en grupos grandes, el resultado fue una estrepitosa derrota de los Jonaces, muchos murieron, otros, congruentes con su forma de vida, se suicidaron arrojándose a los precipicios cercanos para evitar ser aprehendidos. El resto fueron confinados a los obrajes de la ciudad de Querétaro, donde sobra decir, no sobrevivieron mucho.

El evento referido significó la virtual extinción de la etnia Jonaz en el estado de Querétaro. Sobrevivieron y existen hasta en la actualidad algunos grupos en el estado de Guanajuato, especialmente en el Municipio de Victoria.


Segundo acto

Continuando su misión, en los meses posteriores, ya en tierras del entonces llamado Nuevo Santander, estableció por igual, de acuerdo a las circunstancias geográficas, Presidios, Misiones, Poblados y Villas que básicamente, con algunos cambios de nombres, constituyen los municipios y ciudades del actual estado de Tamaulipas y algunos de Texas.

El final

Cosa frecuente en aquellos tiempos, Escandón fue acusado de malos manejos de los recursos que le fueron encomendados y terminó su existencia, sin pena y casi olvidada su gloriosa misión, pero con todos sus títulos vigentes, en el año de 1770. En el Museo Regional de la Ciudad de Querétaro se conserva un retrato mortuorio y persisten en varias ciudades tamaulipecas, las casas que habitó.

Dato curioso 

Decía que antes de la misión referida, había ya hecho servicios para el Virrey, especialmente en la Villa de Cadereyta y en la Sierra Gorda. En algunos de los viajes propios de su empleo, llegó al primer lugar con un elegante carromato, que obviamente no pudo entrar en los agrestes caminos serranos, por lo que fue dejado en las instalaciones de la Parroquia local. Muchos años después, se le dieron diversos usos religiosos. Terminó el vehículo medio emparedado y completamente olvidado entre los edificios religiosos. El famoso historiador de la zona Huasteca, don Joaquín Meade, en alguno de sus viajes de investigación la localizó y alertó al gobierno de Tamaulipas, quienes años después lo solicitaron en calidad de préstamo, huelga decir que no fue devuelto y en respuesta al requerimiento dijeron que Querétaro tenía muchos tesoros coloniales y Tamaulipas casi ninguno. La respuesta fue rápida, del Gobernador Manuel González Cossio: “Querétaro tampoco tiene mar y no por eso…”   pero eso no significó su regreso.

Resultado de la Expedición a Tamaulipas, Escandón mandó confeccionar un mapa que dejara constancia de los territorios pacificados y conquistados, es el famoso “Mapa de la Sierra Gorda y Costa del seno Mexicano” del que por la novedad de cartografiar un territorio para entonces tan ignoto, pronto fue referencia para elaborar copias diversas. Todos ellos  abarcan lo que hoy es el Sur de Texas y mucho más al sur, incluso hasta San Juan del río. Su hijo, el segundo Conde de la Sierra continuó, años después en menor escala, la colonización de aquellos lugares.


Uno de los mapas de Escandón, del siglo XVIII (EXTRACTO) No tiene buena Resolución pero abajo y al centro consigna San Juan del Río.
Presento hoy, como continuación a la pasada entrada de imágenes antiguas de las iglesias de San Juan del Río, las secciones de los diversos mapas de Escandón que las contienen.
Extracto de uno de los mapas de Escandón.


Extracto de otro de los mapas, contemporáneo de la expedición.

Este extracto es de un mapa es de 1873. copia exacta de otro de 1753. Más de un siglo después, el de Escandón seguía siendo referente.
Cabe mencionar que básicamente todos son dibujos esquemáticos. Sí  hay diferencias en los edificios, de acuerdo a la importancia de la población, pero son muy parecidos. Proceden de diferentes mapas, derivados de los de Escandón.

Otro de los mapas, este de 1792 (EXTRACTO).


