Una mirada estadounidense a San Juan del Río
William Henry Jackson. Tomada de Wikipedia |
Apenas unos años antes, en los tratados de Guadalupe
Hidalgo, posteriores a la guerra de 1847 contra México, los Estados Unidos se
habían apropiado del inmenso territorio que hoy son los estados de Arizona, California,
Nevada, Utah, Nuevo México, Colorado y Wyoming, que desde siempre habían sido
la parte menos poblada del antiguo virreinato y de la ya para entonces
República Mexicana.
La política americana a partir de entonces favoreció la colonización de las grandes planicies, las extensas cordilleras, los inclementes desiertos y los enormes bosques que integraban su nueva posesión. Los colonos, en condiciones por demás precarias comenzaron a llegar en grandes cantidades, a través de caravanas. Se ignora cuántos perecieron de hambre en el trayecto o a manos de las tribus nómadas o terminaron como prisioneros, el caso es que la promesa de tierras y oportunidades deslumbraba a mucha gente de bajos recursos que atestaba las ya grandes urbes americanas del este.
La política americana a partir de entonces favoreció la colonización de las grandes planicies, las extensas cordilleras, los inclementes desiertos y los enormes bosques que integraban su nueva posesión. Los colonos, en condiciones por demás precarias comenzaron a llegar en grandes cantidades, a través de caravanas. Se ignora cuántos perecieron de hambre en el trayecto o a manos de las tribus nómadas o terminaron como prisioneros, el caso es que la promesa de tierras y oportunidades deslumbraba a mucha gente de bajos recursos que atestaba las ya grandes urbes americanas del este.
La inmensidad del territorio dilató muchos años para al
menos establecer una ruta segura, y en los conglomerados de personas que
llegaban se encontraban, además de los soñadores, trabajadores y gente común, muchos otros ente con poco aprecio a
la ley, que encontraron tierra fértil para sus fechorías.
Nunca, en los años iniciales, le fue posible al
gobierno americano cubrir con autoridades legales toda la extensión, de manera
que ante la vida en las ciudades y caminos
sin ley se creó una leyenda negra de lo que desde entonces se llamó el
Oeste, el Viejo Oeste, el Lejano Oeste o en su idioma, el Far West, idílico y
supuesto tiempo y región, que era alimentado por los corresponsales de los
periódicos del este que de vez en cuando incursionaban en la tierra de
nadie, creando la imagen que ha llegado a
la actualidad a través de la literatura y el cine.
Por los mismos años, en California se descubre la veta
de oro que generó la primera fiebre del
metal de la que se tiene constancia, que enriqueció a tantos pero dejó en la
quiebra a miles más y tuvo como consecuencia positiva, la necesidad de
establecer rutas seguras para acceder a la costa oeste y el ignoto interior
del país, dado que se detectó que se estaba estableciendo una peligrosa
economía paralela a la establecida. El trazo del ferrocarril, que comunicó ambas costas,
permitió resolver la situación y una colonización ordenada, sobre lo que había
sido la oleada inicial así como la presencia de observadores verdaderos que
repararon en que la actividad humana en el oeste se desarrollaba en diversos y
hermosos paisajes, que de igual manera no tardaron de ser descritos por
corresponsales, periodistas y escritores.
Mientras esto ocurría, hace su aparición
el personaje que nos ocupa en esta entrada. Había nacido en 1843, apenas unos
años antes de los hechos que se relatan, por lo que desde su infancia, creció
escuchando la leyenda de las lejanas tierras.
Oriundo de Nueva York, con una familia de
artistas de diversos tipos y sin problemas económicos, las condiciones estaban
dadas para que también él lo fuera, solo que escogió una técnica completamente
novedosa para entonces, la fotografía, que aprendió en la escuela y en la
práctica a través de su familia, sobre
todo el proceso del daguerrotipo que combinó con su faceta de pintor.
Pronto llegó el momento de dar a conocer su talento. Hasta entonces los diversos procesos fotográficos se centraban en las
personas, es decir en retratos de todo tipo, sin prestar atención al entorno. Tras varios trabajos en estudios
fotográficos, un día se alistó en una caravana que lo conduciría a la tierra de
sus sueños infantiles, creando desde entonces una relación que trascendería la
denominación de Far West y su vida misma, sobre todo a partir de 1870, cuando
contratado por diversas compañías, dio a conocer, a través de fotografías,
los paisajes, regiones y espacios que componían el mítico rumbo, a la
par de que reparó en los habitantes nativos. Por su lente pasaron los caminos,
las majestuosas cumbres, los extensos bosques, los fundos mineros, las diversas
tribus, las costumbres, las supersticiones, los tipos de los pueblos, es decir
la nueva realidad, hasta entonces solo imaginada que apareció ante los ojos de los
norteamericanos, creándoles una conciencia de la pertenencia no solo del llano
territorio, sino de todo el contenido humano, material y natural que lo
componía.
