sábado, 18 de mayo de 2019

Había una vez una capilla.


HABÍA UNA VEZ UNA CAPILLA.

(Sexta y última entrega del especial dedicado a esa localidad)

Fotografía de la revista Querétaro. La torre en la década de los noventas. 
Como parte final de los testimonios relativos a la localidad de la Estancia, que como mencioné ya, tuvo etapas de desarrollo paralelos a San Juan del Río, aunque no estaba planeado y pensaba terminar la serie en la entrada pasada por ser escritos que tenía rezagados, aparecieron en la investigación datos que permitieron hacer esta.


En la década de los sesentas y setentas, habiendo llegado la modernidad a San Juan del Río, se le dio importancia a establecerla sobre los viejos restos. De manera personal, fui testigo de cómo se derruían casas y elementos antiguos para en su lugar poner modernas edificaciones. Así desaparecieron la huerta de la Viña, el salón de actos de la Mártir de Chihuahua, el mesón de San Pablo, la casa inmediata a la vieja cárcel, la barda atrial de las iglesias del centro y la casa del portal de Reyes, por dar algunos ejemplos, ello sin que se tomara conciencia aún de la conservación del patrimonio, es más, la conciencia colectiva lo aprobaba por representar el desarrollo y la confirmación de que San Juan del Río ahora sí se convertía en ciudad. (A pesar de que tenía muchos años de haber sido declarada como tal, desde 1847, en realidad hasta entonces no parecía más que un pueblo grandote)

En esa idea, y como uno de sus paralelismos con la cabecera municipal, la hacienda de la Estancia que conservaba, aunque con muchas modificaciones, un casco del siglo XVII, sin reparo fue condenado a quedar bajo las aguas de una presa, sin que hubiera oposición, a no ser la de los lugareños que junto a ella tenían sus viviendas y milpas, que decidieron no abandonar, pero lo tuvieron que hacer cuando los alcanzó el nivel ascendente del agua.
Fotografía  tomada del Libro de J. Luz Chávez, la torre emergiendo de las aguas.

Como parte anexa, hasta 1970 tenía una capilla que por entonces era la más antigua en pie de todo el estado, igualmente, creo que debió tener reparaciones y modificaciones en el transcurso de tres siglos, pero parece que su planta original se conservaba.

Conocí esta capilla hasta finales de la década de 1970, más bien su torre, emergiendo entre el agua de la presa, su particular elegancia, sencillez y soledad destacaban en la inmensidad del vaso, la erosión ya había dejado al descubierto mucha de su estructura de cantera.

Fotografías tomada del muro de Moroco  Vega, sin fecha. Aún en los niveles máximos de aguas, la torre asomaba. 


El contraste de ese elemento arquitectónico entre las aguas, hasta su derrumbe fue el único atractivo de la comunidad en aquellos tiempos. A principios de la década de los ochentas, hubo un intento gubernamental no sé de qué nivel de atraer turismo estableciendo un parque al otro lado de la cortina de la presa, donde los constructores habían sembrado eucaliptos y ya habían formado un pequeño bosque que se unió a los sabinos del antiguo lecho del río del Caracol que la cortina había dejado sin cauce.

Imagen de Google Earth 2019. La cortina de la presa. Debajo de la última línea de la H de S.R.H. el antiguo cauce del río el Caracol, a su lado estaba el que se llamó parque Municipal 1. 

Fotografía de 1980. Inauguración del parque, al fondo la cortina, la sección blanca detrás de la señora de vestido oscuro, es la ultima línea de la letra H. De izquierda a derecha, Enrique Burgos, secretario de gobierno estatal, alguien no identificado, el gobernador Rafael camacho Guzmán, y el presidente municipal, Jorge Herbert.

Se niveló una pequeña plaza y se construyeron asadores, sin embargo, no tuvo éxito por la inseguridad y sobre todo porque la entrada estaba al lado poniente de la cortina, en la carretera a Amealco y había que atravesar a pie toda la extensión de la presa. En alguno de esos escasos paseos, tras subir con trabajos la cortina de la presa (es de piedra suelta) vi al otro lado por última vez la impoluta torre emergiendo con toda su elegancia entre el líquido entorno. (nunca me tocó poder ver el nivel de la presa bajo y poder acercarme a ella, por eso no doy mayores detalles) Poco después, ya sin apoyo gubernamental surgió al otro lado de la cortina el Acapulquito y el parque quedó abandonado para siempre, incluso he preguntado a habitantes de la localidad y no se acuerda de él.

Fotograma de la película Santo vs las Lobas, 1970, desde uno de los patios de la hacienda, jardín de por medio, la capilla.  La mancha a su derecha no es un árbol, sino la cabeza de una de las peludas lobas.
Ya anteriormente había presentado algunas imágenes de la capilla entre las aguas. Se encontraba perpendicular a la hacienda, en uno de los extremos de un jardín central. Hoy se pueden localizar en la esquina noreste de la presa, a unos cien metros de la cortina, ciento cincuenta metros del Acapulquito y unos doscientos de las compuertas.

