domingo, 8 de noviembre de 2015

También en San Juan hace aire, no nomás en Cazadero


Del Cazadero a la Avenida Juárez.

No se tiene constancia cierta de la fecha de llegada de los españoles a San Juan del Río. Se sabe por una de sus Cartas de Relación, que en 1526 Hernán Cortés tuvo noticias de que “entre la costa del norte y la provincia de Mechoacán hay cierta gente y población que llaman Chichimecas” por lo que envió hacia allá 60 gentes a caballo, 200 peones y muchos indios. Supo que había también en esa zona algunos pueblos civilizados que habían sido vistos por españoles. No se tiene noticia del resultado de la expedición, ni quiénes eran los españoles que ya habían visto dichos pueblos.
Conformación del territorio a la llegada de los españoles. Nótese que en la zona de San Juan del Río no se registran pueblos, solo la leyenda "Salvages chichimeques y otomites"

Cazadero 1

Aunque ya para esas fechas el mismo Cortés había otorgado la encomienda de Jilotepec a Juan Jaramillo, consistente en el tributo de los  habitantes indios de todo su territorio, incluida la zona que hoy es San Juan del Río, era la frontera con los dominios chichimecas, razón por la cual, al menos inicialmente no resultaba un lugar atractivo. (En realidad aquí no había verdaderos chichimecas, eran otomíes y pames, algo indómitos y semi-nómadas pero no gente de guerra) Es hasta el año de 1528, cuando, según un testimonio de un juicio de 1536, Juan Jaramillo, explorando las tierras de su encomienda llega al pequeño asentamiento llamado Iztacchichimeca, encontrándose con unas cuantas casas de chichimecas, a los que obliga a retirarse. El motivo de la visita, según el mismo testimonio, fue por motivo de una cacería.

Cazadero 2
Entre Jilotepec y San Juan del Río, se localiza una gran zona plana (por su altitud superior no forma parte del hoy llamado Plan de San Juan) que abarca los actuales límites entre los Estados de Hidalgo, México y Querétaro. En la actualidad es primordialmente árida y solo poblada por unos cuantos mezquites y matorrales, pero que se supone, en esa época, con un clima más templado, sin llegar a ser un bosque, albergaba mayor cantidad de árboles.

A los espacios planos los españoles le llamaron “sabanas” y en este, cercano a nuestra actual ciudad ocurrió un hecho que por su magnitud se convirtió en noticia en todo el incipiente virreinato y ha perdurado por ya casi cinco siglos.

En el año de 1540, estando de Visita en Jilotepec el primer virrey de la nueva España, Don Antonio de Mendoza, recibió la invitación para participar en una montería y cacería al modo en que los indios lo hacían, eligiéndose para ello “unos muy cumplidos y extendidos campos que están entre Xilotepec y San Juan del Río”. Por ser una zona despoblada, se tuvieron que hacer aposentos para el personaje, criados y todos los empleados que con él viajaban.
La cacería inició muy de mañana, cuando casi 15,000 indios cercaron unas seis leguas del monte y haciendo ruido con manos y arcos avanzaron, reduciendo en cada paso la circunferencia inicial. Cuál sería la abundancia de animales en aquellos tiempos, que en esa simple maniobra, quedaron encerrados gran cantidad de ellos. Para el mediodía, el círculo se había hecho muy estrecho y por ello los indios fueron poniéndose unos detrás de otros. En ese momento llegaron los cazadores. Indistintamente arcos, flechas, arcabuces, ballestas, perros y jinetes, dieron cuenta de los animales que a su disposición se encontraban, incluso  hubo necesidad de en algunas partes abrir el cerco humano para que salieran muchos de los animales, al no darse abasto las armas.