El fotógrafo se llamó William Henry Jackson, a través
de miles de tomas, clic tras clic, desentraño el viejo oeste de su infancia, integrando
lo que captaba a un país que desde entonces y hasta la fecha lo reconoce como
el fotógrafo por excelencia de esa
extensión territorial y quizá como el mejor fotógrafo de paisaje y tipos de la
historia. Fueron muchos los colegas que retrataron el oeste, pocos
trascendieron tanto como él, en calidad o cantidad.
Habiendo establecido desde sus inicios estudios fotográfico profesionales, siempre concentró las placas y negativos que obtenía en sus diversos empleos en empresas que lo contrataban precisamente para conocer y dar a conocer los nuevos lugares y gente. Sobre todo la Unión Pacific Railroad, le permitió, a través del ferrocarril, recorrer en poco tiempo grandes distancias y lugares y plasmarlos al papel. Fue pionero en el uso de este medio de transporte para desarrollar su trabajo, que otros en su época no aprovecharon. Igualmente fue el fotógrafo oficial de las muchas comisiones geológicas y de exploración de esos años.
Habiendo establecido desde sus inicios estudios fotográfico profesionales, siempre concentró las placas y negativos que obtenía en sus diversos empleos en empresas que lo contrataban precisamente para conocer y dar a conocer los nuevos lugares y gente. Sobre todo la Unión Pacific Railroad, le permitió, a través del ferrocarril, recorrer en poco tiempo grandes distancias y lugares y plasmarlos al papel. Fue pionero en el uso de este medio de transporte para desarrollar su trabajo, que otros en su época no aprovecharon. Igualmente fue el fotógrafo oficial de las muchas comisiones geológicas y de exploración de esos años.
El éxito de sus establecimientos comerciales fue gracias a que, aprovechando su
material, establecieron una mercadotecnia de la imagen en diversos formatos,
fotografías simples, álbumes, tarjetas de visitas, tarjetas postales y tomas
estereoscopicas. Casi todos los negativos de su obra se ha conservado y fueron
millones las impresiones que desde entonces se hicieron. Hasta nuestros días,
constituye el fotógrafo más reproducido a nivel mundial. Habiendo cubierto toda una época de la historia
norteamericana, quizá intentando atrapar nuevas realidades, viajó por el mundo contratado por diversas compañías y gobiernos. Nunca tuvo el mismo éxito, los
países de leyenda comenzaban a extinguirse, y él a repetir patrones ya
desgastados, sin embargo realizó tomas increíbles de Europa, África y Asia.
En uno de esos proyectos, llegó a México en 1883, contratado
por la compañía ferrocarrilera Atchison, Topeka y Santa Fe (ATSF) para una
serie fotográfica del Ferrocarril Central Mexicano. Huelga decir que utilizó la
fórmula ya probada: el traslado en ferrocarril, las tomas de paisajes amplios y
la gran calidad personal, aunque comercializó su trabajo al grado de que
resultaron además muchas reproducciones de baja calidad en todos los formatos
ya descritos.
Hasta entonces, en los Estados Unidos y el mundo, la
visión de México estaba cargada de los prejuicios de los diversos viajeros,
exploradores y comerciantes que por escrito plasmaban sus impresiones, muchas
de ellas se desvanecieron con la realidad de la imagen, otras se quedaron
cortas. Pero el auge de la fotografía a finales del siglo XIX permitió
establecer la realidad del país, aunque solo fuera en este caso, de los lugares
tocados por las vías ferroviarias, el resto de la república permaneció ignoto
hasta muchos años después. El recorrido de Jackson en nuestro país se
circunscribió al del Ferrocarril Central Mexicano, es decir de Ciudad Juárez a la
ciudad de México, extensión que plasmó en cientos de fotografías, siempre
en inmediaciones del camino de Hierro.
De San Juan del Río se conocen 5 tomas,
dos de ellas en magnífica calidad. Las presento a ustedes, con una breve
descripción. Aclaro que las fotografías originales tienen derecho de autor, por
lo que presento tomas tomadas de diversos sitios de venta de copias en internet.
En la Librería del congreso de Estados unidos (LOC) hay un fondo especial
que contiene muchísimas. Están disponibles a la venta por si alguien se
interesa, en máxima resolución. Ignoro si su recorrido fotográfico fue de Norte
a Sur o al contrario o en fechas distintas por lo que no puedo determinar su orden cronológico.
1.- SAN JUAN
DEL RÍO (Paso de Mata)
William Henry Jackson. Original en la LOC. |
Es una toma de terreno rural, debido a que casi
no tiene referencias y solo dice que es
San Juan del Río, tarde algo de tiempo en localizarla, por eso digo que es en
Paso de Mata, localicé el lugar siguiendo el trayecto del ferrocarril desde
Cazadero. La única pista es un bordo, que aún existe abajo del terraplén de la
vía. Por las condiciones del sitio, casi no ha cambiado, se podría obtener la
misma toma en la actualidad.
