sábado, 9 de enero de 2016

San Juan del Río en el códice Huichapan


Fragmento de la portada del facsímil del códice. 
ANTECEDENTES
En la poca evidencia documental que se tiene de los otomíes en la época precortesiana y colonial temprana -fundamentalmente los escritos de los aztecas y sus aliados- nos retrata a un pueblo “rústico, áspero, montaraz  y reacio a la civilización” cuya lengua era “ininteligible y tonal”. Los cronistas de la conquista, sin conocerlos, tomaron al pie de la letra el estereotipo y lo reprodujeron en sus obras.

La realidad siempre fue otra. Es cierto que en la época de la conquista, el pueblo otomí ya no tenía ciudades ni centros ceremoniales de importancia y residían en asentamientos dispersos sobre todo en las montañas al norte del estado de México, sin "policía” ni cultura, pero era una situación de apenas unos años antes cuando los aztecas, después de una guerra intermitente pero casi centenaria, los habían sometido al vasallaje de la Triple Alianza.
Siglos antes, habían poblado gran parte de los actuales estados del centro de la república. (Se les considera una de las culturas más antiguas del altiplano y hay quien los relaciona con los constructores de Teotihuacan)

Con la llegada de los grupos nahuas, su territorio poco a poco se vio acotado y quedaron varios grupos dispersos, aunque su núcleo se conservó en la región de Chapa de Mota y Jilotepec, donde habían tenido sus ciudades estado y conservaban centros ceremoniales de importancia, un gobierno establecido y un idioma estructurado. Compartían además todos los elementos de la cultura mesoamericana, incluido su panteón de dioses, calendarios ritual y agrícola además de una organización teocrática que incluía una élite sacerdotal y guerrera.
Todo ello fue arrasado por los aztecas y sus aliados, a fines del siglo XV y es entonces cuando  la población común se remonta a vivir en los sitios dispersos. Aunque conservaban sus gobernantes, estos no pasaban de ser unos recaudadores de los aztecas.

Aprovechando que el territorio otomí colindaba con el imperio tarasco, los aztecas explotaron una cualidad de sus vasallos: eran guerreros temibles, por lo que constituyeron varios pueblos como baluartes ante el posible avance de los purépechas, únicos enemigos que habían derrotado en batalla a los mexicas. Así, con esa función, se fortalecieron pueblos otomíes, como Jilotepec, Huichapan, Tecozautla y otros. Básicamente fueron el escudo del imperio azteca hacia el norte y occidente.

En esta situación los encontró la conquista, de tal manera que por no conocer los antecedentes, se fortaleció la leyenda negra otomí, que perduró hasta hace pocos años. Descubrimientos y estudios recientes han desenterrados algunos de sus antiguos centros y poco a poco se ha reconstruido algo de su cultura original, antes del choque violento con el imperio azteca, fortaleciendo su identidad como un imperio establecido y organizado, con manifestaciones culturales similares a sus contemporáneos. Incluso, en lo que se refiere a la escritura, compartían con los aztecas el sistema gráfico, que permitía leer sus códices en ambas lenguas. Desafortunadamente, casi todos sus escritos se han perdido. Sobreviven apenas algunos ejemplos, del periodo colonial, siendo el más importante el llamado “Códice Huichapan”.

EL CÓDICE
Está elaborado en papel europeo de la época colonial, escrito precisamente en el lugar que le da su nombre, en el estado de Hidalgo. Se desconoce en dónde estuvo hasta el siglo XX, cuando fue dado a conocer y rescatado por Alfonso caso de una colección particular.

Está compuesto por glifos profusamente coloridos y glosas escritas en otomí. Su autor fue  un indígena de esa etnia, Juan de San Francisco, en los inicios del siglo XVII.

Consta de varios apartados:
1.-  Los anales del convento de Huichapan.
2.-  Los glifos de los pueblos que componían la provincia de Huichapan.
3.-  La correspondencia entre los calendarios mesoamericanos y europeos.
4.-  La historia del señorío de Jilotepec desde 1423 hasta 1528.

Por estar escrito en otomí antiguo, a pesar del potencial que revelaban algunas pocas anotaciones que tiene en español y náhuatl, no hubo durante mucho tiempo un especialista capaz de traducirlo. Hace décadas, el estadounidense Lawrence Ecker, se dio a la tarea, pero su trabajo fue publicado póstumo hasta 1991.

La cuarta sección, revela mucho de lo que anoté al principio: Es una verdadera historia, a veces mítica, otras real, que nos describe la vida de ese importante y culto señorío, que tuvo la mala fortuna de encontrarse con los aztecas. En sus páginas se describen los nombres de sus pueblos, sus relaciones, guerras, las sequías, sus migraciones, sus fiestas y mucho más.  Incluso, aunque con un error de dos años, el códice consigna la llegada de los españoles y a partir de ahí, la historia y personajes, sobre todo gobernantes, encomenderos y religiosos que actuaron en los pueblos del señorío.

De porqué fue escrito en Huichapan, y no en Jilotepec, los especialistas suponen que a pesar de que en la época de la conquista, el señorío tuvo como cabecera Jilotepec, cuando fue elaborado el códice, Huichapan era el pueblo más importante por residir ahí las autoridades y juzgados. Igualmente suponen que por lo menos la última parte del Códice (la historia prehispánica del señorío) se copió de un códice anterior, seguramente al trasladarse ahí las autoridades indias lo llevaban y de ahí se copió, en alguna fecha posterior a 1632.

