Seguramente desde la indefinida fecha de la fundación de San
Juan del Río como pueblo de Indios, a mediados del siglo XVI, sus habitantes
tuvieron una división territorial interna para facilitar las tareas
políticas, administrativas y religiosa.
Siendo la mayoría de esos habitantes, otomíes procedentes de Jilotepec, reprodujeron en el nuevo fundo los usos y costumbres de su lugar de origen. Contra lo que se cree, los otomíes, siendo de los pueblos más antiguos del altiplano, compartían con los demás lo que se llama “cultura mesoamericana” que entre otros aspectos comprende la organización político-administrativo-territorial en barrios.
El barrio, o Calpulli entre los pueblos mesoamericanos se refería a una unidad que implicaba varios elementos:
-Una porción de territorio que incluía las tierras de cultivo y la sección de vivienda.
-Un grupo de habitantes unidos por lazos familiares, de
oficio o creencias particulares o religiosas.
-Una línea de mando única, que dependía de otra superior, es
decir un jefe local.
Desconociendo, por la falta de documentos contemporáneos a la
fundación, desde cuándo el pueblo de San Juan del Río contó con división en
barrios, supongo que si no lo fue desde el principio, por los avatares que tuvo
en sus primeros años, sin lugar a dudas, fue a partir del siglo XVII cuando
esta división se dio, por dos razones fundamentales:
a) Para ese entonces ya
existe el gobierno indígena, a través de
una república de Indios propia ( Antes dependía de la República de Indios de
Jilotepec)
b) El establecimiento de una Parroquia local, que aunque lo
fue desde finales del siglo XVI, su estructura y feligreses eran mínimos. La
iglesia alentaba la división por barrios para efectos de culto y fiestas.
Al establecerse el pueblo, todo lo que hoy es el Centro
Histórico, estaba constituido por los sembradíos de los indios y entre ellos
las chozas en que los habitaban, en un asentamiento disperso que tras la
llegada de españoles y el aumento de la población indígena, inició la
urbanización dentro de las parcelas y se comenzaron a delimitar caminos y
calles al interior.
No se sabe con certeza, como se estableció aquí la división
territorial de los barrios, seguramente fue por afinidad de los habitantes,
parentescos, propiedades, etc. y se
tomaba algún arroyo, calle, parcela, algún accidente orográfico para establecer
los límites. aunque no hay un mapa antiguo que los defina en la época colonial temprana, parece que
todos los habitantes conocían perfectamente a qué barrio pertenecían y así lo
consignan en los documentos antiguos. Hoy, con la urbanización es difícil
establecerlos con claridad.
La descripción de los barrios la hace Rafael Ayala, en su
libro “San Juan del Río, Geografía e Historia” tomada literal, del informe del
Subdelegado Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, presentado al Virrey
Revillagigedo. Dicha información data del año de 1793, es decir, casi al final
del virreinato y no da muchos detalles, aunque tiene la ventaja de señalar
algunos puntos conocidos que me permitieron elaborar el mapa de los barrios
que presento y no existía hasta hoy.
Portada del informe de 1793. Menciona los Barrios |
Está elaborado de acuerdo a los datos arriba mencionados,
plasmados sobre el mapa de Ignacio Pérez, de finales del siglo XIX, por ser el
más detallado para este tipo de trabajos. (Existe un plano de la fecha del
informe, 1793, pero la copia que tengo de él no es muy clara) Aunque hay un
siglo de diferencia entre los datos y el plano usado, aclaro que la ciudad no
creció en ese lapso.
Este primer intento de mapa, no pretendo sea el definitivo,
hay límites de barrios que no están claros y aunque el pueblo estuvo
inicialmente bien delimitado, desde fechas muy tempranas, dentro de él se
introdujeron terrenos de las haciendas aledañas, por lo que no se puede
determinar, en algunos casos, sus límites
y qué tierras de labor eran del
pueblo o de haciendas.
Elaboración personal sobre el mapa de Ignacio Pérez. Los colores delimitan los antiguos Barrios. |
La conformación de los barrios, como casi toda la cultura
indígena se fue perdiendo a partir de la desaparición de la Republica de
Indios, con la Independencia nacional y la venta de las tierras comunales a
particulares, a veces indios, pero las más a mestizos y blancos. Para 1864, la
ciudad ya estaba dividida en cuarteles, una forma más precisa, en manzanas y
calles pero que acabó con la identidad y pertenencia que daba a los habitantes
el ser de un barrio.
A partir de esta entrada, haré la descripción de los barrios,
sus límites, sus características aclarando que inicialmente eran todos de habitantes indios y que la inclusión
de españoles les dio características especiales con el transcurso de los
siglos.
