martes, 14 de julio de 2020

EDIFICIOS PÚBLICOS EN SAN JUAN DEL RIO II


EDIFICIOS PÚBLICOS EN SAN JUAN DEL RIO II


Complementando una entrada pasada, indico otros de los viejos edificios públicos que ha tenido nuestra ciudad que increíblemente y en otros usos, aún sobreviven. Dada la permanente escasez de datos, trato de hacer la mejor descripción con lo que hay disponible.

VER: los-viejos-edificios-publicos-de-san


ADMINISTRACIÓN DE HACIENDA

Se trata de la recaudaría de impuestos federales que funcionó a través de los tiempos en diversos locales. Ante el poco movimiento que daba la ciudad en el siglo pasado, atendía en una de las secciones del edificio del nuevo Curato, que data del siglo XIX, contiguo y comunicante de la Parroquia de San Juan Bautista y el Santuario Diocesano de Guadalupe, respectivamente. Su localización exacta es la esquina de la Plaza de los fundadores y la calle Morelos.
Imagen tomada de Google Street 2020. Fachada completa de la antigua recaudería.

El lugar, expropiado de manera no muy contundente al clero durante la época de la Reforma, fue devuelto en las mismas condiciones, de tal manera que se le dieron diversos usos, entre religiosos y oficiales. No fue construido para oficinas, más bien, como una especie de casona con anexos dependientes de la parroquia. Las oficinas hacendarias improvisadas en el ala poniente, que es la que da a la Plaza de los Fundadores, funcionaron a mediados del siglo pasado.

Actualmente, el lugar es conocido como “la Academia”, por un popular centro de capacitación perteneciente a la parroquia que creo que aún funciona, pero que tuvo su apogeo en los años setenta del siglo pasado. Ahí, atendido por damas voluntarias, se impartían diversos cursos sencillos, incluso contaba con un dispensario médico muy visitado, sobre todo los domingos por las personas de las comunidades que aprovechaban el viaje al mercado para atenderse de dolencias menores y porque hasta se obsequiaban algunos de los medicamentos. Creo que hasta hace pocos años aún se impartían las tradicionales clases de tejido, bordado, pintura, etc.

En su interior se encuentra un patio con arcos que parece arquitectura antigua, pero son materiales relativamente nuevos o modificados. La fachada, que da a Morelos tiene ventanas adornadas con rejas que sí son bastante viejas, si no mal recuerdo, parte de las donadas por Rafaela Díaz o del antiguo curato. Tiene diversas dependencias y pasillos que lo comunican hasta la Notaría Parroquial, en la zona entre las dos iglesias, con vista a la Plaza Independencia. Recientemente se remodeló y amplió la parte alta, y es ocupada como vivienda de los sacerdotes.
Hoy, el acceso es algo restringido, pero en mi niñez era completamente libre y podíamos hacer el recorrido entre los diversos salones. Sábados y domingos, cada pasillo, cuarto o salón, era ocupado por las catequistas y los niños que acudían a recibir sus pláticas y prédicas, a veces obligados para conseguir los boletitos o firmas para poder hacer la primera comunión y que también servían como moneda de cambio para los puestos de la kermes de fin de cursos, otras por gusto. Su planta es la original, pero ha tenido infinidad de modificaciones, a los gustos y usos del prelado en turno.

Ignoro si aún, pero por muchos años, también asistíamos ahí a las reuniones previas y posteriores a la peregrinación a pie al Tepeyac que instrumentaban los jefes de grupo y autoridades parroquiales, según la cantidad de asistentes era en alguno de los salones o en el mismo patio. 

Imagen del Archivo Histórico Municipal. Alegoría del año de 1893, encabezado de un documento de la Receptoría de Rentas de San Juan del Río.
A partir del último tercio del siglo XX, la oficina Federal de hacienda funcionó en otros locales rentados en el centro de la ciudad, fue notorio el aumento de contribuyentes, sobre todo obreros a finales de los años setentas, dado que se les exigía como requisito para el ingreso a cualquier trabajo, un documento llamado cédula cuarta que solo ahí se expedía, fue entonces cuando ya se tuvo que rentar toda la parte alta del entonces flamante centro comercial “Super Mohel” en avenida Juárez. Hoy funciona en un moderno edificio en el Paseo Central.


Fotografía personal 2018. Receptoría de rentas

RECEPTORIA DE RENTAS.

Este edificio fue y es el destinado a recibir las contribuciones estatales.

Se localiza en la Avenida Juárez poniente. Al parecer desde finales del siglo XIX hubo un lugar dedicado a ese fin. El que hoy se describe, fue adquirido en esos años por el gobierno del estado, ya que anteriormente era casa habitación particular. Se supone que siendo su dueño el sr. Rebollo que casualmente era el funcionario encargado, sugirió que por su avanzada edad le permitieran atender desde su casa.

