3 de Ayala 3
El pasado domingo (9-11-2014) este blog completó un total de 4000
visitas. Siendo su intención original y presente la difusión de la historia del
municipio de San Juan del Río, Qro. México, no queda más que agradecer a
quienes una o muchas veces se han interesado en los temas que se han tocado en
las hasta hoy 58 entradas.
Decía hace poco más de un año, que trataría de dar una visión fresca a
nuestra historia, aquella que nadie escribió hasta 1971, con la aparición del
libro del Dr. Rafael Ayala, quien con la visión de su tiempo nos dejó una gran
base de información perfectamente estructurada que siento que es necesario
enriquecer. No es posible ya hacer una obra que al menos se le equipare pero sí
se puede complementar y en algunos casos, corregir, eso es lo que intento en
este espacio, no solo repetir lo que escribió.
Ya había comentado que siendo niño, en la desaparecida biblioteca de la
calle Mariano Jiménez, recibí de manos de la Srita. Ángeles un ejemplar de ese
libro para un trabajo escolar, fue el primer libro de historia que leí.
Años después tuve oportunidad de conseguir prestado de un amigo, Héctor
Muñoz González, un ejemplar de la segunda edición, que es el que me ha
acompañado desde siempre, más de 20 años, que he leído una y mil veces,
encontrando siempre ya un dato escondido, un tema interesante, un detalle
olvidado, un nombre familiar. Ese libro fue la motivación para, en un esfuerzo a veces
frustrante, tratar de reunir toda la
bibliografía posible, aunque no es mucha, respecto a San Juan del Río en
particular y en general del estado de Querétaro, teniendo en el trayecto, la fortuna
de conseguir las tres ediciones del libro, que son las que hoy les presento, en
orden cronológico.
Primera
edición, 1971.
Corría el año de 1972 cuando el pueblo de San Juan del Río, hasta
entonces carente de una historia escrita, a pesar de sus más de cuatrocientos
años de fundado, recibe como regalo de uno de sus hijos, un sencillo libro, con
apenas poco más de doscientas páginas, pero producto de un esfuerzo de más de
20 años de investigación en todos los archivos y bibliotecas, públicos y
privados a los que había acceso en aquellos tiempos.
Rafael Ayala Echavarri se llamaba el autor, Sanjuanero de más de tres
generaciones, a quien el destino y su familia habían llevado desde joven a la
ciudad de México. Pocos de los nuevos habitantes lo conocían ya. Había hecho
una gran carrera en la odontología como práctica profesional y docente en la
capital de la República, pero a la par, casi en secreto, había emprendido una
tarea monumental que le ocupó casi la tercera parte de su vida: armar desde la
nada la hasta entonces desconocida, por olvidada y enterrada historia de San
Juan del Río, al que tantas veces había vuelto, con motivo o sin él, por el
solo gusto de recorrer sus calles, de saludar a su gente, a sus contemporáneos,
aunque cada vez encontraba menos.
En los días postreros de su vida, quizá sintiendo que el aliento no le
alcanzaría para más, no quiso que la muerte le privara de dejar su preciado legado
en el lugar que lo había visto nacer y apenas un par de años después lo vería
morir, por lo que apresuró la edición de todos los apuntes recolectados hasta
entonces en un libro.
Con algunos ejemplares bajo el brazo, llegó de nueva cuenta al pueblo, bien
sabía que sería una de las últimas veces que lo haría, tenía que ser ahora. Admiró una vez más la
vieja avenida Juárez, y encaminó sus
pasos a la calle Mariano Jiménez, quizá al atravesar el Jardín del Santuario
recordó que apenas meses antes había recorrido ese mismo trayecto, para la instalación (otra vez)
de una biblioteca pública que el mismo
había promovido y hoy se inauguraba, en un anexo de la Escuela Mártir de
Chihuahua –la vieja Pestalozzi, debió haber pensado. Al llegar frente a ella
sonrió, el gran letrero de la fachada tenía un error, decía “Biblioteca pública
Lic. Juan Wenceslao Barquera” - le faltó el Sánchez, dijo en voz alta, sin notarlo, llamando la atención de sus acompañantes que no supieron de qué hablaba.
Lentamente traspasó los dos altos escalones ingresando a la única sala de
la Biblioteca, el local olía a viejo, lo que le pareció maravilloso. Lentamente
sus cansados brazos se deshicieron de la carga, que depositó amorosamente en las viejas mesas, lustrosas
por la pintura de aceite que las recubría.
