Mostrando las entradas con la etiqueta Plaza independencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Plaza independencia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 12 de diciembre de 2018

La noche triste del árbol


LA NOCHE TRISTE DEL ÁRBOL

IMAGEN DE GOOGLE 2018 EL ÁRBOL EN SU ESPLENDOR

No era el habitante de su reino más antiguo de la ciudad, casi todos los sabinos del río le anteceden por siglos, pero sí uno de los más conocidos por estar ubicado en el centro de la ciudad, en plena plaza Independencia.

Fue un ejemplar de laurel de la india (nombre científico: ficus benjamina) árbol originario del sur de Asia y norte de Australia. En esencia, se trataba de una higuera, es decir un ficus, a estos ejemplares en particular se le llama benjamín, por la relación bíblica que de ser Benjamín el más pequeño de los hijos del patriarca Jacob y esta especie ser la que tiene las hojas más pequeñas.

Su población es numerosa, sobre todo en plazas y jardines de casi toda la república. En condiciones óptimas, dado lo frondoso que crece y la amplitud de sombra que produce su intrincado ramaje, en cambio no es tan apreciado en otros entornos urbanos por la extensión que alcanzan sus raíces, capaces de destruir banquetas, cañerías, muros y su extraña capacidad de convertir sus raíces en nuevos troncos.

Por las fotografías de la entonces Plaza Principal de San Juan del Río de las primeras décadas del siglo XX, se sabe que los árboles que la poblaban eran mayoritariamente fresnos además de algunas coníferas. Sin tener alguna certeza, parece ser que entre ellos ya se encontraban entremetidos algunos jóvenes laureles, de no ser así, supongo que junto a muchos otros de sus congéneres, el ejemplar que hoy fue plantado décadas después en alguna de las frecuentes reforestaciones de la Plaza, que como he mencionado en otras entradas, por tener un subsuelo de tepetate, hacía difícil el crecimiento de muchos, que tras secarse prematuramente debían reemplazarse, en el mismo espacio no propicio lo que les concedía solo algunas décadas de vida.

IMAGEN DE  LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX, LA PLAZA A RAS, TAL VEZ AHÍ ESTABA YA INCIPIENTE EL ÁRBOL. CREO QUE ESTA IMAGEN ES DE LAS DE DON CRISANTO ALVAREZ.

Los únicos espacios para árboles estaban determinados porque desde el siglo XIX, se habían excavado cepas a las orillas de los pasillos radiales en la superficie rocosa de tepetate, que eran poco profundas.

IMAGEN  POSTERIOR, DESDE OTRO ÁNGULO,  NO SE VE EL ÁRBOL

La plaza original tuvo un nivel descendente desde el centro hacia las orillas, los árboles en cuestión debieron estar extendidos por todos los pasillos, pero sufrieron el mismo destino que sus antecesores, logrando solo sobrevivir  algunos, en las orillas, por recibir al menos humedad de las calles laterales.

El caso es que para 1963, que es cuando la plaza se eleva para estar toda al nivel  de la fuente del centro, algunos de los laureles ya tenían un tamaño respetable, lo que les valió no ser talados como el resto, o sería la cuestión de la sombra que producían al término de las obras sobrevivieron al menos seis ejemplares que se integraron a los muy pequeños que se plantaron como nuevas espacies de ornato en las flamantes jardineras.

IMAGEN DETENAL, 1970 EN LA INCIPIENTE Y  YA ELEVADA PLAZA, SE DISTINGUEN LOS ÚNICOS ÁRBOLES SOBREVIVIENTES DE LA ANTERIOR ETAPA.

Digo que son al menos seis árboles, es difícil determinar que los conjuntos que sobrevivieron sean cada uno un ejemplar con troncos nacidos del original o fueron más árboles individuales que sobrevivieron muy juntos. Su extraordinaria capacidad de supervivencia les permitió emerger al nuevo nivel de la plaza, unos cincuenta centímetros sobre del anterior, ayudó el hecho de que se les dejó un espacio respetable de tierra alrededor para ser regados. Eran cuatro en la orilla poniente y dos en el oriente.

