sábado, 10 de enero de 2015

Recuerdos de aquellos tiempos I:



Fotografía personal, para que no digan que en el Cinelandia ponían puros "churros". Anuncio donado a mi colección.

La siguiente es una recopilación de recuerdos, lugares, personajes y hechos anecdóticos que había en mi niñez, cuando San Juan del Río era una pequeña ciudad. Ofrezco disculpas a los lectores foráneos porque por esta vez, la mayoría de lo enumerado solo será reconocible por los sanjuanenses de aquellos tiempos o los pocos que por entonces llegaban de fuera, sin embargo, no dejen de leerlo, se van a divertir.

Aunque están redactados en sentido humorístico, en realidad esos detalles forman parte de nuestra historia reciente, esa que nadie escribe por parecer banal, pero ocurrió y en muchos casos fue importante en nuestra formación. Es solo es un pequeño esfuerzo personal para que no se olviden.

Ojalá les haga sonreír, pero sobre todo recordar. Los sobrevivientes de aquellos tiempos tenemos cientos de estos recuerdos, que por lo sutiles parece que se van olvidando, no es así, están ahí, en espera que algo los haga salir, cada uno de los aquí enumerados daría tema para una entrada del blog, pero al ser muchísimos, de vez en cuando iré poniendo un recuento de los que me vaya acordando o los que tengan la amabilidad de compartir.

 Sabrás que ya no eres tan joven si...
Fuiste a la Antonio Caso porque era casi la única secundaria oficial.

Tomaste esquimos en el Esquimal, o mejor aún, un “chocomil”.
O tu mamá te hizo atragantarte con un licuadote de plátano con dos yemas, asegún porque eran muy nutritivos, casi tanto como los huevos cocidos del “Tragadero”.

Las mejores tortas nocturnas eran las de “las Mariposas”, en 16 de Septiembre, las de Honorio en "los Cocoteros" y las más ricas por económicas, las de Don David en la parte entonces sin techo del Mercado Reforma.

Te compraban uniformes con Don Pepe el Baratero, cuando todavía estaba dentro del mercado.

Te bañabas con Jabón “Jardines de california” (antes de que los inmortalizaran en los moteles)  y tu zacatote, “de baño” (es que también había para trastes) y mejor aún, con un “Nórdiko”

La primer disco a la que fuiste fue la Casona.

Asististe a tardeadas en la Antonio Caso, con los grupos la Paz y el Chocolate.

Si tu familia salía a cenar fuera, era a los tacos dorados de Doña Mary, Doña Cleofas o a la lonchería Segura.

La primera vez que escuchaste a un grupo roquero fue al Three Souls en Tequis.

Tu mamá te mandaba a comprar con “Lola la del maiz” (no le falta el acento, así le decían) en el jardín Independencia. (cuando todavía vendía granos y semillas diversos, no al final, que solo vendía trigo para las palomas del Jardín)
Imagen tomada de Internet, crédito a quien corresponda.
Viste  y escuchaste una avioneta anunciando el jingle “Cafe Algusto es familiar” (decían cafe, sin acento) y te ibas a buscar los papelitos que dejaban caer.

Pusiste clavos en la vía del tren para que al pasar se hicieran “espaditas”.

Te embobabas viendo las artesanías del Sr. Puga en el Portal del Diezmo, las económicas; las sólo para turistas en el portal de Reyes o los juguetes tradicionales en la esquina de Hidalgo y Av. Juárez.

Conociste la Puerta de San José y la reja atrial, de las iglesias del centro.

Asististe a alguna de las muchas “arenas de luchas”  ( apenas unos patios con sillas) que hubo en la ciudad, aparte del “ lienzo Charro” y la “Arena Pepsi” a echarle porras al “Vulcano”  y  al “Yaqui”

Te lanzabas a la Feria con los juegos en el Jardín independencia, con los Stands en la calle Guerrero, a los que por cierto en ese tiempo no les cobraban por instarlarse y ni así se llenaban.

Todas las tardes tenías que ir con tu olla de peltre a comprar leche bronca en el Walter de Hidalgo o con las Güeras en Palacio, luego te modernizaste y llevabas tus envases de vidrio a la miscelánea por la "pasteurizada".

Ibas al cine:  ( al Piojito, of course)
Los domingos al matiné (ya sé que es la matiné pero así le decían) exclusivo para niños, con películas infantiles, los que no impedía que les mentaras la madre a los de arriba/ los de abajo, según donde estuvieras y viceversa.

Los viernes a las “de adultos”  (aunque te faltaba mucho para serlo) y te desparramabas hacia abajo del asiento para que no te vieran al prender la luz, y por cierto, casi no había adultos en esa funciones, la mayoría eran alumnos de la Secundaria.

Los sábados a las de Karate y salías tirando madrazos y patadas al aire y subiéndote a las bancas de la Av. Juárez, y si te hallaba un familiar te preguntaba -¿Vienes del cinelandia, verdad cabrón?

Comiste las tortas de Requesón de don Celso Orozco, incluidos unos chilotes en vinagre caseros, con bolillos calientitos de “el Sol Divino” de Don Tereso Tovar, ahí enfrente.

Asistías los sábados y domingos a los “juegos” en la Plazuela.

En Sábado de Gloria te llevaron a pasear al río o a las presas… ( y te metías al agua)

Alguna vez te regañó don Fidencio Luévanos por estar hojeando las revistas en su puesto.

Conociste la Casa de la cultura cuando su local era una “combi”.

Te acuerdas cuando los bochos les decían “pulguitas”.

Compraste "cuetes" en la frutería de Rayón.

Llegaste a alquilar una bicicleta por hora, solo para pasear, en los negocios de la calle Mina, mejor aún, que te la prestaban aunque no te conocieran y el colmo; la devolvías puntualmente. Igual si alquilaste una mini-moto en la pista del Boulevard Hidalgo.

Donaste alguna llave para la estatua de Pedro infante  o para el águila del Jardín Independencia.

Cada semana comprabas el Kalimán, o el Águila Solitaria.

Tenías tu cuenta de Ahorro escolar (en Banamex, cuando estaba en la esquina norponiente de Hidalgo y la Av. Juárez) y la llenabas con timbres que vendían en la escuela.

Tuviste la dicha de conocer el primer semáforo de la Av. Juárez, (el que no servía como semáforo, solo para que se “acostumbrara la gente”.

Si viste los “parquímetros”  en la calle Hidalgo, y de maldoso le sacaste algunas monedas que solo los ingenuos ponían.

Si llegaste a comer bolillos con chiles en vinagre en alguna tienda, peor aún, tortas de plátano.

La primer hamburguesa que comiste fue en la casa Gabriel de la Curva, si te alcanzaba, si no nomás unos molletes.

El sitio de taxis de Av. Juárez (el único) estaba en la acera de enfrente del actual y si ocupabas un viaje tenías que despertar a los choferes porque dormían al interior de sus vehículos, o chiflarles para que salieran del billar.

Comiste tacos de bistek o chorizo a un lado del santuario en el Tacomóvil  bip- bip.

Tuviste que ir a la biblioteca pública y la señorita Ángeles  y te recibía con el amable “¿viene o venía? ” o el demoledor “a ver sus manitas”

Te subiste al circuito que iba a las colonias o  a la Central.

Alguna vez tuviste que ir al tejabán en el B. Hidalgo que era la central Camionera y escuchaste el clásico “van a Méxicu” o el larguísimo, “Van a México, Toluca, Ixtlahuaca, Acambay la Presa, el Molino… (seguían todavía como otros cuatro lugares, lo sorprendente es que los gritaban de un jalón)

Tus ídolos jugaban en el campo Fluminense o el San Juan ( Hoy chedraui) y podías ver dos partidos a la vez. ( Y sí, mi ídolo era el "Checo" Olvera)

Alguna de tus graduaciones se efectuó en el salón de fiestas de la zona Industrial.

Viste algún camión volteado en la gasolinera de la Curva.

Por un pelito no fuiste “paracaidista” de la Colonia Juárez, o por otro pelito lo fuiste.

Todavía a las doce del día esperas escuchar en el radio  … “Súper Mohel y Súper el Progreso …


Imagen de Internet, crédito a quien corresponda

Cuando la “botica de Jesús” era vanguardia de su salud y de su belleza y tu mamá te compraba ahí el aceite de hígado de bacalao, porque estabas muy flaco o unas perlas “deter”

Cuando el único lugar donde vendían jamón era en “El Progreso” y el hielo solo con Don Jorge Herbert.
En las tiendas tenías que dejar “importe”  si no llevabas “cascos” ( o sea los envases)

En las tiendas pedías “pilón” es decir un poquito más, cuando te despachaban a granel, luego el comercio intentó cambiar la dádiva por timbres que canjeaban por electrodomésticos. No funcionó.

Por curiosidad llegaste a ir a ver la filota de gente que asistía a consulta médica con el Profr. Humberto Ávilez en el Hotel Rioja de la calle Guerrero.

Te acuerdas que la actual estación de Radio EXA se llamaba “Radio ambiente”  (y tú le decías “Rancho ambiente”) y por solo dos pesitos podías dedicar la canción de tu preferencia ( fue clásico escuchar  ... la siguiente melodía va dedicada para ya sabe quién, de el Sabino,  de parte de quien ya sabe, que la quiere mucho en esta ciudad  …)

Te ibas de pinta a las Peñitas y los que se iban ahí a “tronárselas” se escondían para que no los vieras. ( Les daba pena) A ver ahora, inténtalo.

Te llenabas de tierra para poder atisbar entre la “polvadera”  al “Tuto González” en la cancha de Motocross de “las Peñitas”.

Te tocó ir el día de la Bandera a hacer honores al monumento –pirámide de la Curva o la Plazuela.

Les llegaste a tirar pedradas a unos lagartijotes como de 25 cm que vivían entre el terraplén de la vía del tren.

Compraste los periódicos de una sola edición, que voceadores callejeros pasaban vendiendo al grito de (por ejemplo) “paaaasen a ver la terrible noticia de la horripilante bruja que fue atrapada en la ciudad de San Juan del Río y se encuentra detenida en la  cárcel municipal …  y peor aún, comprabas el periódico e ibas a ver a la terrible bruja a la cárcel municipal a un costado del Santuario. (Estos periódicos , que en realidad no tenían periodicidad, se editaban sobre todo cuando había accidentes en la autopista, o chismes de alto calibre, el de la bruja fue real)


Te acuerdas cuando hubo una “Concertacesión  y …. ¡Ah no , perdón! ese tema ya no me toca.


y finalmente, si te acuerdas de este:
“Lástima que terminó, el festival de hoy, pronto volveremos con: más diversión… “ decía otro jingle de la televisión.

 
Imagen de internet, crédito a quien corresponda.

Por cierto no soy tan viejo, solo que a mí sí me hizo o efecto el asqueroso sabor del aceite de hígado de bacalao, (que luego cambiaron por el de tiburón, igual de repugnante) difícil de olvidar, por eso estimulaba la memoria. 

Como no hay registro gráfico de estos detalles, les pongo unas imágenes alusivas y otra histórica, cortesía de un amigo.

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