jueves, 18 de febrero de 2021

Recuerdos de aquellos tiempos 4

Recuerdos de aquellos tiempos 4

 

Imagen tomada de Internet. Crédito a quien corresponda.


Continuo la recopilación de recuerdos, lugares, personajes y hechos de San Juan del Río en mi niñez. Por cuestión personal su ubicación es en las décadas de 1970 y 1980 y por evolución natural algunos ya no son tan infantiles, pero sí reconocibles para los sanjuanenses de aquellos tiempos y los pocos que llegaban entonces.

Aunque tienen sentido humorístico, forman parte de la historia que nadie escribe por parecer banal pero que fue importante en nuestras vidas, es solo un pequeño esfuerzo personal que ojalá les haga sonreír, pero sobre todo recordar, cada niño y joven de aquellos tiempos tiene más, que por sutiles se han olvidado y esperan algo que los haga salir de nuevo. Como regularmente los copian de aquí y andan circulando en las redes locales es común que se comente que me faltó tal o cual personaje o lugar, por ello aclaro que son los que recuerdo y caben aquí, seguramente hay quien tiene más, pero si no se escribe o comparte no valen, sugiero mandar algunos en la sección de comentarios.

 

Así que:

Sabrás que vas a estar entre los primeros vacunados si:

Ibas los sábados en la mañana a ver el basquet de la liga local en la cancha de la primaria Francisco Villa en la calle Zaragoza, mejor aún, te tocó presenciar los juegos del Unión del Pueblo, más mejor, si te tocó ver haciendo fantasías en juegos de a deveras a Oscar Aguillón, que después sería profesional.


En las ferias estuviste en la cancha improvisada de volibol, instalada en plena calle, frente a la parroquia, y viste a Gaspar exhibiendo su grandeza de estatura y juego.

En el mismo lugar, asististe a un ring igualmente improvisado con peleas entre sanjuanenses y “boxeadores de México”. En ese tiempo, el popular era "Cuco el panano". (ya no me tocó ver en activo, solo en exhibición, a cuatro legendarios, Apolinar Velázquez, “el caballito”, su hermano Felipe, Guillermo Núñez “la avispa” y Cuco Ávila)

Conociste a la señora que caminaba en reversa, no recuerdo su nombre, pero generalmente circulaba por Francisco Villa y la avenida Juárez.

Sufriste la novatada de la prepa San Juan, consistente en medio raparte y a veces hacerte circular por la calle, a veces sin camisa, a veces pintarrajeado, según la saña de las y los de semestres superiores.

Dejaste empeñado algún día un reloj en la Castellana de Morelos y Mina, con el Chicote.

Cuando doña Irma Villa para evitar la rapiña que los clientes hacían de sus vasos a la hora del cierre del local, les colocó impreso a todos el letrero “Me lo robé de la Escondida”, funcionó para unos, para otros eran trofeo.  

Conociste “la Chiva” el viejo camión de la Prepa San Juan, el original, que murió en las mismas instalaciones, no el moderno. Mejor aún si te tocó ir a rescatarlo del taller donde lo tenían allá por el entonces Tec de Monterrey. Sin encender y casi sin llantas, logró llegar a Corregidora.

 Conociste la ostionería Tampico en la esquina de Rayón y Morelos.

 

El "cinito" de don Ángel.  creo que este modelo era el que manejaba pero por entonces también había otras marcas, los originales eran de baquelita. Imagen tomada de Internet. Crédito a quien corresponda.

Alquilaste con don Ángel, por unos centavos, “el cinito” (los actuales view master) de discos con transparencia, tenía bastante surtido, sobre todo Disney.

Te tocó ir con tu familia en tiempo de lluvias  a recoger garambullos en el cerro de la Venta, generalmente ni juntabas los suficientes ni  te los comías, el asunto era ir. Si tenías suerte también te espinabas tratando de sacar los “chilitos” de las biznagas

Pudiste contemplar adornados los prados del jardín del Santuario, que hoy es de la familia, con piricantos cuyos frutos parecían pingüicas y al descubrirse que algunas especies eran venenosas, los quitaron.


Señalados en Rojo, los piricantos que estuvieron entre las décadas de los 70 y 80. Imagen tomada de los calendarios de la Canaco. Crédito a quien corresponda.