En ese estado, vieron pasar la vida cotidiana del tranquilo pueblo que comenzaba a ser ciudad de a deveras, no de decreto, bajo su sombra pasaron todos los parroquianos hacia la nueva ubicación del mercado, lo mismo pero más distante y bajo techo. Fueron testigos de los paseos cotidianos de los habitantes alrededor del entonces llamado “Jardín”. A  su vera era posible ver en tiempos previos a elecciones, a los empadronadores del gobierno buscando nuevos ciudadanos para inscribirlos en la lista de votantes. (y de pasada, los mismos funcionarios, en las mismas mesas y con las mismas plumas, los  afiliaban al PRI)

La vida apacible y monótona de la ciudad, apenas  interrumpida por algún evento político les permitió contemplar prácticas hoy casi olvidadas, como las tómbolas para la parroquia, las “kermesses” a beneficio de las escuelas, a los vendedores de dulces hoy desaparecidos como los merengueros, los de chilacayote de don Roberto, los “jaletineros”, o aquel señor en su silla de ruedas…

IMAGEN DE  GOOGLE 2018. EL PUNTO ROJO MUESTRA LA UBICACIÓN DEL HOY OCCISO.
En las sucesivas remodelaciones de la plaza, además de quedar rodeados por adoquín, se fue reduciendo su espacio de riego, así, hace un par de décadas, uno de ellos, frente a la hoy farmacia Guadalajara, vio su fin, creo recordar que era el más pequeño de todos, hasta hace pocos años aún quedaba el espacio de tierra que le albergó, se le sustituyó por otro más joven.

Tras muchas ceremonias cívicas y anidaciones de tordos y palomas, que eran sus fugaces habitantes, llegó la última remodelación de la plaza en 2016, que en realidad solo fue una mano de gato, que cambió adornos y plantas de ornatos, pero para nuestro árbol significó su sentencia, al dejarle únicamente un ridículo rodete de unos cuantos centímetros, en el que literalmente solo podían acumularse unos cuantos litros de agua, inútiles para un ser de más de 10 metros de altura y una fronda de igual extensión.

Según se ve en las fotografías, el árbol intentó una vez más el truco de su especie: dirigir parte de sus raíces hacia arriba, en busca de mejores terrenos. No lo logró y aunque lo hubiera hecho solo hubiera encontrado el adoquín de la plaza o la calle Hidalgo.

Dicen los expertos que padecía de una enfermedad que socavó y pudrió su tronco, yo creo que la poca agua que reciben los rodetes, sobre tierra apisonada una y mil veces ya no es absorbida por el suelo y se queda alrededor del incipiente tronco pudriéndolo, espero equivocarme porque si no, a todos sus semejantes les espera igual suerte. Tal vez la modernidad en algunos casos es una enfermedad.

IMAGEN DE  GOOGLE 2018. LOS LESIONADOS  Y EL DIFUNTO.

Todos los antecedentes citados se conjuntaron la tranquila tarde del día jueves 14 de junio de 2018, los 5 metros que le faltaban para alcanzar la altura máxima de su especie ya no llegarían, dicen los testigos, y a la vez víctimas, es decir los boleros que habían hecho de su sombra un local y de su tronco el guardián de su carrito:

IMAGEN TOMADA DE INTERNET, CRÉDITO A QUIEN CORRESPONDA, MINUTOS DESPUÉS DE LA CAIDA.
Juan García “juanito” estaba sentado con Jorge López “El choche” platicando que no había gente y estaba lloviendo cuando se escuchó un ruido y sintieron el golpe del árbol que les caía encima. A Juanito le pegó una rama en la cabeza, otras aplastaron a choche y su carrito quedando prensado. José Salvador Trejo “el chato” fue golpeado en el hombro y su carrito igualmente afectado. Otra señora, seguramente transeúnte, también resultó con lesiones.

A los gritos de dolor y susto que profería el atrapado, resultó que la poca gente que decían que había se multiplicó y prestos se arremolinaron a auxiliarlo.

IMAGEN TOMADA DE INTERNET, CRÉDITO A QUIEN CORRESPONDA, AL RESCATE DE LESIONADOS.
La tarde caía y solo bastaron uno minutos para que se presentaran los cuerpos de emergencia a auxiliar a los lesionados.

El impresionante espectáculo de un gigante caído en pleno centro de la ciudad, obstruyendo todo el costado poniente del jardín fue observado por muchos y dado lo accesible del lugar fue motivo de la llegada de casi todos los reporteros locales, por lo que las imágenes son múltiples en el ciberespacio.

IMAGEN TOMADA DE INTERNET, CRÉDITO A QUIEN CORRESPONDA, TODO EL CORREDOR OBSTRUIDO.
Tras breve espera, por razones de imagen -estábamos de feria- llegaron empleados municipales provistos de motosierras y comenzaron a desmenuzar las ramas, aún verdes, y retoñando. La tarde comenzaba a ceder su lugar a la oscuridad de la noche, la noche triste del árbol.

IMAGEN TOMADA DE INTERNET, LAS MOTOSIERRAS EN ACCIÓN



IMAGEN TOMADA DE INTERNET, CRÉDITO A QUIEN CORRESPONDA, SOLO UN HILO DE MADERA SANA LE SOSTENÍA.


IMAGEN TOMADA DE INTERNET, CRÉDITO A QUIEN CORRESPONDA, EL CORAZÓN VIVO. 


