martes, 22 de diciembre de 2020

Arturo


Arturo


Arropado siempre al costado de uno de los puestos de periódicos de la avenida Juárez, casi en la esquina con Hidalgo, camuflajeado tras las ruidosas notas de todo tipo de rock emanadas de una vieja grabadora, desde hace mucho tiempo se instala uno de esos personajes de la ciudad, tanto que parece que siempre ha estado ahí, formando parte del mobiliario urbano.


Fotografía personal: Arturo

 Todos los días, aunque no siempre, despliega, como alfombra mágica, sobre una mesa, toda clase de artilugios entre utilitarios, de adorno, simple bricolaje o completamente de culto para las diversas tribus urbanas que acuden con él.

Por el pelo largo, siempre se le ha conocido como el HIPPIE, aunque dice que nel, que jamás adoptó la filosofía de ellos, más bien sería una persona como todos y en cuanto a lo que realiza, se considera un artesano urbano.


Fotografía personal

 Chilango él, llegó a San Juan en un rebote del destino: resulta que una de sus abuelas era del barrio de San Isidro y así, en un momento de cuyos datos no quiere acordarse, pero por los que hubo necesidad de migrar, en 1985 retornó a la tierra de sus antepasados y entre tanto ya está rondando los 35 años de estar en el lugar donde todos lo conocemos.

El gusto por el rock y los ritmos urbanos le vienen de sus tíos y otros familiares, quienes desde los 8 años le inculcaron allá en la vieja demarcación de Iztacalco, quizá involuntariamente el gusto por la música y la lectura del tema, que todavía practica. Así pudo conocer y disfrutar de los grupos y solistas que en ese tiempo completaban la breve  escena capitalina: Life, Vago, Árbol, Three Souls, los Dug dugs, Paco Gruexxo, Javier Bátiz y muchos más, algunos efímeros.

 Normalmente se le puede ver en un estado que parecería de letargo, casi sin movimiento y que cuando lo hace, solo es de la cintura para arriba, casi al mismo ritmo que las difusas notas de la grabadora que ameniza su actividad comercial y parece ser mayor que él. Sin embargo, bajo la aparente calma, bulle un estuche de actividades, ya que conoce a todos sus clientes y en cuanto llega alguno la conversación se hace fácil, pocos son los que únicamente van por la compra, todos recurren al bonus pack que siempre ofrece, aunque no haya venta: la conversación, en algunos casos completamente trivial, en otras llega a niveles profundos, de manera que incluso pudiera parecer un sacerdote confesando a su grey, y es que no falta el cliente alicaído, que necesita desahogar sus penas y recurre a él. Otras veces el punto de conversación  lo da la ancestral práctica del regate, que acepta con gusto, a la usanza de los viejos comerciantes que por siglos se han establecido o pululado en esa zona, a veces es mejor perder unos centavos que un cliente.


Fotografía personal

No descuidando sus  orígenes y para hacer cierto aquello de que es artesano, de vez en cuando saca los alicates clásicos del gremio, ahora sí que de los hippies new age y se le ve componiendo o emperifollando alguna cadena, una gargantilla y todo aquello que el alambre galvanizado une, haciendo aparecer las tradicionales artesanías citadinas. Otras veces solo da sentido y soporte a alguna piedra bonita que estaba escondida entre alguna playera, los muchos emblemas metálicos de grupos o al colmillo de algún animal desconocido, que él dirá que es de alguna fiera, quién sabe, aunque ya engarzado es otra cosa.

Especializado, aunque no enclaustrado en el rock urbano, conoce a todos los exponentes, nacionales y foráneos del género, a los permanentes, a los efímeros, de los primeros, con muchos ha convido hasta de manera interpersonal  ya que además, ha tenido su faceta de empresario. Es común ver en las esquinas de la ciudad los clásicos carteles con la leyenda “Producciones el Hippie presenta…” Aunque dice que más que actividad empresarial es de promoción del género.  