Pudieron entonces los presentes ver la portada de los libros, sobre un
fondo amarillo, rezaban:
RAFAEL AYALA ECHAVARRI
SAN JUAN DEL RIO
GEOGRAFIA E HISTORIA
MEXICO D.F.
1971
En
color rojo, ostentaba un grabado, desconocido para todos los presentes – Se
parece al puente de piedra, dijeron
algunos. Efectivamente dijo orgulloso Ayala, es un escudo que tomé de un
documento expedido la aduana instalada aquí en la época colonial y comenzó,
como era su costumbre, a dictar una cátedra fugaz y contundente de viejos
hechos, de nombres desconocidos, de hazañas olvidadas y de los
vetustos edificios cercanos. En pocos minutos, ante un silencio
respetuoso, los importantes funcionarios que lo acompañaban desaparecieron de
la vista de los presentes, su figura se agigantó, algunos cerraron los ojos,
los que los mantuvieron abiertos quedaron prendados de esa voz, que mágicamente los hizo recorrer el barroco, el
clásico y el neoclásico, pasó rápidamente del mito a la leyenda y de ahí a
documentos y las biografías. Siglos en segundo y segundos que parecían siglos.
Quienes no lo conocían quedaron boquiabiertos, los que sabían quién era,
solo asentían, estaban frente a quien más había estudiado el pasado de San Juan
del Río, no era un hombre, era la historia viva de su pueblo y en el día
narrado, en esos humildes ejemplares,
devolvió como donación, en el único local que los merecía, el pasado ignorado de
un pueblo, que lo había perdido en los más de cuatro siglos transcurridos,
quizá desde que, apenas a trecientos metros de ahí, un indio de la nación otomí
lo declaró fundado en nombre de Dios del Cielo y de la Tierra. La misión estaba cumplida.
A
tiempo recordó que era la inauguración de esa biblioteca y volvió a la cátedra, ahora recitando de
memoria, los datos biográficos del Lic. Wenceslao Sánchez de la Barquera. Era
el jueves 21 de junio de 1972, tras las salutaciones de rigor, salió en
silencio de la biblioteca, ahora podría descansar un poco de la historia y del tiempo. Al pasar
por el Santuario el campanero lo reconoció. –Don Rafael, encontré en la
sacristía una pintura vieja. Sus ojos
recobraron la luz, -Vamos a verla, dijo resignado… Nueve meses después, su tierra reclamó los
restos de este preclaro hombre.
Impreso en la ciudad de México por Editorial Luz,
Consta de 11 capítulos, redactado
en una especie de crónica, quizá por lo difícil de escribir académicamente una
obra que tuvo que iniciar desde cero, dato por dato, en la que según sus
palabras, el haber enumerado las fuentes de referencia le hubiera implicado un
volumen mayor que el escrito.
Es quizá, lo único que puede reprochársele, ya que muchos de sus datos no
sabemos dónde los encontró y por tanto no han podido ser revisados para buscar
mayor información, quizá algo que se haya escapado u omitido en la redacción.
Solo el primer capítulo se refiere a Geografía, a partir de ahí, aborda
la historia, desde los tiempos prehispánicos, hasta el siglo XX. Tiene una
omisión, no aborda los temas de la revolución de 1910, la guerra cristera y el
tiempo que le tocó vivir, nunca explicó porqué, suponemos que le faltó tiempo y
decidió publicar lo que tenía completo en ese momento.
Al final presenta una serie de 36 láminas con dibujos, mapas y
documentos, algunos muy conocidos, otros jamás se han vuelto a ver, hay quien
comenta que estaban todos en su biblioteca particular. No hay datos de cuantos
ejemplares se editaron, pero muchos de ellos se distribuyeron en bibliotecas
públicas de toda la república.
El ejemplar que poseo, lo obtuve hace pocos meses, en trueque con un amigo,
después de buscarlo por varios años. Tuvo que ser sometido a una reparación
mayor por el estado en que se encontraba, maltratado y ajado, como deben estar
los libros que se han leído muchas veces, tras 43 años de vida.
Segunda edición, 1981.
Edición de Manuel Ayala Valenzuela (hijo de don Rafael) con el
patrocinio del Instituto Cultural Domeq en la Imprenta Aldina de México D.F. Esta edición es quizá la más conocida porque
se vendió a nivel local y creo que se distribuyeron de manera gratuita muchos
de los 1000 ejemplares de la edición.