 Para mayor información se puede consultar el siguiente enlace.
Biblografía:
Garrido del Toral, Andrés. Queretalia.
Meade Joaquín. La Huasteca Queretana
                              José de Escandón
Mendoza Muñoz, Jesús. El Conde de la Sierra Gorda…

EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

No había publicado en este mes por asuntos personales, espero en estas vacaciones ponerme al corriente con varios escritos.

Un agradecimiento a uno de los asiduos lectores del Blog, Celedonio Montes, por su atención, pero sobre todo por la magnífica reseña que publicó sobre mi libro “La Acequia del Pueblo”, en su sitio de Internet. En fluida redacción, describe y logra captar el contenido, espíritu y la intención de un servidor al realizarlo. Agradezco igualmente las observaciones que de él hace y que por supuesto tomaré mucho en cuenta. Gracias. (Espero me permita poner una liga para en alguna entrada posterior darla a conocer por este medio)

Por si planeaban ir a alguna de las instalaciones culturales, básicamente el Portal del Diezmo y el Centro Histórico y Cultural, cierran a partir del 21 de diciembre, y reanudan el 7 de Enero.  Por si pensaban ir por libros, consulta o visita

domingo, 22 de noviembre de 2015

Testigos del tiempo en San Juan del Río


Antecedentes

Es San Juan del Río una ciudad con más de cuatro siglos de existencia. Mucho ha transcurrido desde el lejano siglo XVI cuando, según mencionan algunos autores (Rodríguez Familiar, Ruiz Olloqui, Sabás Camacho y De la torre) a la vera del incipiente camino Real, se empezaron a construir una serie de chozas para servicio de los viajeros, rápidamente transformadas en edificaciones sólidas, hasta constituir el legendario poblado, circunscrito desde entonces y hasta finales de la década de 1950 en lo que hoy conocemos como el centro histórico de la ciudad.

Los siglos y la actividad humana renovaron varias veces los edificios, de tal manera que es muy poco lo verdaderamente antiguo que se conserva y difícilmente nos podemos dar una idea de la fisonomía de la arquitectura de los siglos pasados.

Contra lo que se piensa, casi no quedan edificaciones coloniales en la ciudad, las pocas casas señoriales que se conservan son en su mayoría de la época de la reforma. Es decir, posteriores a 1850.

Recuerdo cuando era niño que en determinada época del año  se enviaba un aviso a todos los vecinos para que renovaran su pintura. Estaba ya determinado que las fachadas fueran de color blanco, con un guardapolvo café y los marcos de puertas y ventanas deberían llevar el mismo color. Si estos últimos eran de cantera solo  debía limpiarse. La mayor parte de los propietarios o inquilinos hacía caso de la petición que era en aras, decía la autoridad, de conservar el estilo “colonial”. Incluso los edificios públicos acataban la disposición y para dar la muestra, la presidencia municipal la seguía al pie de la letra.

Fotografía personal, ejemplifica lo escrito. la casa de en medio pintada de blanco, con guardapolvos pintado en café y los marcos de cantera. La de la derecha en tonos coloniales por no tener cantera en marcos la simulaban con pintura.La de la izquierda en libre albedrío.
La vieja ordenanza había estado en vigor desde casi un siglo antes, cuando se popularizó el uso de la cantera morena en marcos y molduras de las casas y edificios, el guardapolvo  café era para igualar con muchas edificaciones que lo tenían en zoclo de ladrillo. Para la década de 1970, muchas casas ya no tenían cantera en las puertas y ventanas, pero se simulaba con  pintura.
En el ahora lejano 1989, con la llegada del primer gobierno municipal panista, el edificio gubernamental cambió de nombre a “Palacio Municipal” y se le quitó el sacrosanto color albo, para dar paso a una tonalidad creo que salmón. Ante las numerosas protestas por cambiar la tradición, ni tardos ni perezosos, los responsables sacaron una lista de los colores verdaderamente utilizados en la época colonial, entre los que no se encontraba… el blanco. A partir de entonces, cada quien pinta como quiere.

