domingo, 15 de octubre de 2017

La noche de Tláloc (Inundación en San Juan del Río, segunda parte )

La noche de Tláloc (Inundación en San Juan del Río, segunda parte )


 Fotografía personal, 2016, el cauce seco del río en el paseo de los Abuelos. No estaba muerto.

Continuo el recuento del río San Juan, tras la inundación del pasado 26 de septiembre de 2017, esta vez en su paso por la zona urbana.

EL RÍO RECOBRA SUS DOMINIOS

A partir de la presa Lomo de Toro, ya en la zona urbana, el río avanza al norte, con una trayectoria caracterizada por grandes curvas, formando meandros.  Primero pasa detrás de la central camionera.
Imagen de Google Earth  Pro 2017. Recorrido del río por la zona
 urbana, desde la Presa constitución de 1857 hasta la Rueda
 En la memoria de algunos sanjuanenses se conserva una crecida del río en el año de 1969, en esa ocasión, su nivel llegó hasta donde se encuentran los patios de maniobra de la Central, camionera, que entonces era una nogalera.

A continuación, pasa debajo de la autopista México- Querétaro, de ahí se dirige al llamado paseo de los Abuelos, zona de recreación que hace años era una parte muy ancha del río y hoy se ha embellecido con instalaciones recreativas y deportivas que la población disfruta siempre. (Ah... no, creo que no siempre)

Imagen de GEP El paseo de los Abuelos. Casi todo lo verde fue cubierto.

Hay aquí un moderno puente de baja altura que permite cruzar el río, es muy utilizado, pero por ser bajo, en caso de llegar algo de corriente, inmediatamente se atoran en él  basura y ramas y el río se ensancha en ambos lados, inundando casi toda la zona recreativa, ya ni recuerdo cuantas veces ha amanecido lleno de ramas, carrizo, troncos, árboles completos… y harto pet. Incluso en él, en diferentes eventos del río, han aparecido, un estanquillo metálico y unas trajineras que trabajaban por ahí cerca.

Exactamente donde están las canchas deportivas del Paseo, se ven cimientos de una gran casa antigua, que un iluso construyó en siglos pasados que solo debió durar la primera creciente, muchos conocimos el montón de piedras en que la convirtió el río. El moderno puente se encuentra sobre el antiguo paso del río, que eran una serie de grandes piedras colocadas estratégicamente para cruzar, nunca se le ocurrió  a nadie en siglos hacer un puente… hasta que llegó la modernidad.... y los autos.

Imágen de GEP. el Pasoancho, a la izquierda la  av. Juárez, hasta donde llegó el  río, recobrando su antiguo cauce.
Metros adelante, por las curvas, el río pasa detrás de las casas de la calle principal del Centro Histórico, la Av. Juárez, donde un viejo dique de piedra contiene que el agua las erosione.

En los años sesentas, en esa calle se construyó el entonces moderno Centro de salud, y para protegerlo del río, se le construyó detrás una barda moderna. Lo moderno resultó insuficiente, la primera gran avenida del río que le tocó, ya en la década siguiente inundó las instalaciones, obligando al personal a evacuar a los enfermos (algunos no lo estaban tanto, al ver el agua salieron despavoridos)  hacia el asfalto de la Gran Avenida Juárez.

Metros delante, el río llega al llamado Pasoancho, la zona más ancha del río en su paso por el centro, tanto que el agua se dividía en dos brazos formando una isla. que a inicio del siglo XX se integró a tierra firme y hoy está ocupada con casas, todas dañadas durante la presente inundación. Aquí hay otro puente bajo.

Más al norte, está la zona del Puente de la Historia, construido ahí por ser un vado natural, Por la poca profundad del cauce, pero cuando el río lleva agua se ensancha a ambas márgenes. Las cercanías del puente son un parque recreativo. Como el viejo puente hoy casi es exclusivo para vehículos, el municipio, siempre previsor, hizo un pequeño puente colgante para que los paseante pudieran transitar libremente entre ambas márgenes, no recuerdo cuantas veces el río lo hizo pedazos, atreviéndome a decir que ha durado más descompuesto que en servicio. Hace unos días, se inició la construcción de un nuevo puente peatonal, las obras ya habían iniciado. Ignoro como les fue el 26 de septiembre pasado, pero supongo que nada bien.
Imagen de GEP. El puente de la historia,  El triángulo abajo es un OXXO, hasta ahí llegó el agua.