IMAGEN DE  GOOGLE 2018.  EN EL TEXTO MENCIONO QUE EL RODETE ERA RIDÍCULO, CORRIJO, ERA CRIMINAL CUANDO MUCHO UNA CAPACIDAD DE 10 LITROS.

 Al árbol caído, del que se hizo leña, le sobreviven algunos familiares, en ambos costados de la plaza, casi todos pudieron aparecer en plenitud en las escenas de la película “el gallo de oro”, lo impidieron unos helechos colocados en la azotea de la “Casona”, hoy la mencionada farmacia y anexos, donde se filmaba una escena con paneo hacia la plaza.


Añadir leyenda


No hay reclamo, recuerden que yo solo narro.


para más información histórica de esta plaza  puedes dar clic aquí

https://iztacchichimeca.blogspot.com/2016/06/la-plaza-de-la-independencia-de-san.html
______________________________________________________________
EL CHICHIMECA  DE REGRESO A LA COMUNIDAD
Ofrezco una  disculpa a los lectores y seguidores asiduos por el lapso tan largo entre publicaciones, me reintegro a la redacción y espero ser más constante, dense sus vueltas.
______________________________________________________________

EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD 1
Hago la aclaración que la redacción de este blog es propia, no copio contenidos de otras páginas, si encuentran coincidencias debe ser al revés, de aquí toman información muchas de ellas, no me molesta, mi intención, además de no copiar, es la difusión, pero no estaría de más alguna referencia de que procede de aquí. 
______________________________________________

EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD 2
por la misma razón de la ausencia de escritos que tuve, algunos contenidos que ya tenía preparados se han quedado desfasados, como este que ya no es completamente de actualidad, le daré salida a algunos de ellos y después, como ya se acercan las 100,000 visitas, algunas muy novedosas (o sea, no información moderna, sino de historia no conocidos por nadie vivo).  No se los pierdan, próximamente.





domingo, 19 de junio de 2016

Arqueología de barrio en el centro de San Juan del Río.


Arqueología de barrio en el centro de San Juan del Río.

Fotografía personal. Mayo de 2016. La obra en  proceso.
He comentado antes la permanencia de elementos arquitectónicos antiguos en las construcciones modernas, les he llamado testigos del tiempo, incluso hay una entrada especialmente dedicada a algunos de los que he ido encontrando.

para ver, dar clic  Testigos del tiempo

Hay otro concepto que he manejado, la arqueología de barrio, es decir, los elementos enterrados que de vez en cuando salen a la luz, permitiéndonos conocer diversos aspectos del pasado de nuestra ciudad.

Gracias a las obras que en días recientes ejecuta el gobierno municipal, en la plaza Independencia de nuestra ciudad, se realizó una excavación en la parte norte de la misma. En los estratos que la máquina dejó, fue posible observar algunos elementos, que nos dan luz sobre la historia de tan emblemático lugar, que traté de reseñar en la entrada de la semana pasada.


Supongo que para el momento de escribir estas líneas, la excavación ya fue cubierta, y también que a nadie se le ocurrió asomarse y observar en ella,  así que hoy les presento en mi análisis, un claro ejemplo de  Arqueología de Barrio, es decir restos que están ahí, aparentemente no dicen nada, ninguno estará nunca en un museo, pero observando detenidamente, nos muestran los casi cinco siglos de este emblemático espacio.


Se excavó, supongo que para las fuentes “danzarinas”, una trinchera semicircular, de aproximadamente 20 metros de largo por 4 de ancho y una profundidad de un poco más de un metro.

Fotografía personal. Mayo de 2016. La  trinchera excavada.
La primera sorpresa que encontramos, es que el piso original de la plaza, no es de tierra vegetal como  se supondría por haber sido jardín desde hace muchos años sino tepetate. En lo personal, siempre creí que había sido originalmente un lugar de cultivo. Parece ser que esta capa de tepetate abarca una extensa área alrededor, lo que determinó casi desde los inicios del pueblo, que está área se dedicara a viviendas y espacios público, dada su infertilidad para las actividades agrícolas.

Fotografía  y textos personales. Mayo de 2016. 
En esta plaza, durante cuatro siglos, del XVI al XX, por costumbre se estableció los domingos, la plaza de comercio local. El piso de tepetate  es la razón por la cual, se describía en textos antiguos como un lugar desolado, supongo que siempre se intentó plantar árboles, pero la pobreza del suelo solo les permitía llegar a cierta edad, después era inevitable su muerte, a ello se aunaba la falta de agua para regarlos, solo sobrevivían los que resistían hasta las lluvias.

