miércoles, 6 de enero de 2016

Fernando Roque, la biografía no autorizada



Lorenzo Benavides, (¿o Dionicio Pinzón?) junto al mero mero pachucote, en la colección de Roque. Fotografía personal.
Aunque es algo mayor que yo, desde niños tuvimos una gran amistad, casi desde que su familia llegó a vivir en la década de 1970, a la calle de Allende, en el centro histórico, a unos pasos de la Plazuela Guadalupe Victoria, donde yo vivía.

Como hoy, se le veía en esas entonces polvorientas calles siempre con algún libro bajo el brazo o por lo menos algunas revistas. Extrañamente, a diferencia de los demás, el casi no leía el Kalimán o Lágrimas y Risas. Generalmente adquiría algo de un poco más de calidad, que serían las caricaturas de editorial Novaro. Aunque el vecindario era pobre, su familia, sin ser acomodada, le permitía tenía un poco más de recursos que la mayoría de nosotros, mismos que desde que recuerdo destinaba a la compra de revistas y libros en ediciones de bolsillo que no dudaba en compartirnos. De esa manera, pude acceder, a muchas de las obras clásicas de la literatura mundial e infantil, especialmente recuerdo una colección de clásicos en formato pequeño, llamada “Ariel Juvenil” y una revista infantil en gran formato: ”el Circo".
Igualmente pude, gracias a sus préstamos, leer muchos de los  relacionados con Sandokan y los Tigres de la Malasia, la Isla del Tesoro y todo lo que a narrativa de aventuras se refiere.

Siguiendo a su familia, pronto cambió de vivienda, a la calle Pino sur y luego a la de Álvaro Obregón, sin embargo, los amigos que había hecho en el emplazamiento original, lo seguíamos frecuentando, aunque cada vez menos. En aquel tiempo todavía practicaba una habilidad que tenía y que en la actualidad ya casi no practica: es un magnífico dibujante.
El tiempo y sus estudios en la ciudad de Querétaro nos distanciaron un poco y luego de que por motivos de trabajo tuve que emigrar algunos años fuera de la ciudad, el contacto se perdió por completo.

Apenas hace un par de años, en razón de necesitar quien me hiciera un prólogo o introducción para mi libro, quiso la casualidad rencontrarme con él gracias a un amigo en común, ahora en las redes sociales.

Para entonces, Fernando, mi amigo de la infancia se había convertido en Roque, el poeta y se había ganado merecidamente un sitio de respeto entre la comunidad cultural local, sobre todo en los grupos del Underground, es decir los no oficiales.

¿Quién es?

Fernando Roque Soto Martínez, con algunos objetos. Fotografía personal.
Fernando Roque Soto Martínez es su nombre completo, sería difícil no definirlo como sanjuanense, a pesar de que nació en Acapulco y siendo su mamá  de San Joaquín y padre veracruzano, por haber vivido aquí toda su vida y sentido en ella el crecimiento personal y el urbano al unísono. Psicólogo de carrera, abrazó la actividad docente, no sin antes haber incursionado en actividades de promoción cultural, en la casa de la Cultura y la incipiente Dirección de Cultura, de hace unos treinta años.

Durante su juventud colaboró en casi todos los círculos de lectura y poéticos a los que igualmente le invitaban o a los que él creaba e invitaba a otros, incluyendo talleres de creación. No lo va a reconocer pero se recuerda su fallido intento de ser actor, en el grupo de teatro "Quetzal"  de la calle Palacio, a donde llegó,  creo, llevado por una novia y donde ni siquiera llegó a debutar.

Es dueño de una narrativa muy práctica, sobre todo cuando relata sus vivencias. Su cualidad poética le permite siempre encontrar la palabra exacta para hacer de un tema banal, una composición que nos mueve hacia la reflexión. Escribe poesía en el mismo sentido, un estilo diferente al convencional, más que versear, su lírica se  compone de una educada prosa y una facilidad para adjetivar lo común, transformándolo en objeto poético, haciéndonos ver detalles de la vida cotidiana, ocultos hasta que él les da esa perspectiva. Si pudiera definirse su estilo, diríamos que es un realismo reflexivo, porque a través de un léxico profundo, pero entendible, nos acerca a aquello que pensaríamos que no hay posibilidad de sacarles el mínimo jugo poético. Valga decir que una composición suya se titula “Oda a un carrito de supermercado”
Por sus características, el grueso de su obra está en delgadas páginas, impresos,  fanzines y todo aquello donde se pueda escribir, aunque también ha publicado en impresos formales, uno de cuentos y  como parte de una antología.

De su obra impresa, como parte de una antología poética. Fotografía personal.
Cuentos. Fotografía personal.
 Como parte de su membresía en los diversos grupos culturales a los que frecuenta, edita con apoyo de diversos autores locales el fanzine “ Tirando Netas” y en las noches, peregrina con otros integrantes de la contracultura local: aves nocturnas especialmente caracterizadas por su aversión a todo lo que huela a oficial, enemigos políticos de lo correcto y lo patrocinado, y que sin embargo han sido capaces de, con sus propios medios presentar una cartelera cultural alterna de  calidad con diversos eventos y formatos. Sobretodo resalta de ellos el haber sacado la cultura de los recintos formales. así, han sido capaces de presentar su obra poética en sitios tales como bares, cantinas, pulquerías, parques, centros comerciales y   porqué no? Hasta en los foros de la Dirección de Cultura municipal. (Hay que entrarle a todo) Parte fundamental de esos eventos es Roque, quien crea, es decir escribe todo el tiempo y comparte su obra a la menor provocación y acepta cualquier invitación para dar a conocer su obra y su palabra.

Competidor nato, ha sido participante en concursos de poesía y eterno candidato en los juegos Florales, casi el único premio que se le ha negado. Tal perseverancia le ha valido, por lo menos en los últimos tiempos, para ser llamado constantemente a los más disímbolos eventos como jurado.
Un día, siendo ya adolecentes, preguntando sobre mi incipiente biblioteca (en realidad era una caja de jabón Roma donde guardaba mis libros,) me dijo “déjate de pendejadas, no se trata solo de amontonar, debes elegir un tema de tu gusto. Ponte a buscar los libros de ese tema que encuentres y órale, ahí está para que empieces.” Al unísono me dio un pequeño lote de libros, algunos de ciencia ficción, porque según él esa era la tendencia que me veía.

Seguí el consejo, pero el tema de mi gusto resultó ser el de la historia, inicié con la de México, luego la estatal y finalmente, en la mejor, la de San Juan del Río. (Aunque aún conservo aquellos libros que me regaló, no sea que haya que darle algún día algún consejo a un joven)

Congruente con lo dicho, aunque desde niño siempre tuvo muchos libros, él eligió también un tema, solo que algo amplio: la literatura, a lo que ha dedicado años, conformando una respetable y amplia biblioteca, asombro de todos aquellos que la ven. De vez en cuando, emprende romerías culturales, a diversas ciudades, internándose igual en librerías de viejo que de nuevo, siempre a la búsqueda de nuevo "material" como el define a todo aquello que tenga letras. Muchas veces esas búsquedas terminan , no cuando él lo decide sino cuando el peso de lo adquirido le impide avanzar y casi siempre regresa frustrado, con un gran cargamento, pero la frustración de no haber ido a todos los lugares que él quería. En el horrendo back -pack que siempre porta, es posible hallar, sus hallazgos de ocasión, casi siempre libros y revistas.
A la par, colecciona juguetes, complejos y simples. Es posible hallar en su casa, incluso los juguetes con los que nos divertíamos de niños. Algunos los conserva desde esa época, otros los ha hallado en sus cacerías,  entre ellos los que de vez en cuando le tiraba su mamá. Así, en su casa es posible hallar, desde una figura de acción original de Star Wars hasta el mexicanísimo Helicóptero de la Cruz, una figura de plástico vaciado del Santo o internacionales japoneses.

Su afición a la lectura, le ha llevado a conformar una respetable biblioteca, tanto en calidad como en cantidad, con secciones y obras especiales, que en la inmensidad hay que descubrir. Ahí, lo mismo encontramos obras fundamentales de terror, clásicos de la literatura universal, artes plásticas, arquitectura, grabados...  y como su tema es la literatura, cualquier descripción de secciones que haga aquí será incompleta.
Algo de pintura mexicana en  la colección. Fotografía personal.

Amante irredento del cine, sobre todo el nacional, de la época de oro, también colecciona carteles y películas, incluso conserva algunas en el viejo formato beta y todos los posteriores, además de objetos y recortes relativos a la industria cinematográfica, aunque también posee objetos de arte popular, catrinas, revistas, periódicos, etc, y muchos más etc.

carteles. Fotografía personal.
De tal manera, su casa más que una vivienda, parece una sala de museo. Consciente de la vida, tiene planes de preservar su legado. Sabe que no tiene un valor monetario, por ser objetos y obras viejas, cuyo valor comercial sería ínfimo. Su riqueza reside en que sus estantes, libreros y mesas,  encierran sus gustos personales. Es su vida traducida en recuerdos, la manera de presentar lo que ha sido a través de pequeños y grandes objetos, películas, figuras, libros. Cada uno con una historia, un momento, una vivencia, cada uno tiene atrapada su personalidad, sus ideas... su alma.
Hollywood en la colección. Fotografía personal.
No voy a caer en el cliché de llamarlo el Monsivais Sanjuanense, porque la comparación demeritaría a ambos. Por sí solo, él se ha ganado un nombre, Fernando, el que se chutó, en la cartelera del Cinelandia todos los clásicos del cine mundial, los de la época de oro del nacional y las setenteras, hasta que se volvió cine porno, (bueno, también de esas vio muchas)  el que lee 10 libros al unísono y tiene reserva para varios meses, el que nunca ha podido ordenar completamente sus libros, el que abandonó el auto por la literatura. (Además Fernando no tiene gatos como Monsiváis, aunque parece que sí heredó la omnipresencia del Maestro, porque anda en todos los eventos, lo inviten o no)

Revistas en  la colección. Fotografía personal.
Desde hace algún tiempo, dejó la docencia y se ha tomado un tiempo según él, para ordenar algo su biblioteca, leer un poco más y completar una obra de vivencias personales, aunque por no abandonar sus diversas actividades no lo ha logrado. De vez en cuando, comparte sus conocimientos sobre diversos temas como invitado perenne en un programa de radio por internet. Desafortunadamente para mí, casi no tiene libros de historia, si juntara ese tema, por sus características, seguramente el sí hubiera encontrado todos los que me faltan por conseguir
Todo México en  la colección. Fotografía personal.
Sección de la biblioteca. Fotografía personal.
Otra sección de la biblioteca. Fotografía personal.

Aunque alguna vez le insinué que pensaba en hacerle una semblanza, por obvias razones ni siquiera pensar en mostrársela antes de su publicación, sería capaz de corregirme todo, así que por eso es biografía no autorizada. (Además, por haber crecido en barrio bajo, aunque no se crea en un poeta, es bueno para los trancazos y dueño de un lenguaje florido y ricamente ornamentado, herencia de su abuelita, la recordada “Jarocha”)
Por las razones anteriores, no doy crítica de su obra poética, de cuentista y narrativa, aparte de no tener la calidad para hacerlo, solamente es una semblanza de un personaje actual de nuestra ciudad. Para quienes no lo conocen y para los que ya tienen ese gusto, sepan algo más de él. Espero les guste, y si en algún cartel pegado en un poste, leen que habrá algún evento en ... - no sé dónde les falte-  con la presencia de Roque, no duden en asistir.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD.
Realizo esta entrada, sobre todo atendiendo al periodista Felipe Cabello, que alguna vez me comentó que habría que poner algunos temas de actualidad, a lo mejor en este momento no relacionados con la historia, pero que algún día lo serán.
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En días posteriores, como debo algunas entradas, con el permiso del aquí reseñado autor, publicaré un artículo suyo sí relacionado con la historia reciente, no se lo pierdan, les gustará.

4 comentarios:

  1. Fernando tenía un amigo que vivía también en la calle de Allende; ese amigo suyo estaba escribiendo un libro, aunque no recuerdo sobre qué era.

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  2. Hola, ya tenías días sin manifestarte, qué bueno que estés de regreso. Como habrás notado ando muy productivo porque en diciembre casi no publiqué nada, así que estoy reponiendo algo de lo que se pueda, así que este mes habrá un poco más de publicaciones de lo normal. Supongo que al amigo al que te refieres es David Cisneros, "el pelón". Aunque por su edad casi no lo traté hace un par de años nos vimos, se fue a vivir a Querétaro y casi no viene para acá. Hay otro vecino de Allende, de apellido Lizardi que escribía de Gallos, pero creo que no es el que te refieres, vivió en la misma casa que Fernando pero años después, o solo que sea otro de la cera de enfrente, de apellido Verano. ahora que vea a Fernando le pregunto y te averiguo. No se me ha olvidado tu libro pero ahora sí no he tenido tiempo para dejártelo con doña Marimar, en cuanto pueda lo hago y te aviso. en cuanto sea oportuno, publico la liga a tu reseña que amablemente has accedido. Gracias y date tus vueltas. Fernando ya tiene casi listo uno, no puedo adelantar nada, pero está muy bueno.

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  3. El gran Fer Soto, tengo el gusto de conocerlo de hace unos 10 años, sin duda es el que describes en esta biografía no autorizada. Felicidades José Luis, gracias por compartir.

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  4. Al contrario, gracias a ti, por tu comentario. Fernando, aunque no lo reconoce, siempre tiene algo que compartir con todos. De los muchos amigos que tiene, creo que soy el más antiguo que queda en el pueblo y por eso me atreví a hacer el artículo. Tengo una y mil anécdotas con él, la persona, el poeta, el creativo.
    Nuevamente gracias por leer y date tus vueltas.

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