Para ese momento, entraron en acción muchos cocineros que inmediatamente llevaban las piezas muertas a sus asadores, “llegándoles la caza a la cocina”.
Cuenta el cronista que a la puesta del sol, se había dispuesto de seiscientos venados de distintas clases, la mayoría berrendos, cien coyotes y una gran cantidad de liebres, zorrillos y conejos, muchos consumidos ahí mismo, otros más se repartieron entre los participantes, igual muertos que vivos, para todos hubo lo que quisieron y pudieron comer y/o cargar. Fue tal el frenesí de aquel día, que entre el círculo quedaron atrapadas gran cantidad de aves, que aturdidas, al final ni siquiera podían volar.

Fue tan renombrada esta cacería, más bien un “cazadero” que a partir de entonces la zona se dio por llamar “la sabana del Cazadero”. Le gustó tanto al virrey que programó otra para dos años después, 1542. No fue posible, en esa fecha, los verdaderos chichimecas, nómadas de los territorios entre Jalisco y Zacatecas se rebelaron contra la autoridad virreinal y Don Antonio tuvo que dirigir hacia allá su ejército. 

Muchos años después de ocurrida, su repercusión continuaba, seguramente, los viajeros del camino Real, trazado en uno de los extremos del llano donde había ocurrido, cuando pasaban por el lugar eran enterados del acontecimiento, constituyéndose en un referente del lugar. La primera noticia escrita de la cacería data del año de 1615, cuando Juan de Torquemada la incluye en su obra “Los Veintiún libros de la Monarquía Indiana” de donde proceden todas las referencias modernas, incluida la de Rafael Ayala.

Mapa del siglo XIX. incluye el "LLANO DEL CAZADERO"
Las casas construidas para el Virrey seguramente fueron el antecedente de la hacienda del Cazadero y hoy comunidad y Delegación Municipal, que conserva su singular nombre.

Cazadero 3
Se dice que durante todas las épocas continuaba la abundancia de animales, sobre todo de venados, que por razón del tráfico de personas se recluyeron hacia los montes y cerros cercanos. Hasta hace apenas unas décadas, en lugares tan cercanos como el Sitio, Rancho de Enmedio, Paso de Mata y otros, cercanos a los Llanos del Cazadero, se hablaba de que todavía existían.

Y prueba de ello, es la siguiente fotografía. Según la persona que me permitió reproducirla, es de los años cincuenta del siglo pasado, captada nada más ni nada menos que en plena Avenida Juárez, esquina con Allende.  En ella, posan un grupo de personas, entre ellas el exgobernador Saturnino Osornio, y parece que su pariente Don Palemón Ríos. Detrás de ellos, pendiendo de cuerdas está un grupo de ¡7 venados! seguramente producto de uno de los últimos cazaderos, y muy probablemente de los cerros cercanos al Sitio, comunidad de donde fue originario don Saturnino, próxima al Cazadero.

Fotografía de colección particular. El segundo de derecha a izquierda es el ex gobernador Saturnino Osornio, el cuarto parece ser don Palemón Ríos.
Del porqué en la avenida Juárez, solo puedo decir que en esa esquina, hoy moderno comercio, tenía su vivienda el ex gobernador. Fue una casona antigua, que seguramente él remodeló. Muchos años después, ahí se instalaron la popular cantina “la Cucaracha”, otra llamada “El León Dorado”, luego una funeraria y después una sucursal de la “casa Gabriel”. Hace un par de años, el local se remodeló a como lo vemos en la actualidad. Quien me permitió reproducir la foto es descendiente de él y fue quien me dio los detalles. Presento algunas fotografías modernas  del lugar.
Fotografía personal. Si los datos son exactos, sería el mismo lugar de la fotografía antigua, ¿Serán los mismos árboles?

Fotografía personal: La antigua casa de don Saturnino, en Av. Juárez.  Detrás del letrero rojo, la puerta ostenta una especie de celosía, con las letras S O,  sus iniciales.

Referencias:
Cortés Hernán, Cartas de Relación.

Torquemada Juan, Monarquía Indiana.
El título de esta entrada es un antiguo refrán local, que ya casi no se dice completo, solo la parte inicial.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Por andar con las prisas, en la pasada entrada omití una importante obra, dada a la luz por la mencionada editorial Librarius en el año 2013.

