domingo, 2 de octubre de 2016

Presentación de un libro (1/11 de mi autoría)

Presentación de un libro (1/11 de mi autoría)
Patio Principal del Convento de San Francisco, junto con San Agustín los más bellos de Querétaro, éste además majestuoso. Fotografía del blog del Museo Regional de Querétaro.
Como anduve avisando y promocionado, muchos sabrán que el pasado día 21 de septiembre, tuve el honor de hacer la presentación del libro “San Juan del Río, Zona de monumentos”  en la ciudad de Querétaro.

Dicho evento se llevó a cabo en el auditorio del Museo Regional, en el patio de los Naranjos del antiguo convento de San Francisco, por su carga histórica, tal vez el edificio más emblemático de la ciudad.

Siendo uno de los representantes de los escritores sanjuanenses que en él intervenimos, y considerando que una semana antes, en la presentación en San Juan del Río, el Lic. Francisco Pájaro, lo había hecho, de manera emotiva, realicé lo procedente, arropado por los cuadros de queretanos ilustres que enmarcan el sobrio espacio.

Por obvias razones, la asistencia al evento fue  menor que en San Juan, lo cual se compensó por el solemne lugar y la asistencia de la plana mayor del personal del INAH, en esta que es su sede laboral.

El moderador fue el Director de Monumentos del estado, Jaime Front Fransi,  quien realizó la introducción general de la obra y semblanza de autores que ahí nos encontrábamos, la Dra. Guadalupe Zárate Miguel y un servidor, además del comentarista Dr. Jaime Nieto Ramírez.

Fotografía personal,  la mesa de presentación.
Inicié con un escrito preparado para la ocasión que podrán leer al final.

Dado que ya había mencionado mucho de lo que la Dra. Zárate, para no repetir, basó su intervención en la riqueza del patrimonio sanjuanense, con énfasis en el peligro en que se encuentra  ante los embates de la modernidad y lo mucho que se ha perdido en los últimos 15 años, significando cada modificación de los espacios señalados, irreparables, no solo para la ciudad, sino para el patrimonio Mundial, al cual pertenece. Profunda conocedora del tema de monumentos, incluso sobre ello versa su tesis de Doctorado en Historia, Abordó además ejemplos de espacios no mencionados en el libro, los cuales  ha visitado plasmándolo en varias obras publicadas.

Fotografía personal, vista del auditorio al Patio de los Naranjos.
Entremezcladas con tópicos del moderador, las conclusiones finales corrieron a cargo de Jaime Nieto, Expresidente Municipal de San Juan del Río, investigador y escritor de la historia local, quien hizo una reflexión sobre los apartados que contiene el libro, aderezándolos con experiencias personales de su ciudad natal y residencia en gran parte de su vida, rematando con una alocución poética tomada de uno de los juegos florales, que reseña las vicisitudes de San Juan del Río, en sus casi 500 años de existencia.

La imagen para el Periódico Noticias, que nunca salió. Fotografía personal.
Un agradecimiento a las personas que me acompañaron, en un evento de gran significación, por tratarse de una obra de alcance nacional, dado que todos tuvieron que trasladarse hasta allá, mi familia, mis compañeros docentes de la zona 40, a los amigos de Querétaro, a los amigos y maestras de San Juan del Río, los de Santa Rosa Jáuregui, al personal del INAH, al grupo de estudiantes Sanjuanenses de la capital del estado, al Lic. Manuel Suárez, que estuvo en San Juan como comentarista y apoyó en esta como asistente, a mis compañeros de mesa, por por acceder a firmarme los libros de su autoría que llevaba, al Director del museo, que estuvo presente y al pendiente y a la encargada de logística, la Srita. Lupita, quien tuvo todo a la mano.
La Lic. Sara, quien acudió desde Bernal, y de paso conoció la pintura de su antepasada, Esperanza Cabrera. 
Presento a el texto de mi intervención, resumido por su extensión  El mejor comentario es de Ustedes.

Buenas tardes                          
Con el permiso de las autoridades que nos acompañan y la venia de mis compañeros de esta mesa.

Hace más de un año, recibí una invitación del Centro INAH Querétaro, para participar en un proyecto editorial, parte de una serie llamada “Patrimonio”, en que se dan a  conocer las ciudades, que por la riqueza de su patrimonio material, cuentan con Declaratoria de Zona de Monumentos, y dado que San Juan del Río está entre ellas, propusieron a escritores locales presentar ensayos relativos al tema. Decidido a aprovechar la oportunidad, elaboré y un trabajo que tuvo la fortuna de ser aceptado para su revisión.

No abundaré en los pormenores de lo que se sufre bajo el tenaz yugo de los correctores de estilo, seres poco visibles para los que siempre escribes mal. Modernos némesis, especializados en acabar con cualquier asomo de ego literario, especialistas natos en el estira y afloja, siempre y cuando los favorezca y actúan armados de conjuros que dicen así. “quita esto”, “eso va adelante”, se lee mejor así, de dónde salió… A esta lucha sorda, se agregaba el paso del tiempo y la esperanza de resultados se diluyó varias veces. Afortunadamente, se llegó a feliz término con la publicación de la obra que hoy nos ocupa y permite, reunidos en este histórico recinto, presentarla  a ustedes para su consideración.

El tema que elegí fue la acequia del pueblo, un canal de riego construido en el siglo XVI, para las sementeras del incipiente asentamiento de Indios, cuya área nuclear al paso de los años, cambió su vocación agrícola cuando nuevos habitantes, españoles y mestizos trazaron casas, calles y templos, respetando siempre el trazo del canal principal y sus derivados, ahora para uso doméstico y de las huertas que dieron fama a la población.
La acequia, junto con el ya para entonces trazado Camino Real, constituyeron los ejes sobre los que se edificó  el san Juan del río virreinal. y, a la vera de ambos, los principales edificios públicos y privados. Tras cuatro siglos en servicio, en 1977 dejó de correr por ella el vital líquido. Casi totalmente enterrada, entubada y oculta en túneles, solo persiste su recuerdo. Pero de su grandeza, dan constancia los monumentos que junto a ella se  alzaron y constituyen hoy el corazón de la zona de monumentos.

Tras de la fachada de significativas casas, como la de las Poquianchis, la de Don Ignacio Reyes Rayón, de Don esteban Díaz Gonzáles, la de los Berruecos, el obraje y muchas más, estuvo y estará siempre la acequia, no como un monumento  visible, pero sí del ingenio humano.

Paso a dar un somero repaso del contenido del libro, en el que confluyen las plumas de 12 investigadores que en once apartados, nos adentran en la zona de monumentos históricos, declarada así en 1986 por  decreto presidencial.

-En el artículo inicial, la zona de monumentos, Pablo Trujillo nos centra en la importancia de la declaratoria y su significación.
-La Dra. Guadalupe Zarate Miguel, aporta un recorrido cronológico del gran legado cultural de la ciudad.
-Ricardo Jarillo  nos habla de la población india que la habitó en la época virreinal, acercándonos a las viejas costumbres del lugar.
 -Mauricio David Castillo, presenta el análisis de dos viejos planos, que enmarcan los años iniciales de la población, en el siglo XVI, base de la actual ciudad.
--Un servidor, presenta el apartado la Acequia del pueblo, persistencia de una obra utilitaria, ya reseñado.
-El colegio de niñas educandas, mejor conocido como el Beaterio, merece la atención  de Fernando González que a la par de la descripción del edificio, nos ofrece una hipótesis sobre su evolución constructiva.
-La plaza de la independencia, principal espacio público de la ciudad, es abordado en sus distintas épocas  por Tania Padilla, quien nos pasea por lo que llama  el patio de la ciudad, y sus transformaciones.
-Escucharemos gritos desde el purgatorio alrededor del Museo de la muerte, referido al Panteón de la Santa Veracruz, narrado en conjunto por  María del Mar Santana y Oscar García. Un paseo entre lo necrológico y la poesía que encierra el neoclásico edificio.
-La devoción Mariana de un pueblo, reflejada en su patrimonio, por Francisco Pájaro, versa sobre un vital componente de la zona de monumentos, la religiosidad de los habitantes, cuyo legado visible son sus templos católicos.
-Importante acto cultural son los Juegos Florales. Adolfo Rojas nos da recuento de esta verdadera tradición Sanjuanense, celebrada durante la Feria anual.

Concluye el libro la investigadora Norma Contla, quien entra a los hogares sanjuanenses, para describir sus tradiciones y dar voz a personajes actuales  a través de entrevistas.

“San Juan del Río Zona de Monumentos Históricos es el 7°de la serie editada por la Secretaría de Cultura y el INAH, como invitación a conocer los edificios de la ciudad. Para ello, es fundamental, el material gráfico que incluye: imágenes actuales a cargo de Susana Casarín, contrastadas con fotografías antiguas, provenientes de diversos archivos, todas realzadas con la magia de los claroscuros que el blanco y negro predominante les otorgan.

Las obras de la serie ya editadas, dedicadas a otras ciudades, nos dan idea de la importancia  del patrimonio sanjuanense, equiparable con Cuautla, Santa Clara del Cobre, Pátzcuaro, Real de Catorce, Taxco y Veracruz.

Aunque el libro está dedicado a las construcciones materiales, no debemos olvidar que las piedras, piedras son, que el barro es humilde y la cantera tosca, pero unidas por el hombre se convierten en edificios, templos y hogares que albergan sus actividades. Son los actos que en su interior se desarrollan, los que dan a esos materiales, la categoría de monumentos y el tiempo su significación histórica.

La zona de Monumentos, parte del actual Centro Histórico, abarca 48 manzanas, y contiene un total de 334 elementos, entre casonas, edificios, conventos, iglesias y ornamentos. Algunos de los más emblemáticos se describen y abordan aquí. Imposible en 87 páginas incluir siglos de construcciones pero que lo presentado les motive y acerque, además de los edificios, a sus habitantes y los hechos memorables que ahí ocurrieron:

-Conozcan la casa de Don Esteban, antepasado del notable queretano Celestino Díaz y del antiguo rector de la Universidad de Querétaro, Fernando Díaz Ramírez, recorran en solo 200 metros por la calle de 16 de septiembre, las casas natales de 2 gobernadores de Querétaro y el primero  de Jalisco.

-Traspasen las puertas que se abrieron para alojar a dos emperadores: Agustín de Iturbide y Maximiliano de Habsburgo, y se cerraron al más republicano de nuestros gobernantes, Benito Juárez.

-Disfruten los mismos portales que recorrió Guillermo Prieto en su destierro y enmarcaban la casa del licenciado Ignacio Reyes, único firmante por Querétaro de la constitución de 1857.

-Conozcan, en pleno centro de la ciudad, la columna que iba a ser dedicada a la Emperatriz Carlota, y que a petición suya terminó dedicada a la independencia nacional, en plena ocupación imperial, hace 150 años.
-Caminen por la calle principal y entérense que están en sobre el antiguo camino real, donde pasó casi toda la historia nacional y los personajes que la formaron.

A pie, suba por las calles empedradas del viejo Barrio de los Indios, hagan un alto solemne en el panteón de la Santa Veracruz, última morada  de muchos forjadores del  viejo San Juan, y entren a uno de los siete templos coloniales a los que acudían en su tiempo, igual que las capillas de indios.

-Disfruten la rica historia sanjuanense, no acotada solo en lo material. 5 siglos han dejado hechos perdurables como las tradiciones Marianas, la peregrinación de los farolitos, los rituales del viacrucis, la hermandad del Santo entierro, con más de trescientos años de existencia, costumbres que reviven día con día, alentadas por gente común y corriente, orgullosa de su pasado y que sin olvidar  sus ancestros y su legado construyen día con día  San Juan del Río, el de hoy, el de siempre.

Un agradecimiento a quienes hicieron posible mi participación en la  obra, al Instituto nacional de antropología, el Centro INAH, Querétaro, al equipo editorial, a mis compañeros redactores por permitirme figurar entre ellos, a Margarita Magaña, para nosotros enlace y cabeza visible del proyecto, a la correctora de estilo. A todos, mi gratitud por estar con ustedes al lado de 2 grandes investigadores, Guadalupe Zárate y Jaime Nieto, cuyas obras son  fundamentales en mi labor de difusión de la historia de San Juan del Río.   Gracias


Aclaro que el tema que elegí fue el de la Acequia del pueblo, porque cuando inició el proyecto, recién había presentado el libro de mi autoría, precisamente sobre ella y la Maestra Juana Ávila quien fue quien me invitó inicialmente le comento de él a la coordinadora, a quien le pareció un tema novedoso pidiéndome incluirlo, enlazando su importancia por atravesar el canal de riego la zona de monumentos y ser parte primordial para su existencia.

Fotografía personal, cazando autógrafos.
Me tocó en suerte hacer esta representación, pero debo hacer un reconocimiento a mis compañeros del no constituido grupo “San Juan” que participamos en la obra, asiduos asistentes a las viejas y nuevas instalaciones del Archivo Histórico Municipal, donde muchas veces manifestamos entre nosotros lo que vimos solo como un anhelo: la publicación del libro. Espero haberlos representado con la dignidad que merecen los integrantes del no grupo, que sin más incentivo que el difundir el pasado de la nuestra ciudad, participamos en la obra: María del Mar Santana Calderón, Adolfo rojas Garfias y Francisco Pájaro Anaya. Que sea para bien y haya más proyectos a futuro.

Fotografía personal, apagándose las luces del histórico patio.

Los derechos de publicación pertenecen al INAH, y son ellos quienes lo comercializan, en la presentación en San Juan su precio fue de $185.00 y se acabaron todos los ejemplares que trajeron. En Querétaro costó $200.00 y también se agotaron. Supongo que ahora se venderá en la tienda del museo, ignoro cuánto costará y a partir de cuándo, en cuanto tenga noticias aviso.    
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Creo que hubo un problema con el video, en cuanto lo resuelva lo subo.

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