En la fotografía del siglo XIX se demuestra esto: se observan pocos árboles y muchos puestos. Seguramente en ese año, la superficie era la original, es decir vil tepetate, lo que además haría polvoriento el lugar.
Otro aspecto que se puede observar en la trinchera es la transformación que sufrió el lugar, en el siglo en el último tercio de ese siglo, cuando la administración municipal emprende la construcción del entonces llamado “Jardín". Puede verse una capa de tierra vegetal, seguramente para cubrir en lo posible el tepetate.

Fotografía del siglo XIX.
Cuando observé por primera vez  la excavación moderna, me llamó la atención que esa tierra vegetal penetraba dentro de la línea del tepetate, en ciertos tramos, pero siguiendo formas no naturales. Poco tardé en darme cuenta que eran las cepas excavadas para plantar los árboles y que tuviesen un poco de tierra fértil.  Las cepas son de varios tamaños y deben haber sido una línea continua, que confluía  desde las orillas al centro del jardín.

Fotografía  y textos personales. Mayo de 2016
En algún momento posterior, la totalidad de la plaza fue empedrada, y se formaron callecitas transversales que confluían al centro de la misma. Este empedrado sobrevivió hasta la década de 1960. Quienes la vieron me dicen que era muy irregular, ya que por no poder hacerlo hacia abajo, muchos árboles echaban raíces a los lados, aprovechando la delgada capa vegetal.

Los árboles y plantas debieron cambiar diametralmente el espacio, máxime que en la década de 1880, se construyó la fuente y  el riego que se les podía dar, permitió que en varios momentos de su historia, el jardín estuviera profusamente arbolado. Sin embargo, el suelo de tepetate siempre les daba caducidad a los fresnos y algunas especies de coníferas que son los que me dicen que eran los más abundantes, pero igualmente solo vivían hasta cierto punto, debió ser una labor constante el retiro de los árboles muertos y su sustitución por nuevos ejemplares. No he podido hallar datos de las bancas que debió tener, seguramente fueron inicialmente de madera y luego de granito y fierro colado, como se ven en la actualidad.

Un dato curioso que me dicen, es que la plaza no era completamente plana, sino que de sus orillas, hacía una ligera elevación hacia el centro de la misma.  No hay elementos para saber si esa formación era natural o la construcción, primero de la columna y luego de la fuente, se realizó  en suelo alto natural, o fue hecho exprofeso.

Lo que casi no hay en la trinchera excavada son piedras bola de río, que eran las que se utilizaban en tiempos antiguos para el empedrado. El municipio, ahora sí que previsor, en la década de 1960,  al trazarse la actual Plaza independencia, debió evitar que quedaran enterradas y las aprovechó para  otro lugar. Seguramente fueron destinadas a alguna calle cercana.
En esa década, específicamente en 1963, al mudarse los comerciantes al entonces flamante mercado Reforma, se emprendió el trazado de la actual plaza. La acción principal, fue elevarla, del nivel del suelo de las calles aledañas, a unos 60 centímetros arriba, que era la altura que ya tenían la fuente y el basamento de la columna.

Fotografía  y textos personales. Mayo de 2016. Rellenos
Fotografía tomada de los calendarios de la CANACO, crédito a quien corresponda. Lado poniente de la plaza algunos años antes de que se elevará su altura  en unos 60 cm.
Para poder nivelar el jardín, se recurrió, según se ve también en la trinchera, a rellenar el espacio con todo el material posible, ahí se ven igual, piedras labradas, seguramente de construcciones derrumbadas de otro lugar, tabique antiguo y nuevo, y finalmente, se aplanó todo con una línea de tepetate moderno.

Me cuentan que fueron removidos muchos árboles, algunos muy grandes, pero ninguno centenario por las razones ya expuestas, para entonces, se habían sembrado algunos “truenos”  que sobreviven en la actualidad en las orillas oriente y poniente. Pensaba yo que por el tamaño de su tronco eran originales del viejo jardín, pero me aclaran que no. Solo se dejaron unas breves jardineras y se instalaron nuevos árboles de ornato. El nuevo piso, elevado se cubrió con adoquín de cantera rosa y algunas líneas de cantera negra.


Imagen de Google Earth, 2016. Los árboles sobrevivientes.
La Plaza resultante, se ha conservado hasta nuestros días, se han ampliado y elevado las jardineras, han cambiado los árboles y plantas de ornato, la iluminación y bancas. Se reforzó la columna y regresó el águila. Mismo adoquín, con algunos adornos.



Fotografía de 1970 del DETENAL.  Casi recien estrenada. Las esquinas más oscuras son las jardineras originales. Las líneas centrales  en gris, es la cantera negra.  Los puntos al oriente y poniente son los árboles sobrevivientes a la remodelación y que actualmente todavía se conservan.

