jueves, 28 de enero de 2016

ADIOS AL CINELANDIA



Ahora sí que como dicen por ahí, aprovechando que en este año se cumplen 70 de la construcción del cine Cinelandia, sobre las ruinas del antiguo teatro Municipal de San Juan del Río, presento a Ustedes un artículo relativo, con la consabida autorización del autor: Fernando Roque, tal como les había prometido. Aclaro que él no escribe historia pero por haber sido cliente asiduo del lugar, es decir lo que le sigue a cliente frecuente, su visión nos trae recuerdos del popular “Piojito”, fuente de inspiración de las fantasías de muchas generaciones de sanjuanenses,  espejo de todas las virtudes y defectos de la ciudad, piedra angular del saber y el desconocimiento de nuestra idiosincrasia local. Hoguera de vanidades y vicios públicos y privados. Fiel de la balanza de nuestras clases sociales. Último baluarte de la inocencia infantil y a la vez su primer asomo al pecado. Del histórico edificio ya no queda nada, solo su esencia entre los cajones de un estacionamiento que lo sepultó.


Fotografía personal: en la esquina de Juárez y Galeana, el rectángulo blanco, último recuerdo de los anuncios metálicos del viejo cine, arrancado, quizá para el fierro viejo. 
Fernando escribió: 

“Cuando me propusieron elaborar un texto para acompañar las fotografías de mi amigo “EL CABA” una mezcla de asombro, nostalgia y amor por el cine “CINELANDIA” que fue refugio imaginativo de mis tardes de infancia, adolescencia y juventud se agruparon presurosas en mi memoria: el motivo era el estado actual como cascarón o cascajo del viejo cine, su triste y predecible  deterioro a manos del tiempo y las palomas que se atrincheraron dentro y lo volvieron su sanitario personal, amparadas en la oscuridad y soledad del recinto. Antes glorioso centro de vida y divertimiento, en las ya lejanas “permanencias voluntarias”: dos y hasta tres cintas por el mismo boleto. Allí, protegido por la oscuridad y el anonimato cómplice, me chuté “El Padrino”, “Tiburón”, “Terremoto”, “El ladrón de Bagdag”, “Perro Mundo”, “La casa que arde de noche”, “Star Wars”, “ ALIEN” y otras más que escapan de mi red cinéfila, pero recuerdo haber visto y digerido de todo: el Santo, Capulina, Drácula, Ese oscuro objeto del deseo, de Buñuel (en un viernes de cintas pornos … créalo), cine argentino, de Sandokan el tigre de la Malasia, sobre Vietnam, cine francés de culto, Mahoma y Espartaco, westerns de Sartana y uno que otro de Sergio Leone, Tintorera, El chanfle (para el que había una filota para entrar), Los albañiles, cintas de terror, blockbusters (éxitos del verano), el conde de Montecristo, San Martín de Porres, El Profe con Cantinflas, cine de ficheras (para qué negarlo, ¿Verdad Angélica Chaín y Sasha Montenegro?, ET AL.

Recordamos con afecto a los cácaros Trini y Vicente, hermanos cuyo oficio era proyectar fotogramas a velocidad de 24 por segundo, también estaba la Lucila Flores atendiendo entre amable e indiferente la taquilla (de forma hexagonal en medio de la sala de recepción), también la recogeboletos y dulcera Rosita Ocampo, quien mutilaba el boleto dándonos solo la mitad y depositando la otra en una urna, cediéndonos el paso en  forma cortés. También  había en las esquinas de las calles unos rectángulos de metal en cuya parte superior estaba la infaltable rúbrica CINELANDIA y donde se pegaban constantemente los promocionales de las películas que se estrenaban con engrudo, para no lastimar las paredes o volantes que se daban en las calles o tirados por el suelo para enterarse de la cartelera.

También hay que recordar que en este cine de la cadena Ramírez llamado amorosamente por los sanjuanenses “El piojito” fungía por las mañanas como teatro donde se celebraban graduaciones escolares, eventos artísticos de diversa índole y la llegada de artistas como Chabuelo e Isela Vega, magos escapistas y hasta luchadores.

Hay que recordar que también había matinées por las mañanas, para niños. Saliendo del cine, más o menos a la una de la tarde, uno se iba al jardín a dar la vuelta o al mercado.

A partir de los años cuarentas se destruyó el teatro (que data de 1821) y dio lugar a este cine cuya huelga duró nada más veinte añitos (en que permaneció cerrado). Entre algunas anécdotas curiosas que se recuerdan está cuando Tito Mireles cortó la pantalla  con una navaja nomás por gandalla; también nos platicaron  cuando se exhibió Tiburón pues el pueblo estaba ansioso por verla y la cadena no la tenía programada, entonces los preparatorianos decidieron traerla pero al no conseguir la cinta trajeron un churro llamado “Tiburón Maco” poniendo en los boletos en letras grandes la primera palabra y en letras pequeñitas la segunda palabra y cayeron muchos incautos que luego reclamaron  el regreso de su dinero pues el animalito presentado era bueno y no tragaba gente ¡Qué gandallas!, también se recuerda cuando los preparatorianos se iban de pinta y entraban sin pagar o pagando la mitad con la amenaza de destruir el cine, y luego los nacos que gritaban al entrar a la sala: ¡Ya llegué cabrones! Escondido en el anonimato de la oscuridad.”

 Espero les traiga gratos recuerdos, aclaro que como Fernando no es historiador tiene un error en la fecha de 1821, que ya explicaré luego. Notarán alguna coincidencias con la  crónica del Cinelandia, de mi autoría que aquí publiqué y que ahora ya anda en muchos sitios de internet, (incluso, ahorita está impresa en la exhibición de fotografías del portal del Diezmo) aunque en este blog no es tan popular, ignoro porqué. Por si no la han leído, den clic a la liga  de abajo:
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Hay otra crónica de los escritores locales respecto al tema, ya tengo autorización para publicarla, más adelante lo haré para no saturar el tema.
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Recuerden que mañana viernes 29 a las 19 en el portal del diezmo habrá conferencia  (que no plática como dicen) sobre los mapas antiguos. Ahí nos vemos.

Aclaro que no trabajo para la Dirección de cultura, solo invito a los eventos relacionados con nuestra historia, y  este es uno de ellos. Del frío no se apuren, es en el foro y ahí ni se siente.
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Mensaje para Celedonio Montes. Si tienes oportunidad de ir ahí te doy el libro que te debo, si no, te aviso para ver donde te lo dejo.
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La entrada de las poquianchis y sus anexos ya llevan más de 2700 visitas, 
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Un saludo al nuevo seguidor de este blog, bienvenido a este espacio, a él y a todos los demás, como siempre les digo, dense sus vueltas y no duden en comentar, adicionar, criticar o incluso aplaudir lo aquí escrito. Contesto todo. Con excepción de  algunos casos especiales como el de hoy, todo es original, se redacta con base en bibliografía pero con estilo propio, para interesar al público en temas que de modo académico serían aburridos para muchos. 

2 comentarios:

  1. José Luis,
    He andado bastante ocupado, por eso ni siquiera me había conectado. Gracias por tu amabilidad.

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  2. Hola. Espero que todo esté bien, gracias a ti por avisar.

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