Mantuvo en la solapa la presentación de Juan José Ruano Montes, de la
edición original y en interiores el prólogo de la primera edición, de don
Rafael. El de la segunda es de su hijo. La solapa posterior conservó la
lista de obras impresas del autor.
Tiene el defecto de que siendo el mismo texto de la primera edición, se
le agregaron gran cantidad de datos, supongo que por Manuel Ayala, para esa
fecha don Rafael ya había muerto, quiero suponer que dejó algunos apuntes
sueltos y son los datos anexados.
Las fotografías de las páginas finales son las mismas de la primera
edición, pero al ser copias directas del impreso, la calidad de la mayoría es mala.
Este libro es el que he tenido durante mucho tiempo, conservándolo tal
como me lo prestaron, forrado en plástico escolar, espero algún día devolverlo,
como debe ser.
Hace algunos años conseguí por 140 pesos, otro ejemplar de la misma edición 1981.
Tercera
edición, 2006.
Editado conjuntamente por el Gobierno del Estado de Querétaro, y la
presidencia municipal de San Juan del Río, con patrocinio de KCM en los talleres del Archivo Histórico del
Estado. Es una edición bien cuidada, con portada de diseño. Contiene la obra
original de 1971, más los agregados de la segunda edición y, lo más importante,
notas de pie de página, escritas por personal del Archivo Histórico Municipal,
que se tomaron el esfuerzo de cotejar fechas y señalar algunas incorrectas, así
como notas aclaratorias que indudablemente enriquecen la obra. Como
esta edición no tiene solapa, la presentación original de Ruano Montes se
colocó en la contraportada y en interiores tiene otras del Gobernador del
estado, La presidenta Municipal y los prólogos de las ediciones anteriores, el específico de esta edición es de la investigadora Martha Eugenia García Ugarte,
muy bien estructurado.
Presenta las mismas fotografías de
las ediciones anteriores, con baja calidad pero agrega algunas más, esas sí
de buena definición.
Creo que la iniciativa de esta edición fue del recordado Juan José Ugalde,
entonces encargado de Desarrollo Cultural del municipio, personalmente él me
vendió el libro recién editado, en la Casa de la Cultura. (Creo que hasta ese
momento no había vendido ninguno, porque me miró extrañado, y peor cuando le
dije que quería dos ejemplares) El precio en ese momento era de $150.00 creo que todavía quedan algunos de los 5000 ejemplares a la venta en el Centro Histórico y
Cultural en la Av. Juárez. Siendo el libro que todo sanjuanense debe tener y
que todavía está disponible, dense una vuelta a comprarlo, no sé el precio
actual, pero no debe ser caro. No pierdan la oportunidad de tener en casa una
verdadera biblia de historia local.
EPÍLOGO
Contra lo que se cree, los libros de Rafael Ayala son pocos, en realidad,
lo que él hacía era una abundante publicación de artículos sueltos o documentos
antiguos completos, en revistas, periódicos y conferencias. Cuando alguno le
parecía importante o le era solicitado, editaba lo que se llama sobretiros, es
decir la publicación de las páginas en una pequeña edición encuadernada, que
repartía en bibliotecas y con amigos.
Nota: el relato de la donación de libros a la biblioteca es una
recreación personal.
Te felicito por tu blog llevo aproximadamente un mes visitándolo y he aprendido bastantes cosas que desconocía de esta ciudad, crees que pueda conseguir todavía el libro que mencionas, me interesa mucho tenerlo. saludos
ResponderBorrarGracias por las visitas, que bueno que te intereses por la historia de esta ciudad. Hace como un mes todavía había en el centro cultural de San Juan (la antigua cárcel) el libro, no sé cuanto cueste ahí, date una vuelta, pero si está muy caro, en el archivo histórico del estado, en la calle madero, en Querétaro, sí hay y solo cuesta $50.00 Me avisas si lo compraste aquí, y si no, aunque por cuestión de trabajo yo voy hasta diciembre a Querétaro y te lo traigo (Ya había pensado comprar varios, para regalo de unos amigos, por ese precio y por la calidad de la obra y las fotografías, es una ganga. es la edición 2006, la más completa accesible) Entre más personas como tú, accedan al blog, alientan a continuar este empeño, como siempre digo, por puro amor al arte. No se todo de San Juan, bien sé que hay quien sabe más, pero si no se difunde, muchos detalles, a lo mejor no tan antiguos se van a ir perdiendo. Gracias por tu visita. Estoy a tus ordenes.
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