En conceptualización de la arquitectura moderna, específicamente en lo que se refiere a la remodelación de edificios o elementos de ellos, existe la tendencia a dejar para la posteridad, ciertos detalles en su estado original, conservando para la posteridad una muestra dela técnica y la intención del  viejo constructor o artista. A los detalles preservados se les llama “testigos”.

Hoy presento a ustedes una primera recopilación de “testigos”, algunos en verdad dejados intencionalmente durante la remodelación y otros que sin premeditarlo quedaron ahí, igualmente recordándonos algún aspecto hoy oculto del pasado que he detectado y a mi juicio cumplen con el requisito.

  PINTURA

Imagen de Google Earth.  Edificio del Beaterio
Este testigo nos muestra como estaba pintado originalmente el edificio del Beaterio, en la Avenida Juárez, completamente diferente del actual. 
Imagen  tomada del blog escrito en ella.

COLUMNAS

Fotografía personal: Portal del Diezmo.
Aquí podemos ver que en algún momento, las columnas de los arcos del Portal del Diezmo eran cilíndricas, posteriormente, se les colocó alrededor el refuerzo cuadrangular. Fue dejado intencionalmente durante la remodelación. Se observa dentro del pilar, la antigua columna de cantera morena. (El resto de los pilares también tienen la columna original adentro, pero al menos algunas de ellas eran de cantera rosa, lo que evidencia varias etapas en la construcción del portal)

Fotografía personal: En el interior, la columna cilíndrica.
DECORADO

Fotografía personal: Puente de la Historia.
De la siguiente imagen, en uno de los arcos del Puente de la Historia. Ignoro si fue un testigo intencional o es lo único que sobrevivió de una decoración antigua. A pesar de que no lo parece el puente ha sido intervenido infinidad de veces durante los tres siglos de su existencia. Es la única piedra policromada de todas las que lo componen.
Fotografía personal:  parte central  de uno de los arcos, solo se aprecia"ceñ"

FALLA

Fotografía personal: en el nivel donde se indica la flecha estaba el techo del portal.
Este no es un testigo intencional. Existía en la esquina de la Avenida Juárez y Reforma, un portal de tres arcos de cantera, que en 1976 fue derrumbado para un malogrado proyecto de calle. Malamente se aplanó la pared donde se encontraba, tanto que hasta restos de las vigas de madera del techo del portal se pueden ver aún, casi cuarenta años después.

CANTERA MORENA

Fotografía personal: Escuela Mártir de chihuahua, sobre la antigua peña.
El siguiente testigo no fue intencional, pero nos muestra, en el aplanado de la pared de la Escuela Mártir de Chihuahua, en la calle Reforma, restos de la cantera viva. Recordar que esta escuela está construida en un espacio completamente rocoso, continuación de las peñas del Calvario. En las lloraderas que desalojan el agua de lluvia puede observarse también la roca.


Fotografía personal: Pared? de cantera.
FUENTE

Imagen de Google Eart: Esquina de Hidalgo y Rayón.
Por último, un impresionante testigo, una fuente antigua, probablemente del siglo XIX, conservada intacta bajo el piso de una casona en la calle Hidalgo.  Aunque muchos sabían de su existencia, fue dada a conocer públicamente por la pagina vecina San Juan del río en el tiempo.

Fotografía personal: Intacta, la policromada fuente
La casa donde se ubica, hoy con una fachada oblicua, por haber sido recortada en 1918 para el trazo de la hoy calle Hidalgo Norte, originalmente tenía su entrada en la actual Rayón. Seguramente la fuente estaba al centro del patio antiguo y era alimentada por el canal de la acequia del pueblo, que pasa a un lado de la propiedad y cuyo nivel era exactamente el de la fuente. En una remodelación posterior, el piso de la casa fue elevado poco más de un metro hasta su actual nivel, y seguramente por la belleza de su decoración la fuente no se demolió, quedó enterrada hasta que los propietarios actuales la descubrieron hace algunos años.  Hasta hace un par de meses, la propietaria actual, la Sra. Susi Soto Vieyra permitía el acceso para observarla. Tenía la indicación de volverla a cubrir para preservarla. No se sí ya lo haya hecho.