El viejo puente de piedra, por lo amplio de los pilares que soportan sus arcos, detiene algo del agua haciendo subir el nivel. Tras pasarlo están los panteones antiguos de la ciudad, en sendas márgenes, al menos recuerdo dos  ocasiones en las que el nivel ha traspasado las bardas, inundando las tumbas.
Hay evidencias junto al panteón 1, de construcciones antiguas, seguramente se hicieron pensando que el río no llegaría ahí, seguramente les hizo saber su error. A partir de ese lugar, durante siglos, nadie se atrevió a construir viviendas en los 6 kilómetros del río, hasta San Pedro Ahuacatlán. (En línea recta es menos distancia pero hay que considerar los muchos meandros que tiene) 

Imagen de GEP. Paso de Guzmán. Al centro el inundado parque.

Un par de curvas adelante, a 2 kilómetros se llega a la zona del Parque recreativo Paso de Guzmán. Ahí el cauce es angosto pero profundo, solo obstruido por un puente moderno, que igual detiene en algo las avenidas de agua y las ensancha. El parque y un foro al aire libre contiguo varias veces han sido anegados. En días recientes, más bien parecía parque acuático. Excepto porque en ese lugar pasaba un camino Real, la abundancia de carrizos y maleza lo hacía poco atractivo para vivir, situación que cambió a fines del siglo pasado, con la construcción de la moderna avenida, que al dar acceso atrajo a varios fraccionamientos, todos afectados  en días pasados.

Imagen de GEP. Puente de fierro.

La siguiente zona que toca el río es la del puente de fierro, sobre el que pasa el ferrocarril, por su anchura no afecta el paso de la corriente, pero a su lado hay un puente moderno, de concreto, que por ser muy bajo, casi al nivel del río, lo  obstruyen ramas y basura. En la década de 1970 se construyeron en la margen oriente el fraccionamiento Vegas del Río y el colegio Centro Unión, al menos el primero, recuerdo haberlo visto en la época que no estaba cerrado ni construido en su totalidad, con agua del río en las incipientes calles. En tiempos recientes creo que eso ya no pasa, ignoro qué medidas tomaron. 

Hasta la década de los ochentas, los habitantes de los barrios de la Concepción y el espíritu Santo, situados en la otra banda del río pasaban por el puente de fierro (solo había que tener buena vista, oído y velocidad, para que el tren no los sorprendiera arriba) con la llegada de una gran empresa en esos sitios, se requirió el otro para el paso de automóviles. Ambos asentamientos hasta hace unos treinta años, y desde siglos antes  se encontraban solitarios en aquella margen, el núcleo de viviendas estaba distante al río, cuyas vegas usaban solo para labores agrícolas, la experiencia les debió asentar en zona segura.

En la actualidad, esos barrios son difíciles de distinguir por la gran cantidad de fraccionamientos que los han penetrado y rodeado, incluso a las antiguas parcelas colindantes con el río.

Tras el puente de Fierro, el rio transcurre hacia el barrio de San Isidro, de un meandro a otro, con curvas tan cerradas que la corriente a veces las cortaba y de esa manera se formaban nuevos brazos y  aparecieron varias islas.

Como en los anteriores barrios, el núcleo habitacional aquí estaba a prudente distancia del río, en los márgenes solo había milpas. Debieron ser tan frecuentes las crecientes en la antigüedad, que algunos terrenos ni siquiera se sembraban, seguramente por ser los primeros en inundarse. La zona es la más reciente en ser alcanzada por la mancha urbana, apenas en lo que va del siglo milpas y baldíos descartados por los viejos habitantes como espacio habitacional se han ocupados por fraccionamientos y colonias en ambas márgenes aunque todavía queda una respetable zona agrícola. Por igual el río los alcanzó. También aquí hay puentes, con las mismas características de los anteriores y las mismas consecuencias.

