viernes, 1 de agosto de 2014

Hacer yo me propuse


Esta entrada la tenía preparada para cuando el blog llegara a 2,000 visitas, por diversas circunstancias se me fue pasando así que ahora se las presento, con algunas adaptaciones, cuando según el último recuento, ya se tienen 2,251.

¿Para qué escribir si nadie te lee? Esta frase es un lugar común que escuchamos frecuentemente quienes de una u otra manera, con estilo o sin él, plasmamos nuestras ideas en un foro público. En lo personal sostengo que en México sí se lee, no en la cantidad que se quisiera, pero la lectura por gusto es una afición que pocas personas tienen, la mayoría lo hace por necesidad o por obligación, así no funciona,  ¿Qué hacer entonces? Tratar de escribir temas que resulten interesantes para el segmento que sí lee y si por casualidad o curiosidad llega alguno de los otros, ya es ganancia.

Creo que es cuestión de paciencia, el trabajo constante sí da frutos, la prueba está en esas más de 2200 veces que alguien ha detenido sus actividades para dedicar unos minutos a conocer la historia de nuestra ciudad, mayormente ya escrita, pero que trato de aderezar con hechos cotidianos para hacerla más amena.

Ya había, en entradas anteriores, explicado los motivos para crear este blog.  Le decía a don Jesús Lara Bayón, bloguero de Aculco, quizá el mejor de microhistoria de todo México,  en cierta ocasión en que duró  meses sin escribir, que tenía la obligación moral de no dejar de hacerlo, porque mucho de lo que sabe, por haberlo visto o leído nadie más lo podría escribir. Esa es mi motivación, dar a conocer datos que se están perdiendo de la historia de nuestra ciudad, tantas cosas que cada quien ha visto, vivido u oído, datos simples pero importantes que merecen darse a conocer. No creo ser el único que tenga que decir algo, ojalá haya más que compartan mi idea y enriquezcamos el patrimonio histórico local.

Aunque se traduce en unas cuantas cuartillas, generalmente lo que se ve en el blog es producto de un trabajo previo de investigación, por razones obvias todos los que escribimos historia copiamos de alguien, lo importante es no repetir exactamente lo mismo sino complementarlo y aderezarlo con esos datos que ya mencioné. Hasta la elección de los títulos de las entradas implica un esfuerzo.

De los datos sueltos. A pesar del nombre, el autor no es pariente mío.
Aclaro que casi siempre escribo a manera de crónica para evitar tener que citar y poner pies pero siempre tengo a la mano el material que sustentan lo escrito. Hay mucha bibliografía de historia de Querétaro, pero específicamente en nuestra localidad, desde tiempos remotos, ha habido muy pocos historiadores profesionales y escasísimos los aficionados, creo que no hay más de 50 libros de tema exclusivo de San Juan, así que para yo redactar, además del de cabecera, que es el de Rafael Ayala, busco datos sueltos en textos diversos, revistas viejas, folletos, fotografías etc., y tratar de hilarlo con lo dicho por una y mil personas con las que he platicado de estos temas.

Y como dije al principio, la intención es en cualquier parte localizar un tema que parezca interesante, un detalle chusco, una anécdota, tratando siempre de compaginar lo escrito  con la vida cotidiana de los sanjuanenses de todos los tiempos, que es la tendencia actual de la historia. Ya se conocen los hechos, las fechas y los personajes, pero ¿Qué hacía en la misma fecha, en ese lugar y ante tal circunstancia la gente común?

Como ejemplo, en la entrada pasada, la del tren de mulitas, fue necesario darle una hojeada a una veintena de libros, todos los calendarios de la Canaco, toda la colección de “postales”, extractar detenidamente de los textos y compaginarlo con algunos recuerdos, sobre todo de una Señora, pariente lejana que ya muy anciana vivía hace muchos años en casa de mis papás, doña Expedita, que al final de su vida vendía tamales, pero que muchos años antes se dedicaba a la venta de comida en la Estación del Ferrocarril, de sus pláticas tomé el dato del “Circuito”. Creo que fue de las pocas personas que viajó en ambos transportes, en los antiguos y en los de la década de 1970.

Fotografía personal: "Material" para crear una entrada.


No siendo profesional de la historia, ni tener el tiempo para serlo y hacerlo, continuaré con esta labor de divulgación, por los mismos motivos que tuvo el autor de la siguiente  ¿poesía?

Hacer yo me propuse populares,

Hechos nada vulgares,

Y exhumando esqueletos de difuntos,

A destajo, hallé asuntos

Para sacar del historial osario,

Ya un tipo estrafalario,

Ya una dama gentil, ya un hombre digno,

O ya un quídam maligno.

Cuántas de boca de locuaces viejas

Pude escuchar consejas,
Y cuántas en papeles amarillos,

Encontré chismesillos,
Tantos fueron soberbios argumentos

Para hilvanar mis cuentos,
Y … al fin, según mi numen lo recela,

Se me acabó la tela.


¿Hallaré filón nuevo? … Dios lo sabe.

Por hoy cierro con llave

El arcón de crónicas henchido

Y….!!Abur!! …. Que me despido.


Ricardo Palma. 1880.

Leyendas y tradiciones Peruanas.

Tom. III. Pag. 256.

 Tomado de Frías,  Valentín, Leyendas y tradiciones queretanas. 1908

Creo que explica un poco mejor

En próximas entradas: “La Maldición de Salazar”, no se la pierdan y después voy a tratar de regresar al tema prehispánico y primeros años del San Juan colonial, que dejé inconcluso algunos meses, además de ir cumpliendo con temas que he prometido sin cumplir. Aquí nos seguiremos ¿viendo? 

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