2.- Maguey Field. ( o sea campo de magueyes)
William Henry Jackson. Original en la LOC. |
La de mejor calidad y contenido de todas. En la LOC de
Estados Unidos la tienen en gran resolución. Fue tomada en las inmediaciones de
Puente de Fierro sobre el río San Juan, cerca de la Estación Ferroviaria. Es el
elegante puente dinamitado durante la revolución. Como no hay forma de saber en
qué extremo se tomó, pueden ser las inmediaciones de la calle Rayón, o el
inicio del barrio del Espíritu Santo, muy cambiados actualmente. Los grandes
ausentes son los magueyes, hoy se llamaría Asfalto Fields.
Se observa también perfectamente la locomotora de
vapor, su vagón de carbón y los de pasajeros, con la leyenda “central
mexicano”. Seguramente en la original se puede ver hasta el número de la
locomotora. Capta además algunos vecinos, curiosos por el lugar en
que se detuvo el tren, tres adultos y un niño, -que por cierto se movió- con
indumentaria campesina de la época.
3 y 4.- Sin
nombre.
William Henry Jackson. Original en la LOC. |
William Henry Jackson. Original en la LOC. |
Son dos fotografías tomadas en el anterior campo de
magueyes, de dos personajes adultos, seguramente Jackson y
alguno de sus ayudantes. No pude determinar cuál.
5.- Sin nombre.
William Henry Jackson. Original en la LOC. |
Esta fotografía sería la mejor, desafortunadamente no
está disponible en mejor resolución, parece ser que ni el original de la LOC. De
lo poco que puede observarse en esta panorámica, fue tomada antes de llegar a
la ciudad. Cerca de la vía se observan algunas casas y a lo lejos una silueta
blanca que sería la ciudad, destacando los templos, únicos edificios de altura
en aquellos tiempos.
Muchos años después, Jackson se integró a la Detroit
Publishing Company. Donde integró sus archivos y reeditó sus mejores
fotografías, otra vez en diversos formatos, de ellas proceden gran cantidad de
las impresiones que han llegado a la actualidad, en calidades diversa, incluso
incursionaron en la coloración de las mismas. Sobrevivió a la compañía, que
cerró en 1924 y se dedicó a la pintura, arte que había dejado en la niñez,
cuando por el dedo del destino se decidió que no sería el creador de imágenes,
sino el difusor de las que la naturaleza ya había realizado. Murió en 1942, a
los 99 años. Su obra está plasmada en infinidad de libros personales y catálogos
impresos y digitales.
APÉNDICE CURIOSO
La fotografía más conocida De William Henry Jackson en
el estado es una tomada en la ciudad de Querétaro, del Ferrocarril pasando
debajo de un arco del acueducto. Resulta que es uno de los primeros montajes de
la historia. Ciertamente en ese tiempo las vías pasaban por debajo de esa
construcción (actualmente no) antes de dirigirse a su terminal que estaba en la
actual biblioteca Gómez Morín. Si
observan con cuidado la perspectiva, la posición del ferrocarril y los arcos se
darán cuenta que es imposible la posición, a menos que un arco estuviera más
atrás de los otros. Creo que el mismo Jackson fue el autor del montaje, ya que
algunas de las impresiones de la falsa imagen provienen de la Detroit
Publishing, que estaba a su cuidado.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Por razones de índole personal, había dejado de
publicar el mes pasado, espero reponer
lo no escrito en vacaciones. Por algún motivo me llegó una oleada de
visitantes, sobre todo de Estados Unidos y Rusia, aunque solo son en las
entradas más recientes, espero que su interés continúe con las más antiguas.
Por ello y mi inactividad no pude hacer
un recuento de haber logrado ya las 30,000 entradas.
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Había mencionado en anterior entrada que tenía en mi
poder una segunda edición de geografía e
Historia de Rafael Ayala, propiedad de un amigo al que no veía desde hace
muchos años y por tanto no lo había devuelto. El hecho era significativo porque
el libro perteneció a su mamá ya fallecida y tenía ese peso en la conciencia. Pude
localizar en noviembre a mi amigo y devolvérselo tal como me fue entregado
incluso el mismo plástico de la cubierta. Ese ejemplar fue significativo para
mí ya que me acompañó desde mis años de estudiante y lo leí y releí docenas de
veces, como debe ser en un libro tan completo. Gracias Héctor, gracias Maestra Pueblito.