Tras el barrio de San Isidro, todavía en la zona de meandros, el río roza detrás de la antigua zona industrial y abandona el área urbana. Aquí se encuentra uno de los lugares que se hicieron icónicos de la inundación, el fraccionamiento la Rueda, cuyas condiciones le hicieron víctima propicia, pues resulta que está ubicada ¡en una de las islas del río! antiguo meandro cortado por la corriente. El brazo principal a un extremo y por el otro un brazo menor, que pocas veces lleva agua, pareciendo inofensivo hasta que tiene corriente suficiente, como ocurrió en días pasados, deja incomunicado el asentamiento.

Imagen de GEP . Los meandros en la zona urbana. A la izquierda la isla donde se construyó el fracc. la Rueda.
Este fraccionamiento es reciente, pero ya había avisado de su peligrosidad, hace unos 6 años había sufrido una inundación, esa vez el río los inundó por debajo. Debido a que quien proyectó el fraccionamiento decidió aprovechar la cercanía del río para encauzar el agua de lluvia de sus calles por una boca de tormenta, es decir el nivel de las calles conducía a un único tubo que enterrado llegaba al río, donde caían a un nivel bajo por estar seco. El sistema funcionó a la perfección en las tormentas locales. Un buen día, en el año relatado, no llovió en el fraccionamiento, pero el río venía crecido, no en gran cantidad pero suficiente para recuperar en algo su antiguo nivel… más alto que el de gran parte del fraccionamiento. La gravedad hizo el resto, el agua del río llegó por el tubo al fraccionamiento.

Resulta difícil aceptar que se hayan cometido tantos errores en la proyección del sitio, pero en pocos años se olvidó lo aquí narrado, igual que hoy se habló de soluciones a futuro, que no se realizaron, ignoro incluso se tapó la boca de tormenta. Recuerdo que muchos habitantes traspasaron sus créditos a bajos precios llegando nuevo habitantes que ignoraban la situación especial de la colonia. Para el rescate de muchos de los afectados el mes pasado en este lugar, por la condición, requirieron incluso de lanchas.

El último lugar afectado, ya es una comunidad contigua a la Rueda; San Pedro Aguacatlán, de los más grandes del municipio, que igual ha crecido con nuevos fraccionamientos, pero principalmente por habitantes del lugar, que han recorrido la zona habitacional a las cercanías del río, con un riesgo que esta vez se hizo realidad.

EPÍLOGO o a río revuelto…

Tras la inundación, con justa razón, los afectados buscaban un culpable que respondiera por las pertenencias perdidas, muchas dependencias acudieron en su ayuda pero creo que jamás podrán recuperar del todo lo material, menos la tranquilidad. Como acoté en la pasada entrada no estoy en condiciones de señalar culpables, si los hubo, de la crecida pero un hecho es innegable, el río recobró antiguos dominios, que por siglos ha recorrido e inundado, aún con mayor corriente y altura, solo que ahora los encontró ocupados por una ciudad que siempre los había respetado. Los ríos y sus cuencas, son sistemas dinámicos, a pesar del cambio climático que los mantiene en niveles bajos, ciertos años recobran condiciones de flujo máximo, los lugares por donde discurren han sido formados por él en esos esporádicos eventos y a ellos llegarán una y otra vez.

Nunca el río San Juan ha tenido abundante corriente permanente, pero sí torrentes espontáneos, esporádicos y erráticos, por eso la ciudad solo creció en la antigüedad hasta donde él se lo permitió. Ponía un límite y todos lo sabían. Por el crecimiento de la ciudad, la memoria colectiva olvidó eso, siendo cada vez menos los viejos habitantes y muchos los recién llegados que todavía no han llegado a hacer suyo el viejo conocimiento del río, que en las últimas dos décadas prácticamente ha estado muerto, permitiendo que la zona habitacional llegara  a sus márgenes. Sostengo que el crecimiento de las ciudades se da por características propias y no es manejable, pero sí su desarrollo.

