Ya sé que van a decir que qué significa la palabrita; No, no se trata de una grosería, alguna enfermedad extraña ni una nueva red
social.
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Se llama Palimpsestos a ciertos pergaminos antiguos, de los todavía escritos
a mano, a los que en la edad media se les raspaba el texto para
reutilizarlos. El procedimiento solo era posible en ciertas
pieles que permitían el raspado sin deterioro. En razón del origen animal del
soporte, el escrito antiguo no desaparecía por completo y era evidente por lo menos parte de lo originalmente plasmado.
La práctica fue frecuente en las épocas en que el papel
escaseaba. Hace algunos años, uno de esos palimpsestos, cobro notoriedad, cuando
se descubrió que debajo de un escrito religioso, se encontraba un tratado hasta
entonces desconocido, atribuido nada menos que a Arquímedes, lo que lo
convirtió en noticia mundial.
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Detalle del Palimpsesto de Arquímedes, los filtros revelan la escritura oculta. Imagen del sitio. |
La palabra se utiliza también en otros ámbitos, por ejemplo,
en Arqueología se llama Palimpsesto a un sitio en el que hay varias capas de
elementos de diversas épocas, que en ciertas condiciones se entremezclan haciendo
especialmente difícil determinar donde comienza una época y donde termina otra.
Resulta, que el valle de San Juan del Río es una zona que
presenta dichas características, convirtiéndose, en toda su extensión, en un
macro ejemplo de palimpsesto arqueológico.
Y con ese título “El Valle de San Juan del Río, Un
palimpsesto arqueológico” aparece el primer libro de arqueología, dedicado
exclusivamente a nuestro municipio, bajo la coordinación de Juan Carlos de Saint Charles Zetina.
ANTECEDENTES
Entre algunas de las buenas acciones del saliente gobierno estatal, en colaboración con editoriales comerciales, se creó hace un par de
años, una editora gubernamental, de libros con temas de la historia y las artes
locales. Extrañamente, a pesar de todos los inconvenientes que tienen las
editoras oficiales, los libros y ediciones que del llamado “Fondo
editorial de Querétaro” surgieron, resultaron de gran calidad, tanto por su
contenido como por los detalles de encuadernación. El gobierno del estado de Querétaro, ha
tenido, desde hace unos cuarenta años, una tradición de preservar, a través de ediciones especiales los escritos
importantes de la historia local, así como de los autores locales, pero creo
que en calidad, los editados en los últimos años, son los mejores de todos, ya
que además del texto, el diseño, papel y gráficos son de gran
calidad. Haciendo honor a la difusión de
la cultura, muchos de esos libros se regalaban durante su presentación, lo que
ha ocurrido siempre, pero también se ponían a la venta a precios realmente
accesibles, considerando lo caro de sus materiales, de tal manera pude adquirir
muchos de sus títulos, los de personajes ilustres, el de don Restituto
Rodríguez, el que considero el mejor de muchos años: “ La Relación de Querétaro”
ya reseñado aquí y finalmente el que me parece el más interesante para la
historia local, que es el que presento a continuación:
“El Valle de San Juan
del Río, Un palimpsesto arqueológico”
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Contaportada: La presa de la Estancia, desde el sitio arqueológico del Rosario. |
DE LOS AUTORES
La mayoría de ellos no necesita de mucha presentación, además de
escritores, son en gran parte, integrantes del Centro INAH Querétaro, es decir,
los mismos que vemos llenarse de polvo, bien para desenterrar una defensa de
mamut, que en un taller restaurando cerámica, reviviendo un incunable, desempolvando
una obra maestra de la pintura o enlodándose
para preservar una pirámide.
El coordinador de la Obra,
Juan Carlos de Saint Charles, para más señas, fue uno de los encargados
de, en el barrio de la Cruz, durante la reconstrucción de la pirámide principal,
darnos a conocer de manera visible, la grandeza arquitectónica de un vestigio,
al que a fuerza de verlo tantas veces, según nosotros, si le veíamos forma de
pirámide, a lo que solo era un montón de piedras. El único
reproche que siempre se le ha hecho al equipo del que formaba parte es que
dejaron la reconstrucción inconclusa, ojalá que nuevos presupuestos les sean
favorables y podamos ver la máxima expresión de nuestros antepasados completa algún
día y ojalá sea él quien nos dé ese regalo.
Por razones de asignación de trabajos, constantemente ha
estado en nuestro municipio, sobre todo en el referido barrio de la Cruz,
regando las conclusiones de sus trabajos en gran cantidad de publicaciones, que
espero algún día reseñar en este mismo espacio.
Ignoro a quien se le ocurrió definir al Valle de San Juan del
Río como palimpesto, si a él o los demás colaboradores, algunos viejos lobos de
la arqueología local y sus publicaciones, otros nuevos valores, tales como:
Carlos Viramontes, Elizabeth Hernández Sánchez, Fiorelia Fenoglio, Rosa
Brambila y más, que por falta de espacio no enumero. Todos importantes por ser
un escrito interdisciplinario, que nos lleva a través de los siglos, por el
valle de San Juan del Río, donde…
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Portada. Bajo el agua, la otra gran zona arqueológica, la Estancia |
El libro, nos lleva, a través de distintos textos, primero a
la conceptualización del espacio, hoy tan nuestro, donde miles de años antes,
se dieron las correrías de los cazadores y recolectores nómadas, que después se
establecerían de manera sedentaria aprovechando lo benigno del clima y la
geografía, en diversos puntos del mismo.
