jueves, 13 de marzo de 2014

las iglesias del centro segunda parte


SAN JUAN DEL RÍO: IGLESIAS DEL CENTRO  segunda parte
(DATOS DUROS)

Continua la segunda y última parte de la historia del conjunto parroquial del centro de la ciudad, incluyendo algo de las plaza, aunque  éstas serán relatadas en una entrada especial.  Inicio cuando ya están construidos los dos templos



 
San Juan Bautista y parroquia de Guadalupe:

…Para 1743, continuaban esos espacios, pero con el aumento en el número de españoles, la separación racial ya era total; el conjunto... “se compone de una muy decente  y  bien  fabricada  iglesia parroquial  en que se administra a los españoles los santos sacramentos, a cuyas expensas y especialmente de un bienhechor, pocos años ha se dedicó e independiente de esta hay otra iglesia que sirve de parroquia  para los naturales, administradas una y otra por un cura colado por su majestad,  sacerdote seclar... “(201) y   tres  auxiliares  “…muy versados en el  idioma Otomí… ” (202)   que era el común hablado por la feligresía

Esta iglesia en tiempos antiguos tenía, en la hoy plaza  de los Fundadores, las casas habitación de los curas, es decir el curato. Con la construcción de la parroquia, se trasladó a la sección adjunta de la nueva iglesia, así que el antiguo pasó a ser “ el curato viejo” dando nombre a la actual calle de 16 de septiembre ya que frente a él iniciaba. No tengo datos de cuando se mudaron al nuevo recinto, debió ser antes de 1820, ya que en un documento de ese año del AGN, el ayuntamiento solicita se le den esas casas, identificadas, el curato viejo para sus juntas o funciones, (203)  cosa que efectivamente ocurrió y algún tiempo se llamaron “casas  municipales”, seguramente hasta el cambio a la actual presidencia municipal.

Durante el imperio de Maximiliano fueron cuartel, hasta enero de 1865,  del ejército francés (204) mencionándose también que ese año, por un asunto de denuncia de propiedades  de  la iglesia para su adquisición,  Joaquín Espino Barros  tomó posesión de “la casa donde estaba el curato de San Juan del Río”, (205)  que aclara haber tenido que reedificar por su “total deterioro”. (206)  Al término de la breve etapa imperial; en 1869, se decidió derrumbar la parte antigua del curato convertida ya en casa Municipal, dividir el terreno en lotes y venderlo, proponiendo lo mismo para las rejas de sus  ventanas donadas por la señorita Díaz. (207) Aunque Ayala dice que se derribaron estas casas en 1916, ya no aparecen en el plano de Ignacio Pérez, debe referirse a sus ruinas.

El espacio entre las dos iglesias, hoy Notaría Parroquial, el nuevo curato en la parte trasera y la sección conocida como  “La Academia” con entrada en Morelos, todas interconectadas, son de hechura posterior, aunque sin referencia de año. Seguramente aprovecharon elementos de edificaciones anteriores, todavía es posible adivinar en la pared de la Academia que da a Hidalgo, varios arcos tapiados con barda dentro de los que se construyeron las ventanas neoclásicas (serían de fines del siglo XIX o principios del XX) que hoy vemos. Es de suponerse que los arcos daban acceso a alguna sección o dependencia de la iglesia.