En últimos días se ha hablado de soluciones, algunas disparatadas, otras bastante sensatas, pero el único modo de evitar totalmente los daños requiere de soluciones monumentales, cada tramo de río tiene características propias y en cada uno debe actuarse en forma particular, es imposible entubarlo como sugieren algunos, se pueden hacer obras de contención, diques de piedra, no simples bardas como las de los fraccionamientos afectados, es posible hacer más presas; Los dos ramales, el de arroyo Zarco y el Prieto, discurren entre barrancas en que pueden caber  obras de contención, pero por su costo difícilmente las veremos,

En conclusión creo que algunas de las viviendas afectadas ya no serán seguras nunca, y alguien debe acotar el crecimiento a lugares razonablemente confiables, la orilla del río nunca lo ha sido ni lo será. Supuestamente cada asentamiento debe pasar por un estudio de factibilidad para ser autorizado, obviamente aquí no ocurrió. Ojalá se aprenda la lección y volvamos a tiempos pasados, aquellos en los que se avisaba que el río traía corriente y muchos íbamos al puente de Piedra a ver hasta dónde subía,  tiempos en que se hablaba de crecientes, no de inundaciones porque no había construcciones que se afectaran, cuando el paso del agua era un júbilo para los habitantes, no sufrimiento, angustia, dolor e incertidumbre para tantos que con esfuerzo habían logrado el sueño de una casa propia y en un instante lo perdieron, si existiera un Atlas de riesgo municipal y se difundiera, cada quien hubiera tomado la decisión de llegar ahí o no, si el cauce original del río estuviera delimitado y visible, seguramente pocos hubieran llegado a ciertos lugares, en muchos casos la necesidad los llevó ahí pero nadie construye o adquiere un patrimonio para perderlo.

Espero que la información aquí vertida pueda contribuir a emitir un juicio y una opinión, pero sobre todo, que la conciencia colectiva resurja y que la ciudad vuelva a convivir con un río que le dio nombre, río que fue aprovechado al máximo por nuestros antepasados y lograron que les proporcionara más beneficios que perjuicios, con menos recursos técnicos lo encauzaron para hacer florecer huertas y sembradíos, ¿Por qué no hacerlo nosotros, los actuales sanjuaneses?

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ASUNTOS COLATERALES.

No se sí sea cierto que la inundación fue provocada por lluvias en la cuenca que conduce a nuestro río y ante la nula capacidad de retención de las presas llegó de improviso a la ciudad, pero es un hecho posible, aún sin llover en la ciudad, son muchos kilómetros de cauce (75 desde la laguna de Huapango y 30 desde San Ildefonso)  ya ha ocurrido y no había habido consecuencias, pero tampoco había viviendas junto a él.

Fotografía personal, 2007. Vivienda del Vigilante del río, ya no existe.

En la barda trasera de la Huerta Grande laboraba hasta la década de los setenta, un vigilante del río, ahí tenía su vivienda y vigilaba un talud de cemento que tenía rayas de medición de altura del río, cuando este empezaba a subir y era visible en el talud una constante, el vigilante corría (de verdad) hasta la Presidencia Municipal para avisar lo que venía y se tomaran las precauciones debidas.
Fotografía personal 2007 Poste que sostenía la  el cable de la Maroma para cruzar el río durante las crecidas. Ya desaparecido.

Ahí mismo existía una “maroma” que era una canastilla metálica, sostenida por cables de acero que pendían de postes de concreto en ambos lados del río,  permitía atravesarlo aún en  niveles muy altos. La canastilla solo era para una persona y con un sistema de garrucha avanzaba conforme el vigilante accionaba manualmente. Solo una vez la vi funcionando, antes era muy utilizada por habitantes del barrio de la Cruz y ranchos del sur del municipio,  cuando no podían cruzar por el Pasoancho. Las instalaciones se destruyeron en una de las frecuentes campañas para “dignificar el río” y solo quedan restos, incluso el cuarto del vigilante fue tapiado. Estaban, a orilla del río, detrás de la huerta grande, a unos metros al sur del paseo de los abuelos, en la margen oriente.
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Fotografía personal,2007.Restos de la escalera para subir a la  maroma, la medición continuaba por un talud de cemento hasta el nivel normal del río, es en decímetros, los números visibles indicaban 4 metros sobre el nivel del lecho.  
LOS PUENTES DE ANTES.