Decía en la entrada anterior que esperaba que la remodelación emprendida en días pasados fuera exitosa y se replicara en el otro extremo de la plaza y hubiera otra excavación, a ver que sale del otro lado. Supongo que algunas otras sorpresas, del lado sur confluía uno de los viejos arroyos,  (hoy calle Vicente Guerrero) y por ahí debió llegar, del jardín del Sacromonte,  en forma subterránea el agua que alimentaba la fuente.

Espero les hayan gustado las conclusiones de esta arqueología de barrio.
Fotografía personal.Ingenio Sanjuanense
________________________________________________________________
EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
________________________________________________________________
Como muchos saben, la ciudad celebra su feria tradicional en estos días. Este año no he invitado a eventos, porque están entregando impresos en todos lados y hay para todos los gustos, hasta culturales. Hoy domingo se inauguró la exposición de pintores locales, y la de la historia de la feria, no pude asistir, pero en cuanto pueda voy por unas fotos y les cuento.

También se viene la premiación de los Juegos Florales, no ganó mi gallo en ninguna de las categorías, pero en una ganó un buen amigo, Pablo junco y en otra,mi sobrino Arturo Hernández, no conozco las obras, pero sí sus trayectorias y creo que son dignos representantes de la lírica local. Del ganador en la categoría nacional luego les comento.

SECCIÓN COMERCIAL:

¿Quién en su lejana juventud o niñez no se aventó en este local un delicioso "Esquimo"? o un licuado e igualmente, por consejo de su mamá pedía que se lo dieran con dos yemas de huevo? 

________________________________________________________________

domingo, 12 de junio de 2016

La plaza de la independencia de San Juan del Río.

La plaza de la independencia de San Juan del Río

Fotografía personal, 2014, Fuente, pirámide y columna.

Hasta las obras gubernamentales nos dan oportunidad de asomarnos al enterrado pasado de nuestra ciudad. Esto viene a colación por el hecho de que en días anteriores la administración municipal emprendió la remodelación del principal espacio público de la ciudad: La plaza Independencia.

Por si las dudas, no vaya a ser que nos sorprendan, y ora sí seas un cambio de a deveras, hube de irme a asomar. Entre lo que se anuncia, está la instalación de unas fuentes danzarinas, por lo que supongo que la excavación  que se realizó en el lado norte será para establecer el estanque de donde brotarán tan dinámicas aguas. 

Mientras la obra llega a su final y podamos verlas, por lo pronto, aunque la profundidad de la obra no es mucha, apenas un par de metros, por ser según yo lo máximo que se ha excavado ahí en los casi quinientos años de la ciudad, inesperadamente, da la oportunidad de asomarnos a la historia de ese lugar.

EL INICIO

Aunque ya se ha comentado que el primigenio centro político o administrativo del pueblo  estuvo en la plaza contigua, es decir la de San Juan Bautista, actual de los Fundadores, llama la atención que en contra esquina hubiera otra de mayores dimensiones.
Seguramente, por haber sido ocupada la primera por el camposanto, desde los inicios del pueblo, se necesitó de otro espacio para los actos públicos profanos, y fue la razón de su instalación. Documentos del siglo XVI mencionan un espacio llamado “la parte pública” dentro del pueblo de Indios, casi seguramente se refieren a este, dado que en el texto se pide que ahí se remitan a los comerciantes. (Aunque la parte pública pudo ser también la sección del camino Real en su paso por el pueblo)

NOMBRES DIVERSOS.

Casi ningún documento antiguo describe a esta plaza, cuyo primer nombre, durante la etapa colonial, fue “Plaza del Sol Divino” que en algún momento no determinado  cambió a “Plaza principal”, y tras la independencia, a “Plaza Mayor”. En la época del Imperio de Maximiliano, sus partidarios locales, en uno de los varios intentos para congraciarse con las graciosas majestades, trataron de darle el nombre de “plaza de la Emperatriz”, que no prosperó, pero de igual manera, fue efímero el nombre que se le trató de imponer, a la caída del imperio, por los liberales locales: “Plaza Juárez”.  Tras el breve coqueteo con la nomenclatura, volvió a ser simplemente “la Plaza Mayor”, que conservaría a la llegada del siglo XX, cuando obtuvo el nombre con el que se le conoce oficialmente hasta nuestros días: “Plaza Independencia”.