Es este un testigo extraordinario del nivel original de la calle y de la arquitectura utilitaria  de la vieja ciudad, incluso conserva alrededor restos del empedrado del patio. Seguramente el encargado de la remodelación, ante su belleza, decidió no demolerla, y dejarnos ese testigo, de tiempos idos, para que muchos más pudieran disfrutarla. Lo logró.

Espero les haya gustado  prometo ir presentando en el futuro más detalles como estos, con la intención de que tomemos conciencia de que nuestra ciudad tiene un pasado, que persiste a pesar de todo.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
Les recuerdo que sigue a la venta en la oficina del Archivo Histórico Municipal el libro de la Señora Marimar Santana, referente al Archivo Histórico y los monumentos coloniales de San Juan del Río. Solo vale 50 pesos. Incluye la oportunidad de platicar con ella, quien es la encargada del Archivo y de paso que les dedique el libro.
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Un agradecimiento a la Sra. Susana Soto Vieyra por la oportunidad que me dio de acceder a su casa  para observar la fuente y por sus valiosos comentarios al respecto, accesible como pocas y deseosa de dar a conocer y preservar su valiosa  posesión.
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Y para que no anden como yo, de quejosos de que no hay libros de historia local, también está a la venta en el mismo lugar el libro  de la Sra. Aurora Castillo Escalona (QEPD), una de las pocas profesionales de la investigación que ha tenido nuestra ciudad. Un trabajo impecable. Solo 100 pesos. Trabajo centrado en la Hacienda de la Llave pero que incluye mucho de la historia temprana de nuestra ciudad.

domingo, 8 de noviembre de 2015

También en San Juan hace aire, no nomás en Cazadero


Del Cazadero a la Avenida Juárez.

No se tiene constancia cierta de la fecha de llegada de los españoles a San Juan del Río. Se sabe por una de sus Cartas de Relación, que en 1526 Hernán Cortés tuvo noticias de que “entre la costa del norte y la provincia de Mechoacán hay cierta gente y población que llaman Chichimecas” por lo que envió hacia allá 60 gentes a caballo, 200 peones y muchos indios. Supo que había también en esa zona algunos pueblos civilizados que habían sido vistos por españoles. No se tiene noticia del resultado de la expedición, ni quiénes eran los españoles que ya habían visto dichos pueblos.
Conformación del territorio a la llegada de los españoles. Nótese que en la zona de San Juan del Río no se registran pueblos, solo la leyenda "Salvages chichimeques y otomites"

Cazadero 1

Aunque ya para esas fechas el mismo Cortés había otorgado la encomienda de Jilotepec a Juan Jaramillo, consistente en el tributo de los  habitantes indios de todo su territorio, incluida la zona que hoy es San Juan del Río, era la frontera con los dominios chichimecas, razón por la cual, al menos inicialmente no resultaba un lugar atractivo. (En realidad aquí no había verdaderos chichimecas, eran otomíes y pames, algo indómitos y semi-nómadas pero no gente de guerra) Es hasta el año de 1528, cuando, según un testimonio de un juicio de 1536, Juan Jaramillo, explorando las tierras de su encomienda llega al pequeño asentamiento llamado Iztacchichimeca, encontrándose con unas cuantas casas de chichimecas, a los que obliga a retirarse. El motivo de la visita, según el mismo testimonio, fue por motivo de una cacería.