Dado que originalmente la construcción solo consistía en lo que hoy es el primer patio, con el tiempo, muchas de las dependencias estatales estuvieron instaladas en los locales al interior de la cercana Presidencia Municipal.

En la década de 1980 fue objeto de una remodelación mayor y sobre todo una ampliación, (el terreno, es enorme, iniciando en su fachada en la Av. Juárez, colinda al fondo con el río San Juan. Solo a partir de entonces, se concentraron en él todas las oficinas y dependencias de gobierno del estado, que hasta entonces estaban en locales dispersos. Así, en la década vio llegar los juzgados, los separos y las oficinas de la entonces policía judicial y al fondo, un moderno anfiteatro que sustituyó al inadecuado local destinado para ello cerca de Jesusito.

En el segundo patio, que es totalmente moderno, se construyó un módulo de dos niveles para diversas secretarias a nivel estatal. 

En la parte superior de su fachada ostenta un pedestal para la bandera nacional, de cantera rosa, que representa el escudo del estado, en una iconografía muy reciente, por lo que no es antiguo, apenas de las fechas de la remodelación, pocas veces es completamente visible ya que tiene al frente las ramas de un árbol. Está frente a la bocacalle de Cuauhtémoc.

Fotografía personal 2018. Receptoría de rentas, detalle del pedestal

ESCUELA SUPERIOR PARA NIÑOS VICENTE V. ALCARAZ

En la nomenclatura antigua, la escuela superior era la primaria que impartía todos los grados.

Fotografía fechada en los años treinta del siglo pasado,  crédito a quien corresponda. La escuela superior, todavía ostentando su letrero en la fachada.
La escuela pública de San Juan del Río funcionó a través de los siglos en diversos locales y categorías. Al parecer llegó a este edificio a finales del siglo XIX, cuando todos los demás les fueron insuficientes y permaneció ahí hasta la década de 1940, aunque desde años anteriores ya había trasladado el grueso de su alumnado al no menos vetusto, pero sí más amplio edificio de la Enrique Pestalozzi. (hoy Mártir de Chihuahua) En el abandono permaneció algunos años, pero luego se retomaron algunos de sus antiguos salones como complemento de la otra escuela superior de la ciudad, la Felipe Sánchez Solís, también federal pero solo para niñas, que funcionaba junto a la entonces presidencia municipal.

Años después, ante su deterioro, fue derruido completamente y en el terreno resultante se construyó, en 1962 el moderno edificio de la escuela secundaria “Antonio Caso, que igualmente había peregrinado por diversos locales cercanos. Al finalizar la misma década, con el aumento de alumnado, hubieron de emprender otro traslado, esta vez definitivo a su actual edificio.

Desde entonces, funciona ahí la escuela  primaria Francisco Villa, en la céntrica calle de Zaragoza.

Imagen tomada de Google Street 2020. La calle en lactualidad.
Como muchos otros edificios públicos, la Vicente V. no era un local construido para escuela, supongo que fue una casona de corte particular que se adaptó por su amplitud. Sobre esta institución existe gran cantidad de datos respecto de maestros, alumnos, mobiliario y hasta planes de estudio ya que fue la escuela pública más importante en su época, aunque durante su etapa inicial siempre tuvo sobre sí la sombra de los muchos maestros independientes y escuelas particulares, casi siempre confesionales, la más conocida  la del Padre Borja que en las primeras décadas del siglo XX  funcionaba a unas calles de distancia  y cuyo último local estuvo en la calle de Matamoros, casona que fue derrumbada junto a algunas de sus vecinas en los años treinta para ser parte de la Cerillera.  La competencia era solamente de prestigio, en realidad ninguna de las escuelas particulares o maestros que ejercían en sus domicilios en la época, tuvieron un número significativo de alumnos, como si lo tenía la Vicente Alcaraz.

Algunas de las fotografías antiguas, dan constancia de su al parecer permanente estado de deterioro, visible en su fachada, aunque dicen que al interior estaba peor, lo que se refleja en las constantes solicitudes de los maestros para su arreglo, dotación de mobiliario, útiles  y material bibliográfico y didáctico, que como se acostumbraba en esos tiempos, parece que lo más que recibía eran manos de gato.

De los edificios narrados en las dos entradas dedicadas, este es el único que ya no existe, aunque a lo mejor no todo, de lo que se observa en su fachada, como en todo edificio público, tuvo un pedestal para bandera.