VECINOS Y DEL COMERCIO

La única descripción que de ella se tiene en tiempos antiguos la menciona como un amplio espacio, pero desolado y de condiciones paupérrimas, sin ninguna gracia y francamente polvoso, a la que poca gente acudía los seis días de la semana, a no ser por asuntos religiosos,  pero el séptimo, cambiaba su fisonomía, ya que en ella se instalaba, desde los primeros tiempos, el mercado dominical.
Por esta razón, el espacio físico y la actividad se confundieron en  nombre; Por instalarse en ese lugar la actividad comercial el sinónimo acuñado dio lugar a que se dijera que en ella se instalaba “la plaza dominical” o la “acostumbrada plaza”.
La transformación que se daba del desolado espacio el día domingo era sorprendente, ya que gran parte de su extensión era ocupada por puestos de las variadas mercancías locales y las muchas que de los lugares aledaños acudían, sobre mantas a ras de suelo y algunos parapetos de tela sostenidos por varas. A ella acudía igualmente, como compradores la población local y la de los pueblos y haciendas aledañas, ya que era el único sitio y día donde podían adquirir muchos de los productos necesarios para la subsistencia semanal o lo que era menester para realizar algunos de los oficios. Obvio es decir que había comercios fijos en el pueblo desde siempre y  además entre semana se contaba, en espacios cambiantes, del llamado “Baratillo”, que expendía casi los mismos productos, pero en menor escala.

Por sus dimensiones, durante la época colonial, el amplio espacio era ocupado esporádicamente, durante las celebraciones que así lo requerían, para instalar en ella la plaza de toros.(En tiempos antiguos, esas plazas no eran permanentes, hechas de madera, se instalaban en el lugar y fiesta que lo ameritaran)  Hubo incluso una ocasión en la década de 1820, en la que por el tamaño del coso que se instaló, no quedó espacio suficiente para los puestos, así que sin pensarlo mucho, los comerciantes los instalaron dentro del ruedo.

No se tiene noticia de que el lugar tuviera un sitio prominente, elevado o que se destacara para la celebración de actos públicos. Las ceremonias que en ella se efectuaban  se hacían en los llamados “tablados”, no se crea por el nombre que solo se trataba de algunas tablas en alto, efectivamente eran de madera, pero, según la ocasión se llegaron a levantar verdaderos escenarios con ornamentaciones de lujo. En dichos estrados se hicieron las juras de los distintos monarcas españoles, a la constitución de Cádiz y debieron dar en 1831, su discurso el Lic. Ignacio Reyes el año de con motivo del aniversario de la independencia, y don Pablo Gudiño 8 años más tarde.

INTENTOS VANOS

Plano de Perrusquía de 1864. "Plaza de la Emperatriz"
El primer intento documentado de ornar el lugar se dio hasta el año de 1865, en el que las autoridades municipales, en el entonces simple y llano espacio, levantaron una columna  de cantera Morena, tradicional piedra local, sostenido por un basamento, al que por su forma el pueblo llamó “la pirámide”. Fue en este momento cuando se dio el intento de llamar al lugar “plaza de la Emperatriz”.
 
Ante la derrota imperial, las autoridades municipales, siempre previsoras, no fuera a ser, tornaron inmediatamente el nombre del cilíndrico elemento a “columna de la independencia” y para no dejar lugar a dudas, se encargó la escultura de un águila al reconocido artista queretano, Nemesio Manilla, para  que ocupara la cima, en un inusitado giro del destino, sustituyendo al pretendido busto de la regia majestad.

Los comerciantes dominicales seguramente se maravillaron de la obra arquitectónica y la encontraron muy útil, para en ella atar las cuerdas que sostenían los manteados que protegían del sol sus productos y de igual manera su epidermis.
Seguramente, como ahora, al terminar las actividades comerciales, el lugar quedaba lleno de basura, razón por la cual parece que no hubo durante mucho tiempo interés alguno en dignificar el lugar.
 
Tras algunos retrasos, el águila encargada, se posó en la cima de la columna. Se dice que representaba a esa ave en actitud de emprender el vuelo. La única fotografía que se conserva de la época, presenta una imagen difusa, aunque puede observarse que la plaza tiene algunos árboles, lo que más destaca es la cantidad de puestos que circundan el monumento. No duró mucho la estatua, el 5 de junio de 1870, un rayo la derribó, causando la muerte, al caer, del señor Bartolo Cárdenas, aguador.
Fotografía,  circa de 1870, la columna, sin fuente, casi sin árboles, pero con muchos puestos.

ORNATO PÚBLICO Y SOLAZ

Los tiempos de cambio y el aumento poblacional, hicieron que se necesitara de un espacio libre, de tal manera que en 1869 se decidió construir en la Plaza Mayor, un jardín público. Consistió básicamente en la siembra de árboles de ornato, especialmente laureles y el trazado de pequeñas callecitas interiores empedradas, algunas jardineras a ras de suelo y unas cuantas bancas. Al inicio del acondicionamiento del  lugar se trasladaron  temporalmente los  comerciantes a la  plaza de San Juan Bautista. El nuevo espacio poco tardó en volver a ser ocupado por ellos, desvirtuando su propósito inicial; jardín “que servirá de ornato público y de solaz a las familias así como un aumento  de la higiene”. Según de la Torre, el jardín no fue terminado completamente antes de 1888. (Los locatarios solo se moverían otra vez en 1963 al construirse el mercado Reforma, dos cuadras al norte.
Desde esas fechas, el común del pueblo llamó a ese lugar simplemente “el jardín”, sin complementos.
De nueva cuenta, obvio es decir que los comerciantes aplaudieron la medida, nunca habían tenido tantos lugares donde atar los cordeles de sus manteados como entonces, en los troncos de los incipientes árboles.