También debe mencionarse que la plaza parece haber tenido una forma de trapecio, y se  modificó su antiguo lado norte para cuadrarla. Desde la época colonial estaba rodeada  por  una  barda  atrial  de  la  que no se tienen mayores datos, debió ser casi desde los inicios del pueblo, dado que en su interior funcionó el camposanto, que debió ser sumamente pequeño, pues la población también lo era, y compartido con el acceso a la iglesia, aunque también se podía enterrar al interior de las iglesias.  Por lo  que se  puede distinguir  en  una  fotografía de inicio del siglo XX, desde el jardín Independencia, la barda era sólida,  con aplanado, es decir, sin reja ni arcos invertidos  en lo  alto como muchas de  ese  tipo. Hubo panteón además en  el espacio entre las dos iglesias, en el Calvario, (aún antes del de la Santa Veracruz, hasta entonces exclusivo de los indios) en san Juan de Dios y en el Beaterio. Al derrumbar parte del curato viejo en 1869, se  cuadro la plaza y  se pidió vender los   lotes  resultantes. (208)   El panteón  junto  al  río data  de  cerca de 1840 (de alguien fallecido en una fecha cercana aún se conserva una tumba. Se prohibieron los enterramientos en la plaza y el interior de las iglesias en 1823, (209) aunque hay constancia de entierros en fecha posterior en el lugar. No hay dato exacto de cuando se detuvieron realmente las inhumaciones ahí pero sería bien entrado el siglo XIX. Todavía fue enterrado en el pequeño panteón existente en el espacio entre las dos iglesias Don Juan Domínguez en 1847, (210) sus restos se trasladarían luego al de la Santa Veracruz.

Suponemos que la fecha en que se quitó definitivamente el camposanto es la de su instalación como plaza pública, (211) es decir después de 1853 cuando inicia la remodelación del panteón indio del Calvario que concluirían en el edificio del hoy panteón de la Santa Veracruz, donde funciona el Museo de la Muerte. Parece que durante cierto tiempo funcionó en ella el mercado municipal, que de siempre se había instalado en la plaza principal. La placa del monumento en la plaza de los fundadores indica que el panteón municipal estuvo ahí hasta 1854.
 
201) Mina Ramírez Montes, Querétaro en 1743. Informe Presentado al Rey por el corregidor Esteban Gómez de Acosta. México, Gobierno del Estado de Querétaro, Archivo Histórico del Estado. 1997, p.  170. El bienhechor fue Marcos Mancilla, como reza la placa de cantera que aún puede verse. Dice Ayala que costeó la terminación de la obra, que iniciada desde 1693, había parado varias veces por falta de fondos.
202) Llama la atención que pese a la división, el cura era solo uno, con auxiliares encargados de administrar servicios a los indios en su idioma, algunos muy diestros en el idioma otomí, según dice  el documento. Y lo eran, al grado que uno de ellos, Luis de Neve y Molina, entonces bachiller, quien fue en fecha comprendida entre 1736 y 1753, auxiliar del párroco de San Juan del río (Cfr.  Mendoza, 2006, op. cit. p. 28) años después, como Doctor y catedrático en el arzobispado de México, con la experiencia ganada en el antiguo puesto, publicó una de las primeras gramáticas de otomí, base de muchos estudios posteriores sobre dicho idioma, incluido su amplio vocabulario. Ver Luis Neve y Molina, Reglas de orthographia, diccionario y arte del idioma othomí, breve instrucción para los principiantes,  México, Imprenta de la bibliotheca mexicana, 1767.
203) AGN. Instituciones Coloniales, Regio Patronato Indiano, Bienes Nacionales, Vol. 715, Expediente 12. 
204) Marta Eugenia García Ugarte, Hacendados y Rancheros queretanos (1780 – 1920), México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 1992, P. 224.
205) Idem.  En Ayala, 1981, op. cit.  p. 192, se menciona como sindico del Ayuntamiento.
206) Ibid. p. 225.
207)  Cfr. Luz Amelia   Armas B., Oliva Solís H. y Guadalupe Zárate Miguel “ Región de los valles y zona sur” en Cano Romero Yolanda, Catalogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles Estado de Querétaro, México. Gobierno del Estado de Querétaro- INAH-CONACULTA, 2003.  Disco Compacto 2. Se Refiere a Rafaela Díaz. Datos tomados por las Autoras de La Sombra de  Arteaga. Debieron ser muy suntuosas dichas puertas o ventanas ya que en números de 1867 a 1870  se hace constante recuento de sus peripecias, desde que se quitaron, se confiscaron, se trasladaron y al final  se vendieron.
208) Idem.
209) Ayala, op. cit. p. 150.
210) Cano Sordo, 1999, op. cit.
 
les debo muchas fotos de las iglesias para mañana, de todos los tiempos.

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