Dado lo estrecho de la calle, no hubo nunca la posibilidad de una toma de frente, por lo que las pocas fotografías que de ella se tiene, son en ángulo, lo que impide saber si lo que tenía en el paño fue una pintura o un grabado.


Fotografía fechada en los años treinta del siglo pasado, crédito a quien corresponda. Detalle del pedestal.

Y aunque no hay documento que lo confirme, tengo la sospecha de que el grabado del pedestal fue el que adornó en décadas posteriores, uno de los monumentos a la bandera en lo que hoy es el jardín de la familia y hoy está sobre la fachada de la antigua presidencia municipal.


Fotografía personal, fachada de la ahora antigua presidencia municipal, con el pedestal. ¿Será el mismo?
La base de aquel monumento se sabe, fue hecha con los bloques de cantera morena de la antigua caja de agua, pero el relieve es de cantera rosada, tal parece que fue un acomodo de la administración municipal, tomando elementos antiguos para integrarlos en uno solo. La posibilidad es que el pedestal fuera tomado del edificio ya en ruinas de la vieja escuela, o cuando se le derrumbó para la construcción de la secundaria, las fechas lo hacen posible. Se acepta información a favor o en contra.


Imagen del Archivo Histórico Municipal. Alegoría del año de 1872, encabezado de un documento de la Escuela Nacional de Niños de San Juan del Río, antecedente de la Superior.

En la entrada anterior de edificios públicos no pude decir la filiación del águila que preside la alegoría representada en piedra, hoy puedo decirles que es del porfiriato, es decir, de cuando la Vicente V. se instaló en su desaparecido edificio, quizá, si mi teoría es cierta, aún un nos queda una parte de él.



Alegoría porfiriana en un edificio sonorense, fotografía personal de libro.



Aunque hay otros dos edificios públicos donde pudo estar, el mencionado al inicio de esta entrada, la oficina federal de hacienda o bien en el portal del diezmo, que intermitentemente, pero durante más de un siglo, fue cuartel de los diversos cuerpos militares federales que la nación producía. El portal hoy tiene dos plantas, pero originalmente era de una planta, pudiera ser que, al  crear la parte alta, el pedestal estorbó y que mejor lugar para colocarlo, que en el jardín de enfrente. Todo es posible en  San Juan.


Imagen tomada de internet, crédito a quien corresponda. Alegoría que enmarcaba un sobre oficial, muy parecido  todo a los ejemplos mencionados,


EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Desde el primer día en que inició este proyecto, tuvo la particularidad de que, a pesar de lo muy local de su información, los lectores  mayoritariamente eran de otros países, especialmente de Estados Unidos, que siempre encabezó la lista, a tal grado llegó la situación que, en algún momento, la diferencia fue de casi 20, 000 visitas entre las locales y las foráneas. El pasado mes, las estadísticas indicaban que al menos, estaban las visitas mexicanas alcanzando a las del vecino país, lo que al cabo de unos días se logró.


De ninguna manera me molesta tener lectores foráneos, sabrá dios hasta donde andarán algunos sanjuanenses, pero siento que, por congruencia, la mayoría absoluta debía de ser local, pero creo que todavía faltan algunos miles para lograrlo. Me sigo manteniendo en esta plataforma, ya que, por su naturaleza, aquí no llegan visitantes por ligas directas, como en las redes comunes, es decir, quien llega aquí, es porque buscó el tema específico. Por su número de entradas y lo diversos del contenido es difícil que alguien llegado por el tema “San Juan” no le eche un vistazo a más de alguna, además de la que buscaba. Continuo también con la política de no abordar los temas que ya otros escribieron, a menos que haya nuevos datos o tenga una visión diferente, aquí solo se escribe original, a lo mejor de temas no tan académicos, pero todo es historia y de alguna manera hay que rellenar el vacío al respecto que nos han dejado décadas de estar repitiendo una y otra vez lo que ya está publicado, y cuando se recurre a otros autores, se especifica claramente que los escrito es de ellos.



Como periódicamente hago, muestro las entradas más visitadas, aunque los números mostrados tienen un desfase de más de dos meses, (así trabaja la plataforma) la entrada relativa a las Poquianchis ya está rozando las 7000 visitas y la última vez que pude hacer el recuento, hay visitantes de 105 países,

No sé si será coincidencia, en tiempos de pandemia la entrada más  vista en este lapso ha sido la del doctor Humberto Avilés, supongo que si hubiera ocurrido en sus tiempos ya tendría uno de sus preparados contra ella. Si no sabe del peculiar personaje, puede acceder a la entrada dedicada a él dando clic en el siguiente enlace: 


https://iztacchichimeca.blogspot.com/2017/09/humberto-aviles-en-san-juan-del-rio.html


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