Fotografía de Arturo Sierra 

Otra vez, de fondo, resuena la grabadora, la mala calidad se incrementa conforme te acercas o será lo viejo de la grabación del rock macizo en turno que emana de ella a tal grado que, si cierras los ojos, fácilmente te sentirás al interior de uno de aquellos hoyos funky donde sobrevivió el rock nacional gran parte de los años setentas y ochentas y que precisamente estaban en su apogeo cuando salió del defe. Tiene la extraña cualidad de que es difícil acercarte a él y que no te adivine o halle entre la enorme discoteca (ahora sí bien dicho) algo de tu gusto musical, a veces a la primera, si no es así, no importa, en cientos de discos, hallarás algo.

Sus clientes, algunos de décadas, son de todas partes pero predominan de lugares tradicionalmente rockeros  desde su creación como las antes lejanas y ahora absorbidas por la mancha urbana, las ancestrales colonias Juárez, Fátima, el Riel y otras surgidas recientemente a los extremos como la Peña y el Sagrado Corazón y no es difícil ver a gente de poblaciones y municipios aledaños.

Expende de manera general música, no se encasilla en el Rock, incluso, dice que muchos de los clientes son tradicionales del género y toda la vida consumen lo mismo, conforme va evolucionando a nuevos exponentes, otros conservan el gusto por los mismos grupos y ritmos sin cambiar, algunos, incluso buscan música más calmada. Ha notado que, aunque algunos géneros trascienden las edades, se pueden dar combinaciones entre las de la clientela, que van desde adolescentes hasta algunos más maduros.

Así, ofrece poner en tus manos una historia musical de más de sesenta años ya, desde los inicios de los diversos ritmos que en conjunto se transformaron paulatinamente en la cultura y la lírica de la juventud desde entonces, con todas sus variantes y consecuencias. Aunque a decir suyo, el rock persiste por la música, no por sus ideales, que por la misma naturaleza de los exponentes y los receptores siempre es cambiante, aunque se mantienen cosas.

Algunas noches, sobre todo en sábado, el sonido grave de las notas que emanan del puesto te hacen voltear y suponer que ya revivió la grabadora, pero no, en esos episodios el ambiente se hace estridente y realmente vívido. Ocurre que en tales días presenta un concepto de rock de acera o de banqueta en las que una banda interpreta algunas canciones en, haciendo uso precisamente de lo ancho de la de esa sección de la principal avenida del centro.


Fotografía personal

Desde su llegada a la ciudad, se hizo conocedor del breve confabulario de los grupos queretanos del género, no se diga de los casi eternos Six Beer, la Maldita Profecía y los Limones Punk.  

Contra lo que pudiera pensarse, en los conciertos que organiza dice no haber tenido problemas con la tramitología, será porque tiene una organización eficiente  y aunque por los precios accesibles tampoco hay un aliciente monetario termina haciéndolo por gusto -vivo de la banda  y estos conciertos son un aliciente a una convivencia ya que no se puede dejar abandonada a la juventud sin vías de escape. A mí me toca el rock, lo otro es asunto de cada quien, afirma respecto a la relación entre el rock y las drogas que dice existe, pero se ha exagerado.  Él siempre ha tratado de concientizar al respecto con diversos resultados, pero por sí las dudas en los conciertos que organiza, personalmente se encarga de cuidar el orden, ha sido así en los locales locales: la croq, el salón de Orozco, la nave Ganadera el anexo al Cecuco, el mismísimo Cecuco, incluso antros como el Vitros.

Fotografía personal

Su labor abunda, es apoyar al rock, en la venta, la difusión de conciertos, aunque no sean de él, como gritos de libertad, y a todos va, aunque no sean de él, pues dice gustarle toda la música, menos las rancheronas, esas sí no son de él.

Su nombre es Arturo Sierra Castillo, aquel chavo banda capitalino. (que sí lo fue pero solo esquinero, no llegó a formar parte de las legendarias  bandas en boga de entonces, los Panchitos y los BUK, célebres hasta en televisión y cine) 

A su gente, solo pide que apoyen más al rock, que sean unidos. Los conciertos se hacen con mucho esfuerzo, que valoren las tocadas, son pocos y acudan a lo que haya aunque no les guste tanto, hay que abrir y mantener espacios, de por sí, siempre ha habido prejuicios hacia la música.


Fotografía de Arturo Sierra 

Termina la plática, regresa al lado de su puesto, le da algunos ajustes a la grabadora que suena de nuevo, él como siempre, tararea en voz baja, se las sabe todas. A veces se pasa a la banca de hierro colado que alguna vez fue verde frente a su puesto o en la otra orilla de la jardinera que ocupa, en la llamada esquina del Rock, seguramente planeando el siguiente toquín.