Estuviste en alguna fiesta amenizada con equipos de sonido en la ciudad, cuando iniciaron, los más populacheros eran el “Rolas” y el “Mota Sound”, ya cuando Arturo Luévanos llegó con el "Winners" el asunto se profesionalizó.

Alguna vez en tus incursiones al río, te tocó rozar una planta llamada “guau”. Peor, si ni la conociste, pero sí sus efectos, era bastante urticante.

Pudiste asistir en los setenta, la última vez que actuaron los títeres de Rosete Aranda en la Plazuela, ya no eran la familia original sino una compañía que adquirió los derechos, pero sí los mismos muñecos y libretos de un espectáculo único. Aunque era una carpa, la escenografía al apagar la luz era impresionante.

Recuerdas cuando los boletos para las corridas de toros y cualquier evento medio bueno se vendían en “la Bilbaína”, el restaurant de referencia en la avenida Juárez.

O al menos Cuando existía “la Bilbaína”.

Depredaste uvas en el viñedo del rancho el Barreno, que por entonces era privado y tenía una barda fácilmente saltable. Ahora que es público, siempre está cerrado y la barda es alta. Mejor aún, cuando, insistiendo en que era privado, podías atravesar libremente por en medio de las construcciones rumbo al barrio de la Cruz.

Conociste el mini zoológico del Hotel Jalisco, en su estacionamiento, mejor aún, cuando ahí mismo funcionaba una balconería, esto no es raro, pero fue la primera donde podías ver libremente como se hacían las puertas rejas y balcones, las otras siempre estaban cerradas.

Conociste a los famosos policías sanjuanenses: Cirilo y el Morsolote.

Tomabas un camión que tardaba horas en llegar para irte a bañar a Tequis en el balneario “el piojito” y tenía agua por montones en las albercas, los lavaderos, estanques y canales.

Dejabas todo lo que había que hacer en la tarde, incluyendo tareas para ver a René Casados en XETU, un programa vespertino de televisión y andabas repitiendo sus frases: “Siempre sonríe y la fuerza estará contigo”, “Que nadie decida tu destino”, “Prohibido prohibir”. Algunos lo veíamos solo por sus ayudantas. 


Los primeros chicle que en realidad hacían "bombitas"  presentados por "el villano reventón. Imagen tomada de Internet. Crédito a quien corresponda.

 

Comprabas chicles “canguro” y “motita” e intentabas hacer bombitas. No funcionaba, eso solo se logró cuando llegaron los futy gom. (el fin del villano reventón, decían los anuncios)

Jugaste en el campo de futbol que estaba donde hoy es la escuela Normal, y te acuerdas cuando pusieron ahí una escuela del Tecnológico de Monterrey.

Presenciaste asombrado la llegada de la Escuela Normal a San Juan: abrió y funcionaba en la hoy Casa de la Cultura en avenida Juárez.

También la llegada del Conalep a San Juan: abrió y funcionaba en la hoy Casa de la Cultura en avenida Juárez.

También la llegada de la Facultad de Contabilidad y Administración de la UAQ a  San Juan: abrió y funcionaba en la hoy Casa de la Cultura en avenida Juárez.

Te maravillaste cuando en una panadería en la calle Hidalgo  descubriste que no tenía horno gigante como las otras, solo un hornito eléctrico y que el pan lo hacía el dueño frente a ti, continuando la tradición familiar, su papá Othón, en Cóporo

Conociste la casita de teja en el Bulevar Juárez antes de que la arrinconaran el mercado Juárez y el edificio del otro lado y la cubriera un manto de CD y DVDs.

Estuviste cuando todos los comerciantes ambulantes del centro y del B. Hidalgo fueron concentrados en el mercado 5 de mayo y dijeron que habían acabado con el ambulantaje.}

Supiste que en lo que hoy es la comercial mexicana existía una academia de policía y tenía instalaciones  de entrenamiento que prestaban, menos el stand de tiro.

Viste cuando los primeros egresados del Conalep eran tan prestigiados y pocos que casi todos salían con trabajo asegurado.

Eras de los que en los intermedios del Cinelandia subían al estrado frente a la pantalla para jugar "luchitas", mejor aún si estabas ahí cuando encendían el proyector y podías hacer “sombritas” (antes de que el respetable te bajara a chiflidos)

Fuiste cliente cuando llegaron los primeros tacos al pastor en forma (Hubo antes en Hidalgo un local de tacos árabes, su antecedente) casi todos eran de “Manolo”.