Los barrios que componían el pueblo, de acuerdo al informe de 1793 eran los siguientes:
San Miguel
La
Concepción
El Calvario
San Marcos
San Juan
San Isidro
El espíritu
Santo
Barrio del Calvario (hoy solo referiré éste)
Detalle del plano de Ignacio Pérez. El color marrón Indica la extensión del Barrio del Calvario (4) |
Dice Ayala: “Terminando el Barrio de la Concepción le sigue el del Calvario, con largo de de seis manzanas de poniente a oriente, hasta la salida del camino que va a México, rematando en unos pilares que mandó poner el Subdelegado para adornar la entrada del camino al pueblo. Tiene en su circunferencia catorce manzanas y hay calles en este barrio que se llaman de Pueblo Nuevo, Tomando por esta circunstancia, el nombre de Pueblo Nuevo.”
Este barrio iniciaría actualmente, en la esquina de Allende y
Av. Juárez, seguiría por la acera sur de la misma hasta el B. Juárez, casi para
llegar a la carretera a Tequisquiapan, donde estaba la salida a México, un
edificio llamado la Garita y los pilares mencionados. Ahí colindaba con la
Hacienda de San Cayetano, que comprendía parte de la hoy Colonia Juárez, la
empresa Kimberly Clark, Infonavit Pedregoso y la Colonia San Cayetano. El
barrio continuaba en diagonal al sur para llegar a lo que hoy es Panamericana y
bordeando las Peñitas, bajaba de ellas detrás del Fraccionamiento el Molino,
encontrándose con la Acequia, casi en el B. Hidalgo. Era el límite con la
huerta Grande, parte del Mayorazgo de la Llave, Igual que Guadalupe de las
Peñas. Desde ese punto, hacia el norte, la acequia lo separaba del Barrio de la
Concepción y continuaba por detrás de las casas al poniente de la calle de
Melchor Ocampo, hasta su salida en la Plazuela Guadalupe Victoria, donde regresaba al punto inicial.
Imagen de Google Earth. El Barrio del Calvario. |
Es una de las zonas de la actual ciudad, habitada desde la época prehispánica. En la parte superior de las Peñitas, hoy debajo de la Escuela “Rafael Ayala” se encuentran los vestigios del asentamiento del Clásico y hubo restos de esta cultura y algunas posteriores incluso en la calle Melchor Ocampo.
El Barrio, desde el inicio del pueblo tuvo habitantes, aunque
pocos, junto al cerro del Calvario, por su irregular terreno. Con el paso
de los siglos, al ocuparse el centro por españoles, los indios se relegaron a
las afueras, sobre todo aquí, trazando nuevas calles, en lugares hasta entonces
no ocupados, por lo cual se le llamaba también “Pueblo Nuevo.”
La calle Melchor Ocampo, anteriormente se llamaba “Cóporo”,
palabra tarasca que significa “junto al Camino grande,” esto por ser parte del
camino Real a México en sus etapas iniciales. Continuaba por Guadalupe de las
Peñas, el Rodeo y San Sebastián de las Barrancas. De ahí el nombre.En terrenos del Barrio, se permitió en el siglo XVI establecer el edificio del gobierno virreinal, que comprendía el Juzgado de Registros y la Cárcel. (Lo que hoy es el Centro Histórico y Cultural)
Debajo de las Peñitas, junto a la Acequia, estaban algunas de las tierras comunales de la República de Indios, por la facilidad del riego, sembradas con hortalizas, por ellos mismos o rentadas. Los ingresos obtenidos se utilizaban para sostenimiento de la iglesia. Al terminar esos terrenos, llamados, el Triángulo, el Carrizal y Bodó, en lo que hoy es la Plazuela Guadalupe Victoria, antes llamada “Plazuela de los Trabajos”, realizaban trabajos relacionados con la agricultura, ganadería y Jarcería.
Finalmente diré que desde tiempos muy tempranos del pueblo,
aprovechando la pendiente de la actual calle 2 de abril, en ella se ubicó una
capilla llamada del Calvario, lo que le dio nombre al cerro donde está ubicada
y en consecuencia al Barrio, donde e se escenifica hasta hoy, en Semana Santa,
la Pasión de Cristo. Detrás de esta iglesia, existió un pequeño panteón de
indios, cuyo terreno, ya en la época independiente, fue utilizado para la
construcción del Panteón de la Santa Veracruz, actual Museo de la Muerte.
De ese barrio me encanta la parte de la calle de 2 de abril que es peatonal. El pequeño patio de la iglesia del Calvario me parece pintoresco.
ResponderBorrarHola, Gracias por tus comentarios. Efectivamente, el pequeño atrio, aunque algo modificado recientemente, es muy pintoresco, desgraciadamente le quitaron el "poyito" que tenía en el lado poniente y han dejado que se deteriore la serpiente de cantera. (anda de un lado para otro) Cuando mi mamá no lograba obligarme a ir a misa el domingo al centro o al Santuario en el día, en la tarde tenía que asistir a misa y te puedo comentar que el poyito era el mejor lugar para hacerlo, así que casi te puedo decir que conozco cada piedra del atrio. Te había enviado un mensaje en el google + antes de vacaciones de semana santa para ver si nos encontrábamos en esos días que tenía libres, creo que no lo viste o no te llegó. Te aparté uno que me quedó por ahí, está medio maltratado pero nada de cuidado. Estamos en contacto, a ver cuando nos ponemos de acuerdo, pero por lo pronto ya está apartado para ti.
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