CUANDO LLEGÓ EL AGUA

En el año de 1886, después de siglos de pedirlo, la población  contó con un acueducto que conducía el agua potable desde el río hasta el Jardín del Sacromonte, en una etapa inicial, posteriormente, se condujo el agua hasta la Plaza Principal, para lo cual se debió construir una fuente, otra vez de cantera morena, alrededor de la todavía llamada “pirámide”.  De manera subterránea, el agua se conducía desde el otro jardín hasta acá, a cuatro surtidores que tuvo al interior la fuente. No necesito decir otra vez que los más agradecidos con la obra fueron los comerciantes, quienes dejaron de acarrear el agua necesaria para sus labores de la acequia, en la esquina norponiente de la otra plaza.

Plano de Pérez, 188... la letra R nos marca al entonces "Jardín", con solo 2 calle transversales.
El nuevo jardín tuvo frente a él una monumental barda atrial, que rodeaba el lado sur de las iglesias, de cantera morena labrada y reja con barrotes de hierro forjado, hecho con fondos de particulares. Tenía dos pórticos de acceso a las iglesias, uno llamado de San José, estucado en blanco y otro frente a la parroquia, muy sencillo. La obra se concluyó por 1872, con fondos proporcionados por los comerciantes y fue demolida exactamente 100 años después durante el gobierno municipal de Enrique Burgos. Hubo una capilla adosada a la barda entre ambas puertas, sin dato de cuando se desmantelo, tenía su puerta hacia la plaza y su función era que los marchantes dominicales no dejaran de escuchar la misa de precepto.


EL NUEVO SIGLO


Fotografía del archivo histórico municipal, de inicio del siglo XX, la esquina norponiente de la plaza, vista desde el otro jardín. Nótese la cantidad de arboles y la barda atrial de las iglesias.
En dichas condiciones, llegó el siglo XX,  por alguna razón,  los árboles no se conservaron en la cantidad en que se plantaron, sin embargo, había bastantes. El nombre oficial cambió a Plaza o Jardín de la Independencia, pero el popular siguió siendo el de “el Jardín”. Después de los años 30s se construyó una calzada, al parecer de cemento que circundaba la plaza.
Fotografía del archivo histórico municipal, de inicio del siglo XX, la esquina surorponiente de la plaza, vista desde la calle de los infantes, actual Hidalgo.
 
Los puestos dominicales abarcaron desde entonces casi todo el espacio disponible, ocupando incluso calles aledañas, agrupándose en determinados lugares, los comerciantes de granos, los de cal, los quioteros, los cambayeros, los fierreros, los carboneros, etc. Por los desfiguros que hacían sus consumidores, los vendedores de pulque no tenían un lugar fijo, eran ambulantes y al final se les confinó en la calle de Mina. Al interior del jardín algunos de los puestos comenzaron a hacerse semifijos, con estructuras de tablas. Parecía que todo seguiría igual por siempre, pero la posesión del lugar por el comercio llegó a su fin en 1963, cuando los comerciantes debieron trasladarse al nuevo mercado, que inicialmente, para no perder la tradición, tenía una sección de puestos fijos, completamente techada y otra descubierta, ocupada solo por el tianguis dominical.

Fotografía tomada de revista de mediados del siglo XX. Muestra el lado oriente de la plaza, nótese que era domingo y la plaza en su apogeo. 

LA PLAZA SUBE

Postal de la colección personal, década de 1970. La nueva plaza, nótese las jardineras casi a ras.
Una vez despejado el lugar, el perímetro de la plaza se elevó unos cincuenta centímetros y  toda la superficie resultante se cubrió con adoquín rosa y líneas de cantera negra. Se construyeron en las esquinas jardineras en forma de “L”, casi a ras del nuevo piso y se instalaron alrededor algunas bancas de hierro colado, genéricas de color verde. Me dicen que se derribaron árboles, sobre todo laureles y pinos en la parte central, solo se conservaron los que hoy están en la acera poniente y el solitario de la oriente.   Se menciona en el primer tercio del siglo XX que tenía algunos alcanfores y junto a ellos una depresión llamada "el hoyanco" donde se tiraban ciertos desperdicios del comercio. La fuente fue rodeada por una jardinera. La obras se concluyeron en 1966, según reza una placa en la columna. 

