Esta entrada la tenía preparada para cuando el blog llegara a 2,000
visitas, por diversas circunstancias se me fue pasando así que ahora se las
presento, con algunas adaptaciones, cuando según el último recuento, ya se
tienen 2,251.
¿Para qué escribir si nadie te lee? Esta frase es un lugar común que escuchamos
frecuentemente quienes de una u otra manera, con estilo o sin él, plasmamos
nuestras ideas en un foro público. En lo personal sostengo que en México sí se
lee, no en la cantidad que se quisiera, pero la lectura por gusto es una
afición que pocas personas tienen, la mayoría lo hace por necesidad o por
obligación, así no funciona, ¿Qué hacer
entonces? Tratar de escribir temas que resulten interesantes para el segmento
que sí lee y si por casualidad o curiosidad llega alguno de los otros, ya es
ganancia.
Creo que es cuestión de paciencia, el trabajo constante sí da frutos, la prueba
está en esas más de 2200 veces que alguien ha detenido sus actividades para
dedicar unos minutos a conocer la historia de nuestra ciudad, mayormente ya escrita, pero que trato de aderezar con hechos cotidianos para
hacerla más amena.
Ya había, en entradas anteriores, explicado los motivos para crear este
blog. Le decía a don Jesús Lara
Bayón, bloguero de Aculco, quizá el mejor de microhistoria de todo México, en cierta ocasión en
que duró meses sin escribir, que
tenía la obligación moral de no dejar de hacerlo, porque mucho de lo que sabe,
por haberlo visto o leído nadie más lo podría escribir. Esa es mi motivación,
dar a conocer datos que se están perdiendo de la historia de nuestra ciudad,
tantas cosas que cada quien ha visto, vivido u oído, datos simples pero
importantes que merecen darse a conocer. No creo ser el único que tenga que
decir algo, ojalá haya más que compartan mi idea y enriquezcamos el patrimonio
histórico local.
Aunque se traduce en unas cuantas cuartillas, generalmente lo que se ve
en el blog es producto de un trabajo previo de investigación, por razones
obvias todos los que escribimos historia copiamos de alguien, lo importante es
no repetir exactamente lo mismo sino complementarlo y aderezarlo con esos datos
que ya mencioné. Hasta la elección de los títulos de las entradas implica un
esfuerzo.
De los datos sueltos. A pesar del nombre, el autor no es pariente mío. |
Aclaro que casi siempre escribo a manera de crónica para evitar tener que
citar y poner pies pero siempre tengo a la mano el material que sustentan lo
escrito. Hay mucha bibliografía de historia de Querétaro, pero específicamente
en nuestra localidad, desde tiempos remotos, ha habido muy pocos historiadores
profesionales y escasísimos los aficionados, creo que no hay más de 50 libros
de tema exclusivo de San Juan, así que para yo redactar, además del de
cabecera, que es el de Rafael Ayala, busco datos sueltos en textos diversos, revistas
viejas, folletos, fotografías etc., y tratar de hilarlo con lo dicho por una y
mil personas con las que he platicado de estos temas.
Y como dije al principio, la intención es en cualquier parte localizar un
tema que parezca interesante, un detalle chusco, una anécdota, tratando siempre
de compaginar lo escrito con la vida
cotidiana de los sanjuanenses de todos los tiempos, que es la tendencia actual
de la historia. Ya se conocen los hechos, las fechas y los personajes, pero
¿Qué hacía en la misma fecha, en ese lugar y ante tal circunstancia la gente
común?
Como ejemplo, en la entrada pasada, la del tren de mulitas, fue necesario
darle una hojeada a una veintena de libros, todos los calendarios de la Canaco,
toda la colección de “postales”, extractar detenidamente de los
textos y compaginarlo con algunos recuerdos, sobre todo de una Señora, pariente
lejana que ya muy anciana vivía hace muchos años en casa de
mis papás, doña Expedita, que al final de su vida vendía tamales, pero que
muchos años antes se dedicaba a la venta de comida en la Estación del
Ferrocarril, de sus pláticas tomé el dato del “Circuito”. Creo que
fue de las pocas personas que viajó en ambos transportes, en los antiguos y en
los de la década de 1970.
Fotografía personal: "Material" para crear una entrada. |
No siendo profesional de la historia, ni tener el tiempo para serlo y
hacerlo, continuaré con esta labor de divulgación, por los mismos motivos que
tuvo el autor de la siguiente ¿poesía?
Hacer yo me propuse populares,
Hechos nada vulgares,
Y exhumando esqueletos de difuntos,
A destajo, hallé asuntos
Para sacar del historial osario,
Ya un tipo estrafalario,
Ya una dama gentil, ya un hombre digno,
O ya un quídam maligno.
Pude escuchar consejas,
Y cuántas en papeles amarillos,
Encontré chismesillos,
Tantos fueron soberbios argumentos
Para hilvanar mis cuentos,
Y … al fin, según mi numen lo recela,Se me acabó la tela.
¿Hallaré filón nuevo? … Dios lo sabe.
Por hoy cierro con llave
El arcón de crónicas henchido
Y….!!Abur!! …. Que me despido.
Ricardo Palma. 1880.
Leyendas y tradiciones Peruanas.
Tom. III. Pag. 256.
Creo que explica un poco mejor
En próximas entradas: “La Maldición de Salazar”, no se la pierdan y
después voy a tratar de regresar al tema prehispánico y primeros años del San
Juan colonial, que dejé inconcluso algunos meses, además de ir cumpliendo con
temas que he prometido sin cumplir. Aquí nos seguiremos ¿viendo?
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