Cazadero 2
Entre Jilotepec y San Juan del Río, se localiza una gran zona plana (por su altitud superior no forma parte del hoy llamado Plan de San Juan) que abarca los actuales límites entre los Estados de Hidalgo, México y Querétaro. En la actualidad es primordialmente árida y solo poblada por unos cuantos mezquites y matorrales, pero que se supone, en esa época, con un clima más templado, sin llegar a ser un bosque, albergaba mayor cantidad de árboles.

A los espacios planos los españoles le llamaron “sabanas” y en este, cercano a nuestra actual ciudad ocurrió un hecho que por su magnitud se convirtió en noticia en todo el incipiente virreinato y ha perdurado por ya casi cinco siglos.

En el año de 1540, estando de Visita en Jilotepec el primer virrey de la nueva España, Don Antonio de Mendoza, recibió la invitación para participar en una montería y cacería al modo en que los indios lo hacían, eligiéndose para ello “unos muy cumplidos y extendidos campos que están entre Xilotepec y San Juan del Río”. Por ser una zona despoblada, se tuvieron que hacer aposentos para el personaje, criados y todos los empleados que con él viajaban.
La cacería inició muy de mañana, cuando casi 15,000 indios cercaron unas seis leguas del monte y haciendo ruido con manos y arcos avanzaron, reduciendo en cada paso la circunferencia inicial. Cuál sería la abundancia de animales en aquellos tiempos, que en esa simple maniobra, quedaron encerrados gran cantidad de ellos. Para el mediodía, el círculo se había hecho muy estrecho y por ello los indios fueron poniéndose unos detrás de otros. En ese momento llegaron los cazadores. Indistintamente arcos, flechas, arcabuces, ballestas, perros y jinetes, dieron cuenta de los animales que a su disposición se encontraban, incluso  hubo necesidad de en algunas partes abrir el cerco humano para que salieran muchos de los animales, al no darse abasto las armas.

Para ese momento, entraron en acción muchos cocineros que inmediatamente llevaban las piezas muertas a sus asadores, “llegándoles la caza a la cocina”.
Cuenta el cronista que a la puesta del sol, se había dispuesto de seiscientos venados de distintas clases, la mayoría berrendos, cien coyotes y una gran cantidad de liebres, zorrillos y conejos, muchos consumidos ahí mismo, otros más se repartieron entre los participantes, igual muertos que vivos, para todos hubo lo que quisieron y pudieron comer y/o cargar. Fue tal el frenesí de aquel día, que entre el círculo quedaron atrapadas gran cantidad de aves, que aturdidas, al final ni siquiera podían volar.

Fue tan renombrada esta cacería, más bien un “cazadero” que a partir de entonces la zona se dio por llamar “la sabana del Cazadero”. Le gustó tanto al virrey que programó otra para dos años después, 1542. No fue posible, en esa fecha, los verdaderos chichimecas, nómadas de los territorios entre Jalisco y Zacatecas se rebelaron contra la autoridad virreinal y Don Antonio tuvo que dirigir hacia allá su ejército. 

Muchos años después de ocurrida, su repercusión continuaba, seguramente, los viajeros del camino Real, trazado en uno de los extremos del llano donde había ocurrido, cuando pasaban por el lugar eran enterados del acontecimiento, constituyéndose en un referente del lugar. La primera noticia escrita de la cacería data del año de 1615, cuando Juan de Torquemada la incluye en su obra “Los Veintiún libros de la Monarquía Indiana” de donde proceden todas las referencias modernas, incluida la de Rafael Ayala.

Mapa del siglo XIX. incluye el "LLANO DEL CAZADERO"
Las casas construidas para el Virrey seguramente fueron el antecedente de la hacienda del Cazadero y hoy comunidad y Delegación Municipal, que conserva su singular nombre.

