jueves, 24 de marzo de 2016

Semana Santa, ayer y hoy (Actualización con imágenes)

Semana Santa, un ritual virreinal.


Fotografía personal. Detalle del Señor de la columna en la Parroquia de San Juan Bautista.
Es bien sabido que la cuestión religiosa fue determinante para las costumbres y la vida cotidiana en el México virreinal. San Juan del Río no fue la excepción, durante dicha época había un sinnúmero de actos litúrgicos que implicaban la participación de casi todos los habitantes, quienes de una u otra manera, establecieron varias tradiciones, algunas de las cuales desgraciadamente se han perdido o diluyendo en el trajín que significa la vida en nuestros días.
Presento a Ustedes una especie de relación de dichos eventos tomados de varios documentos y textos, de diversas fechas, ubicadas a principios del siglo XIX, algunos años apenas antes de la independencia nacional.

Cabe mencionar, que aunque en la actualidad los actos principales se circunscriben al fin de semana mayor, anteriormente implicaban muchos días anteriores.
Es difícil saber desde cuando se iniciaron los actos que a continuación se detallan, pero al menos la representación de las tres caídas se realizaba desde el siglo XVI, es de suponerse que iniciaba en la capilla primitiva, antecedente de la actual parroquia de San Juan Bautista (“el Templo”) igualmente el recorrido, por las actuales calles Guerrero, Mariano Jiménez y dos de abril, para terminar en la capilla del Calvario. La procesión solo implicaba a los indios, con la dirección de sacerdotes españoles y criollos. Con la construcción de otros templos y conventos, las ceremonias los implicaron. Asimismo, la filiación étnica de los habitantes fue cambiando, a los originarios se agregaron españoles y mestizos.
De tal manera, para inicios del siglo XIX, aún bajo la dominación española, ya se tenía conformado un ceremonial que implicaba la participación de todos los templos del pueblo.
La actividad iniciaba la semana anterior al domingo de ramos cuando, no sé porque razón, se llevaba a la capilla del Calvario una de las imágenes de Cristo, “subió mi amo al Calvario” dicen la crónica.
Posteriormente, el viernes de Dolores, se adornaban los altares de todas las iglesias, con un entramado al que se le llamaba “Monumento” implicando colores y símbolos alusivos a la fecha. En nuestra ciudad, esta costumbre casi ha desaparecido, he conocido algunos de esos “monumentos” en otras ciudades, consisten en cubrir el altar con largas telas y adornarlos con cirios y figuras elaboradas con cera en pétalos. Aquí, solo se conserva la costumbre en el altar lateral de Santo Domingo, aunque ya muy estilizado.
Fotografía personal. Adorno especial en la capilla del Rosario de la iglesia de Santo Domingo.
En la parte baja de los “Monumentos" se colocaba el llamado “Altar de Dolores” que implicaba adornos especiales, relativos a los dolores de la virgen María. Entre los elementos que llevaba este altar, destacaban pequeñas macetas, con brotes tiernos de trigo. Este adorno requería que se pusiera en algún recipiente a germinar las semillas desde semanas antes, con la particularidad de que se tenía que conservar en algún lugar oculto a la luz solar, de manera que llegado el día que se había que colocar, se sacaba y el trigo, en lugar de verde, tenía un color amarillo.
Con los mismos elementos, en muchas casas de la ciudad se levantaban altares de Dolores, significando esos domicilios un lugar de visita para familiares y amigos, implicando la participación en diversos rezos. Estos altares ya han desaparecido en los domicilios de la ciudad, algunos de los templos los conservan, los trigos amarillos igualmente, solo algunas veces en el Beaterio los he visto, aunque de un color verde.
Sin prohibición para los actos religiosos públicos, a partir del domingo de ramos, se iniciaban procesiones diarias, las más de las veces presididas, por las  autoridades civiles, e implicaban la participación de los indios y “los de razón” es decir mestizos o españoles, organizados por los mayordomos de las fiestas religiosas, cargo por entonces muy honorario.
Para no revolver, las procesiones de indios iniciaban en la Iglesia de “naturales” y las de los de “razón” en la otra.
Entre las procesiones de las "gentes de razón", estaban las organizadas por las cofradías, que eran asociaciones de laicos, que por alguna promesa u obligación participaban en trabajos y económicamente, para organizar ciertos ceremoniales religiosos.  Sus integrantes recibían algunas prebendas la mayoría simbólicas. La afiliación era por afinidad, ya sea por culto a algún santo, o a una fecha. En san Juan del Río hubo varías de esas cofradías, incluso una de “naturales”, algunas manejaban fuertes recursos económicos  que eran utilizados en sus fechas conmemorativas o en la celebración de la semana Mayor. Aunque ya no es exactamente una cofradía, la actual organización del “Santo entierro”, cuya imagen y culto recorre algunos de los antiguos barrios de la ciudad, sería lo más parecido.
Cuando los miembros de las cofradías disminuían, los sobrevivientes así como su patrimonio se integraban a alguna otra, a su elección, para la fecha que estamos relatando, las al menos ocho que hubo, ya habían desaparecido. Solo existía la muy poderosa cofradía “de Ánimas” tan pudiente que podía organizar procesiones durante varios días de la semana mayor.
No se crea que solo era ir caminando a algún templo y ya. Lo que se realizaba era lo que antiguamente se llamaba “función” es decir una ceremonia especial, que implicaba la limpieza y adorno de los templos en su interior y exterior, la provisión de cirios y veladoras y su “iluminación”, es decir dotar de algún modo de lámparas que dieran luz al templo, casi siempre eran de aceite.
Las procesiones de los indios eran más sencillas, pero implicaban a muchos asistentes, todavía les eran permitidas sus danzas medio paganas. Un dato que obtuve es que el domingo de ramos, tras la resurrección, tenían su función de “pica y danza”.
En el templo de llegada o recepción de las procesiones se hacía una misa solemne. Desde mediados del siglo XIX, la misma iglesia, prohibió a los indios sus profanas danzas, las leyes de reforma desaparecieron las pocas cofradías religiosas y al cambio de siglo el culto público se fue reduciendo, de manera tal que ya casi no hay procesiones excepto en los días mayores.

El martes Santo, se llevaba a cabo un ceremonial llamado “el Aposentillo”, consistente en  el rezo del rosario y ciertas ceremonias a una imagen de cristo, que se supone que para este día ya se encontraba preso y se le brindan ciertas atenciones y actos. En el documento revisado menciona el acto, no el ritual. Tomo en qué consiste del Lic. Francisco pájaro, quien menciona haberlo visto escrito en un documento de 1835, indicando que al menos desde esa fecha se lleva a cabo. Apoyo su afirmación, aumentando su temporalidad por lo menos a unos 20 años antes. Este ceremonial se ha conservado en nuestra ciudad y se efectúa en el Beaterio.
Fotografía personal. La visita de las siete casa, ritual del Jueves Santo.
El jueves Santo, además de la procesiones ya detalladas, de manera particular, los habitantes asistían a visitar los “7 altares” o las “siete casas” Esta visita consistía en acudir a los diversos templos de la ciudad y rezar ciertas oraciones. Simboliza el día en que Jesús en Jerusalén visitó varias casas solicitando permiso para cenar con sus discípulos. Este recorrido continua efectuándose en nuestra ciudad, incluso, con la desaparición de las procesiones, se ha aumentado “en solitario”. En cada templo que se visita, por una limosna se obsequia un pan miniatura, una crucesita de palma o un ramo de manzanilla, en Santo Domingo dan además monedas benditas. (Extrañamente la ciudad completó siete templos en la época colonial, los menciono con su nombre popular: Jesusito, San Juan de Dios, el Beaterio, Santo domingo, el Calvario, el Santuario y  la Parroquia -el Templo cierra este día, supongo que antes no) No hay un orden de visita, cada feligrés o grupo inicia según le acomode a su ubicación.
Fotografía personal.  Una de las cruces que indican  las estaciones del Viacrucis.
Durante el viernes santo, se realiza la representación del viacrucis, creo que ese no ha cambiado casi nada, se conserva en la actualidad un ritual de siglos. Parece que nunca se ha hecho representación con actores, siempre ha sido con imágenes de bulto.  El recorrido es el mismo y está señalado por cruces  de cantera en las paredes para indicar las estaciones. Incluso, creo que la mayoría de las imágenes que se utilizan en la actualidad, son las mismas de las fechas relatadas, se han conservado por lo menos durante dos siglos. Durante todo el año permanecen en la Parroquia de San Juan Bautista y este día se aprestan para el recorrido y los diversos momentos de la pasión.
-El Cristo Nazareno de las tres caídas.  (el que hace el recorrido)