Te tocó el año en que hubo 12 reinas de San Juan, una por mes, además de la de los charros, la de la Canaco y de los industriales.

Participaste organizando o cooperando en algún “kilómetro de…” Era una práctica común para recaudar algo, se supone que donabas por ejemplo un libro o monedas y se iban colocando alineados en el suelo hasta completar el kilómetro, se hacían para cuestiones benéficas.

Estuviste en la fila más grande que haya habido,  para entrar a una película, fue en los ochenta, en el “Sagitario”, para una de la India María, peor aún si ni te formaste porque fuiste a contar desde el inicio y ya no te iba a tocar.

Pudiste ver cuando el refresco "manzanita" le hacia la competencia a la coca y tenía camión propio, manejado por don Benjamín, y que por ello siempre fue conocido como el manzanero. Mantuvo el camión hasta iniciado el siglo XXI, era el mismo. Igual, si llegaste a ver el de las  "Chaparritas el Naranjo, Sangría Señorial y refrescos Trébol", ese lo manejaba y descargaba don Toño.

Cualquier síntoma medio griposo que tuvieras, tu mamá te lo curaba con un “mejoralito", y como sabían a dulce, algunos se hicieron medio adictos a ellos.

 Viste cuando quitaron los campos Fluminense y San juan y los mandaron a donde hoy es el CECUCO, peor aún, que cuando hicieron el CECUCO los mandaron a donde hoy es el San Juan Park.

Corrías cuando la XEVI anunciaba que iba a renovar su repertorio y  ponía a la venta discos usados, a precio baratísimos y a elegir entre cientos.

Te tocó estar en la primera academia de Karate formal, el “Mo du Kwan, centro supremo de la disciplina y el deporte” decía el anuncio en la XEVI, en el fraccionamiento “Los Naranjos”. O Ahí cerquita, la primera sala de Squash donde decían que “se las tronaban” con el gas que rellenaba las pelotitas, creo que no se hizo vicio, era caro.

 Una planilla para llenar, en esta al parecer el difícil iba a ser el 5, Zeus, no iba a salir. Imagen tomada de Internet. Crédito a quien corresponda.

Comprabas en la tienda sobres de estampitas y los pegabas en una “planilla” que al llenarse cambiabas ahí mismo por fabulosos premios. Bueno así se suponía que ocurriría, el caso es que casi siempre al final te faltaba una, “la difícil” que nunca salía y terminabas con un montón de repetidas. (Esta ya la había puesto, pero como encontré una imagen, repito)

Recuerdas cuando podías acostarte en cualquier lado del parque y podías contemplar a tus anchas todo el puente de la Historia... Perdón, creo que eso es muy reciente.


Si te gustaron puedes completar de leer la serie dando clic en los siguientes enlaces. Son tres más.

Recuerdos-de-aquellos-tiempos 1.html

Recuerdos de aquellos tiempos 2

Recuerdos de aquellos tiempos 3

 

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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

Me falto de colocar un recuerdo, pero aprovecho, que mi compañera de escuela y  contemporánea, Margarita, ayer cumplió años para agregarlo ya que la involucra.

Supiste cuando Honorio dejó de hacer las tortas en los "Cocoteros" al traspasarse el local de avenida Juárez y hasta algunos años después abrió otro nuevo en la esquina de Morelos e Hidalgo, frente a la Academia. Mejor, que el sabor de las tortas era el mismo ( aunque  naturalmente ya han cambiado algunos ingredientes, el sabor es muy parecido a las del local anterior, no se diga las aguas) y mejor aún, que alguna vez, pidiendo una de milanesa, te atendiera, como ocasionalmente lo hizo, tu compañera Margarita.

Como siempre, no es un anuncio, es para compensar un olvido, espero que lo lea pero sí me tocó estar en los "Cocoteros" cuando estuvo él, junto al portal del Diezmo,  perduró el sitio mucho tiempo como local de comida, pero ya no era el mismo sabor, migró con él.

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Como siempre un saludo a todos e invitarlos a escribir comentarios, críticas, adiciones, sustracciones y todo lo que se les ocurra,  en la sección correspondiente, donde está el lapicito, al termino del texto de cada entrada. No prometo escribir de todo lo que pidan, porque hay cosas que no sabe uno y mejor quedarse callado, pero se hará lo  que se pueda.