DICCIONARIO BIOGRÁFICO, GEOGRÁFICO E HISTÓRICO DE QUERÉTARO

Nominalmente trae por autor a don Rafael Ayala, como obra póstuma. Supongo que la dejó empezada y su hijo la completó, igualmente tengo la idea que la fue formando con muchos de los datos sueltos que iba hallando en sus investigaciones. No es exclusiva de San Juan del Río, pero como fue hecha por un preclaro hijo de esta tierra, debe ser parte del  retorno de la historia Sanjuanense.
Por su temática, es una obra voluminosa, en 703 páginas contiene muchísimos datos de personajes. Lugares y hechos olvidados, así como referencias modernas, incluso enlaces a Internet, que son difíciles de hallar en un solo tomo.
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No me lo van a creer, pero la entrada de las poquianchis ya rebasó las 2,000 visitas, no creo que sea la mejor que haya presentado, pero así es el público. Para los nuevos lectores que no la han leído, dense una vuelta a verla y… ¿Ya qué? Aumentar su rating.
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Había prometido conseguir algunos precios.
Les comunico que en la oficina del Archivo Histórico municipal, todavía están  a la venta:
La Edición 2006 de San Juan del Río, Geografía e Historia de Don Rafael Ayala, la más completa de las tres ediciones, a solo 100 pesitos. Obra fundamental e insuperable.

El libro de la Señora Marimar Santana, referente al Archivo Histórico y los monumentos coloniales de San Juan del río. Solo vale 50 pesos y ese precio incluye la oportunidad de platicar con la autora (ella es la encargada del Archivo Histórico Municipal) y de paso que les dedique el libro.

6 comentarios:

  1. Tengo la edición 2006 de libro de Ayala. Lo compré el día en que lo presentaron en la presidencia, en tiempos de Jacaranda López, aunque entonces costaba más.
    Y cuando adquirí el libro de María del Mar olvidé pedirle a la autora que me escribiese una dedicatoria :(

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    1. Creo que por tu constancia ya te mereces tener otro ¿Ya tienes el de "Querétaro en el tiempo" ? Es el que están regalando los vecinos en sus trivias, avísame si no lo tienes para ponernos de acuerdo. Date tus vueltas.

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    2. Gracias por tan amable ofrecimiento, y perdón por la tardanza en contestar, pero por el momento ando bastante ocupado.

      Cuando haces una búsqueda en Google de "las poquianchis", dos de tus publicaciones en este blog aparecen en la primera página de resultados ¡Impresionante trabajo!
      Eso hace que sean tan visitadas.

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  2. Estimado José Luis: poco te escribo, pero disfruto siempre mucho tus textos. Ahora me permití poner un comentario aquí porque creo que podrías enriquecer un poco esta entrada con el tema de las cacerías que don Porfirio emprendía también en Cazadero (si es de verdad la misma que en algunos textos aparece como "hacienda del Cazador, Querétaro"). Creo recordar que en la revista Pearson's donde se publicó la entrevista Díaz-Creelman se incluyeron algunas fotos de esas cacerías. En fin, un saludo de JLB, del blog "Aculco, lo que fue y lo que es".

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    1. Ya sabe que para mí es un honor el solo hecho de que me lea. Gracias por la información, tengo la liga de esa revista, le voy a dar una revisada para ver si puedo escribir "el cazadero 4". Hace unos meses le envié un mensaje porque hallé algo del Camino Real inicial, el que todavía pasaba por Aculco, es puro texto, de Juan Ricardo Jiménez, con testimonios de arrieros del siglo XVI que describían las distancias, si le interesa me avisa. (la otra vez no me contestó ) Está en el libro caminos y Mercados de México, del INAH, lo tengo pero también tengo el artículo en Digital, creo que está especial para uno de sus artículos. Nuevamente Gracias por su comentario, pero más por leer. José Luis.

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    2. Hola José Luis, claro que me interesa. Por favor mándamelo a larabayon@usa.net. Gracias.

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