Arqueología de barrio en el centro de San Juan del Río.
Fotografía personal. Mayo de 2016. La obra en proceso. |
He comentado antes la permanencia de elementos
arquitectónicos antiguos en las construcciones modernas, les he llamado
testigos del tiempo, incluso hay una entrada especialmente dedicada a algunos
de los que he ido encontrando.
para ver, dar clic Testigos del tiempo
Hay otro concepto que he manejado, la arqueología de barrio, es decir,
los elementos enterrados que de vez en cuando salen a la luz,
permitiéndonos conocer diversos aspectos del pasado de nuestra ciudad.
Gracias a las obras que en días recientes ejecuta el gobierno municipal, en la plaza Independencia de nuestra ciudad, se realizó una excavación en la parte norte de la misma. En los estratos que la máquina dejó, fue posible observar algunos elementos, que nos dan luz sobre la historia de tan emblemático lugar, que traté de reseñar en la entrada de la semana pasada.
Para ver, dar clic: La plaza de la Independencia de San Juan del Río.
Supongo que para el momento de escribir estas líneas, la excavación ya
fue cubierta, y también que a nadie se le ocurrió asomarse y observar
en ella, así que hoy les presento en mi
análisis, un claro ejemplo de
Arqueología de Barrio, es decir restos que están ahí, aparentemente no
dicen nada, ninguno estará nunca en un museo, pero observando detenidamente,
nos muestran los casi cinco siglos de este emblemático espacio.
Se excavó, supongo que para las fuentes “danzarinas”, una trinchera semicircular, de aproximadamente
20 metros de largo por 4 de ancho y una profundidad de un poco más de un
metro.
Fotografía personal. Mayo de 2016. La trinchera excavada. |
La primera sorpresa que encontramos, es que el piso original de la plaza,
no es de tierra vegetal como se
supondría por haber sido jardín desde hace muchos años sino tepetate. En lo personal, siempre
creí que había sido originalmente un lugar de cultivo. Parece ser que esta capa
de tepetate abarca una extensa área alrededor, lo que determinó casi desde los
inicios del pueblo, que está área se dedicara a viviendas y espacios público,
dada su infertilidad para las actividades agrícolas.
Fotografía y textos personales. Mayo de 2016. |
En esta plaza, durante cuatro siglos, del XVI al XX, por costumbre se estableció los domingos, la
plaza de comercio local. El piso de tepetate
es la razón por la cual, se describía en textos antiguos como un lugar
desolado, supongo que siempre se intentó plantar árboles, pero la pobreza del suelo solo les permitía
llegar a cierta edad, después era inevitable su muerte, a ello se aunaba la
falta de agua para regarlos, solo sobrevivían los que resistían hasta las
lluvias.
En la fotografía del siglo XIX se demuestra esto: se observan pocos árboles
y muchos puestos. Seguramente en ese año, la superficie era la original, es
decir vil tepetate, lo que además haría polvoriento el lugar.
Otro aspecto que se puede observar en la trinchera es la transformación
que sufrió el lugar, en el siglo en el último tercio de ese siglo, cuando la
administración municipal emprende la construcción del entonces llamado “Jardín".
Puede verse una capa de tierra vegetal, seguramente para cubrir en lo
posible el tepetate.
Fotografía del siglo XIX. |
Cuando observé por primera vez la
excavación moderna, me llamó la atención que esa tierra vegetal penetraba
dentro de la línea del tepetate, en ciertos tramos, pero siguiendo formas no
naturales. Poco tardé en darme cuenta que eran las cepas excavadas para plantar
los árboles y que tuviesen un poco de tierra fértil. Las cepas son de varios tamaños y deben haber
sido una línea continua, que confluía desde las orillas al
centro del jardín.
Fotografía y textos personales. Mayo de 2016 |
En algún momento posterior, la totalidad de la plaza fue empedrada, y se
formaron callecitas transversales que confluían al centro de la misma. Este
empedrado sobrevivió hasta la década de 1960. Quienes la vieron me dicen que
era muy irregular, ya que por no poder hacerlo hacia abajo, muchos árboles
echaban raíces a los lados, aprovechando la delgada capa vegetal.
Los árboles y plantas debieron cambiar diametralmente el espacio, máxime
que en la década de 1880, se construyó la fuente y el riego que se les podía dar, permitió que
en varios momentos de su historia, el jardín estuviera profusamente arbolado.