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SECCIÓN COMERCIAL
Ya he hablado aquí de la Familia de don Esteban Díaz
González de la calle del Curato, entre ellos de su nieto Celestino Díaz
Domínguez, el Abogado del Imperio. (de Maximiliano) Tras la aventura imperial,
se dedicó a diversas actividades políticas, artísticas y comerciales. Editó la
Guía del Viajero en Querétaro en la que describe la ciudad a finales del siglo
XIX, en ella está un anuncio de una tienda l de su propiedad que es el que hoy
les presento.
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SECCIÓN COMERCIAL PERSONAL
Sin darme cuenta, ahora sí, sin sarcasmo, resulta que
ya me presenté en el foro del portal del Diezmo, para ayudar en la presentación
del ya relatado libro de mi amigo Fernando Roque, creo que cumplí con mi misión
y ayudé a ubicar el contexto de la obra.
Hola José Luis, estuve este fin de año durante unas pocas horas en San Juan. Siempre que voy (lo que no es tan frecuente como quisiera) me sorprende el empaque del centro de tu ciudad, tan hermoso. La parte desagradable es la excesiva publicidad cargada a tan bellos edificios. Hace falta que la autoridad municipal meta orden. Un abrazo.
ResponderBorrarQue tal José Luis, soy originario de San Pedro Ahuacatlan y a titulo personal quisiera preguntarte si contarás con alguna información sobre la fundación o inicios de mi comunidad. Agradeciendo la atención. Saludos.
ResponderBorrarHola, perdón por la tardanza en responder, pero tenía problemas técnicos.
BorrarDe san Pedro Aguacatlán, igual que de la cabecera no hay datos sobre su fundación. El primer documento que lo menciona es la Relación geográfica de Querétaro de 1582, como San Pedro Azonzi, (Aguacates en Otomí) lo mencionan como pueblo sujeto a San Juan del Río. Pero no hay ni siquiera algún documento anterior que lo mencione. Supongo que habrás escuchado alguna vez la tradición oral que menciona que es más antiguo incluso que san Juan, pero no hay ningún fundamento escrito que lo apoye. Pudiera ser cierto pero no es posible afirmarlo. Supongo yo que fue un pueblo de congregación, es decir donde por cuestiones administrativas los españoles ubicaron a todos los indígenas dispersos en los alrededores, no parece haber un antecedente prehispánico, es decir un asentamiento anterior a la llegada de los españoles. Un cerro cercano a san Nicolás Tequisquiapan se llamaba antiguamente Agualcaltepeque (cerro de los aguacates en Náhuatl) es probable que de ahí procedieran la mayoría de los habitantes de Aguacatlán y de ahí el nombre. Hay mapas y mercedes de tierras más antiguos, desde 1540, en ninguno aparece San Pedro pero sí los lugares de los alrededores, que ya estaban en manos de españoles, todos relacionados con los propietarios de la LLave, como Juan Jaramillo, Pedro de Quezada, Quesada, y lucas de Lara. San Pedro quedaría en medio de esas propiedades, así que la única opción es la que te mencioné al principio, un pueblo de congregación que ubicó a todos los dispersos de los alrededores. Fue un pueblo de Indios, por tanto tuvo autoridades propias, independientes de los españoles y jurisdicción sobre sus tierras, que nunca fueron absorbidas por la hacienda de la llave, pero si rodeadas por ella. La conclusión que pides mientras no haya documentos que lo sustenten, es que su fundación es entre 1550 y 1582, cuando llegan los otomíes de jilotepec a poblar San Juan y los alrededores y se agregan a los pocos pobladores locales (pames en su mayoría) formando nuevos asentamientos. Simplemente se establecieron sin ninguna ceremonia ni se hacía ningún acta, como la mayoría de la gente supone, igual pasa, con San Juan del río, que sÍ tiene un antecedente prehispánico, y hay noticias y documentos que lo mencionan desde 1536, pero fue hasta la década de 1550 cuando se estableció igualmente como pueblo de Indios. En la llave y San Nicolás hay restos prehispánicos, y no tengo noticia de que en San Pedro los haya. Espero que esta información haya sido de utilidad, ya que no hay más docuemntación. Gracias por leer y no dejes de recomendar la página.
(leí las casi 200 relaciones geográficas del siglo XVI y en ninguna hay referencia a San Pedro antes de la fecha de 1582, que te mencioné, igual ocurre con San Juan, supuestamente fundado en 1531, pero no aparece en ningún documento antes de 1550.
Ah y se me olvidaba, a fines del siglo XIX, le pidieron al Prefecto de Sn Juan del Río algunas fotografías de indígenas, y no localizó a indígenas puros en la cabecera así que recurrió a los alrededores, hay creo que dos fotografías de habitantes de San Pedro de esos tiempos, fue de los últimos lugares donde hubo otomiés "puros" en el municipio, me dicen que incluso hasta la década de 1920, luego se mezclaron y se perdieron muchas de las tradiciones y quizá documentos que nos pudieran dar más luz sobre el asunto.
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