EL REGRESO DEL ÁGUILA

Fotografía de 1981 de José Velázquez. Tomada de una revista. La nueva águila sube a la recién reforzada columna.
En la década de 1980, se instaló un asta bandera monumental para las ceremonias cívicas. Y en el aniversario 450 de la ciudad, en 1981, don Jorge Herbert Pérez presidente municipal, eleva a la parte alta de la columna, la estatua del águila que hoy la corona, no sin antes haber dotado al centro de la columna de un alma de varilla y concreto, para resistir el peso. No sé si el águila es de bronce, y por eso se vea verde, como que recuerdo que siempre fue así, desde nueva.

Con ligeras modificaciones, la plaza llegó al siglo actual, cuando se le hacen algunas nuevas, tales como jardineras más altas para que sirvieran a la vez de asientos, se retiró la jardinera alrededor de la fuente, se repuso parte del piso y se removieron gran cantidad de árboles y plantas de ornato con el viejo argumento de que iban a ser reubicados, seguramente todos murieron y fueron tirados por ahí.

EL SIGLO PRESENTE

Postal de la colección personal, de Luis Luévanos, la plaza tras alguna de las remodelaciones.
Al iniciar el año  2016, nuevos vientos corren por la vieja plaza, ya constituida plenamente como el sitio de reunión masiva de los sanjuanenses, desde hace varios años alberga actos cívicos, festivos y profanos. Con la reforma salinista volvieron los actos religiosos a la vía pública y qué mejor lugar que éste, único donde se puede escuchar una misa, cómodamente sentado, saboreando una deliciosa paleta o un chicharrón con cueros,  y al mismo tiempo, disfrutar de la actuación de un payaso. La vieja plaza, mayor, principal, pública e independentista lo mismo ha recibido al hombre mosca, que sobre sus adoquines se han instalado los juegos mecánicos. En ella, los sanjuanenses, un pueblo casi siempre callado, expresan su sentir en las diversas ocasiones que los congregan, actos políticos, la ceremonia del grito, las inauguraciones y clausuras de feria, con un solo grito. En esas pocas noches anuales un grito unánime, ha vitoreado o abucheado a quienes al frente de él están. Hoy casi todos dicen –vamos a la plaza independencia, solo los más viejos todavía le decimos – al jardín.
Fotografía personal, mayo de 2016. La plaza en plena remodelación, se notan ya algunas de la "novedades"


Fotografía personal, 2014,  dentro de la fuente  se observan dos de los cuatro surtidores de cantera, desde donde algún día brotó en la plaza, el agua del río.
Creo que en estos días se concluyen las obras, solo entonces sabremos si fue mano de tigre o gato, en lo personal, y para los fines de este blog, espero que las fuentes danzarinas tengan éxito, es más, que se hagan otras del otro lado de la plaza,  en la siguiente entrada les diré por qué.
_________________________________________________________________________

EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD ________________________________________

NO HAGO UN RECUENTO DE LOS COMERCIOS QUE RODEAN A ÉSTA PLAZA, NI SUS HABITANTES Y HECHOS, PORQUE SERÍA MUY AMPLIA  LA ENTRADA, ESPERO PODER HACERLO EN EL FUTURO.
________________________________________________________________________________
SECCIÓN COMERCIAL

Hoy presento una publicidad, tomada de un periódico de una de las panificadoras tradicionales de la ciudad. Su ubicación era, casi junto a la actual casa de la Cultura, Hoy es una tienda de empeño. Creo que desde los años cincuenta fue abierta, con la característica, entonces novedosa de que hacía el pan en la parte trasera y lo expendía al frente. (entonces era más común que unos lo hicieran y otros lo vendieran)  Su propietario era don Tereso Tovar, quien la atendió hasta sus últimos días. Repartía a muchas de las misceláneas y tendajones de la ciudad, (no puedo decir que solo las del centro porque entonces la ciudad solo era el hoy centro) primero en bicicleta y luego en una moderna camioneta. (No vendía por pieza, sino con "ganancia en 25" es decir, que te dejaban las 25 piezas al precio normal y 4  más, que era la ganancia)  Al fallecimiento de don Tereso, su hijo Samuel continuo algunos años el negocio. Cerró por la década de 1990. Especial recuerdo tengo del lugar, porque en él durante muchos años, mi abuelo y mi padre elaboraron el tradicional pan de la época: "chilindrinas", ojos de pancha, "moños", bigotes, "tostados", huaraches, "yoyos" , mil hojas y sobre todo el bolillo de a deveras, el que le quitabas el migajón del centro y rellenabas de lo que quisieras, dulce o salado.