 Relación del códice con San Juan del Rio
Como referencia histórica, aunque no plena, por algunos errores  visibles, el códice sería una de las más tempranas de nuestra historia local. Recordemos que toda  la zona de San Juan del Río perteneció a la provincia de Jilotepec y el trabajo de los indios de ese lugar, en tributo, fue encomendado a Juan Jaramillo Salvatierra.

En las páginas de la fascinante historia, encontramos los nombres y hechos de personajes estrechamente ligados a San Juan del Río. Desde el ya mencionado Jaramillo, hasta Luis y Pedro de Quesada, yerno y nieto de la Malinche, Lucas de Lara, Juan Bautista Valerio de la Cruz y muchos más.

En lo escrito del códice apenas hay un par de referencias a San Juan del Río como tal, pero  de forma secundaria por las fechas y los personajes se enlaza en nuestra historia temprana, confirmando mucho de lo que sabemos y también aclarando algunos pasajes de ella.  De manera especial, deseo destacar un aspecto, descubierto por David Wrigth:  (quien, como él mismo aclara, sin conocimientos del otomí antiguo, logró descifrar algunas partes del códice a fines del siglo XX)
En la historia del señorío, específicamente en lo que se refiere al año de 1526, se encuentra un añadido escrito en otomí: “Aendehe aen s[a]n iuan”, que puede traducirse como “San Juan del Río”
El folio 68 del códice, arriba, las glosas en otomí, en medio, la anotación de San Juan del Río, abajo, los portadores de los años 1525 y 1526.
Aclarando que por la diferente tinta empleada, el escrito es posterior a la elaboración del códice, algunos autores recientes, sin más fundamento lo han tomado como la fecha de fundación de San Juan del Río, llegando al extremo de igualmente indicar que es el año de la fundación hecha por Juan Mexici.
DETALLE DEL ANTERIOR.
MÁS A DETALLE,  LA MISTERIOSA Y POSTERIOR INSCRIPCIÓN.
En lo personal, difiero de ello. La simple anotación no aclara nada, solamente el nombre, aunque por otro lado, ya he expuesto en otras entradas, que el nombre original del asentamiento indígena al sur de la actual ciudad en otomí era TAXIMACU ("Chichimeca Blanco") ¿Porqué no lo pusieron así?  Si se refiere al pueblo fundado por los españoles,  San Juan del Río, entonces no fue en esa fecha, aun ateniéndonos a la fecha mítica de la fundación, sería 1531.
La mención de Juan Mexici, también es incidental, el nombre no aparece en el códice Huichapan, pero quienes quieren enlazarlo, toman su nombre de otro documento  y lo colocan en la fecha y fácilmente dicen que “Juan Mexici fundó en 1526 el pueblo de San Juan del Río".
He hablado ya del personaje que se supone que fue Juan Mexici, un otomí llegado a Iztacchichimeca. Su nombre era Juan, pero Mexici no era su apellido, sino su investidura, la palabra significa "el que habla mexicano" (náhuatl) es decir. “Juan el nahualato”.

Aclarando que aunque muchos autores mencionan que los habitantes otomíes habitaban el estado de Querétaro en la época prehispánica, en realidad no fue así, la zona de lo que hoy es San Juan del Río, para esa fecha ya no tenía pueblos de alta cultura. Sí había asentamientos semi permanentes de diversos grupos; tarascos, mexicas, pames y hasta otomíes, alrededor de los antiguos centros ceremoniales pero eran de unos cuantos habitantes. Lo que es el antecedente de nuestra ciudad, era un puesto defensivo instalado por los aztecas apenas unas décadas antes de la conquista, como defensa contra los tarascos, de ahí su nombre en náhuatl, Iztacchichimeca. (chichimeca Blanco)

Al otorgarse la encomienda de Jilotepec, muchos de los indios del núcleo de Jilotepec, huyendo de los tributos se establecieron en ese lugar.  Esto fue después de 1521 y es cuando pudo llegar el llamado Juan Mexici. Incluso sí pudo ser en 1526, pero hasta ahora no hay ningún documento que así lo sustente.
El único documento que lo menciona como fundador es la Relación de Querétaro, su autor Francisco de Cárdenas dice haber tomado testimonio de  viejos indios. Alguno seguramente lo recordó. (Los nahualatos eran personas importantes en esa época, porque ante la multitud de idiomas, el náhuatl era la lengua franca con que se comunicaban, y quienes la hablaban, como el mencionado Juan, eran especialmente importantes para las relaciones entre las diferentes etnias ante el grupo dominante)

En el juicio de 1536 que también ya he mencionado, de los muchos habitantes de Iztacchichimeca que declaran, ninguno se menciona como fundador, es más, ni siquiera aparece el nombre de San Juan del Río, es decir todavía no existía.
Recientemente, se dio a conocer otro códice otomí, también colonial llamado “Jilotepec”, con menor calidad artística, pero muy similar al Huichapan, tanto que de inicio se pensó que ambos provenían de otro más antiguo. Recientemente los estudios han demostrado que en realidad el "Jilotepec" es mucho más reciente y fue copiado del Huichapan, suprimiendo algunas partes. ( Los especialistas descubrieron que, como los niños en la escuela, el escribano copió incluso los errores de escritura del primero) El códice Jilotepec no tiene la anotación referida a San Juan del Río.

 
El códice Huichapan, es mencionado por Ayala, supongo incluso que lo tuvo en sus manos y lo menciona en su “San Juan del Río, Geografía e Historia”, pero como en su tiempo no se conocía la traducción al español, no da noticia de la gran cantidad de datos históricos que contiene, mucho menos alude a la inscripción del año 1526.

Se ha dicho que en el Archivo Histórico Municipal hay una referencia a una fundación española de San Juan del Río, en 1526, en un documento sobre tierras. Creo que no existe como documento primario tal y solo es eso, una referencia. En esa fecha, ningún español había ido más al norte de Jilotepec. Desgraciadamente el códice no llega a 1531, seguramente nos ahorraría muchas páginas de libros y... blogs.
Como primicia, presento aquí el folio 68 del códice, precisamente el referido a los años 1525 y 1526 y la mencionada inscripción. Supongo que nadie ha contextualizado, el texto e imagen, con la historia local y como siempre digo, no por ego, si se copia de esto se me dé al menos algún crédito, algún día lo podría necesitar.
Tengo la fortuna de tener en la biblioteca personal casi todas las obras fundamentales relativas a este tema.
Portada completa del comentado por Alfonso Caso

El facsímil, (copia fotografica en color y a tamaño real) comentado por Alfonso Caso. Buenísima, pero que no se le entiende nada, porque está en otomí. Es una obra muy rara, la hallé por casualidad hace algunos años. Incluso  resulta que en el mismísimo pueblo de Huichapan no hay ni siquiera una copia de ella o del códice. Me enteré  de semejante absurdo un día que la fui a buscar y me salieron con eso.


La traducción de Ecker, editada por Yolanda Lastra y Doris B. Ojo, el dibujo muestra la llegada de los españoles y la muerte de dos reyes otomíes.
Para entender el códice, además de la imagen, resulta que hay otra obra aparte, que es la traducción al español de todo su contenido por Ecker. Así que se debe tener el combo para leer y entenderlo cabalmente. También tengo en la colección particular, algunos estudios relativos de David Wrigth, Reyes Retana, Manuel Alvarado y otra obra de Caso, sobre los calendarios prehispánicos, que me regalaron desde que estaba en la prepa y apenas acabo de leer.
_____________________________________________________________
EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD.
__________________________________________________________________
Como tuve que investigar por ahí , aprovecho para mencionar algunas fechas relativas, en el calendario mesomericano.

 El año de 1526 sería:  8 CONEJO.
El 24 de junio de 1531 sería:
AÑO:  13 Carrizo
TRECENA: 1 Carrizo
DIA: 8 Movimiento


El día de hoy, 10 de enero de 2015 sería:  AÑO:  4 pedernal
                                                                          TRECENA: 1 Conejo
                                                                           DIA. 1 conejo
(las trecenas son aproximadamente lo que serían en el nuestro los meses.)
______________________________________________________________
Este tema se relaciona con mucho de lo ya publicado en el blog, si es de su interés, buscar lo referente a la fundación, a Juan Mexici, a Juan Jaramillo etc. Pueden utilizar el buscador que está en la parte superior, escriban la palabra y dar clic en la lupa y les remitirá a las entradas relacionadas. _____________________________________________________________________
Próximamente: El chichimeca blanco sale del mundo digital y entra a otros espacios más terrenales. No se lo pierdan. (Todo es historia, el presente es fugaz)

miércoles, 6 de enero de 2016

Fernando Roque, la biografía no autorizada



Lorenzo Benavides, (¿o Dionicio Pinzón?) junto al mero mero pachucote, en la colección de Roque. Fotografía personal.
Aunque es algo mayor que yo, desde niños tuvimos una gran amistad, casi desde que su familia llegó a vivir en la década de 1970, a la calle de Allende, en el centro histórico, a unos pasos de la Plazuela Guadalupe Victoria, donde yo vivía.

Como hoy, se le veía en esas entonces polvorientas calles siempre con algún libro bajo el brazo o por lo menos algunas revistas. Extrañamente, a diferencia de los demás, el casi no leía el Kalimán o Lágrimas y Risas. Generalmente adquiría algo de un poco más de calidad, que serían las caricaturas de editorial Novaro. Aunque el vecindario era pobre, su familia, sin ser acomodada, le permitía tenía un poco más de recursos que la mayoría de nosotros, mismos que desde que recuerdo destinaba a la compra de revistas y libros en ediciones de bolsillo que no dudaba en compartirnos. De esa manera, pude acceder, a muchas de las obras clásicas de la literatura mundial e infantil, especialmente recuerdo una colección de clásicos en formato pequeño, llamada “Ariel Juvenil” y una revista infantil en gran formato: ”el Circo".
Igualmente pude, gracias a sus préstamos, leer muchos de los  relacionados con Sandokan y los Tigres de la Malasia, la Isla del Tesoro y todo lo que a narrativa de aventuras se refiere.

Siguiendo a su familia, pronto cambió de vivienda, a la calle Pino sur y luego a la de Álvaro Obregón, sin embargo, los amigos que había hecho en el emplazamiento original, lo seguíamos frecuentando, aunque cada vez menos. En aquel tiempo todavía practicaba una habilidad que tenía y que en la actualidad ya casi no practica: es un magnífico dibujante.
El tiempo y sus estudios en la ciudad de Querétaro nos distanciaron un poco y luego de que por motivos de trabajo tuve que emigrar algunos años fuera de la ciudad, el contacto se perdió por completo.

Apenas hace un par de años, en razón de necesitar quien me hiciera un prólogo o introducción para mi libro, quiso la casualidad rencontrarme con él gracias a un amigo en común, ahora en las redes sociales.

Para entonces, Fernando, mi amigo de la infancia se había convertido en Roque, el poeta y se había ganado merecidamente un sitio de respeto entre la comunidad cultural local, sobre todo en los grupos del Underground, es decir los no oficiales.

