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martes, 25 de agosto de 2015

A mí mis timbres. Exposición en el portal del Diezmo.


Corría el año de 1990, por entonces, los encargados de las actividades culturales a nivel municipal, contaban con la colaboración de un activo profesor de Primaria con inquietudes de relator que escribía en las pocas publicaciones a las que había acceso en ese momento, principalmente la revista “Querétaro” editada por el gobierno del estado. Entre sus varias aficiones se encontraba la filatelia: es decir el apego a los timbres postales.
Fotografía Personal: El de Bienvenida

Porfirio Díaz Oviedo es su nombre, por aquellos años pertenecía a una de las muchas asociaciones que agrupan a quienes tienen esa filia, por su cercanía con quienes dirigían las actividades a nivel municipal, su participación fue fundamental, si no es que decisiva para que, a partir del año de 1990, como parte de las actividades solemnes de la feria de nuestra ciudad, se instituyera la “Cancelación del sello postal”. No puedo asegurar que de él haya sido la idea, pero seguramente fue promotor de la misma, ya que el acto inicial se inscribió en una exposición filatélica (es decir de timbres diversos) llevada a cabo en el  Museo de la Muerte y dudo que le fuera ajena su organización por sus características ya descritas..


El primer año, con tres diferentes diseños.
Dicho acto consiste, en cancelar, a través de un sello, un timbre postal o una serie completa de ellos, con intención de preservar los que se utilizaron en determinada fecha o evento. (Es un resabio de tiempos pasados cuando, para que ciertos trámites fueran válidos debían cubrir el llamado “Impuesto del Timbre” esto es, se hacía la solicitud, y de acuerdo al costo de lo que se requería, se compraba el equivalente en estampillas llamadas timbres, que se pegaban en el documento o solicitud y se les marcaba con un sello, indicando que ya habían sido utilizados y  para evitar que se usaran de nuevo, es decir, “se cancelaban”. Aclarando que los “Timbres” eran especiales para esos pagos y existían otros, utilizados para el correo, en algún momento de nuestra historia, cuando se dejaron de pagar impuestos de tal manera y sobrevivió el uso de las estampillas postales para el pago del envío por correo, los nombres se fusionaron en timbre, como hoy conocemos a lo que técnicamente son estampillas postales.)
Ideadas para solemnizar un acto o fecha especial, las ceremonias de cancelación, al no existir ya los timbres propiamente dichos, recurrieron a las estampillas postales para realizar el acto de cancelación.

En nuestra ciudad, el evento que se conmemora, es el aniversario de su fundación, se realiza de manera solemne en una sesión de cabildo, durante los festejos de feria, el día 24 de Junio de cada año. La característica local, es que el timbre se enmarca con algún impreso especial de nuestra historia, una reproducción de algún documento, objeto o gráfico especial y un pequeño texto.


Uno alusivo a un documento antiguo
El pasado viernes 21 de agosto, en el vestíbulo de la sala de exposiciones del Portal del Diezmo, con el auspicio de la Dirección de Cultura y el club filatélico de Querétaro, se montó una exposición celebrando los 25 años de la instauración del evento.

Por las características de lo exhibido, la exposición es pequeña, consiste en una serie de cuadros que contienen algunos de los folletos que enmarcan los timbres cancelados en tales ceremonias.

Por el breve espacio, algunos de los folletos dan solo una probada del tema a tratar, pero viéndolos de manera retrospectiva, podemos juzgar que se trata de un almanaque de las inquietudes culturales en materia de historia de los diversos encargados de conducirla a nivel municipal, en el espacio de 25  años. Podemos atisbar qué ocupaba la mente de dichos funcionarios y en gran medida, de los habitantes de la ciudad. Indistintamente podemos ver  datos biográficos de personajes importantes, productos locales como el ópalo, fotografías antiguas, iniciativas gubernamentales, poesía, prácticas culturales, obras de gobierno, aniversarios, incluso el más extraño, el que indica los 10 años de creación de JAPAM (Junta de Agua Potable y Alcantarillado Municipal). En algunos predomina el diseño, en otros el texto, en unos el interior es lo bonito, en otros el exterior.  Su observación implica recorrer un cuarto de siglo de un segmento de la cultura y la política de este municipio, cuyo punto de partida se daba, desde una entonces incipiente ciudad, hasta en la actualidad, la gran urbe que a veces sufrimos, pero que siempre queremos como nuestra.

Ojalá puedan asistir, entrada libre, horarios de oficina, Portal del Diezmo, av. Juárez Oriente. No sé cuánto dure, prometo averiguarlo, si no, les presento algunas fotografías que pude tomar de lo más significativo, todas son personales excepto las dos últimas..


No podía Faltar, Don Rafael Ayala

Insisto en que el profesor Porfirio tuvo que ver mucho en ello, porque uno de los folletos, alude al marcador solar en las Peñitas, dado a conocer de manera pública por él en uno de sus escritos (No puedo decir que lo haya descubierto, porque mucha gente ya lo conocía, pero sí tiene el mérito de identificar lo que era; un marcador solar de la cultura teotihuacana)  Aquí esquematizaron su uso y forma para aludir a fechas y acontecimientos modernos.

Hace mucho que el Profesor no escribe, platicando con él alguna vez me dijo que ya no tenía tiempo,  sirva esta entrada como un reconocimiento a su fugaz pero fundamental obra, que se plasmó en sus artículos en la Revista Querétaro y, en colaboración con Beatriz Coellar Quiroz, en el valioso impreso recopilatorio “Sanjuanenses distinguidos”, pero sobre todo, por habernos dado la conciencia de lo que era el vestigio prehispánico de las Peñitas, hoy merced al desarrollo urbano, bajo un andador  en el que nadie anda.

para mayor información al respecto ver: Los marcadores solares prehispánicos

El del marcador solar y su esquematización.
El del JAPAM
Un aniversario

De un monumento emblemático antes de su remodelación

El último, en portador de lujo
Banner de la Dirección de Cultura
Fotografía de la pagina web del municipio Señalado con la flecha, el Profr. Porfirio,

jueves, 20 de agosto de 2015

San Juan el más grande de los hombres. Los barrios 8 (final)


El Barrio de San Juan
Ante el hecho de que ha desaparecido gran parte de la documentación del periodo virreinal temprano referido a nuestra ciudad, debemos para ubicar datos de sus primeros años, apoyarnos en fuentes colaterales.



Fotografía Personal. El San Juan Bautista de Mariano Perrusquía, con el logo "este es el cordero de Dios".
Una de ellas, la Relación Geográfica de Querétaro, del año de 1584, describe el pueblo se  fundó un 24 de junio, día de San Juan Bautista, sin aclarar el año.  Descartado documentalmente que haya ocurrido en 1531 y sin mayores elementos, se calcula que dicha “fundación” ocurrió en la década de 1550.

Aunque la bonita leyenda de la fundación da una detallada imagen de lo que supuestamente sucedió, una teatral ceremonia, llena de barrocos elementos, en realidad todo indica que simplemente, al recibir los Indios de Jilotepec algunas mercedes de tierras para cultivo en la zona, por parte del Virrey,  a condición de que las trabajaran para abastecer a los viajeros del incipiente camino Real, se establecieron cerca del antiguo puesto defensivo de los aztecas llamado Iztacchichimeca, todo ello sin mayor ceremonia, simplemente llegaron, hicieron el acondicionamiento del lugar y empezó la vida del nuevo poblado.
Fotografía personal, el actual templo, en el mismo lugar de la primitiva capilla, el espacio de la plaza y el cementerio ahora ocupado por la calle del frente y el actual jardín.

Dado que las tierras otorgadas estaban ya rodeadas por propiedades españolas, solo les quedó un pequeño tramo en declive, desde lo que hoy es el cerro del Pedregoso, en una loma que hacia el poniente desciende hasta el río, establecieron lo que se supone fue el primigenio núcleo habitacional: el pueblo de Indios de San Juan del Río, en el único espacio plano de los alrededores, un “llanito” que abarca la zona de la hoy Plaza de los Fundadores.

Aunque en la actualidad no se conciba, por el declive mencionado, toda la zona era surcada por infinidad de arroyos, que el trazo urbano ha disimulado, incluso uno de los más grandes es la actual calle Rayón y del pequeño cuadrado partían otros, hoy ocultos por las calles de Abasolo y Matamoros. Entre ellos se establecieron algunas chozas dispersas,  rodeadas por sus milpas.

Con el aumento de la población en el fértil valle, al centro del espacio plano, se estableció una capilla para el culto católico que tras varias remodelaciones y ampliaciones resultó en el edificio que hoy llamamos templo de San Juan Bautista. Igualmente desde sus inicios, su entrada con vista al poniente tenía al frente un espacio irregular llamado Plazuela de San Juan Bautista, compartido con un cementerio exclusivo para los indios. (Los pocos españoles se sepultaban bajo el piso del templo). Esta plazuela, estuvo rodeada desde siempre por una barda atrial, de material sólido.

Por norma, en las aceras circundantes a esa plaza debieron estar las casas de gobierno de los indios, las viviendas de los principales y el edificio de la administración virreinal, aunque este, si estuvo aquí, cambio pronto al camino Real. No hay datos de ninguno, lo que si estuvo en la acera oeste, fue la casa cural, en un terreno que ocupaba toda la cuadra, fue un edificio con portal.

Cuando se tuvo necesidad de dividir la administración en barrios, a este por ser el original de la fundación, se llamó de San Juan, por ser el correspondiente a la fecha de la fundación, el 24 de Junio, día de San Juan Bautista.
 
El Profeta
Imagen de Internet. Bautismo de Jesús por su primo Juan.


Tradicionalmente, se festeja en la religión cristiana el 24 de Junio como el nacimiento de San Juan Bautista, exactamente 6 meses antes de navidad porque se menciona que su madre, Santa Isabel, tenía seis meses de embarazo cuando a la virgen María un ángel le anunció que sería madre del Mesías. Siendo ellas primas, también Jesús y Juan lo fueron aunque el último inició antes sus prédicas e instituyó entre sus seguidores la ceremonia que antecede al hoy sacramento católico del bautismo. Acostumbraba bañar a sus seguidores en los ríos. Por eso se le llamó Juan el Bautista. Se le considera Profeta, es decir, de los que precedieron la llegada del Salvador de la Humanidad, el Mesías.

Ya adultos, un día se encontraron cerca del Río Jordán, Juan lo reconoció como tal y anunció su destino con estas palabras “Ecce agnus dei” que significa “este es el cordero de Dios” (... que quita el pecado del mundo) augurando que un día sería ofrecido en sacrificio para salvar a la humanidad. En reciprocidad Jesús se refirió a él como el más grande de los hombres con estas palabras “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él".
A partir de entonces. La historia de Jesús es conocida, Juan continúo su prédica errante hasta morir decapitado. Por su condición de vagabundo se le representa cubierto con una túnica de piel de camello y una vara de carrizo. En las imágenes se le agregan símbolos como un cordero, un libro y en diversos soportes sus  proféticas palabras.
Como vemos, elementos atractivos para los indígenas no faltan en la historia e iconografía de este santo, que les correspondió por patrono a este barrio y de ahí se extendió el culto, en la humilde enramada que fue la primera capilla, al monumental templo basilical que hoy preside, en el altar mayor y en el nicho del frente.
Ayala, basado en Martínez de Salazar  nos describe el barrio así:
“El Barrio de San Juan está al norte del de San Miguel, y al poniente del de San Marcos, calle de por medio, en el cual está situada la iglesia de los naturales y la casa cural. Al frente de la puerta principal de la iglesia de los naturales, hay una plazuela que tiene la figura de una escuadra, en la que haya otras buenas casas. Este barrio se compone de 14 manzanas bastante dilatadas, que aunque hay algunas cuantas entre ellas,  las más presentan figuras extrañas.”
También menciona que hay algunas calles retorcidas en este barrio, como la de Zaragoza, es un error doble: Esa calle no pertenece a este barrio y lo que el escrito en que se basó menciona, es que son las cuadras las que no son cuadrilongas sino que presentan figuras diversas, como podrán observar en el mapa que presento.
Los límites actuales del barrio estarían delimitados así: al norte con el Barrio de San Isidro, (su barda) al oeste, por el río, al sur con la calle Abasolo (antigua de la Salitrera) y al este con la calle de Rayón. (Antigua de Don Eusebio)


Fragmento del mapa de Ignacio Pérez, en rojo, el área del Barrio, nótese la forma retorcida de la mayoría de las cuadras que lo componían.

Con la pronta llegada de habitantes al centro del pueblo, los indios poco a poco perdieron sus propiedades ahí, lo que nunca permitieron fue que se apropiaran del templo, siempre perteneció a la republica de indios. Entrado el siglo XVIII, en la extraña dualidad que se dio en la zona, mayormente habitada por  mestizos y españoles, pero con el templo propiedad de los indios, se motivó la construcción de otro. No es como se dice por ahí, que de inicio hubo uno para indios y otro de españoles, para no mezclarse. El templo original era de uso común pero propiedad de los indios y el crecimiento de la población no indígena motivó lo que parece hoy una separación racial, que en los hechos ocurrió pero no fue intencional, los indios siguieron en su templo y los españoles se fueron al otro, pero ninguno con exclusividad real.
Fotografía personal. Interior del templo de San Juan Bautista, en el altar mayor, el Santo.

Existiendo ya los dos templos, la influencia de los indios por su gran número siguió, los sacerdotes tenían algunas deferencias para con ellos. La principal: que las misas, que en esas fechas eran en latín, a los indios les eran dichas en su idioma, el otomí y entre los requisitos que había para ser sacerdotes en este lugar estaba que hablaran dicho idioma o estuvieran prestos a aprenderlo.
Con el transcurso de los años, los habitantes no indios del barrio, tuvieron el gentilicio de “Sanjuaneros” que después se aplicó a todos los habitantes del pueblo, así eran conocidos en otros lugares, el actualmente utilizado “sanjuanenses” apareció ya bien entrado el siglo XX. Antes todos fueron sanjuaneros.
Sin documentos que avalen lo que parece evidente, que el templo siempre estuvo dedicado a San Juan Bautista, a finales del siglo XVIII, en la última remodelación mayor, se colocó en el altar principal la estatua de este santo, obra del máximo escultor sanjuanense, don Mariano Perusquía, de renombre en todo el virreinato.  

Pasaron los años y el edificio cambió varias veces de nombre: “el templo” “el de los naturales” “el de Sagrado Corazón”, en el cementerio se conservaba una cruz en un pequeño monumento, que se decía era de la fundación.

En el siglo XIX, la vieja plazuela de San Juan Bautista perdió la casa cural, transformada un tiempo en Casa municipal, luego se eliminó el cementerio y se transformó en jardín "para solaz y esparcimiento" con quiosco incluido y se cuadraron las calles de alrededor, ampliando el área pública.
Mapa de Guadalupe Perusquía , 1864, (casualmente hijo del escultor Mariano Perusquía)  el área nombrada aquí como "Plazuela", corresponde a la de San Juan Bautista, hacia la parte de abajo, el monumento de la fundación, a la derecha, la casa cural, con su portal. La acera norte fue modificada y el portal derrumbado.
 

Imagen de Google Earth, el área de la plaza, tras haber sido "cuadrada" a finales el siglo XIX.

El siglo XX contempló la caída de la barda atrial, para que frente a la portada del templo pasara una calle que condujera a la estación del Ferrocarril, llevándose de paso la cruz de la fundación y al jardín le apareció el nombre de Madero. Asimismo cayeron la Puerta de San José y la otra barda atrial que adornaban este templo en su lado sur.
 
En la actualidad, el único recuerdo de este barrio es el templo. En el jardín al frente, un monumento recuerda a los “fundadores” según la leyenda,  sustituyendo al que desapareció. ( aunque parece  que se equivocaron, el monumento original estaba en el lado de enfrente)  Un buen día se colocó en uno de los hasta entonces vacíos nichos de la portada una estatua “de intemperie” en cantera de san Juan Bautista. Desde arriba, el más grande de los hombres, contempla lo que fue su original barrio.

 
Fotografía personal. La nueva estatua, viendo a su barrio.

Con esto termino el recuento de los barrios antiguos. Vuelvo a aclarar que son los de la época virreinal, no los del siglo pasado, aclaro también que es una investigación personal con los pocos elementos disponibles hoy y puede tener correcciones, sobre todo en los límites de los barrios. Por la época que se detalla, los elementos de la religión cristiana se entremezclan con la historia y hubo necesidad de hacer algunas descripciones religiosas, sin que esto signifique alguna tendencia, recuerden que este blog es público, laico y gratuito. Para los que acceden por primera vez,  son 8 barrios los que se abordaron, pueden buscarlos en este espacio.

Un saludo al erudito “sanjuanero” Fernando Roque, esperando se restablezca pronto.

sábado, 16 de agosto de 2014

A color el escudo de San Juan del Rio





Por fin lo hallé, no es de buena calidad pero se aprecia más que los otros, no estaba en un libro, es un recorte, supongo que de una revista o publicidad del gobierno municipal, porque no está exactamente igual al mostrado ayer.

Creo que con esto se agota el tema. Están claros los símbolos:

San Juan Bautista, por haberse fundado según la leyenda, un día 24 de Junio, día del Bautista, efigie que preside el viejo templo de los naturales de la ciudad.

El Puente de la historia, de la época colonial, aun de pie.

El Escudo de España, una de nuestras raíces.


La rodela otomí, estilizada, es decir, el escudo utilizado por los guerreros otomíes, la imagen corresponde a los guerreros que de esa etnia combatían en el ejército azteca.