domingo, 5 de julio de 2015

Los Barrios 5: El Barrio de la Cruz, donde todo empezó.



Continúo la descripción de los barrios de San Juan del Río durante la época virreinal, establecidos como medida  de control  administrativo y religioso. Especialmente importante es el que hoy se detallará: El Barrio de la Cruz.
Ubicado al sur de nuestra ciudad, hoy es una zona suburbana extensamente poblada, que según los registros, tiene una ocupación continua de más de dos mil años.
ANTECEDENTES.
Este barrio se encuentra a un costado del río San Juan, tiene como característica contar con un promontorio de roca elevado de los alrededores, a unos 25 metros de altura, con su cima relativamente plana, en una superficie aproximada de una hectárea.
Aunque hay evidencias de ocupación humana anterior en otros lugares del valle, el promontorio (hoy llamado cerro de la Cruz) debió ser especialmente atractivo por razones rituales y estratégicas. Su primera etapa constructiva se remonta al año 500 a. C. cuando grupos provenientes de Chupícuaro establecen un centro ceremonial en la cima, nivelándola con rellenos y establecen algunas plataformas. No hay vestigios que el lugar haya sido zona habitacional. Su uso fue siempre ritual. La gente tenía sus viviendas y sembradíos en la parte baja del cerro.
La actividad constructiva en la cima tuvo varios periodos en el transcurso de los siglos, deteniéndose al finalizar el primer milenio de la era cristiana,  aunque solo fue del mantenimiento del centro ceremonial, que son los edificios que hoy se ven: una pirámide principal, una gran plaza y algunos otros basamentos, la gente común continuo su vida en las partes bajas de los alrededores.
Se desconoce el nombre original  del asentamiento en la época clásica, que llegó a tener una extensión respetable. Aunque parece que solo tuvo construcciones en este cerro y en las llamadas Peñitas, incluía toda la zona de los alrededores: la parte baja del cerro, las Peñas del río, Guadalupe de las Peñas, Lomo de Toro y partes del B. Hidalgo y el final de la Calle Melchor Ocampo, donde estarían las zonas de habitación y los cultivos. 
Por los restos encontrados en los lugares mencionados y ser zona de tránsito y comercio, tuvo influencia de muchas de las culturas del clásico, seguramente perteneció en algún momento a los imperios Teotihuacano y Tolteca,  que sojuzgaron a los habitantes locales e imponían patrones culturales que por su naturaleza, solo eran temporales. A la caída de los imperios, la gente volvía a su vida tranquila en las orillas y cañadas del río.   Con la contracción de la frontera mesoamericana, desde el siglo XII, la zona se vio invadida por  nuevos habitantes que se entremezclaron con los pocos locales. Aunque se dice que fue invadida por chichimecas, en realidad los que llegaron fueron los pames - un grupo emparentado con los otomíes- caracterizados por ser semi nómadas y no compartir la cultura mesoamericana, razón por la cual fueron clasificados junto a los chichimecas auténticos, éstos sí completamente nómadas  que tardarían unos siglos más en llegar.
Con la irrupción, a fines del siglo XV de los aztecas como imperio, estando la zona en los imprecisos límites del Señorío de Jilotepec, al ser conquistado éste, la zona del barrio de la Cruz, paso a formar parte del imperio y en el lugar se estableció un puesto de defensa contra el Imperio Tarasco.
EL NOMBRE

El pequeño poblado se llamó entonces IZTACCHICHIMECA, aclarando que en realidad, era el nombre que los aztecas dieron al cerro de la Venta, y que por extensión se le dio también al poblado y al que hoy conocemos como el cerro de la Cruz. La palabra en náhuatl significa “CHICHIMECO BLANCO” simplemente, no "lugar de chichimecos blancos", ni "tierra blanca de chichimecas", como se ha dicho siempre. No hay correspondencia entre el término y tales significados.
Se tienen pocas noticias de los años inmediatos la llegada de los españoles, aunque se sabe que los habitantes del lugar participaron con los españoles en 1521 del  sitio a Tenochtitlán, que significó la derrota de los aztecas. Para 1528 Juan Xaramillo, al visitar las tierras de su encomienda, expulsó a los chichimecas (pames, en realidad) de la zona y dejó solo otomíes para el cultivo. El poblado tenía una pirámide dedicada a Huitzilopochtli (seguramente la de la cima del cerro).
Entre 1531 y 1533  desde el occidente, las tropas de Nuño de Guzmán llegaron al lugar y en señal de conquista colocaron una cruz en la cima del templo de la pequeña aldea, anexándolo al territorio de Nueva Galicia. Esta “conquista" no fue valida porque el territorio ya había sido otorgado a Jaramillo años antes y lo reclamó en un juicio, pero es importante mencionar el hecho porque parece ser el antecedente de la cruz que actualmente se encuentra en la ermita de la cima de la pirámide.
 
