Presentación de un libro (1/11 de mi autoría)
Patio Principal del Convento de San Francisco, junto con San Agustín los más bellos de Querétaro, éste además majestuoso. Fotografía del blog del Museo Regional de Querétaro. |
Dicho evento se llevó a cabo en el auditorio del Museo
Regional, en el patio de los Naranjos del antiguo convento de San Francisco, por
su carga histórica, tal vez el edificio más emblemático de la ciudad.
Siendo uno de los representantes de los escritores
sanjuanenses que en él intervenimos, y considerando que una semana antes, en la
presentación en San Juan del Río, el Lic. Francisco Pájaro, lo había hecho, de
manera emotiva, realicé lo procedente, arropado por los cuadros de queretanos
ilustres que enmarcan el sobrio espacio.
Por obvias razones, la asistencia al evento fue menor que en San Juan, lo cual se compensó
por el solemne lugar y la asistencia de la plana mayor del personal del INAH,
en esta que es su sede laboral.
El moderador fue el Director de Monumentos del estado,
Jaime Front Fransi, quien realizó la
introducción general de la obra y semblanza de autores que ahí nos
encontrábamos, la Dra. Guadalupe Zárate Miguel y un servidor, además del
comentarista Dr. Jaime Nieto Ramírez.
Fotografía personal, la mesa de presentación. |
Dado que ya había mencionado mucho de lo que la Dra. Zárate, para no repetir, basó su intervención en la riqueza del patrimonio sanjuanense, con énfasis en el peligro en que se encuentra ante los embates de la modernidad y lo mucho que se ha perdido en los últimos 15 años, significando cada modificación de los espacios señalados, irreparables, no solo para la ciudad, sino para el patrimonio Mundial, al cual pertenece. Profunda conocedora del tema de monumentos, incluso sobre ello versa su tesis de Doctorado en Historia, Abordó además ejemplos de espacios no mencionados en el libro, los cuales ha visitado plasmándolo en varias obras publicadas.
Fotografía personal, vista del auditorio al Patio de los Naranjos. |
La imagen para el Periódico Noticias, que nunca salió. Fotografía personal. |
La Lic. Sara, quien acudió desde Bernal, y de paso conoció la pintura de su antepasada, Esperanza Cabrera. |
Buenas tardes
Con el permiso de las autoridades que
nos acompañan y la venia de mis compañeros de esta mesa.
Hace más de un año, recibí una
invitación del Centro INAH Querétaro, para participar en un proyecto editorial,
parte de una serie llamada “Patrimonio”, en que se dan a conocer las ciudades, que por la riqueza de
su patrimonio material, cuentan con Declaratoria de Zona de Monumentos, y dado
que San Juan del Río está entre ellas, propusieron a escritores locales
presentar ensayos relativos al tema. Decidido a aprovechar la oportunidad,
elaboré y un trabajo que tuvo la fortuna de ser aceptado para su revisión.
No abundaré en los pormenores de lo que se
sufre bajo el tenaz yugo de los correctores de estilo, seres poco visibles para
los que siempre escribes mal. Modernos némesis, especializados en acabar con
cualquier asomo de ego literario, especialistas natos en el estira y afloja,
siempre y cuando los favorezca y actúan armados de conjuros que dicen así.
“quita esto”, “eso va adelante”, se lee mejor así, de dónde salió… A esta lucha
sorda, se agregaba el paso del tiempo y la esperanza de resultados se diluyó
varias veces. Afortunadamente, se llegó a feliz término con la publicación de
la obra que hoy nos ocupa y permite, reunidos en este histórico recinto,
presentarla a ustedes para su
consideración.
El tema que elegí fue la acequia del
pueblo, un canal de riego construido en el siglo XVI, para las sementeras del
incipiente asentamiento de Indios, cuya área nuclear al paso de los años,
cambió su vocación agrícola cuando nuevos habitantes, españoles y mestizos
trazaron casas, calles y templos, respetando siempre el trazo del canal
principal y sus derivados, ahora para uso doméstico y de las huertas que dieron
fama a la población.
La acequia, junto con el ya para
entonces trazado Camino Real, constituyeron los ejes sobre los que se
edificó el san Juan del río virreinal. y,
a la vera de ambos, los principales edificios públicos y privados. Tras cuatro
siglos en servicio, en 1977 dejó de correr por ella el vital líquido. Casi
totalmente enterrada, entubada y oculta en túneles, solo persiste su recuerdo.
Pero de su grandeza, dan constancia los monumentos que junto a ella se alzaron y constituyen hoy el corazón de la
zona de monumentos.
Tras de la fachada de significativas
casas, como la de las Poquianchis, la de Don Ignacio Reyes Rayón, de Don
esteban Díaz Gonzáles, la de los Berruecos, el obraje y muchas más, estuvo y
estará siempre la acequia, no como un monumento
visible, pero sí del ingenio humano.
Paso a dar un somero repaso del
contenido del libro, en el que confluyen las plumas de 12 investigadores que en
once apartados, nos adentran en la zona de monumentos históricos, declarada así
en 1986 por decreto presidencial.
-En el artículo inicial, la zona de monumentos, Pablo
Trujillo nos centra en la importancia de la declaratoria y su significación.
-La Dra. Guadalupe Zarate Miguel, aporta un recorrido
cronológico del gran legado cultural de la ciudad.
-Ricardo Jarillo
nos habla de la población india que la habitó en la época virreinal,
acercándonos a las viejas costumbres del lugar.
-Mauricio David
Castillo, presenta el análisis de dos viejos planos, que enmarcan los años
iniciales de la población, en el siglo XVI, base de la actual ciudad.
--Un servidor, presenta el apartado la Acequia del pueblo,
persistencia de una obra utilitaria, ya reseñado.
-El colegio de niñas educandas, mejor conocido como el
Beaterio, merece la atención de Fernando
González que a la par de la descripción del edificio, nos ofrece una hipótesis
sobre su evolución constructiva.
-La plaza de la independencia, principal espacio
público de la ciudad, es abordado en sus distintas épocas por Tania Padilla, quien nos pasea por lo que
llama el patio de la ciudad, y sus
transformaciones.
-Escucharemos gritos desde el purgatorio
alrededor del Museo de la muerte, referido al Panteón de la Santa Veracruz,
narrado en conjunto por María del Mar
Santana y Oscar García. Un paseo entre lo necrológico y la poesía que encierra
el neoclásico edificio.
-La devoción Mariana de un pueblo,
reflejada en su patrimonio, por Francisco Pájaro, versa sobre un vital
componente de la zona de monumentos, la religiosidad de los habitantes, cuyo
legado visible son sus templos católicos.
-Importante acto cultural son los Juegos
Florales. Adolfo Rojas nos da recuento de esta verdadera tradición Sanjuanense,
celebrada durante la Feria anual.
Concluye el libro la investigadora Norma
Contla, quien entra a los hogares sanjuanenses, para describir sus tradiciones
y dar voz a personajes actuales a través
de entrevistas.
“San Juan del Río Zona de Monumentos Históricos es el 7°de
la serie editada por la Secretaría de Cultura y el INAH, como invitación a
conocer los edificios de la ciudad. Para ello, es fundamental, el material
gráfico que incluye: imágenes actuales a cargo de Susana Casarín, contrastadas
con fotografías antiguas, provenientes de diversos archivos, todas realzadas
con la magia de los claroscuros que el blanco y negro predominante les otorgan.
Las obras de la serie ya editadas, dedicadas a otras
ciudades, nos dan idea de la importancia
del patrimonio sanjuanense, equiparable con Cuautla, Santa Clara del
Cobre, Pátzcuaro, Real de Catorce, Taxco y Veracruz.
Aunque el libro está dedicado a las construcciones
materiales, no debemos olvidar que las piedras, piedras son, que el barro es
humilde y la cantera tosca, pero unidas por el hombre se convierten en
edificios, templos y hogares que albergan sus actividades. Son los actos que en
su interior se desarrollan, los que dan a esos materiales, la categoría de
monumentos y el tiempo su significación histórica.
La zona de Monumentos, parte del actual Centro
Histórico, abarca 48 manzanas, y contiene un total de 334 elementos, entre
casonas, edificios, conventos, iglesias y ornamentos. Algunos de los más
emblemáticos se describen y abordan aquí. Imposible en 87 páginas incluir
siglos de construcciones pero que lo presentado les motive y acerque, además de
los edificios, a sus habitantes y los hechos memorables que ahí ocurrieron:
-Conozcan la casa de Don Esteban, antepasado del
notable queretano Celestino Díaz y del antiguo rector de la Universidad de
Querétaro, Fernando Díaz Ramírez, recorran en solo 200 metros por la calle de
16 de septiembre, las casas natales de 2 gobernadores de Querétaro y el
primero de Jalisco.
-Traspasen las puertas que se abrieron para alojar a
dos emperadores: Agustín de Iturbide y Maximiliano de Habsburgo, y se cerraron
al más republicano de nuestros gobernantes, Benito Juárez.
-Disfruten los mismos portales que recorrió Guillermo
Prieto en su destierro y enmarcaban la casa del licenciado Ignacio Reyes, único
firmante por Querétaro de la constitución de 1857.
-Conozcan, en pleno centro de la ciudad, la columna que iba a ser dedicada a la Emperatriz Carlota, y que a petición suya terminó dedicada a la independencia nacional, en plena ocupación imperial, hace 150 años.
-Conozcan, en pleno centro de la ciudad, la columna que iba a ser dedicada a la Emperatriz Carlota, y que a petición suya terminó dedicada a la independencia nacional, en plena ocupación imperial, hace 150 años.
-Caminen por la calle principal y
entérense que están en sobre el antiguo camino real, donde pasó casi toda la
historia nacional y los personajes que la formaron.
A pie, suba por las calles empedradas
del viejo Barrio de los Indios, hagan un alto solemne en el panteón de la Santa
Veracruz, última morada de muchos
forjadores del viejo San Juan, y entren
a uno de los siete templos coloniales a los que acudían en su tiempo, igual que
las capillas de indios.
-Disfruten la rica historia sanjuanense,
no acotada solo en lo material. 5 siglos han dejado hechos perdurables como las
tradiciones Marianas, la peregrinación de los farolitos, los rituales del
viacrucis, la hermandad del Santo entierro, con más de trescientos años de
existencia, costumbres que reviven día con día, alentadas por gente común y
corriente, orgullosa de su pasado y que sin olvidar sus ancestros y su legado construyen día con
día San Juan del Río, el de hoy, el de
siempre.
Un agradecimiento a quienes hicieron
posible mi participación en la obra, al
Instituto nacional de antropología, el Centro INAH, Querétaro, al equipo
editorial, a mis compañeros redactores por permitirme figurar entre ellos, a
Margarita Magaña, para nosotros enlace y cabeza visible del proyecto, a la
correctora de estilo. A todos, mi gratitud por estar con ustedes al lado
de 2 grandes investigadores, Guadalupe Zárate y Jaime Nieto, cuyas obras
son fundamentales en mi labor de
difusión de la historia de San Juan del Río. Gracias
Aclaro que el tema que elegí fue el de la Acequia del pueblo, porque cuando inició el proyecto, recién había presentado el libro de mi autoría, precisamente sobre ella y la Maestra Juana Ávila quien fue quien me invitó inicialmente le comento de él a la coordinadora, a quien le pareció un tema novedoso pidiéndome incluirlo, enlazando su importancia por atravesar el canal de riego la zona de monumentos y ser parte primordial para su existencia.
Fotografía personal, cazando autógrafos. |
Fotografía personal, apagándose las luces del histórico patio. |
Los derechos de publicación pertenecen al INAH, y son
ellos quienes lo comercializan, en la presentación en San Juan su precio fue de
$185.00 y se acabaron todos los ejemplares que trajeron. En Querétaro costó
$200.00 y también se agotaron. Supongo que ahora se venderá en la tienda del
museo, ignoro cuánto costará y a partir de cuándo, en cuanto tenga noticias aviso.
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Creo que hubo un problema con el video, en cuanto lo resuelva lo subo.
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Creo que hubo un problema con el video, en cuanto lo resuelva lo subo.
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