El presente trabajo refiere únicamente a la semblanza de Arturo, marchante mío de música de muchos años, no pretende ser un recuento de la escena rockera sanjuanense, creo que los camisas negras tienen sus propios cronistas que lo harán mejor que yo,

Si quieres saber más del tema o de él, tiene su propia página de Facebook

 https://www.facebook.com/ArturoElHippie/

De la casi infinita cantidad de fotografías que tiene, supongo que más que los cds, tanto en su página como en físico, presento algunas que me facilitó. No subtitulo todas por no omitir algún nombre, tanto de los exponentes, de él y de la banda pero principalmente porque no conozco a todos, Solo referiré a dos históricos recientemente fallecidos.

(todas las imágenes siguientes son de la colección personal de Arturo Sierra Castillo)


 El muñeco de los Tex Tex


 Con Charly Montana



 








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De Pilón

No vaya siendo.

Como hilo conductor de esta historia, tomé la grabadora de Arturo, para los que no las conocieron, el término se acuño en los años setenta y ochenta para los aparatos portátiles que reproducían grabaciones en cinta, (cassettes) el soporte estándar de entonces. Por la opción de funcionar además con pilas alcalinas, eran muy populares para llevar fuera de casa, ya que todas tenían un asa plegable. 

Oficialmente eran radiograbadora, porque la mayoría captaban señal de radio y podías grabar lo que quisieras. Hubo de todos modelos, diseños y tamaños, algunas muy locochonas, desde las de bolsillo que solo se veían en las películas de espías hasta enormes. De la calidad de sonido, todas eran malas. Con los años introdujeron variantes, principalmente con bocinas laterales desprendibles, sonido estéreo, doble casetera y en tamaños, pero la más popular fue siempre la de panal de Sanyo 3500, que tenía en lugar del asa rígida, un cincho textil de manera que podía cargarse al hombro, Se le decía de panal por la forma de celda de los orificios de la bocina, que estaban en ambos lados, pero solo una bocina, lo del sonido dynamic que decía en su frente, era a una vil mentira, también al parecer de adorno tenían un twitter, la verdad es que se oía mal, pero se disimulaba con lo raro que era el sonido saliendo por dos partes. Había dos modelos, plata con negro o negra toda, ambas bastante feas, pero fueron las que rifaban.

 

 

 EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

AVISOS DE OCASIÓN

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 De la escasa escena de narradores de la historia sanjuanense, aparece, -es un decir, ya tiene tiempo cronicando- en un nuevo formato de difusión, Felipe Cabello, esta vez  por culpa de la Revolución mexicana.

 Comparto el enlace al canal de Youtube.

 https://www.youtube.com/watch?v=Oj4m_ue_qdk&t=41s

Video realizado en colaboración con Arturo Montes.

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Como un esfuerzo más de difusión de las letras sanjuanenses, frenado por  las condiciones actuales, porque ya estaba en digital desde hace meses, aparece impreso un número de la revista Entrever, de la Universidad Autónoma de Querétaro, dedicada mayormente a las memorias de Salvador Barrera, narrador de San Juan del Río durante décadas, muy copiado, poco reconocido. No dejen de verla y leerla en el siguiente enlace.

 Entrever 9

Editor Fundador: Dr. Julio César Schara

Director CIM- UAQ: Dr. Juan José Lara Ovando

Editores Responsables. L.C.C. Felipe Cabello Zuñiga, Mtro. Pablo Antonio Junco Villafuerte.

Si tienen algún interés en conocer las actividades del CENTRO DE INVESTIGACIONES  MULTIDISCIPLINARAS DE LA UAQ, Campus San Juan, pueden acceder a su página de Facebook.

https://www.facebook.com/IIMArteyCienciaUAQ/ 

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Y ya encarrerados, al menos en digital ya está en el ciberespacio otro número de la misma revista, con contenido variado, no hago recuento completo del contenido, porque está muy bien descrito en su página editorial. Participan diversos temas y géneros, con algunos de los nuevos y otros no tanto escritores sanjuanenses y foráneos. Les recomiendo el primer artículo.

 ENTREVER 10