LOS NUEVOS DUEÑOS

Desde la llegada de los españoles, muchos indios de Jilotepec, huyendo primero de la guerra y después de los tributos que imponían los encomenderos españoles, habían llegado al lugar aumentando la pequeña población local, entre ellos el que después conoceríamos como Juan Mexitzin, que como muchos otros llegó a refugiarse a un lugar ya establecido, no a fundarlo.
Al aumentar la población otomí en el lugar,  ya libres del yugo azteca que imponía el idioma náhuatl, como lengua oficial, el todavía pequeño asentamiento siguió llamándose igual,  CHICHIMECA BLANCO, solo que ahora en otomí: Teximacu. (de Texi= blanco y  macu= chichimeco, como es topónimo se lee al revés; "Chichimeco Blanco”) (la pronunciación más probable es “Teshimacu”)
Con el establecimiento en décadas posteriores del pueblo de San Juan del Río, “a la española” en una zona aledaña, el asentamiento quedó solo como uno de los barrios que lo conformaba, y se le llamó cristianamente “barrio de la Cruz” aunque los habitantes y la población siguieron llamando al cerro “Teximacu” como consta en documentos oficiales por lo menos hasta 1822. Posteriormente el nombre se perdió, hasta que fue rescatado por Ayala quien lo copió erróneamente del informe de Salazar como TECHIMACIT, (confundió la "u" final por it) palabra que no tiene traducción en ningún idioma. Este error lo han repetido todos los que le han copiado a Ayala. En entradas anteriores, he mostrado la copia del documento de Salazar, donde se puede ver el equívoco.
Plano de Ignacio Pérez. Junto al río, el cerro y Barrio de la Cruz, al norte, La Concepción y el Calvario

El asentamiento original, para la fecha del establecimiento de los barrios debió ser más amplio, pero desde época temprana fue rodeado de propiedades españolas, principalmente las haciendas de San Jacinto, la H, Santa Lucía y demás propiedades particulares de españoles, quedándoles solamente el cerro y sus partes bajas circundantes.
Para 1793 nos describe perfectamente el lugar y sus característica Martínez de Salazar: “El Barrio de la Cruz está situado también al otro lado del río, sobre su orilla sur, en terreno escabroso, compuesto de dos calles solamente, en donde los indios tienen construidas sus pequeñas casas, inmediatas a una peña redonda, desgajada por todas partes, y en la parte superior de ella hay un plan sobre el cual está construido a mano, un cerrito de piedras y tierra, como un pináculo donde está colocada una cruz, y hay tradición de que en tiempos de la gentilidad, este era el fuerte donde se acogían los indios Mecos, para defenderse de los enemigo, y que por esto mismo se le llama a la peña TECHIMACU, que quiere decir  peña blanca fuerte y redonda de los mecos. “
Insisto que la peña es redonda y supongo que fuerte, pero la palabra no significa nada de eso, solo “Chichimeca blanco".  
Al parecer lo que hoy conocemos como el Barreno, finca cercana al barrio, originalmente fue parte de él, pero al desaparecer la república de Indios en el siglo XIX, pasó a manos  de españoles, aunque por estar en el camino “Real” que usaban los habitantes para ir al pueblo,  que desembocaba en el Pasoancho del río, conservaron una servidumbre de paso, que les permitía cruzar por en medio de esa propiedad privada situación que perduró hasta hace apenas una década, cuando la propiedad fue donada al municipio, y extrañamente se cerró el centenario paso.

LA ACTUALIDAD
Las dos calles originales, hoy se conservan, muy modernizadas, sin embargo, desde hace siglos, conservan las tradicionales fiestas del 3 de mayo, promovidas ahora por un grupo de danza local, paradójicamente llamado “Techimacit” y otros, que reviven, al pie de la vieja pirámide, ritos que podrían ser milenarios y con singular entusiasmo, seguidos ahora por multitudes, suben año tras año, a sentir  la grandeza de la historia del barrio, donde se inició San Juan, la gran ciudad que ahora se ve desde la cima y donde vieron sus antepasados el nacimiento y paso de imperios hoy desaparecidos, esa cima, es donde  inició todo.  
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
1.- Tomé algunas fotos del sitio de danza del barrio de la Cruz, espero no se molesten y por la sugerencia de que le cambien su nombre al correcto.
Aviso 2  Por ser el Barrio de la Cruz tan significativo para nuestra historia, hay varias entradas en este blog  que lo mencionan, visítenlas. Además hay mucha más información al respecto que espero difundir posteriormente.
Aviso 3    A los seguidores de este Blog,  Ángel (Celedonio) y René, les aviso que les dejé su material en la oficina del Archivo Histórico Municipal, ubicado en el Centro Histórico y cultural, en Av. Juárez oriente #30 (en el jardín del santuario) En el primer patio está la oficina del Archivo, ahí la amable encargada, Lic. Marimar Santana les hará entrega, previa identificación. Ella es además autora de un libro de Historia de San Juan, a ver si les interesa consultarlo o adquirirlo y les mostrará algunos objetos y publicaciones que tiene ahí en exhibición. Pueden pasar a partir del lunes 6 en la tarde. Por favor me confirman aquí cuando lo reciban.
 Aviso 4: Las fotos de contexto de esta entrada se las debo para mañana.

7 comentarios:

  1. José Luis: Voy a ir por allá la próxima semana, cuando asista al informe de Fabián (si es que lo hace en el Portal del Diezmo). En tus publicaciones anteriores despertaste mi interés por visitar el Archivo Histórico Municipal, que hace tiempo atendía una persona de apellido Coellar, así que será un visita muy bien aprovechada.
    Si la lluvia lo permite, también voy a pasar al museo Iztacchichimecapan.

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  2. José: Solo para notificarte que hoy pase por el material, ya lo tengo, gran detalle la dedicatoria, de verdad muchas gracias por este detalle para con un servidor, saludos. estamos en contacto.

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    1. Ojalá que disfruten,lo poquito de la mucha historia de San Juan que contiene y sobre todo la difundan, y de pasada, recomendar los contenidos de este blog, que a pesar de ser puramente de información local, es leído en muchas partes del mundo, algo tendrá nuestra historia.

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  3. José Luis, ya vi en un periódico que el informe va a ser en el CECUCO, pero eso no cambia mis planes. Iré la próxima semana al Archivo Histórico Municipal para volverme uno de los afortunados poseedores del libro de tu autoría.
    Sobre el libro escrito por Marimar ¿sabes si lo puedo adquirir con ella y cuánto cuesta? Para ir preparado :)

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  4. Costaba 50 pesos cuando yo lo adquirí, pero no se si todavía esté igual, pero no creo que haya subido mucho, como quiera le preguntas, si no para que te preste uno para sacarle copias, no es voluminoso, su contenido es muy importante porque contiene una selección de documentos del archivo histórico relacionado con los monumentos, sobre todo coloniales de la ciudad. A pesar de ser puramente documental, ella le incluyó comentarios iniciales, lo que hace muy amena su lectura. Varios de los escritores de historia de nuestra ciudad participamos en un proyecto del INAH referido a la zona de monumentos local, quienes iban a editar nuestros escritos, pero ya no hemos tenido noticias, y ni pa cuando, espero me callen la boca y ya lo editen y podamos presentarlo a la mucha gente interesada en el tema. Como siempre digo, historia hay, quien la escriba, también, quien la lea ni se diga, solo falta apoyo para editar.

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  5. Pasé esta mañana al AHM. Marimar te había dicho que ya habían sido recogidos los 2 libros, pero no era así.
    Gracias por la amable dedicatoria.
    Tuve oportunidad de adquirir el libro de ella.

    La calle de Cóporo me ha parecido interesante desde siempre; no sabía que la acequia pasaba por allí.
    Mil gracias.

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  6. Sí, ayer estuve ahí y eso me dijo, pero que bueno que ya los tengas y los disfrutes. La calle llama la atención, sobre todo por su vista y supongo la mucha historia que contiene, parece ser que desde tiempos prehispánicos. La acequia, hoy entubada pasa por todas las casas de ella, en la acera poniente, excepto las últimas 4, casi en la Plazuela. Creo que fue premonitorio lo que te dije en el anterior comentario porque precisamente ayer los del INAH dieron señales de vida y parece que el proyecto ya está más encaminado, a ver si no se tarda. Saludos.

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