En el texto mencioné que antes el río no tenía puentes, pero la gente pasaba en condiciones normales, aún con algo de corriente por lugares estratégicos, donde se habían colocado grandes rocas en tramos  que era posible pasar caminando o con pequeños saltos. Las piedras no eran continuas, dejaban entre ellas la corriente sin acumular basura Recuerdo algunos, supongo que hubo más:

-       En el barrio de la Cruz, estaban debajo del puente moderno que lo comunica con la Central camionera.
-       En el actual paseo de los abuelos, bajo del moderno puente que cruza el río.
-    En el Pasoancho, estaba la hilera de piedras, comunicaba exactamente a la entrada al Barreno, hoy cerrada al público.
-       En el paso de Guzmán. (el antiguo, a unos metros al sur de la moderna avenida de ese nombre)
-       En San Isidro, en la calle principal de la población, que daba al río.

LAS AGUJILLAS.

Entre las consecuencias molestas que han reportado los afectados, una vez desalojada el agua, está la invasión de ciertos bichos como arañas, víboras, alicantes y “agujillas”.

Tenía décadas que no escuchaba de las últimas. Decía la gente mayor que eran pequeñas serpientes muy venenosas, no sé si sea cierto, parecidos a lombrices, de máximo diez centímetros de largo, su cuerpo es completamente uniforme, no se distingue cuál extremo es la cabeza y cuál es la cola, de ahí su nombre, de color negro brillante, viven en tierra húmeda,  escarbando de niño a orillas de la banqueta de mi calle las conocí, obviamente nunca experimenté lo venenoso o no, pero sí eran muy temidas, luego desaparecieron de mi entorno, pensé que ya no existían.

Imagen tomada de Internet. "agujilla"
OTRA  INUNDACIÓN.

La peor inundación que me reportan de la ciudad, me dicen ocurrió en 1949,  incluyó lluvia en la ciudad y crecida del río, a consecuencia del huracán Janet, los mayores daños se dieron en la calle de la Cuesta y 2 de abril, incluso en esta última hubo 2 muertos, a su casa entró agua por la parte trasera arrastrándolos fuera por la fachada. Janet es uno de los que más efectos tuvo a nivel nacional.

domingo, 8 de octubre de 2017

La noche de Tláloc… Otra. (Inundación en San Juan del Río)

La noche de Tláloc…  sí, otra.  (Inundación en San Juan del Río)

Fotografía personal, la placa de inauguración de la presa Constitución de 1857.

Al inicio el asunto no se veía que pasaría a mayores, a través de  redes sociales se informaba que ante un aumento en el caudal del río San Juan, se cerraban los accesos que lo cruzan en la zona urbana, como muchas veces se ha hecho, con afectaciones menores, eso parecía, al iniciar la noche del 26 de septiembre de 2017.

Por la tarde se había vuelto viral el hecho de que por allá por el puente de fierro, en el pequeño puente de concreto que cruza el río, un chofer de transporte urbano había menospreciado la corriente y al intentar cruzarla fue arrastrado unos metros y había quedado de lado, atorado en los pilares del puente del ferrocarril. No hubo víctimas y a pesar de que el río se veía crecido, parecía una situación como muchas otras.  

Sin embargo, la voz de alarma se dio pocas horas después, la cantidad de agua que arrastraba el río era inusual, aun tomando en cuenta anteriores desfogues de las presas situadas río arriba. Esta vez invadió gran cantidad de viviendas en todos los puntos que toca en la zona urbana, sobrepasando incluso más de un metro de altura y afectando construcciones ubicadas a cientos de metros del cauce.

Desde un inicio, dado lo inusual de la situación, y la gravedad de los daños, en la maraña de información se pudo observar en las declaraciones de las diversas autoridades dos tendencias bien definidas:

1.- El hecho de que ante la gran cantidad de afectados, miles según los recuentos, se buscaron de inmediato responsables del desastre, así, se dijo por los diversos actores lo siguiente:

-       - Que no se había avisado que se iba a desfogar la presa Lomo de Toro y no hubo tiempo de prevenir a la población.
-     -  Que la cantidad de agua que estaba llegando era de 300 metros cúbicos por minuto, o por segundo. (así de contradictorio como se lee)
-        
-       - En contraparte, se decía que sí se había avisado, pero no a tiempo, incluso que algunos vecinos y que no quisieron evacuar.
-       - Que el agua no era de desfogue, sino una avenida proveniente de los afluentes del río en el sur del municipio, en colindancia con el estado de México.