A diferencia de otros textos científicos, este por ser de
divulgación, es muy ligero en su lectura, ya que los autores procuraron un
lenguaje, que sin llegar a ser completamente llano, es muy entendible para
todos, conocedores o no del tema. Va acompañado, por una impresionante
cantidad de fotografías, tanto descriptivas como de fondo, de tal manera, que
casi son paritarias las de puro texto con las coloridas, que además presentan mapas, esquemas, tablas, etc.
Así, de la mano o en este caso de la pluma de los
colaboradores, vemos, lugares y detalles, que solo conocíamos
de oídas o en fotografías de mala calidad en periódicos. Por tales características
y la magnífica resolución gráfica, vemos hasta el mínimo detalle de los murales
del Rosario, las navajas de obsidiana, de las figurillas Chupícuaro y mucho
más.
Dado que la intención, mostrada desde el título, es darnos a
conocer que en nuestros suelos subsisten, a veces entremezclados, los restos de la actividad humana de muchas culturas, luego
de la reseña de los primeros asentamientos, pequeños por naturaleza, nos llevan
a las civilizaciones monumentales, como lo fueron el Cerro de la Cruz y el Rosario,
a cuya caída, los centros ceremoniales se abandonan, sin que por ello decline
la actividad humana en la zona, solo se fragmentó el poder, pero nunca dejó de
existir, como nos muestran la cerámica
y los petrograbados del epiclásico.
Mención especial, merece un tema poco difundido, los
entierros ceremoniales en el cerro de la Cruz, cuando este ya estaba en ruinas y abandonado, los entierros,
sobre todo de infantes, muestran un intento por sacralizar como suyo, un espacio que
ya había sido sagrado por y para otros.
La temporalidad de los estudios llega hasta el post clásico
tardío, con la igualmente tardía incursión azteca a lo que después sería
nuestra ciudad, proseguida, apenas unas décadas después, por los españoles y
sus auxiliares otomíes, que a través de su idioma y su cultura, formaron la
última capa del monumental Palimpesto, que es el valle circundante, donde hoy nos asentamos y en el que, con un
poco de cuidado podemos leer a través de vestigios, lo que nos dejaron los
cazadores recolectores, la cultura Chupícuaro, los hombres de Cuicuilco, los
Teotihuacanos, los Toltecas, Mexicas, Otomíes, Mestizos y tantas y más capas, incluida la que estamos formando todos aquellos que vivimos, sufrimos y
queremos a esta ciudad.
El último capítulo, se refiere a la toponimia antigua. Por basarse
en Ayala, no hallan el significado de los nombres en náhuatl y otomí con que
era conocido el asentamiento a la llegada de los españoles. En investigaciones
personales ya expresadas en este blog,
establezco que el nombre correcto
era Iztacchichimeca, en náhuatl, referido
al actual cerro de la Venta, y que se trasladó al cercano puesto defensivo que
los aztecas tenían en el cerro de la Cruz, que con la colonización
otomí siguieron llamándolo igual pero en
su idioma. “Taximacu” ambos nombres, significan en español “Chichimeco Blanco”
cualquier otra interpretación carece de sustento y por ello los autores no
concluyen el significado.
UNA SÚPLICA
Concluyo con una petición:
Sé que con el nuevo gobierno llegan nuevas ideas, proyectos y personas pero hay obras y acciones que deben carecer de
color, ojalá que estos dos esfuerzos no se pierdan, si quieren cámbienle de
nombre a las editoriales, pero no dejen de difundir la valiosa historia de
nuestro estado, tan rica y a veces tan olvidada en las acciones gubernamentales.
Lo anterior a propósito porque en la librería cultural, que está
en la capital del estado, junto a la solariega tienda, donde hace unos 5 meses
adquirí el libro hoy reseñado, la semana pasada que acudí por otro título, habían sido retirados de los estantes, casualmente todos los libros del
Fondo editorial de Querétaro, los de Librarius, y los de Jesús Mendoza,
¿Casualidad? Me dijeron que por inventario pero …
Espero que el libro regrese a la circulación y
puedan disfrutarlo.
El chichimeca al servicio de la comunidad
Aclaro como siempre que no vendo libros ni trabajo para las
mentadas editoriales ni soy familiar de los autores, solo difundo el libro por su valor para la historia municipal.
Sigo con el problema de muchos lectores, pocos comentarios,
no creo ser tan contundente, estoy a sus órdenes para cualquier aclaración o
adición. Detalles mínimos pueden ser de gran apoyo para la historia
Nueva adquisición
Gracias al apoyo de un ex alumno, hoy amigo, pude adquirir en
el extranjero, uno de los pocos libros
que me faltaban de don Rafael Ayala: “Breves
noticias sobre la primera imprenta de la ciudad de Querétaro” de 1943, su primer obra formal. Tras 72 años,
regresa a su lugar de origen. Quién sabe todo lo que tuvo que pasar para que
llegara a la colección. Solo les presento el escaneo de la portada, está muy frágil
y quebradizo, ya lo leeré con calma y reseñaré lo que atañe a San Juan del Río.
Gracias Lencho.
Próximamente por este mismo blog:
“El extraño retorno de la Historia Sanjuanense” No se lo pierdan.
“El extraño retorno de la Historia Sanjuanense” No se lo pierdan.
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