Sin embargo, el suelo de tepetate siempre les daba caducidad a los fresnos y
algunas especies de coníferas que son los que me dicen que eran los más
abundantes, pero igualmente solo vivían hasta cierto punto, debió ser una
labor constante el retiro de los árboles muertos y su sustitución por nuevos
ejemplares. No he podido hallar datos de las bancas que debió tener,
seguramente fueron inicialmente de madera y luego de granito y fierro colado,
como se ven en la actualidad.
Un dato curioso que me dicen, es que la plaza no era completamente plana,
sino que de sus orillas, hacía una ligera elevación hacia el centro de la
misma. No hay elementos para saber si
esa formación era natural o la construcción, primero de la columna y luego de
la fuente, se realizó en suelo alto
natural, o fue hecho exprofeso.
Lo que casi no hay en la trinchera excavada son piedras bola de río, que eran las que se
utilizaban en tiempos antiguos para el empedrado. El municipio, ahora sí que
previsor, en la década de 1960, al
trazarse la actual Plaza independencia, debió evitar que quedaran enterradas y las aprovechó para otro lugar. Seguramente fueron destinadas a
alguna calle cercana.
En esa década, específicamente en 1963, al mudarse los
comerciantes al entonces flamante mercado Reforma, se emprendió el trazado de
la actual plaza. La acción principal, fue elevarla, del nivel del suelo de las
calles aledañas, a unos 60 centímetros arriba, que era la altura que ya tenían
la fuente y el basamento de la columna.
Fotografía y textos personales. Mayo de 2016. Rellenos |
Fotografía tomada de los calendarios de la CANACO, crédito a quien corresponda. Lado poniente de la plaza algunos años antes de que se elevará su altura en unos 60 cm. |
Para poder nivelar el jardín, se recurrió, según se ve también en la
trinchera, a rellenar el espacio con todo el material posible, ahí se ven
igual, piedras labradas,
seguramente de construcciones derrumbadas de otro lugar, tabique antiguo y
nuevo, y finalmente, se aplanó todo con una línea de tepetate moderno.
Me cuentan que fueron removidos muchos árboles, algunos muy grandes, pero
ninguno centenario por las razones ya expuestas, para entonces, se habían
sembrado algunos “truenos” que
sobreviven en la actualidad en las orillas oriente y poniente. Pensaba yo que
por el tamaño de su tronco eran originales del viejo jardín, pero me aclaran
que no. Solo se dejaron unas breves jardineras y se instalaron nuevos árboles
de ornato. El nuevo piso, elevado se cubrió con adoquín de cantera rosa y
algunas líneas de cantera negra.
Imagen de Google Earth, 2016. Los árboles sobrevivientes. |
La Plaza resultante, se ha conservado hasta nuestros días, se han
ampliado y elevado las jardineras, han cambiado los árboles y plantas de
ornato, la iluminación y bancas. Se reforzó la columna y regresó el
águila. Mismo adoquín, con algunos adornos.
Decía en la entrada anterior que esperaba que la remodelación emprendida en días pasados fuera exitosa y se replicara en el otro extremo de la plaza y hubiera otra excavación, a ver que sale del otro lado. Supongo que algunas otras sorpresas, del lado sur confluía uno de los viejos arroyos, (hoy calle Vicente Guerrero) y por ahí debió llegar, del jardín del Sacromonte, en forma subterránea el agua que alimentaba la fuente.
Espero les hayan gustado las conclusiones de esta arqueología de barrio.
Fotografía personal.Ingenio Sanjuanense |
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Como muchos saben, la ciudad celebra su feria
tradicional en estos días. Este año no he invitado a eventos, porque están
entregando impresos en todos lados y hay para todos los gustos, hasta
culturales. Hoy domingo se inauguró la exposición de pintores locales, y la de
la historia de la feria, no pude asistir, pero en cuanto pueda voy por unas
fotos y les cuento.
También se viene la premiación de los Juegos Florales, no ganó mi gallo
en ninguna de las categorías, pero en una ganó un buen amigo, Pablo junco y en
otra,mi sobrino Arturo Hernández, no conozco las obras, pero sí sus
trayectorias y creo que son dignos representantes de la lírica local. Del
ganador en la categoría nacional luego les comento.
SECCIÓN COMERCIAL:
¿Quién en su lejana juventud o niñez no se aventó en este local un delicioso "Esquimo"? o un licuado e igualmente, por consejo de su mamá pedía que se lo dieran con dos yemas de huevo?
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