Fotografía personal. El Cristo Nazareno de las tres caídas,  en la Parroquia de San Juan Bautista.

-El Señor de la columna.  (Cuando es azotado)
Fotografía personal. El Señor de la columna en la Parroquia de San Juan Bautista.

- El Señor del despojo. (cuando se despoja de su divinidad para morir en la cruz, esto se simboliza, despojándolo de la túnica)

Fotografía personal. El señor del despojo, en su ubicación permanente, en la parroquia de San Juan Bautista y  ya transformado, en la capilla del Calvario..


-El Señor del Santo entierro. (cuando  ha muerto y yace en su tumba)

Fotografía personal.  El señor del Santo entierro en la Parroquia de San Juan Bautista.

En la época antigua, no sé sí ahora, en todos los templos de la ciudad se realizaban, en los diversos momentos de la pasión, misas especiales, incluyendo un sermón alusivo.
Así, los sacerdotes de aquel tiempo preparaban:
El sermón del prendimiento.
El sermón de Soledad.
El sermón del descendimiento.
Fotografía personal. Imagen del Santo entierro, perteneciente a los antiguos barrios de San Juan del Río.
Otra cosa que creo que ya no se hace, es la costumbre de pasar la noche en la capilla del Calvario, para “velar a nuestro señor”.
El sábado de gloria,  se oficiaba otra misa solemne y se trasladaban las imágenes a su ubicación general.  Concluía con el llamado “Repique de Gloria” que todavía se realiza.
En la historia reciente, estaba prohibido todo acto festivo como ruido o música, el ayuno era muy practicado, hoy en muchos lugares se hace todo lo contrario.
Igualmente, cuando era niño, el día sábado nos armábamos de cubetas y globos y a cierta hora del día se nos permitía mojarnos en la calle. Posteriormente la familia salía de paseo al río. Hoy ya es imposible, casi no hay ni agua ni río.
La semana Mayor terminaba y también lo hace hoy con la llamada misa de resurrección el día domingo.
Fotografía personal.  El altar de los símbolos de la pasión en la Parroquia de San Juan Bautista.
Como siempre lo hago en estos temas, pido disculpas anticipadas por alguna mención incorrecta de la liturgia, es sin intención. Igualmente, no hay afán peyorativo al nombrar la palabra indio, así se consignan en las antiguas crónicas y así se llamaban ellos mismos. El otro sentido de la palabra es muy posterior.

Para mayor información sobre temas relacionados con estas fechas en nuestra ciudad dar click en los siguientes enlaces:

los-cristos-de-la-pasion

los-simbolos-de-la-pasion-en-san-juan

las-estaciones-del-viacrucis-en-san
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De igual manera, aunque este es un blog laico,  es casi imposible separar la historia virreinal de los aspectos religiosos.  Abordo estos temas por su carga histórica.
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 Anoto esta entrada como actualización ya que originalmente no había podido ilustrarla con las fotografías, lo que ya pude hacer.

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