¿Quién es?

Fernando Roque Soto Martínez, con algunos objetos. Fotografía personal.
Fernando Roque Soto Martínez es su nombre completo, sería difícil no definirlo como sanjuanense, a pesar de que nació en Acapulco y siendo su mamá  de San Joaquín y padre veracruzano, por haber vivido aquí toda su vida y sentido en ella el crecimiento personal y el urbano al unísono. Psicólogo de carrera, abrazó la actividad docente, no sin antes haber incursionado en actividades de promoción cultural, en la casa de la Cultura y la incipiente Dirección de Cultura, de hace unos treinta años.

Durante su juventud colaboró en casi todos los círculos de lectura y poéticos a los que igualmente le invitaban o a los que él creaba e invitaba a otros, incluyendo talleres de creación. No lo va a reconocer pero se recuerda su fallido intento de ser actor, en el grupo de teatro "Quetzal"  de la calle Palacio, a donde llegó,  creo, llevado por una novia y donde ni siquiera llegó a debutar.

Es dueño de una narrativa muy práctica, sobre todo cuando relata sus vivencias. Su cualidad poética le permite siempre encontrar la palabra exacta para hacer de un tema banal, una composición que nos mueve hacia la reflexión. Escribe poesía en el mismo sentido, un estilo diferente al convencional, más que versear, su lírica se  compone de una educada prosa y una facilidad para adjetivar lo común, transformándolo en objeto poético, haciéndonos ver detalles de la vida cotidiana, ocultos hasta que él les da esa perspectiva. Si pudiera definirse su estilo, diríamos que es un realismo reflexivo, porque a través de un léxico profundo, pero entendible, nos acerca a aquello que pensaríamos que no hay posibilidad de sacarles el mínimo jugo poético. Valga decir que una composición suya se titula “Oda a un carrito de supermercado”
Por sus características, el grueso de su obra está en delgadas páginas, impresos,  fanzines y todo aquello donde se pueda escribir, aunque también ha publicado en impresos formales, uno de cuentos y  como parte de una antología.

De su obra impresa, como parte de una antología poética. Fotografía personal.
Cuentos. Fotografía personal.
 Como parte de su membresía en los diversos grupos culturales a los que frecuenta, edita con apoyo de diversos autores locales el fanzine “ Tirando Netas” y en las noches, peregrina con otros integrantes de la contracultura local: aves nocturnas especialmente caracterizadas por su aversión a todo lo que huela a oficial, enemigos políticos de lo correcto y lo patrocinado, y que sin embargo han sido capaces de, con sus propios medios presentar una cartelera cultural alterna de  calidad con diversos eventos y formatos. Sobretodo resalta de ellos el haber sacado la cultura de los recintos formales. así, han sido capaces de presentar su obra poética en sitios tales como bares, cantinas, pulquerías, parques, centros comerciales y   porqué no? Hasta en los foros de la Dirección de Cultura municipal. (Hay que entrarle a todo) Parte fundamental de esos eventos es Roque, quien crea, es decir escribe todo el tiempo y comparte su obra a la menor provocación y acepta cualquier invitación para dar a conocer su obra y su palabra.

Competidor nato, ha sido participante en concursos de poesía y eterno candidato en los juegos Florales, casi el único premio que se le ha negado. Tal perseverancia le ha valido, por lo menos en los últimos tiempos, para ser llamado constantemente a los más disímbolos eventos como jurado.
Un día, siendo ya adolecentes, preguntando sobre mi incipiente biblioteca (en realidad era una caja de jabón Roma donde guardaba mis libros,) me dijo “déjate de pendejadas, no se trata solo de amontonar, debes elegir un tema de tu gusto. Ponte a buscar los libros de ese tema que encuentres y órale, ahí está para que empieces.” Al unísono me dio un pequeño lote de libros, algunos de ciencia ficción, porque según él esa era la tendencia que me veía.

Seguí el consejo, pero el tema de mi gusto resultó ser el de la historia, inicié con la de México, luego la estatal y finalmente, en la mejor, la de San Juan del Río. (Aunque aún conservo aquellos libros que me regaló, no sea que haya que darle algún día algún consejo a un joven)

Congruente con lo dicho, aunque desde niño siempre tuvo muchos libros, él eligió también un tema, solo que algo amplio: la literatura, a lo que ha dedicado años, conformando una respetable y amplia biblioteca, asombro de todos aquellos que la ven. De vez en cuando, emprende romerías culturales, a diversas ciudades, internándose igual en librerías de viejo que de nuevo, siempre a la búsqueda de nuevo "material" como el define a todo aquello que tenga letras. Muchas veces esas búsquedas terminan , no cuando él lo decide sino cuando el peso de lo adquirido le impide avanzar y casi siempre regresa frustrado, con un gran cargamento, pero la frustración de no haber ido a todos los lugares que él quería. En el horrendo back -pack que siempre porta, es posible hallar, sus hallazgos de ocasión, casi siempre libros y revistas.
A la par, colecciona juguetes, complejos y simples. Es posible hallar en su casa, incluso los juguetes con los que nos divertíamos de niños. Algunos los conserva desde esa época, otros los ha hallado en sus cacerías,  entre ellos los que de vez en cuando le tiraba su mamá. Así, en su casa es posible hallar, desde una figura de acción original de Star Wars hasta el mexicanísimo Helicóptero de la Cruz, una figura de plástico vaciado del Santo o internacionales japoneses.

Su afición a la lectura, le ha llevado a conformar una respetable biblioteca, tanto en calidad como en cantidad, con secciones y obras especiales, que en la inmensidad hay que descubrir. Ahí, lo mismo encontramos obras fundamentales de terror, clásicos de la literatura universal, artes plásticas, arquitectura, grabados...  y como su tema es la literatura, cualquier descripción de secciones que haga aquí será incompleta.
Algo de pintura mexicana en  la colección. Fotografía personal.

Amante irredento del cine, sobre todo el nacional, de la época de oro, también colecciona carteles y películas, incluso conserva algunas en el viejo formato beta y todos los posteriores, además de objetos y recortes relativos a la industria cinematográfica, aunque también posee objetos de arte popular, catrinas, revistas, periódicos, etc, y muchos más etc.

carteles. Fotografía personal.
De tal manera, su casa más que una vivienda, parece una sala de museo. Consciente de la vida, tiene planes de preservar su legado. Sabe que no tiene un valor monetario, por ser objetos y obras viejas, cuyo valor comercial sería ínfimo. Su riqueza reside en que sus estantes, libreros y mesas,  encierran sus gustos personales. Es su vida traducida en recuerdos, la manera de presentar lo que ha sido a través de pequeños y grandes objetos, películas, figuras, libros. Cada uno con una historia, un momento, una vivencia, cada uno tiene atrapada su personalidad, sus ideas... su alma.
Hollywood en la colección. Fotografía personal.
No voy a caer en el cliché de llamarlo el Monsivais Sanjuanense, porque la comparación demeritaría a ambos. Por sí solo, él se ha ganado un nombre, Fernando, el que se chutó, en la cartelera del Cinelandia todos los clásicos del cine mundial, los de la época de oro del nacional y las setenteras, hasta que se volvió cine porno, (bueno, también de esas vio muchas)  el que lee 10 libros al unísono y tiene reserva para varios meses, el que nunca ha podido ordenar completamente sus libros, el que abandonó el auto por la literatura. (Además Fernando no tiene gatos como Monsiváis, aunque parece que sí heredó la omnipresencia del Maestro, porque anda en todos los eventos, lo inviten o no)

Revistas en  la colección. Fotografía personal.
Desde hace algún tiempo, dejó la docencia y se ha tomado un tiempo según él, para ordenar algo su biblioteca, leer un poco más y completar una obra de vivencias personales, aunque por no abandonar sus diversas actividades no lo ha logrado. De vez en cuando, comparte sus conocimientos sobre diversos temas como invitado perenne en un programa de radio por internet. Desafortunadamente para mí, casi no tiene libros de historia, si juntara ese tema, por sus características, seguramente el sí hubiera encontrado todos los que me faltan por conseguir
Todo México en  la colección. Fotografía personal.
Sección de la biblioteca. Fotografía personal.
Otra sección de la biblioteca. Fotografía personal.

Aunque alguna vez le insinué que pensaba en hacerle una semblanza, por obvias razones ni siquiera pensar en mostrársela antes de su publicación, sería capaz de corregirme todo, así que por eso es biografía no autorizada. (Además, por haber crecido en barrio bajo, aunque no se crea en un poeta, es bueno para los trancazos y dueño de un lenguaje florido y ricamente ornamentado, herencia de su abuelita, la recordada “Jarocha”)
Por las razones anteriores, no doy crítica de su obra poética, de cuentista y narrativa, aparte de no tener la calidad para hacerlo, solamente es una semblanza de un personaje actual de nuestra ciudad. Para quienes no lo conocen y para los que ya tienen ese gusto, sepan algo más de él. Espero les guste, y si en algún cartel pegado en un poste, leen que habrá algún evento en ... - no sé dónde les falte-  con la presencia de Roque, no duden en asistir.
_________________________________________________________________

EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD.
Realizo esta entrada, sobre todo atendiendo al periodista Felipe Cabello, que alguna vez me comentó que habría que poner algunos temas de actualidad, a lo mejor en este momento no relacionados con la historia, pero que algún día lo serán.
_________________________________________________________________
En días posteriores, como debo algunas entradas, con el permiso del aquí reseñado autor, publicaré un artículo suyo sí relacionado con la historia reciente, no se lo pierdan, les gustará.

viernes, 1 de enero de 2016

Santa Rosa - Xajay, vidas paralelas, historias enlazadas


Santa Rosa- Xajay historias paralelas

Presta a cumplir un siglo, la ganadería de Xajay

En la pasada entrada sobre la película el Extensionista, mencioné que algunas de sus escenas fueron rodadas en la comunidad de Santa Rosa Xajay y en el casco de la ex hacienda ahí localizada, de cuyas tierras se origino el actual poblado.
(Si desea ver lo relacionado a la película dar clic en el siguiente enlace) 


Eduardo Palomo, en las calles de la comunidad de Santa Rosa Xajay, San Juan del Río. Escena de "El extensionista"

Hoy daré algunos datos someros de esta edificación, emblemática en muchos aspectos, y que enlaza a varios personajes importantes para San Juan del Río en los  últimos tres siglos. No es una investigación perfectamente detallada porque quedan lagunas en la cuestión de propietarios.

ORIGEN:
Por los hallazgos de figuras y cerámica en toda la extensión original de la hacienda, (más en la parte de Hidalgo) se sabe que el sitio fue habitado en tiempos prehispánicos. Incluso el lugar da nombre a un tipo específico de cerámica, "el Rojo o naranja "Xajay" que solo se fabricó en  los estados cercanos a Querétaro.
Se ignora si existía algún asentamiento a la llegada de los españoles. De haberlo, serían algunas cuantas chozas con habitantes otomíes y pames y por su escaso número debieron haber sido congregados a los pueblos de Indios de Tequisquiapan o San Pedro Ahuacatlán donde pronto  los pames se integraron a la mayoría otomí que llegó después de la conquista. 
El hecho de haber población prehispánica se refuerza ya que en lugares cercanos, hacia San Nicolás, en los primeros mapas de la región se marcan sitios y cerros con nombres indígenas, que al perderse esa etnia, a pocos años nadie sabía su significado. 
Aunque no se tiene registros de la época colonial temprana que se refieran específicamente a esta propiedad con ese nombre, por su ubicación estratégica, al lado del primer camino Real a “las Zacatecas”, seguramente fue de los primeros sitios en ser adjudicados a españoles, en la periferia de las propiedades de Juan Jaramillo, encomendero de Xilotepec. Muy probablemente sea una de las mercedes concedidas a Pedro de Quesada, el nieto de la Malinche, porque a mediados del siglo XVI, la parte adjunta de la Llave pertenecía a Lucas de Lara.
La primera referencia documentada de la Hacienda, ya con ese nombre, nos remonta al año de 1793, de la siguiente manera:

“Al mismo rumbo del oriente cinco grados para el norte y a distancia de quatro leguas, esta situada la Hacienda de Santa Rosa en igual terreno a la antecedente, que pertenece a dn. Vicente Sánchez de la Baquera, la qual por el Poniente de la casa con alguna distancia, junto a las Lavores que contiguan con las tierras de la de la Hacienda de San Nicolás, Feligresia de Tequisquiapam de esta Jurisdiccion, se halla una presa ensolvada, cuan sobre un arroyo que forman sus derramaderos, en que recoge las aguas de temporal, para el abrevadero de sus Animales , y para el uso de la Hacienda y sus arrendatarios se hallan haviertas algunas Norias; en que represan las aguas llovedizas.”

 PASO DOBLES
Cabe mencionar que el dueño mencionado, era el padre del ilustre Sanjuanense don Juan Wenceslao Sánchez de la Barquera, de decisiva participación en los grupos civiles de apoyo a la lucha de independencia y después preclaro escritor. 

No existiendo los límites políticos actuales, esta original hacienda de Santa Rosa (así, a secas) ocupaba una gran extensión de lo que hoy son los municipios de San Juan del Río y de Tlaxcalilla, Hidalgo, teniendo por vecinos a Tequisquiapan, La Llave, Taguí, (Hidalgo) el Cazadero y los cerros Frío y Grande o del Mastranzo.

A fines del siglo XVIII, la entonces dueña, doña Prisca Sánchez de la Varquera (sic) la dividió en dos fracciones, una conservó el nombre de Santa Rosa y otro el de Santa Rosa Xajay. Se ignora la razón de esta separación, debió ser porque la gran extensión dificultaba la administración de los sitios de labranza, el caso es que a partir de entonces, se da el extraño de una misma hacienda, con dos “Casas grandes” que serían después los cascos de hacienda, otra vez extrañamente su construcción, aunque no es igual,  es muy similar hasta en materiales por lo que se deduce que ambas tuvieron igual importancia.
Los Sánchez de la Barquera eran una importante familia con propiedades en la región de Tula y tras algunas décadas de trabajar la hacienda, regresaron a su lugar de origen vendiendo la hacienda a don José de Torres y Campo, el jefe del ejército realista en la zona entre San Juan del Río y Huichapan.
Al morir, la propiedad queda en manos de su hija, doña Ramona Torres, esposa de don Esteban Diaz González, uno de los hombres más ricos de su época. Las dos fortunas se unieron y  don Esteban queda como dueño hasta su muerte en 1831. Ramona conjunta sus bienes con los heredados por don Esteban a sus hijos y al morir, su nuevo marido, don Manuel Casabal queda como dueño de Santa Rosa y la hereda a los hijos de don Esteban con la condición que de sus ganancias se entreguen 12,000 pesos para la introducción del agua potable a San Juan del Río.
Así la familia Diaz Torres  se convierte en 1862 en propietaria de la Hacienda pero al no pagar  los 12,000 pesos al municipio la embargan y dejan como administrador a Gonzalo Guerreo hasta el año de 1885, cuando se paga la deuda. 
Desde 1826 se establecen los límites entre los estados de Hidalgo y Querétaro, en los que por cuestiones del trazo  recto de las línea por las mojonera, la hacienda quedó con una parte en cada uno. 
De la fracción actualmente en Hidalgo, parece provenir el nombre de "Xajay", palabra otomí que significa tierra cenagosa, es decir húmeda, lo que remonta a pensar que existió ahí anteriormente un cuerpo de agua de mayores dimensiones que los actuales, probable antecedente de la presa.

Xajay, Hidalgo, la tierra cenagosa Fotografía actual  tomada de la página de bienes Raices Inmuebles 24.

Décadas después, la hacienda tiene como dueños a los integrantes de la familia Perusquía-Domínguez-Quintanar-Díaz, de la calle de Don Esteban del centro de la ciudad de San Juan del Río. Uno de ellos, don Guadalupe Perusquía cuyos descendientes la conservaron hasta tiempos cercanos a la Revolución mexicana, cuando aparece como dueña doña Concepción Perusquía Layseca, nieta de don Guadalupe.

PUERTA DE TORILES:
Aunque ya para inicios del siglo XX existían los límites municipales y estatales, por los parecidos nombres, en algún momento se dificulta establecer la fecha y  circunstancia en que la hacienda se dividió en dos. Todo indica que para evitar ser afectados de más con el reparto agrario cardenista luego de la etapa revolucionaria, de una sola propiedad se hicieron dos; la primera cuya casa grande y terrenos estaban exclusivamente en San Juan del Río,  dieron origen a la actual comunidad y ejido de Santa Rosa Xajay. La antigua hacienda, llamada Santa Rosa, solo conservó unas pocas hectáreas, constituyéndose desde entonces en pequeña propiedad. Por su tamaño ya no resultó afectada por expropiaciones.

Del lado de hidalgo, la antigua hacienda de Xajay conservó su nombre pero siendo mayor su extensión, resultó más afectada por la expropiación para creación de ejidos en esa década y  posteriores. A pesar de ello, siguió siendo la más grande de las dos fracciones, con tierras de riego y grandes pastizales y montes que atravesaban las mojoneras interestatales.

Esta situación parece haber sido perfectamente planeada, dado que la señora Concepción Perusquía tenía varios hijos, de apellido Guerrero Perusquía, por el apellido de su primer marido. Habiendo  ella enviudado y vuelta a casar con un abogado Julio Herrera, resulta que él administraba los bienes intestados de Don Ignacio de la Torre y Mier (Yerno de Porfirio Díaz) entre los cuales se hallaba una ganadería de toros Bravos cuyo origen, otra vez extrañamente nos remite a su fundador a inicios en 1774 por don Raimundo Quintanar y que había tenido varias ubicaciones en el estado de México y la Hacienda del Cazadero en el de Querétaro. A la muerte de Don Ignacio de la torre, el ganado era numeroso y se dividió en 4 partes, adquiriendo una el mismo Abogado Julio Herrera, para regalársela a los hijos del primer matrimonio de su esposa, Edmundo y Jorge.
En los datos que localicé no está claro si este es el momento en que la familia Perrusquía se deshace de la hacienda original, lo cierto es que en el año de 1923, con los toros adquiridos, los señores Jorge y Edmundo Guerrero fundan, en el viejo casco del lado hidalguense, la ganadería de toros bravos de Xajay. Que se convertiría en una de las más legendarias de la fiesta brava mexicana durante décadas. Por ese casco, pasearon infinidad de figuras del toreo y de quienes deseaban serlo.  Como dije anteriormente, la finca se ubicaba en Hidalgo, pero la mayor parte de los pastos que mantenían al ganado estaban en San Juan del Río.

La pequeña propiedad que quedó anexa al otro casco, el del lado de San Juan fue donde se filmó la película recién relatada. 
Otro dueño en el siglo XX fue el Sr. Tomás Reyes Retana, descendiente de  Ignacio Reyes.
La parte de San Juan del río, fue adquirida en 1936  por los  integrantes de la familia Salas León, que venidos de otros lugares continuaron sus usos agrícolas, al inicio con éxito, después con poca fortuna, lo que les decidió dedicar sus actividades al ramo industrial, que ya conocían. Esta familia fundó en la misma década, la primera industria formal de nuestra ciudad: La Cerillera, de la calle Matamoros en pleno primer cuadro.  La hacienda continuó las actividades agrícolas con diversos dueños y muchos administradores,  entre ellos, en la década de 1980 Rafael Camacho Guzmán, Gobernador de Querétaro de 1979 a 1985, quien, al enterarse del proyecto federal de construir en las haciendas de la Llave y Santa Rosa unos hoteles de lujo como el de Galindo, entró en tratos que se deshicieron cuando los proyectos no se llevaron a cabo.
  
OREJAS Y RABO

La ganadería de Xajay, Hidalgo, sus toros y sus dueños, derramaron su grandeza en todas las plazas del país. Merced a una magnífica administración de los dueños, derivó en ser una de las más importantes en su ramo, en cantidad y calidad, de todo el país, lo que significó la conservación y ampliación de las viejas instalaciones, cuya casa grande adquirió por entonces un carácter señorial que no había tenido en su época agrícola.

La ganadería, es decir los toros y la divisa fueron vendidos en 1963 a don Juan Sordo Madaleno, dueño de la cercana hacienda de la Laja, Tequisquiapan, cuyos descendientes la conservan hasta la fecha en actividad, manteniendo el legendario nombre: Xajay. Extraños hilos mueven la historia, resulta que este señor era descendiente en línea directa de la señora Paz Domínguez Quintanar, habitante de la calle 16 de septiembre de San Juan del Río, hija del General Juan Domínguez y la Señora Ignacia Quintanar, que al enviudar, se casó con don Guadalupe Perusquía,  ya mencionado como uno de los propietarios de la hacienda original a  fines del siglo XIX.

Los dos cascos de la ex hacienda, por causa de haber sido siempre habitados y tener actividades productivas que los sostuvieron, se conservaron relativamente en buen estado. Contra lo que mucha gente piensa, estas edificaciones casi nunca son las originales de la época de la colonia, cuyas instalaciones eran muy rústicas. Ambos cascos, por lo menos su planta constructiva actual son del porfiriato y a partir de ella se les han hecho adecuaciones, de acuerdo a las necesidades de los propietarios, si quedan partes originales, entre siglos de remodelaciones, es difícil reconocerlas. 

Hoy son dos propiedades particulares, las pocas tierras que les dejó el reparto agrario han permitido que sus dueños las mantengan. Se les puede reprochar que han modificado mucho las antiguas construcciones, pero gracias a ello, las han mantenido en pie y no han sufrido la destrucción total como muchas similares. Así, al menos nos podemos dar una idea de lo que fueron hace siglos, las extrañas dos “casas grandes” de una misma hacienda original; la de Santa Rosa, una de las más antiguas y extensas de San Juan del Río, tanto que su nombre aún hoy atraviesa las fronteras estatales.

Continuando con las historias paralelas, como prueba de lo bien conservadas que están las construcciones, hace pocos años, una universidad Norteamericana inició el proyecto para construir sus instalaciones en el casco ubicado en San Juan del río, proyecto que se frustró, pero nos da una idea de su conservación y el valor que puede tener una construcción de esa magnitud. Del mismo, son las imágenes que presenté en la entrada pasada, sobre la película “El Extensionista” 
Santa Rosa Xajay, San Juan del Río.  Escena de "El extensionista".


Santa Rosa Xajay, San Juan del Río. Escena de "El extensionista".


Capilla del poblado de Santa Rosa Xajay, SJR. Antigua capilla de la hacienda, construida en una de sus trojes, actualmente está separada del casco. Escena de "El extensionista".

Atrio de la capilla del poblado de Santa Rosa Xajay, SJR. Escena de "El extensionista".

Capilla al interior de la hacienda del poblado de Santa Rosa, SJR. Escena de "El extensionista".

El casco ubicado en Hidalgo, es decir, Xajay, está perfectamente conservado, en uso y conserva muchísimo del mobiliario y objetos de su etapa ganadera, hoy está a la venta, por si a alguien le interesa, solo vale 7,500,000 Dlls. Presento un par de imágenes, de la página de bienes raíces “Inmuebles 24”, donde la ofertan.


Xajay,  Hidalgo, casco de la hacienda ganadera. a mediados del siglo pasado.

Casi la misma toma, 50 años después. Fotografía de la  página de bienes Raíces Inmuebles 24.
Xajay,  Hidalgo. Uno de los patios. Fotografía de la  página de bienes Raices Inmuebles 24.
Xajay,  Hidalgo, interiores que conservan mobiliario y emblemas de la época de ganadería de toros bravos. Fotografía de la  página de bienes Raices Inmuebles 24.

La divisa de Xajay y la propiedad de la Laja donde hoy se asienta, tiene un valor calculado en 100 millones de dólares, también por si alguien anda buscando algo parecido, constando de unos mil ejemplares y una 1500 hectáreas de Terreno.
Espero que la información les resulte interesante y por lo menos algunos hayamos salido de dudas respecto del nombre.
Santa Rosa Xajay: Población y ejido de San Juan del Río.
Ex hacienda de Santa Rosa: La hacienda original, y el casco ubicado en la población anteriormente citada.
Ex Hacienda ganadera de Xajay: Casco ubicado en Tlaxcalilla Hidalgo, con terrenos en San Juan del Río.
Xajay: Divisa de toros bravos, actualmente ubicados en la ex Hacienda de la Laja, Tequisquiapan, Qro.

Casualmente, porque es difícil que ocurra algo así, en el panteón municipal 1  de San Juan del Río, podemos ver casi juntas, las tumbas de 3 de las personas mencionadas en esta entrada:

El solemne mausoleo de don Guadalupe Perrusquía.

A su lado, la graciosa morada de su nieta, dona Concepción Perrusquía.

Frente a ellas, una lápida, que recuerda la trágica muerte de don Edmundo Guerrero Perrusquía. Descansen en paz..




Bibliografía:

Diario oficial de la Federación (muchos años y ejemplares)

Blogs taurinos. “La aldea de Tauro” y “Los toros dan y quitan”

Bisabuelos.com. página de Genealogía.

Martinez de Salazar, Pedro. Informe al virrey Revilla Gigedo, 1794

Fotografias antiguas Linares Agustín, El toro de Lidia en México.
_____________________________________________________________________________
EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

Aunque ya conocía algo de su obra, en razón de tener que documentarme para lo relacionado con el tema taurino, recurrí,  entre otros al blog de un sanjuanense: Aportaciones Histórico Taurinas Mexicanas, del  Maestro Francisco Javier Coello Ugalde, nuestro más prolífico escritor, aunque poco conocido a nivel general por el tema que maneja. Su blog acaba de cumplir 5 años y tiene más de 1400 materiales. Acucioso investigador del tema, adereza todas sus notas con gran cantidad de fotografías, periódicos,  publicidad relativa y todo aquello que pueda enriquecer el tema que trata, antiguo o actual. Yo lo leo precisamente por poder acceder a viejos materiales relacionados con nuestra historia. Por si están interesados en el tema taurino, denle una vuelta, no se arrepentirán, y si no les gustan los toros, pues nomás por la historia. Tanto material desplegado le ha dado para varios libros y blogs. Una felicitación por su aniversario, pero sobre todo por su trabajo. Les dejo la liga:     https://ahtm.wordpress.com/
_________________________________________________________________________________
Como se habrán dado cuenta,  hay varias historias entrelazadas en este artículo, no es coincidencia, hasta hace pocos años, San Juan del Río era un lugar muy pequeño, con una élite aún menor, cuyos actos y actividades frecuentemente se enlazaban, asimismo los de su descendencia, como ocurre en lo arriba escrito.  En casi dos siglos, el área urbana no creció, es la misma desde 1793 hasta 1950, cuando inicia la urbanización de milpas y terrenos que rodeaban a la breve ciudad. 
_________________________________________________________________________________
Interesados en profundizar un poco más en la familia Domínguez-Quintanar-Perusquía pueden  acceder aquí mismo a ellas.
___________________________________________________________________________