2.- El desconocimiento completo siquiera de los nombres de las presas instaladas en el río San Juan, por parte de distintas autoridades y que fue incluso repetido en todas las cadenas de radio, a nivel local y nacional, entre ellas se dijo:

- Que la presa Lomo de Toro/ Constitución de 1857 estaba desfogando. Este dato es falso en el nombre, son dos presas diferentes, no una sola. Ninguna presa de la localidad tiene ambos nombres.

-Que la presa que desfogaba era la presa Constitución de 1917, la más grande del estado, ubicada en la Estancia. También es dato falso, la presa así llamada, efectivamente se ubica en esa comunidad y sí es la más grande del estado pero está a 10 kilómetros de la parte del río San Juan que toca la población y cuando esta presa desfoga, sus aguas llegan al río en la comunidad de San Nicolás, Tequisquiapan, 16 km río abajo y a muchos metros menos de altitud.

No estoy en posición de poder determinar quién tiene o no la razón, si hubo desfogue o no, sí fue excesivo o no, si se avisó a tiempo o no, por carecer de información detallada, sin embargo, puedo hacer un recuento del recorrido del río en la parte que originó la inundación para que cada quien saque sus conclusiones.

Aclaro que cada uno de los detalles aquí mostrados, excepto la Presa San Ildefonso, que solo conozco de lejos, se basan en observaciones personales. En paseos familiares y  recorridos, siendo niño, adolescente y joven, recorrí muchas veces el río, en él y en las presas nadé y me pude dar cuenta de los hechos que aquí expongo, (ahora sí que como dice el refrán: nadie sabe para quién vaga)  Y he sido testigo presencial de muchas de las crecidas del río desde hace más de cuarenta años, cuando solo eran eso, crecidas, no había inundaciones.

Imagen Modificada de GEP, Los casi treinta kilómetros de recorrido del río, desde San Ildefonso, hasta la Rueda, la colonia más afectada el 26 de septiembre. 
UN RÍO QUE NO DEJA DE SERLO, UNA ZONA URBANA QUE QUIERE QUE NO LO SEA Y UN DISTRITO DE RIEGO, MALA COMBINACIÓN.

Para los sanjuanenses de hace tiempo, es muy conocido que la virtual muerte del río, es decir, cuando dejó de correr en él agua de manera permanente, se dio al establecer el distrito de riego 23, en el que se encuentran varias presas.

El propósito de este sistema es contener por medio de represas el agua para distribuirlas a la zona de riego del Plan de San Juan, que abarca las zonas agrícolas de los municipios de San Juan del Río, El Marqués, Colón y Pedro Escobedo. La distribución se hace a través de canales. El agua que tiene un costo para los agricultores, y por esa razón  se contiene al máximo  y se reparte sistemáticamente a las presas y canales, siempre  evitando que pase al río. Es esta la razón de que en su trayecto por la zona urbana de San Juan del Río, casi nunca  tiene agua corriente, porque no redituaría en dinero. Si las presas no existieran, habría una cauce mínimo casi todo el año, como había sido desde siempre y el río no estaría muerto como ahora. (Ni tanto, todavía da coletazos) 

Tradicionalmente, se sabía que el río San Juan se alimentaba principalmente por los excedentes de la laguna de Huapango, a unos ochenta kilómetros, en el Estado de México, pero esa situación fue cambiando cuando el agua fue represada y utilizada por diversos poblados que se establecieron en su trayecto desde el siglo XIX. En la actualidad, el agua que mayormente llega a las presas sanjuanenses proviene de la zona de Aculco, en el Estado de México y Amealco, Qro. Antes era el afluente menor del Río San Juan, hoy es el principal.  Ahí inicia el Distrito de Riego 23, en la primera presa que describiré.

PRESA SAN ILDEFONSO (EL TEPOZAN)

Imagen aérea de la Presa San Ildefonso y una parte de su enorme y profundo vaso. 
Esta ubicada en los límites del los estados de Querétaro y México. Construida en una profunda cañada que se ensancha hacia el sur, en una especie de fosa de grandes dimensiones. Se construyó en una parte donde la cañada se angosta. Tiene la cortina una altura de unos 50 m y es presa de almacenamiento. La zona que confluye a ella no tiene manantiales, se alimenta solamente por agua de lluvia, pero siendo zona de montaña, estas son frecuentes y de las partes altas bajan al vaso, el que ha llegado casi a llenarse.