Cazadero 3
Se dice que durante todas las épocas continuaba la abundancia de animales, sobre todo de venados, que por razón del tráfico de personas se recluyeron hacia los montes y cerros cercanos. Hasta hace apenas unas décadas, en lugares tan cercanos como el Sitio, Rancho de Enmedio, Paso de Mata y otros, cercanos a los Llanos del Cazadero, se hablaba de que todavía existían.

Y prueba de ello, es la siguiente fotografía. Según la persona que me permitió reproducirla, es de los años cincuenta del siglo pasado, captada nada más ni nada menos que en plena Avenida Juárez, esquina con Allende.  En ella, posan un grupo de personas, entre ellas el exgobernador Saturnino Osornio, y parece que su pariente Don Palemón Ríos. Detrás de ellos, pendiendo de cuerdas está un grupo de ¡7 venados! seguramente producto de uno de los últimos cazaderos, y muy probablemente de los cerros cercanos al Sitio, comunidad de donde fue originario don Saturnino, próxima al Cazadero.

Fotografía de colección particular. El segundo de derecha a izquierda es el ex gobernador Saturnino Osornio, el cuarto parece ser don Palemón Ríos.
Del porqué en la avenida Juárez, solo puedo decir que en esa esquina, hoy moderno comercio, tenía su vivienda el ex gobernador. Fue una casona antigua, que seguramente él remodeló. Muchos años después, ahí se instalaron la popular cantina “la Cucaracha”, otra llamada “El León Dorado”, luego una funeraria y después una sucursal de la “casa Gabriel”. Hace un par de años, el local se remodeló a como lo vemos en la actualidad. Quien me permitió reproducir la foto es descendiente de él y fue quien me dio los detalles. Presento algunas fotografías modernas  del lugar.
Fotografía personal. Si los datos son exactos, sería el mismo lugar de la fotografía antigua, ¿Serán los mismos árboles?

Fotografía personal: La antigua casa de don Saturnino, en Av. Juárez.  Detrás del letrero rojo, la puerta ostenta una especie de celosía, con las letras S O,  sus iniciales.

Referencias:
Cortés Hernán, Cartas de Relación.

Torquemada Juan, Monarquía Indiana.
El título de esta entrada es un antiguo refrán local, que ya casi no se dice completo, solo la parte inicial.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Por andar con las prisas, en la pasada entrada omití una importante obra, dada a la luz por la mencionada editorial Librarius en el año 2013.

DICCIONARIO BIOGRÁFICO, GEOGRÁFICO E HISTÓRICO DE QUERÉTARO

Nominalmente trae por autor a don Rafael Ayala, como obra póstuma. Supongo que la dejó empezada y su hijo la completó, igualmente tengo la idea que la fue formando con muchos de los datos sueltos que iba hallando en sus investigaciones. No es exclusiva de San Juan del Río, pero como fue hecha por un preclaro hijo de esta tierra, debe ser parte del  retorno de la historia Sanjuanense.
Por su temática, es una obra voluminosa, en 703 páginas contiene muchísimos datos de personajes. Lugares y hechos olvidados, así como referencias modernas, incluso enlaces a Internet, que son difíciles de hallar en un solo tomo.
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No me lo van a creer, pero la entrada de las poquianchis ya rebasó las 2,000 visitas, no creo que sea la mejor que haya presentado, pero así es el público. Para los nuevos lectores que no la han leído, dense una vuelta a verla y… ¿Ya qué? Aumentar su rating.
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Había prometido conseguir algunos precios.
Les comunico que en la oficina del Archivo Histórico municipal, todavía están  a la venta:
La Edición 2006 de San Juan del Río, Geografía e Historia de Don Rafael Ayala, la más completa de las tres ediciones, a solo 100 pesitos. Obra fundamental e insuperable.

El libro de la Señora Marimar Santana, referente al Archivo Histórico y los monumentos coloniales de San Juan del río. Solo vale 50 pesos y ese precio incluye la oportunidad de platicar con la autora (ella es la encargada del Archivo Histórico Municipal) y de paso que les dedique el libro.