LOS MARCADORES
Para los viejos habitantes de San Juan del Río era de sobra conocido el hecho de que en las llamadas “Peñitas”, (ubicadas en su parte baja en la antigua calle de Cóporo, hoy Melchor Ocampo y en su parte alta desde la calle Pino Suárez) por la gran cantidad de vestigios prehispánicos que se hallaban en ellas, había sido un lugar de habitación y paso de nuestros antepasados.
En entradas posteriores abundaré sobre esta formación geológica y sus detalles técnicos e históricos, el día de hoy solo quiero hacer mención de dos vestigios de la ocupación, probablemente teotihuacana, de este lugar.
Para ubicarnos en tiempos modernos, solo diré que en el predio que actualmente ocupa la escuela Primaria Rafael Ayala y sus inmediaciones, había varios montículos de tierra y piedras, ninguno de gran altura o forma especial que llamara la atención. Seguramente desde la llegada de los españoles ya eran ruinas sin forma. Al construirse la escuela, a inicio de la década de 1970, cada zanja excavada para la construcción de los cimientos o la remoción de materiales para nivelación dejaba al descubierto material cerámico. En aquel entonces, casi nadie le dio la importancia debida ya que en varias partes del pueblo (como ya mencioné en pasadas entradas) se podían hallar restos parecidos.
Habiendo sido testigo de la construcción de la escuela, sin conocimientos formales, puedo recordar que lo que más se encontraba eran “caritas” de barro, algunas en técnica de pastillaje y coloridas y otras de molde, sin color pero con mayores detalles. Los primeros alumnos de esa escuela, entre los que no me encontraba yo. (La escuela se construyó para reubicar la vetusta “Mártir de Chihuahua” que se decía estaba por derrumbarse, inicialmente se iba a llamar igual, dos hechos marcaron su destino; la explosión demográfica hizo que las dos escuelas se ocuparan, y que la nueva, por la muerte del doctor Rafael Ayala, recibiera su nombre)
Los materiales sobrantes se fueron amontonando hacia el sur del predio, y al cubrirse los pisos con cemento, se ocultaron los vestigios y extinguiéndose los incipientes arqueólogos.
Los demás montículos también desaparecieron al trazarse las calles aledañas. (la de Pino, a esa altura, lo más que se podía decir es que era un arroyo que iba a desembocar tanto a dos de abril como a Fernando de Tapia) La última sorpresa se dio en el año 2009 cuando en el lado sur se trató de hacer un auditorio, las máquinas descubrieron restos de estructuras en el montículo mencionado además de otros objetos. No habiendo más datos, ni escritos que lo detallen, se desconoce qué tanto abarcaba el asentamiento de “las Peñitas” ni cuanto está cubierto por las viviendas aledañas.
Los materiales sobrantes se fueron amontonando hacia el sur del predio, y al cubrirse los pisos con cemento, se ocultaron los vestigios y extinguiéndose los incipientes arqueólogos.
Los demás montículos también desaparecieron al trazarse las calles aledañas. (la de Pino, a esa altura, lo más que se podía decir es que era un arroyo que iba a desembocar tanto a dos de abril como a Fernando de Tapia) La última sorpresa se dio en el año 2009 cuando en el lado sur se trató de hacer un auditorio, las máquinas descubrieron restos de estructuras en el montículo mencionado además de otros objetos. No habiendo más datos, ni escritos que lo detallen, se desconoce qué tanto abarcaba el asentamiento de “las Peñitas” ni cuanto está cubierto por las viviendas aledañas.
Un importante vestigio, abandonado, erosionado y ninguneado, tal vez por ser casi intangible, se encontraba a unos 100 metros de la escuela, exactamente en la orilla de las Peñitas, se trata o trataba de un marcador solar prehispánico, consistente en una serie de orificios en círculos concéntricos y líneas igualmente delimitadas.
EL MARCADOR SOLAR DE LAS PEÑITAS |
De niño conocí el lugar y el marcador, igualmente como algo curioso pero sin prestarle atención hasta que fue redescubierto por el Profr. Porfirio Díaz Oviedo y dado a la luz pública en un reportaje de la Revista "Querétaro" en Junio de 1990.
Por respeto al descubridor y al autor, me limito a reproducir sus páginas, que narran toda la historia y algunas explicaciones técnicas, en ellas están los datos del reportero, descubridor, fotógrafo y edición. En posteriores entradas abundaré sobre el tema.
2 |
3 |
5 |
6 |
Si el tema les gustó y están interesados en conocerlo, vayan por la calle Pino Suárez sur, justo antes de la escuela dar vuelta a la derecha por la pequeña calle Lázaro Cárdenas para llegar al mirador... un pequeño problemita, el marcador ya no existe, olvídenlo, algunos años después del reportaje se emparejó esa parte de las Peñitas, el marcador yace debajo del empedrado, no sé si fue destruido por maquinaria o solo cubierto, para consolarse, pueden ir al mirador, al que casi nadie va precisamente por estar muy disparejo el terreno.
Nota, teniendo el honor de conocer al Profr. Porfirio y como se puede leer en el reportaje, él no quería dar a conocer el lugar exacto de la ubicación, hoy lo hago público a quienes no lo sabían, lamentablemente alguien le hizo demasiado caso y lo ocultó, tal vez para siempre.
FOTOGRAFIA PERSONAL: UBICACION DEL MARCADOR |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario