Mostrando las entradas con la etiqueta Gustavo Nieto. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Gustavo Nieto. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de mayo de 2014

El tragadero en gráficas

Continuando con el tema del popular sitio, presento a Ustedes fotografías que enmarcan lo redactado, aclaro que son de contexto, por lo que solo daré algunos detalles. Más adelante publicaré la historia de los edificios aquí mencionados  (la cárcel, el Santuario del Sacromonte, las Casas Consistoriales, el camino Real, etc.) e información abundante.

Fotografía 1 personal, época actual: El Centro Histórico y Cultural,  antigua cárcel, ubicada en el mismo lugar desde el siglo XVI,  a su lado debieron estar las casas Consistoriales o de administración virreinal, de las que no se tienen mayores datos pero deben haber ocupado el resto de la cuadra hasta Allende. El edificio actual conserva partes antiguas pero es producto de varias remodelaciones al original, siempre con esa función.




Fotografía 2 Personal: Época actual, Originalmente la cárcel llegaba hasta la equina de Reforma. Ahí estaba un portal de unos 10 metros de largo, se le conocía como portal de la comandancia, pero no era antiguo. Sin saberse en qué condiciones, para inicios del siglo XX, era parte del mesón en que se convirtió gran parte de la cuadra, con entrada cerca de la esquina con Allende. Estuvieron aquí por años, las oficinas de la policía Judicial, de ahí el nombre. Fue derrumbado en la década de 1970, al intentar hacer una calle. Aún se notan en la pared, restos del portal, la calle no funcionó y siguió siendo una acera ancha.




Fotografía 3 personal  el pozo de Guadalupe, al final de la calle de Allende, antes de su remodelación, ya sin la viga ni la cruz pero con rejas y un pretil debajo. (y menos hondo)




Fotografía 4 personal, las últimas edificaciones de la ciudad hace unos 50 años, al final de Allende y Galeana, junto al pozo, casi llegando al Río. A la izquierda el Molino, (para esas fechas era una huerta, pero mucho antes funcionó en la casa un molino de harina) a la derecha el antiguo Rastro. (ambos edificios no son tan antiguos, el molino de finales del siglo XIX, el rastro, del XX)




Fotografía 5 personal. El Sabino Quemado, a su derecha desfogaban y desfogan al río todas las aguas procedentes del Calvario, que después de la Plazuela bajaban por Allende.




Fotografía 6  Antigua (tomada de los calendarios de la CANACO, crédito a quien corresponda)
debe ser de después de 1910, los edificios, exactamente después de la cárcel, ya como casas particulares o parte del mesón, antiguos edificios consistoriales, donde se registraban todos los viajeros, y el ganado que pasaba por ahí, en razón de ello la calle era muy ancha en esa sección, a la vera del camino Real, pero con espacio suficiente para los hatos de ganado (sobre todo ovejas) que debían pasar por tal lugar para legalizar su viaje. Al final de la cuadra, esquina con Allende se observa en dos pisos el Mesón, una cuadra más adelante, el portal de Reyes.



Fotografía 7 Antigua  (tomada de los calendarios de la CANACO, crédito a quien corresponda)
La foto debe ser de aproximadamente 1930 se observa el portal después llamado de la Comandancia y la extensión original de la llamada "plazuela del Sacromonte" que tras dos ampliaciones se convirtió en el actual Jardín de la Familia. La cárcel se distingue por el asta en su parte superior, en la amplia acera se instalarían un par de décadas después los puestos del original "Tragadero".



Fotografía 8 Antigua  (tomada de los calendarios de la CANACO, crédito a quien corresponda)
La foto debe ser de aproximadamente 1930  se observa el edificio del Mesón, en la esquina de Allende, y el amplio espacio frente a él, que sería después ocupado por los autobuses económicos y la acera por los puestos de comida.



Fotografía 9 Antigua, tomada de los calendarios de la CANACO, es de 1966 por la fecha esta debe ser de don José Velázquez)

La plazuela del Sacromonte conserva su tamaño original (creo que en esa fecha ya estaba ahí el monumento a la bandera) y la amplitud de la calle estaba ocupada por los autobuses económicos y probablemente también los otros. El mesón seguía pero ya muy deteriorado, en su esquina con Allende tenía al Bar Jalisco. Los puestos no tardarían en ubicarse,  en casi toda la extensión de la primer cuadra de allende, en la lateral del Mesón.




La siguiente serie de fotografías procede de la página de Don Gustavo Nieto Ramírez, tomadas casi todas en la única noche que se necesitó para desmantelar el Tragadero en el año de 1977, durante su gestión como Presidente municipal (1976-1979). También tomé de ahí algunos datos del desalojo.



Comentar que en ellas se ve ya una parte del moderno Hotel en funcionamiento y otra por lo menos en obra negra,  (conservaba entonces el patio y corrales del mesón y sobre todo, la barda trasera, espectacular por su altura, la más grande del antiguo pueblo, por eso creo que toda la cuadra fueron los edificios de gobierno colonial) En esa esquina estaba el bar "Jalisco", en la de enfrente, "la Cucaracha"



Se nota también que los puestos ocupaban toda la extensión de la calle, y que todas las instalaciones estaban techadas.



En dos de ellas se observa al Presidente supervisando las tareas, una debe ser con la líder de los locatarios, Doña Toña, quizá es aquí cuando dijo la frase que sirvió de epitafio al Tragadero "Ya me chingó, presidente".




La última, debe ser al día siguiente, el Presidente y uno de sus ayudantes, observan la calle despejada.(¡y con automóviles!)




Finalmente, fotografías personales, modernas.




La calle, en la actualidad, casi cuarenta años después de haberla despejado don Gustavo, no hay mucha ganancia, lo que ocupaban los puestos hoy está ocupado por automóviles, lo que ocupaban los autobuses hoy está casi permanentemente por ¡puestos! (¿algún karma local?)



Parte final de la cuadra, la actual entrada de autos del hotel era la entrada a los corrales del Mesón, hasta ahí llegaban los puestos de comida, adelante había dos más de frutas y semillas. Al fondo, bajo los techos de teja, se observa la plaza que sustituyó a la fachada de la huerta de la Viña, donde pasaba el canal de la acequia, de ahí el nombre antiguo: "calle del Canal".




Espero les haya gustado, les recuerdo que pueden hacer comentarios a favor o en contra, correcciones o lo que guste, es fácil, en el espacio inferior de cada entrada está la sección correspondiente. Saludos a los visitantes de Alemania, a ver si se comunican, para saber de ellos y poder complacerlos con algunos temas, aclarando una vez más que no tengo toda la historia del pueblo, pero sí suficiente información para detallar muchos temas, por cuestiones de trabajo no puedo publicar más seguido pero prometo ser constante.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Pase Usted: El Tragadero de San Juan del Río.


La actual calle Ignacio Allende se llamó antiguamente de varias formas; partiendo de Av. Juárez, su primer cuadra era la calle "del Canal "por ser la primera donde se veía la acequia viniendo del centro, la sección siguiente se llamó calle de la Viña, por estar frente a la barda de esa huerta. Al terminar esta y hasta el río se conocía como calle de los Aguadores por ser ahí transitar estos con sus cántaros o botes desde el río o el pozo de Guadalupe. También se llamó a su primer tramo calle de las Tamboras.

En ella termina la meseta del pueblo e inicia el descenso al río. Originalmente un arroyo venía del cerro del Calvario, pasando por Fernando de Tapia y la plazuela Guadalupe Victoria, al unirse con Allende iniciaba el declive que terminaba hasta el río, luego de pasar por el pozo de Guadalupe y el cruce con la Calle Galeana, desfogando junto al Sabino Quemado, exactamente al terminar las últimas construcciones del pueblo; el Rastro y el Molino.
Sirvan estos antecedentes para ubicar un folclórico lugar de nuestro viejo pueblo; el Tragadero (no, no es una mala palabra, hubo un lugar así llamado)

Para ello también debemos ubicar históricamente a una sección de la acera sur de la Av. Juárez, situada entre las calles de Reforma (antigua de los Leñadores) y la citada Allende; donde hoy se ubica el Centro Histórico y Cultural, edificio que fue casi desde la fundación del pueblo, la cárcel local y al parecer, tuvo a su lado, las Casas Consistoriales, es decir de gobierno virreinal. En razón de ello, era el sitio donde acudían inicialmente los viajeros, a  registrar su carga y documentos y se revisaban los hatos de ganado. No he podido ubicar el tamaño original de este edificio pero debió ser muy grande, quizá todo el resto de la cuadra. En razón de esas actividades, la calle era muy ancha en ese tramo.

Con la construcción del Camino Real a su vera, el tráfico aumentó  y siempre fue el sitio de llegada al pueblo de todos los que transitaban por él.

En algún momento del siglo XIX, las Casas Consistoriales desaparecieron (no así la cárcel) y sus funciones se distribuyeron en otros edificios, pero quedó la costumbre a los viajeros de detenerse ahí y seguramente siempre hubo puestos de comida, para proveerlos.
Con la llegada del ferrocarril, durante algunas décadas del siglo pasado, el lugar bajó en importancia comercial  ya que muchos de los vendedores “ambulantes” de comida se trasladaron hacia allá.

Esto cambió en la década de 1940. El trazo de la carretera Panamericana pasó por la ya para entonces Av. Juárez frente a la vieja cárcel (que  seguía en el mismo lugar, como lo había sido desde casi cuatro siglos antes) tomando desde la Curva, el viejo trazo del camino Real, trayendo un nuevo flujo de viajeros, en autos particulares y autobuses de línea, que tuvieron diversos paraderos desde las calles 16 de Septiembre hasta 2 de abril.

Ni tardos ni perezosos, tal como lo hicieron siglos antes, los habitantes, ante la necesidad de alimento de los viajeros, se instalaron en los alrededores. Para los de cierto nivel económico, hubo restaurantes, casi todos en la acera norte, (excepto el Layseca, atrás del Santuario) y en la acera sur, puestos populares para quienes descendían de los autobuses económicos, instalados desde afuera  de lo que hoy es moderno hotel, casi hasta el edificio de la cárcel; ofrecían comida diversa en puestos de madera, y solo con unas cuantas mesas, sillas y anafre u hornilla.  Esta pequeña zona fue el original “TRAGADERO“, duró varias décadas. (me dicen que en ese lugar expendían originalmente dos de nuestras legendarias vendedoras de tacos dorados, “Doña Cleofas” como dueña y “Doña Mary” como ayudante, que luego se instalaron sendos locales, una se fue a 27 de septiembre, la otra se independizó en la calle Reforma, hoy en 2 de Abril)

Con la construcción de la Autopista, en 1957, el transito disminuyó progresivamente y  algunas líneas dejaron de tener  paraderos exclusivos, concentrándose con las líneas económicas  en una “terminal” común en la acera sur ( la mitad del hoy jardín de la familia, afuera del Mesón, hoy moderno Hotel).
En un inconcluso proyecto modernizador, un día el ayuntamiento decidió que esa acera era demasiado ancha y se proyectó abrir una calle paralela a la avenida Juárez para aliviar su tráfico (luego se dieron cuenta que para calle quedó angosta y que el tráfico en Juárez no era tan abundante, por lo que se convirtió en la actual banqueta ancha, de Reforma hasta Allende, previa demolición del portal de la Comandancia. Para entonces los puestos habían sido reubicados en la calle de Allende, casi sin circulación de automóviles, ni locales de comercio, por tanto ocuparon todo lo largo y ancho de la cuadra inicial. Donde se hicieron famosos y donde su popular nombre se institucionalizó en el recuerdo de los sanjuanenses. Estamos hablando ya de la década de 1970.

 El nombre de este comedero popular o parián fue siempre “el Tragadero”, por un anuncio de neón con esa leyenda que tenía uno de los locales y era lo primero que detectaba la vista en la penumbra del lugar (sí tenían luz eléctrica, pero por el amontonamiento de estructuras de los techos de lámina no había buena iluminación). Aunque no se conciba hoy, no eran simples puestos, sino verdaderos locales completos con construcciones sólidas en los que se cocinaba, lavaba y se tenía mesas, sillas y mostradores para atender al público, es decir en toda forma, pero en plena calle, de lado a lado. Solo se podía circular a pie, por la banqueta poniente, la otra, la ocupaban como patio de servicio. La mayoría eran fondas populares; tacos dorados, enchiladas, pambazos, gordas, quesadillas y los nutritivos huevos cocidos etc. También estaba el puesto de carnitas del popular  “Puleyo“, solo al final, casi para llegar a G. Victoria había dos puestos de frutas, verduras y semillas, estos sí solo de estructura y paredes de lámina. (Dice Gustavo Nieto  Ramírez que fueron en total 12 puestos)
La entrada era por la banqueta poniente, y desde el fondo, tras las mesas y el mostrador, las cocineras lanzaban a los viajeros o transeúntes su grito de guerra: (de venta en este caso)  PASE USTED, TENEMOS ...
Lo que hoy es el hotel era una vieja casona, de dos pisos donde había funcionado años atrás el mesón de Don Pepe de la Torre, oficialmente llamado “la Luz”, rebautizado popularmente “de los burros”, uno de los últimos en funciones como tal, casi en ruinas, tenía varios locales comerciales en las accesorias del frente, entre ellas, en la esquina de Allende, el Bar “Jalisco”. Poco antes de desaparecer el Tragadero se derribó completamente, levantándose el moderno edificio y los arcos laterales que se ven actualmente con locales comerciales donde, inicialmente, lo que hoy es un negocio de telas fue el entonces flamante y hoy desparecido banco Serfin. (A donde la gente, si necesitaba un servicio bancario iba a verlos)

Los locales bajo los modernos arcos cobijaron muchos rubros, entre ellos el primer (y creo único) “Delicatessen” del pueblo. Después, por 1985 el primer local que hacia copias fotostáticas a precios accesibles, negocio que persiste en la acera de enfrente, ahora con la competencia de negocios similares en servicio y precio. Se recuerda especialmente porque en esa época muchos estudiantes al no haber libros de texto, recurrían al nuevo truco de las fotocopias que por lo numerosas hubiera sido difícil adquirir a los precios que las daban las copiadoras  “de marca” que apenas unos  cinco años antes habían llegado a la ciudad.

En la otra esquina con la Avenida Juárez, para estar acorde con la nomenclatura, existía el popular bar “la Cucaracha”, no sé si en alusión a la clientela o al estado en que salían, mismo que al desinstalar el Tragadero se modernizó llamándose pomposamente  “El León Dorado”  que sin embargo, ya no duró mucho, se cerró por 1990, estuvo también una funeraria y  un restaurante de comida rápida. (1)  

Un poco más al sur de la calle, en el patio de una casa junto a la Viña, había un manantial, ignoro si de escurrimientos de la acequia o de las Peñitas, pero era agua limpia. Cuando se “iba” el agua entubada la gente acudía a pedirla en cubetas, eran tiempos en que el vital líquido no se negaba a nadie (menos se le vendía embotellada) y los dueños la proporcionaban sin costo a todo aquel que la solicitaba.

Casi llegando al río, junto a la casona del Molino está la fuente de aguadores o Pozo de Santa María de Guadalupe, su pequeño espacio, entremetido en las fachadas, se dice fue donado por sus propietarios, la familia Guerrero, para uso del pueblo, ignoro si fue antes un manantial natural, tenía aproximadamente 5 metros de profundidad, con una viga en la parte superior para descolgar los cántaros o cubos. Al frente ostentaba un nicho con imagen de la virgen de Guadalupe que después desapareció, igual que una cruz sobre la esfera de piedra. Su adorno era revestimiento de estuco. Tenía una inscripción en la parte superior que decía “foso de María Stma de Guadalupe año de 186...” (2) 
Muchos años después de dejar de ser funcional, seguía teniendo agua pero muy sucia y comenzó a acumular basura. Aunque no recuerdo que haya resultado algún ahogado, hace unos 20 años el municipio decidió no dar paso al refrán, colocando una reja al frente, además se remozó y pintó todo lo posible mostrando un magnífico aspecto. Estando en el completo abandono, solo visitado a veces por el tranvía turístico, en 2010 se volvió a remozar, modificando en algo su forma original.

Volviendo a la historia del Tragadero, un buen día, en el trienio 1976-1979, el gobierno municipal, decidió  desaparecerlo. Tras varios intentos formales de desalojo rechazados por los locatarios, una mala noche, se apersonaron en la Av. Juárez camiones de limpia al servicio del municipio, dos soldadores y los presos de la cárcel chica desarmaron y cargaron con todos y cada uno de los puestos, los locatarios por la sorpresa (funcionaban día y noche, pero no todos) ni pío dijeron. (bueno, en palabras de el Presidente municipal, Gustavo Nieto Ramírez, la líder sí dijo “ya me chingó, presidente” pero eso fue todo) Acabó así el legendario sitio, donde parroquianos y transeúntes, habitantes y fuereños  comían y bebían la vida, vida tranquila de un pueblo que comenzaba a ser ciudad y ya no los requería.

El detalle surrealista de esa madrugada, a tono con el lugar fue que el desalojo estuvo amenizado de principio a fin por el acordeonero local Justino Arriaga, "el dedos de oro", no he podido averiguar el repertorio que interpretó.
Viviendo apenas a una cuadra de ahí, no estuve presente, fue muy de noche, (de 2:00 a 5:00 A.M., Según don Gustavo) la mañana siguiente, fui testigo de lo que semejaba un paisaje lunar. Solo quedaba lo construido con cemento, mostradores, paredes, “drenajes” etc. Y una vez más, desde Av. Juárez, se podía ver, al frente de la Viña, el canal de la acequia (bueno, en realidad ya no se veía, había sido entubado años atrás)

Algunos de los desalojados fueron a dar al entonces tianguis del mercado Reforma (la parte donde hoy está el estacionamiento subterráneo, entonces sin techo y solo a nivel de piso) otros se instalaron en el por aquellos días deshabitado Boulevard Hidalgo, camino a la nueva “Central Camionera” (en realidad un tejaban de láminas construido junto al arroyo Cano) algunos persistieron ahí algún tiempo, otros abrieron locales en casas, y un par de ellos, como el ave fénix, hoy expenden en los puestos nocturnos del jardín Independencia.

 1) Estaba en los números 12 y 14, propiedad alguna vez de Saturnino Osornio. En una especie de celosía sobre la puerta están las iniciales s-o. Ver Cano Romero, 1991, p.102.

2) Ibid.  p. 78

Las fotos se las debo para mañana, espero les haya gustado,  dejo para más adelante temas adyacentes;  la entonces  nueva central Camionera, la actual y la historia del Bulevard Hidalgo. Todas a manera de crónica ya que no hay muchos datos de dueños de casas, planos, estilos arquitectónicos, etc. Es un defecto de nuestra ciudad, la escasez de datos históricos escritos, quisiera poder escribir con todos esos agregados como magistralmente  lo hace mi patrón Don Javier Lara Bayón en su Blog de Aculco, pero no se puede, hago lo mejor que está en mis manos, recurrir a mis recuerdos, los de mi familia y en este caso, de los familiares de las víctimas.