domingo, 2 de agosto de 2015

San Miguel, donde el arcángel perdió. Los barrios 6


Continuando con la descripción somera de los antiguos barrios virreinales de la ciudad, corresponde hoy al llamado de San Marcos.

Fotografía personal: Balcón colonial de una casa del Barrio.
Su nombre se debe al arcángel San Miguel, santo muy apreciado por los indígenas de aquellos tiempos, ya que como la imaginería religiosa le  representaba siempre armado y en acción de acabar con el demonio, seguramente les recordaba a sus antiguos dioses, sangrientos y bélicos, sobre todo a Tláloc y es un ejemplo más del sincretismo religioso que se dio en los años de la implantación del catolicismo. Este santo, especialmente poderoso por ser además Príncipe y Arcángel, fue de los favoritos para nombrar los nuevos poblados y rebautizar los ya existentes durante la colonia. Aquí le correspondió el nombre a uno de los barrios indígenas primigenios.

Este barrio tiene sus límites en la actualidad al sur, con la avenida Juárez, al este, con la calle Hidalgo, al norte con la calle de Abasolo y al oeste con el río.

Mapa de Ignacio Pérez. En azul el Barrio de San Miguel.
En su tiempo fue importante por varias razones:

a)    Su parte sur colindaba con una gran extensión del camino real, donde se concentraba gran parte de la actividad comercial y de servicios a los viajeros.

b)     En él se ubicaron los edificios de todos los conventos que hubo en la ciudad: San Juan de Dios, (actual facultad de Bellas Artes de La UAQ) Santo Domingo (actual presidencia municipal) y el Beaterio. (en activo como lugar de enclaustramiento de religiosas) Mención aparte merecen sus respectivos templos anexos, todos aún en servicio religioso.

c)     Era el barrio más grande en cuanto a espacios construidos. Se puede decir que era casi completamente “urbano” tres de sus colindancias eran con calles de otros barrios, solamente el espacio junto al río tenía algunos espacios agrícolas.

d)     Contenía algunos de los espacios civiles más importantes: La casa de las diligencias o administración de alcabalas, el hospital “civil” aunque siempre fue administrado por religiosos, el puente de Piedra sobre el río, la escuela de educandas, y al parecer del lado de este barrio junto al puente se encontraba también la Garita de Querétaro.

e)   En razón de su mismo carácter “urbano” contuvo la mayoría de las Casonas y mansiones más importantes de la ciudad en todos los tiempos, sobre todo en la calle 16 de septiembre.

f)    Fue el barrio que tenía más colindancias con los otros:  La concepción, San Juan, Espiritu Santo y San Marcos.
Imagen de Google Earth. Iglesia de Santo Domingo, a la derecha, el antiguo Convento, hoy Presidencia municipal.

Originalmente, contuvo las pocas casas de los otomíes fundadores, edificadas junto a sus espacios agrícolas. Por pasar casi al centro de él la acequia del pueblo,  estos predios debieron ser de los principales de la comunidad, en atención a tener acceso al agua para riego y servicios. Esta misma condición le hizo ser también de los primeros en ser codiciados por los españoles y mestizos que a partir del siglo XVII poblaron el actual centro histórico y por su valor intrínseco, en él se asentaron muchas de las familias de la naciente élite del pueblo. Temprano en la historia dejaron los indios de habitar esta zona, quedando sin embargo, como recuerdo de ellos, dos calles con nombre indígena, (extrañamente en tarasco) la de Tareta y la del Huachi, nombres  que perduraron hasta fines del siglo XIX.

Imagen de Google Earth. El Beaterio y a la izquierda, el colegio de educandas.
A pesar de estar a la vera del camino y su intenso tráfico desde los tiempos iniciales del pueblo, en realidad tardó mucho en ser edificado completamente con casas, incluso, el Templo de San Juan de Dios, se describe en el siglo XVII como aislado de las casas del pueblo (recuérdese que por razones prácticas, casi todos los mesones se ubicaron en la otra acera, con acceso trasero al río) y se menciona que fue construido en un terreno llamado, tal vez por la misma razón “el Olvido”. Aún existe cerca de ahí una calle así  llamada, el Olvido, que hasta hace poco era callejón, seguramente ahí empezaba el predio mencionado.

Fotografía personal: Antigua casa de las diligencias.
Hace unos 20 años, al emparejar la orilla del río junto al panteón, antes del puente, se descubrieron cimientos de antiguas casas, seguramente fueron arrasadas en alguna crecida del río y fueron muy antiguas, porque no se tiene registro de asentamientos en ese lugar, hasta que a mediados del siglo XIX se construyó ahí el “camposanto común” para distinguirlo del “de los indios”, al otro lado del río, en el Barrio del Espíritu Santo. Aunque legalmente ya no existía la distinción racial, así se les conoció, pero nunca fue “de españoles” como dicen algunos, para esas fechas, ya la mayoría de la población era mestiza, no peninsular.
Fotografía personal: Casa de don Esteban, en la calle 16 de septiembre. " de las principales del pueblo"

Fotografía personal: El colonial puente de piedra.
Para 1793, Salazar describe así al barrio: “El de San Miguel, que es el mayor, y ocupa la parte poniente de la iglesia del hospital, comienza desde el puente. Subiendo del occidente al oriente con ocho manzanas y un testero (frente de alguna casa, macizo sobresaliente) formando ala a la Calle Real; por la parte norte encierra en su circunferencia treinta y seis manzanas. En este barrio están situados un mesón, el convento del Santísimo Cristo de Santo Domingo, en el que se hallan tres religiosos con el padre superior. Así mismo, está fundado un colegio de educandas, en el que hay una rectora, una maestra y doce colegialas. En este barrio es donde se encuentran construidas muchas de las casas de las principales del pueblo".

Fotografía personal. Antigua casona hoy plaza comercial.
Seguramente hubo en la época colonial alguna capilla india dedicada a San Miguel, pero por su pronta “españolización” seguramente se demolió o integró a alguna construcción. Incluso, creo que en ninguno de los templos que tiene el barrio  existe una imagen de San Miguel.

Hoy, la zona se caracteriza por ser eminentemente comercial, de servicios y habitacional. Ha perdido gran parte de las casas coloniales, pero se conservan muchos de los edificios emblemáticos. Esas grandes casonas, por su amplitud, albergan pasajes comerciales, al poniente, se conserva su carácter habitacional, pero son casas modernas, construidas sobre las antiguas milpas y huertas de los indios.

Mapa de 1590. Ubicación aproximada del barrio.
En la disyuntiva de poner el nombre al barrio, los indios eligieron a uno que consideraban especialmente poderoso, remembranza de sus antiguas deidades, en la esperanza de que bajo su patrocinio, los defendiera de los peligros que les acechaban en el lugar que eligieron como vivienda. Por esta vez, el santo no funcionó, apenas un siglo después de fundado el pueblo, casi ya no había indios en la zona nuclear del barrio.

Imagen de Google: Iglesia de San Juan de Dios y antiguo Hospital. Detrás del árbol mayor, la pequeña capilla de Jesusito de la Portería.
Afortunadamente otro siglo después, vendría en su auxilio, otra imagen religiosa, el cristo de la Portería (la portería del convento-hospital de San Juan de Dios) que aparecido en una de sus paredes, desde 1731 y hasta la actualidad, conocido como "Jesusito", a fuerza de milagros y favores concedidos se constituyó como el  espacio religioso más visitado de la ciudad, incluidas las iglesias del centro.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario