Una de difuntos
Imagen de Google Earth 2019. Centro de San Juan del Río, En rojo el área aproximada del antiguo Camposanto, antes sin calle de por medio, iniciaba desde la fachada del templo. |
Desde su ignota fundación a mediados del siglo XVI, San Juan del Río a tuvo la categoría de Pueblo de Indios, no hubo una
parte española y no es verdad como se dice por ahí que alguna vez fue pueblo de
españoles, cierto que desde los primeros años existieron habitantes españoles
dentro del perímetro del pueblo, sobre todo en ciertos sectores, fue
siempre en terrenos concedidos por los indios o adquiridos a ellos, sin
embargo, durante toda la época colonial, el número de españoles en contraste
con el de los indios era mínimo.
Aunque existía una autoridad española que tuvo
diferentes denominaciones durante el virreinato, la mayoritaria población
indígena tenía sus propias autoridades, en la llamada República de Indios, compuesta
de un Gobernador, dos Alcaldes, 3 Alguaciles Mayores, tres jueces de sementeras
y un Escribano, todos con ayudantes llamados Oficiales. Existían además
varios Topiles y Ministros o Ministros de Varas y otros llamados Mandones
o tableros, uno por cada barrio. Por lo que los nombres nos dicen, este cuerpo
de gobierno tenía funciones en todos los aspectos civiles, agrarios, de
justicia y hasta religiosos, solo cuando se tenía conflicto con los
españoles o el delito cometido era muy
grave, se recurría a las autoridades españolas.
La jurisdicción de la República de Indios era todo el
perímetro del pueblo, que estaba dividido territorialmente en ocho barrios: San
Miguel, San Juan, San Marcos, el Calvario, la Concepción, de la Santa Cruz, San
Isidro; y el del Espíritu Santo, todos inicialmente de población indígena.
La República de Indios de San Juan del Río fue muy
próspera, además de los terrenos de regadío comunales, el molino y la acequia,
llegó a tener capitales suficientes para actividades bursátiles y hasta para
ayuda a la iglesia. Con las reformas
impuestas por la constitución de Cádiz en 1812 se extinguió por dos años y
aunque se restauró después ya no fue por mucho tiempo, la independencia nacional le quitó su
razón de ser; cuerpo de gobierno paralelo al de españoles por no ser “iguales”
de acuerdo a las legislaciones vigentes.
Desde entonces, sus propiedades y capitales fueron
privatizándose, aunque conservó algunos a través de las cofradías religiosas.
Las leyes de Reforma entre 1859 y 1860 acabaron de manera definitiva con la
propiedad comunal y el apoyo a través de ellas para la iglesia. Todos los
predios pasaron a particulares.
Una de las instalaciones que seguramente desde la
fundación del pueblo detentaron fue el Camposanto, ubicado al poniente del
lugar donde siempre se asentó la iglesia del pueblo de Indios y donde hoy se
ubica la parroquia de San Juan Bautista, por obvias razones en él había cabida
para los difuntos sin distinción de
raza, sin embargo los españoles, por disponer de recursos y para no mezclarse
ni en la otra vida, optaban por pagar sepulturas en el interior de los templos,
y cuando ya los hubo, en los conventos.
No se crea que los padrecitos lo hacían por buenas
gentes, implicaba un costo, según el lugar donde se quisiera la sepultura, obviamente
el más oneroso era frente al altar mayor. Por disposiciones relativas, además
cada convento tenía pequeño cementerio para los difuntos de la orden propietaria,
que también se puso a disposición de los legos, igual españoles. (Hubo en Santo
Domingo, el Beaterio y San Juan de Dios)
Sin embargo, los indios siempre ocuparon el Camposanto original, durante al menos tres siglos, todos sus muertos yacieron en el lugar (aunque
hay indicios de que hubo otro pequeño panteón indio detrás de la iglesia del Calvario,
cuyo terreno fue ocupado luego por el de la Santa Veracruz) que era sumamente
pequeño, pues la población también lo era, y compartido con el acceso al
templo. Al ir aumentando con los siglos la población mestiza y española, se usó incluso el espacio entre las dos iglesias y se siguió ocupando el piso de
todos los templos.
No de San Juan del Río, pero si de otros lugares, hay
crónicas escatológicas del nauseabundo olor que se respiraba al interior de
esos lugares por la profusión de los sepulcros, sobre todo en donde no se podía
escarbar profundo para ellos. De tal manera que una de las primeras disposiciones
de los gobiernos independientes, fue en 1823, prohibir los entierros al
interior de los templos y en los atrios.
Ante la desaparición de la república de Indios, su
camposanto siguió en uso, pero ya no hubo trabajos de mantenimiento,
(las autoridades del pueblo, aunque ahora independentistas, en realidad eran
las mismas personas que antes habían sido realistas, es decir mestizos o
españoles que no ocupaban ese espacio y por algunos años ignoraron la prohibición)
Al menos hasta 1821, el lugar tenía su barda completa pero fue deteriorándose
al grado de casi desaparecer en el transcurso de algunos años.
Hay constancia de enterramientos posteriores aunque aislados tanto en
el Camposanto como en los templos y conventos, aun después de que, en 1833, el
gobierno del estado ratifica la prohibición y hace énfasis en que los
cementerios deben ubicarse en las afueras de las poblaciones.
Parece ser que ese decreto si fue tomado en serio y
hay evidencias documentales de las gestiones que se hicieron para construir uno, las que
concluyeron 7 años después, en 1840 con
la inauguración del primer panteón enteramente civil de San Juan del Río, en
las entonces afueras de la población, junto al puente de piedra, Ese
panteón, municipal externo inicialmente se llamó
“La soledad” y sus primeros habitantes fueron algunos exhumados de los diversos
templos y del cementerio de los indios. Hoy con una ampliación, es el panteón
municipal 1.
Fue construido expresamente, no es cierto
como se dice por ahí que antes había sido el panteón del Convento de San Juan de Dios, la
iglesia más cercana, son dos predios completamente diferentes.
El terreno donde se ubica era conocido desde tiempos
inmemoriales como “La Soledad”, no se sabe de cuándo ni porqué
circunstancias había sido sitio de
enterramientos, supongo que cuando había epidemias y los difuntos eran
numerosos se recurría a aquel lugar para sepultarlos, no era un cementerio,
solo un terreno baldío, sin alguna protección, hay evidencias en el Archivo
Histórico Municipal de las primeras décadas del siglo XIX, donde los vecinos se
quejan de que en cada avenida del río (en cuyo costado estaba) aparecían a flor
de tierra los huesos que incluso eran tomados por los animales. Existió en ese
lugar la antigua capilla de la Soledad, pero se ignora si ella le dio nombre al
terreno o fue edificada en él precisamente por los entierros.
El caso es que las autoridades mataron dos pájaros de
un solo tiro y adquiriendo algunos terrenos adyacentes, completaron el
perímetro original del panteón, conservaron el nombre que ya tenía el lugar y
prohibieron según ya definitivamente las inhumaciones en todos los demás
lugares.
Fotografía personal. Portada del Panteón municipal 1 "La Soledad" |
El dato que confirma que este panteón y el de San Juan
de Dios son dos completamente diferentes, es una solicitud del Administrador del
Hospital de San Juan de Dios quien en julio de 1841 solicita al ayuntamiento
le permitan seguir teniendo sepulcros, ya que desde que se les fue prohibido se
quedaron sin las limosnas y derechos por las misas de los dolientes que hacían
uso de él.
A partir de 1840, aunque todavía hubo algunos
entierros en los antiguos lugares, (Una placa en el monumento a los fundadores
robada hace algunos años indicaba que el panteón municipal estuvo ahí hasta
1854 y todavía fue sepultado en el pequeño panteón existente entre las dos
iglesias don Juan Domínguez, en 1847 )
el panteón de los indios, paso a ser llamado “el Camposanto
Viejo”.
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EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
Hay en la cartelera del Instituto de cultura y turismo municipal, una gran cantidad de eventos para estos días, actividades adaptadas a los gustos actuales, ninguna es tradición local, y se quitaron algunas que no han funcionado otros años pero hay algunas ya se han institucionalizado como el concurso de plañideras, consulte y busque algo de su agrado, hay que aprovechar este fin de semana largo.
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