Por ser presa de captación, en caso de estar completamente lleno, si llegara agua de más, se haría imposible su control, por lo que nunca se permite que llegue a limites muy altos, cuando eso sucede, se empieza desfogar hacia el antiguo lecho. En la fecha de la inundación relatada, dice la CONAGUA, la presa estaba al 60% de su capacidad, es decir, no había necesidad de desfogarla, por estar debajo de los límites peligrosos.   
Esta presa contenedora, es el inicio del distrito de riego 23. Según se solicita para los diversos riegos del Plan de San Juan, se deja salir la cantidad de agua solicitada por el lecho del Arroyo Prieto o Ñadó, dirigiéndose a las otras presas del sistema, río abajo.

Antiguamente, en el mismo lugar hubo otra presa, más pequeña, llamada “El Tepozan”, por lo que mucha gente aun llama así a la moderna SAN ILDEFONSO. Se ubica a unos 25 kilómetros al Sureste de San Juan del Río. (Por el rumbo de la Muralla, Amealco)

El agua vertida para el riego recorre el lecho del arroyo Prieto, rumbo al norte, unos diez kilómetros, para encontrarse con el río de Arroyo Zarco, cerca de San Sebastian de las barrancas. A partir de esa unión se le denomina Río San Juan. En la actualidad, la unión es un decir, a menos que sea por lluvia, la corriente del otro afluente es mínima o inexistente.

Continua el agua de riego (insisto en que es de riego, porque solo corre cuando se le conduce río abajo con ese fin) otros diez kilómetros aproximadamente con rumbo sur, para llegar a la segunda presa del sistema.

PRESA CONSTITUCIÓN DE 1857 (SAN JOSÉ)

Vista desde lo alto de la Presa Constitución de 1857, puede notarse, la escasa capacidad del vaso. Fotografía personal.
Esta presa se encuentra apenas a unos tres kilómetros de la ciudad, todavía entre barrancas. 

Es presa derivadora, lo que indica que no tiene capacidad para almacenar casi nada de agua, tiene una cortina que lo único que hace es desviar el agua para que no pase al río y se dirija a un canal que la conduce a otras zonas.
imagen aérea de GEP. Ilustra todo lo aquí mencionado, la poca capacidad de almacenamiento, a la izquierda el canal que va a dar a la Estancia, lo escaso de la corriente y  el  también escaso caudal del río.

Aunque la cortina tiene una altura de unos 25 metros, su  vaso de almacenamiento es muy pequeño, y  está completamente lleno de lodo, apenas tiene espacio para que pase el agua hacia el canal derivador al lado oeste de la cortina.
Aún desazolvando el vaso hasta el antiguo lecho del río, no tendría capacidad de almacenar mucha agua, y en caso de una avenida grande se llenaría en pocos minutos.

Esta presa es la que los funcionarios y periodistas confundieron con la de Lomo de Toro y con la Constitución de 1917, de la Estancia, su nombre correcto es CONSTITUCIÓN DE 1857.

Hace muchos años casi en el mismo lugar estuvo una presa llamada “San José”, que es el nombre de la cañada  donde está ubicada, mucha gente mayor aún llama así a la moderna PRESA CONSTITUCIÓN DE 1857. Pude ubicarse visualmente desde la ciudad: al sur de la central camionera, se ve el puente de concreto del Ferrocarril que cruza la barranca, construido exactamente sobre ella.   

Como mencioné, esta presa lo único que hace es desviar el agua que se deja escapar de la de San Ildefonso, según los pedidos, al canal de riego donde se conduce por gravedad, en las muchas derivaciones hacia las parcelas del oeste del municipio y el sobrante, se deposita en la presa Constitución de 1917, de la comunidad de La Estancia, a 10 kilómetros de nuestra ciudad y muchos metros de altura abajo. El canal va por el sur del barrio de la Cruz.

Seguramente por referir ambos nombres a Constituciones fue la confusión de diversos funcionarios para mencionar la presa de la Estancia en la inundación, pero no tiene nada que ver, en ningún caso el agua de esa presa podría llegar a la zona urbana de San Juan del Río, llega por gravedad y no podría ir hacia arriba, muchas veces ha llegado agua de lluvia excedente pero controlable y no se le deja llegar al río, se le conduce por el canal, hacia la de la Estancia, porque si se deja correr por el río, no reditúa ganancias, en la otra presa sí.

Fotografía personal, otra vista de la presa, el puente del ferrocarril se puede ver desde la zona del B. Hidalgo. 
La presa Constitución de 1857 tiene una compuerta de unos 10 metros de altura por 5 de ancho, por lo que es imposible que por ella salieran ¡300 m cúbicos por segundo! como se dijo durante la inundación, la otra cantidad, 300 metros por minuto, sí sería probable que saliera por ahí pero se vaciaría de inmediato, ya mencioné que no tiene mucha capacidad de almacenamiento. 


Solo en caso de grandes avenidas por lluvia o salidas controladas de la presa San Ildefonso que excedan la capacidad de desvío del canal, se abre la compuerta. Cuando la corriente es mayor, fácilmente rebasa la cortina y se vierte río abajo, esto ha ocurrido muchas veces, incluso con lluvias no tan fuertes. Y es lo que dice la CONAGUA que ocurrió el 26 de septiembre, que al no tener capacidad de contenerla, la gran avenida de agua desbordó la cortina y no hubo modo de detenerla, escapó por encima.

No se crea que toda el agua se desvía, aunque no se nota, la cortina de la presa casi siempre está abierta algunos centímetros, dejando salir una cantidad mínima por el lecho del río San Juan, con rumbo sur, donde está la siguiente presa.

PRESA LOMO DE TORO (así, a secas).
Imagen aérea de GEP de la presa Lomo de Toro, se puede observar que en el centro de lo que sería su vaso, ya hasta árboles crecen.   Se puede ver el canal de riego a donde deriva el agua y en la esquina inferior derecha, el otro canal, proveniente de la presa Constitución de 1857. Las casas ubicadas entre las curvas de los dos canales fueron las primeras afectadas el 26 de septiembre.

Apenas a 2 kilómetros río abajo, está otra presa, Lomo de Toro, mucho más pequeña que la anterior, solo tiene ese nombre y por sus pequeñas dimensiones, no pudo ser la causante de la inundación, como ya dije, fue una confusión la que la inmiscuyó.

Desde hace siglos, en este lugar ha habido una presa, primero de piedra y lodo, después de mampostería y finalmente la actual, de concreto. Su nombre viene, de que todas fueron de cortina redondeada y  ancha, que vista desde lo alto semejaba el lomo de un toro.

Fotografía personal. La presa, y su vaso que en lugar de agua contiene vegetación. La que se ve debajo de la cortina solo tiene unos cuantos centímetros de profundidad, todas las presas derivadoras tienen esa especie de alberca, con piso de concreto, ya que al ser frecuente que el agua las rebase, se evita que se erosione la cortina. A los extremos, las inútiles compuertas. 

Esta presa se encuentra apenas unos 500 m detrás de la central camionera, la cortina solo tiene unos 8 metros de alto. Es derivadora, es decir solo impide que la corriente se vaya por el río, desviándola hacia otro canal de riego  que pasa por la parte  norte del barrio de la Cruz, atraviesa la autopista y se dirige a la zona del Espíritu Santo, la concepción y Santa Matilde, donde, pago de por medio, riega gran cantidad de sembradíos.

La capacidad de almacenaje de esta presa es ridícula, el pequeño vaso está ya completamente lleno de tierra, incluso, ya han crecido ahí árboles y plantas dejando apenas espacio para que la poca agua llegue al canal  derivador.

En los casos que se han abierto las compuertas  de la Constitución de 1857, esta presa no contiene nada, inmediatamente se rebasa la cortina y se dirige por el lecho del río a la ya inmediata zona urbana. Tiene dos compuertas de de pequeñas dimensiones que por lo mencionado anteriormente ya casi son inútiles y pocas veces se abren. La escasa corriente que escapa de ellas, porque creo que ni siquiera sirven, solo unos milímetros, apenas humedece el lecho del río San Juan, en su paso por la ciudad a la que le dio su nombre y que hoy reniega de él. (Del río, no del nombre)
Continuará…     

Todas las imágenes proceden de Google Earth Pro 2017, excepto las marcadas como personales.