Fotografía personal, 2017. a unos metros de la volátil orilla, los últimos restos.
A no ser por los habitantes y visitantes del lugar en los tiempos en que estaba en funciones, el resto de la gente no teníamos más idea de como había sido la capilla, algunas fotografías difundidas en el libro de J. Luz Chávez la presentaban de manera indirecta, pero no daban un referente claro de la construcción, que fue terminada de construir a finales de junio de 1664.

Fotografías  tomada del Libro de J. Luz Chávez,  sin fecha, pero anterior a 1970. Arriba, la capilla desde  donde hoy están las compuertas. Abajo, desde el centro de la presa, el lado colindante con el río el Caracol.



En cambio, en su libro nos proporciona una magnífica descripción escrita: Se encontraba fuera del área perimetral del casco, pero conectada con él por una puerta auxiliar, que pertenecía a la parroquia de San Juan del Río y era atendida por sacerdotes de ella hasta la formación en 1957 de la parroquia de Galindo a la que fue adscrita. En lo local, estaba su cuidado a cargo de capilleros:

“Su construcción era de estilo ecléctico… albergaba un recinto con capacidad para 180 personas, donde se oficiaban misas, se rezaba el rosario y todo tipo de culto católico; un coro donde estaba colocado el órgano sacro y a donde acudían los cantores  al oficiarse las misas; una sacristía… la torre con su cúpula tenía una campana central y dos esquilas… y, por último el altar mayor; en la parte central estaba entronizada  la imagen de nuestra señora de Guadalupe; patrona del lugar, al lado derecho la imagen de bulto de San Francisco de Asís. La capilla tenía además un atrio de mediano tamaño con vigorosas plantas de laurel .. y para protegerla estaba circulada con una barda perimetral de aproximadamente dos metros de altura sobre la cual por el lado oriente estaba la puerta principal y entraban los feligreses; afuera del perímetro bardado por el mismo lado había un espacio amplio donde crecían dos vigorosos arboles de fresno que le daban a la capilla un realce sin igual."

A diferencia de otros poblados, en la comunidad de la Estancia hay un fuerte arraigo por su pasado, diría que hasta orgullosos de lo que tuvieron y hay en las páginas electrónicas gran cantidad de imágenes capturadas a partir de las décadas cuando hubo disponibilidad de cámaras fotográficas, es decir, desde 1960, para entonces el lugar ya no funcionaba como hacienda, sino que mantuvo etapas como cuartel y posta ganadera, pero lo poco que quedaba nos da un acercamiento a su pasado grandioso. Así, pude obtener gran cantidad de testimonios gráficos que hoy presento, con baja calidad, pero ilustrativos, espero no se molesten por compartirlos, debidamente acreditados. Incluso varios de ellas se encuentran enmarcados en las palapas mencionadas.

Principalmente encontré una imagen compartida en la página de Facebook de la palapa el Charquito. que muestra la capilla de frente, todavía completa, pero por los niveles de humedad que se notan, ya había sido cubierta en su mayoría por el agua en algún momento y luego bajó el nivel, no sin haber hecho algunos estragos. Se observa su ubicación exacta con relación a la cortina de la presa y de manera completa su fachada, que se nota muy sencilla. Aunque en tiempos anteriores hubo una capilla interna en la hacienda, la de la comunidad estaba por fuera en un extremo como construcción aparte. 

Presento en continuación, el proceso de deterioro de la misma:

Fotografía  tomada de la página de la palapa el Charquitio, sin fecha, pero debe ser a principios de los setentas. Al fondo, la cortina. La iglesia seguía completa pero el agua ya comenzaba a hacer estragos en la barda atrial.

Fotografías  tomada de la página de Moroco Vega, vista desde atrás, se mantiene la fachada, pero empiezan a derrumbarse las paredes.
Fotograma de la película El extensionista, 1980. Ya solo sobrevivía la torre,  detrás de ella, todavía en tierra, los restos de la hacienda.
Fotografías  tomada de la página de Moroco Vega, por las mismas fechas. Note el cubo de piedra la derecha del joven.
Fotograma de You Tube, Crédito a quien corresponda. Ya se había perdido el campanario.

Fotografías  tomada de la página de Moroco Vega. La torre resultante, sin agua.



Fotografías  tomada de la página de Moroco Vega, 2009, también la torre caía.
Fotografías  tomada de la página de Moroco Vega, el último vestigio que aún podía llamarse torre.
Fotografía Personal, 2017. El final.

Hasta la reubicación completa de la comunidad, era la capilla en funciones del poblado y se tenía acceso directo sin tener que entrar a la hacienda. Solo podría explicarse el hecho de que esta tuviera su capilla particular y que por el numero de habitantes desde épocas  tempranas hubiera en sus terrenos una capilla para los trabajadores y por eso su construcción desde 1664, ignoro muchos datos, pero estudiando la fachada y el marco del vano, es muy parecido a las antiguas capillas indias de los alrededores, seguramente era una de ellas y fue modificada, Al menos puedo notar tres etapas constructivas: seguramente de inicio era muy pequeña y solo abarcaba la parte alrededor de la puerta y encima de ella una espadaña con el campanario. Posteriormente debió ampliarse y los huecos de la espadaña quedaron como ventanas. La torre del campanario fue un agregado posterior, por eso no forma parte del cuerpo de la iglesia, fue adosado a un lado. La parte más nueva fue el remate superior de la fachada, de ladrillo, que fue agregado después, incluso terminaba encima de la base del campanario. La portada alrededor del marco de la puerta se nota posterior, pero es imposible saber de cuándo, solo puedo afirmar que no es original, a lo mejor es la señal del perímetro que tuvo la construcción primigenia.


Fotografía  tomada de la página de Moroco Vega, sin fecha pero anterior a 1969. La portada de la fachada, nótese el magnífico  trabajo del marco.
En alguna de las fotografías, sin mucha definición se puede ver la majestuosidad del marco de cantera de la entrada principal, una verdadera obra de arte, faltaría saber si era mamposteo o cantera, y en tal caso, supongo que por su antigüedad pudiera ser de algún tipo que no fuera morena, (esta cantera, como parte ornamental, no fue utilizada en San Juan del Río hasta el siglo XVIII, antes se usaban otras, más duras) lo que daría la posibilidad de que todavía estuviera enterrada y se pudiera rescatar.

En una sola página, de Moroco Vega pude encontrar las demás imágenes, otra vez en baja calidad, pero que nos dan la crónica anunciada de la muerte de la capilla. Ignorando quienes son sus autores, remito el crédito a la página donde la encontré.

En la página de Facebook de la palapa el Acapulquito encontré otro testimonio gráfico de la fotógrafa sanjuanense Leticia Rangel, creo que oriunda de la comunidad, en 1997 realizó una composición en el que su hermano trepó a la torre y acopló el momento con otra imagen de muchos años después con los restos de la torre derrumbada.

Una aclaración: El lugar es exacto, pero la orientación de la torre es para el lado contrario, como se podrá observar con la fotografía de la capilla completa por un detalle: El niño está sobre un cubo de piedra que no tienen las otras esquinas del campanario, y por lo tanto, detrás debería estar la cortina de la presa.

El cubo mencionado, que en realidad es de ladrillo, por sencillo que parezca me dio muchos parámetros en la investigación en comparativa con la época actual. Al principio pensé que era un reloj de sol o una piedra de inscripciones, tardé en darme cuenta de que era parte del remate final de la fachada, que, derrumbada ya, no había modo de ubicar. Estos “cubos” eran tres, uno junto a la torre, otro al centro de la fachada y otro a su extremo poniente. Por haber sido construido este adorno después de la torre, quedó encima de su base, seguramente unido con mezcla y permitió que al caer el resto, este se conservara. El “cubo", que se puede ver en varias fotografías e indica la altura que tuvo la fachada.

Por haberse construido o modificado en varias etapas es que su derrumbe fue paulatino, primero la parte más vieja, construida con materiales más precarios, la torre, más moderna, pudo resistir algunos años más los embates de la corriente que se forma por el paso de las aguas rumbo a la compuerta.

Fotografía de la fotógrafa Leticia Rangel, tomada de la página de la palapa el Acapulquito.
La Última vez que estuve en el lugar, no había notado este detalle, revisando posteriormente las fotografías actuales, pude localizarlo entre los restos, pero por esa razón no tomé una fotografía particular, sería el último resto reconocible de lo que fue la fachada.

La excelente gráfica de Rangel, (que tiene un estudio fotográfico) por su simbolismo, del antes y el ahora, del pasado y el presente, de lo que fue y lo que ya no es, representa el colofón adecuado de esta serie de entradas dedicadas a la localidad, de una actualidad pujante, surgida de un pasado glorioso, a la gente que hoy lo sustenta y aquella que sentó sus bases.

Espero que posteriormente surjan más temas relativos y poder consignarlos, ojalá les haya gustado, sobre todo a los viejos habitantes del lugar, recordando que la redacción de todo lo escrito aquí es de producción propia y original, como siempre, apoyado en textos, observaciones de campo y testimonios cuyos detalles no puedo consignar por la dinámica de este formato, pero si llega a formar parte de una obra impresa, se consignarán como dictan las normas.

Fotografía  tomada de la página de Moroco Vega, por el color, no se si sea una fotografía retocada o una imagen compuesta de una maqueta de la  capilla que tienen en la comunidad. 
 ______________________________________________________________EL CHICHIMECA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
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Siendo los interesados en el tema de la Estancia lectores frecuentes del blog, supongo que entre ellos muchos habitantes actuales, se les recuerda que pueden hacer comentarios, adiciones, correcciones, felicitaciones etc. Contesto todo.

6 comentarios:

  1. Es muy interesante todo lo que comentas deLa Estancia, te felicito por el esfuerzo que pones para difundir la historia de nuestro municipio!!!!

    Me gustaria tener una copia de tu libro "San Juan del Rio Cronicas de un Pueblo que Perdimos" ¿Me indicas como puedo adquirirla??

    Gracias,

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    1. Hola, gracias por leer. Qué bueno que te guste el contenido y sí, el principal objetivo del blog es difundir la rica historia sanjuanense. Respecto al libro ya se agotaron los ejemplares impresos, pero como varios lo han pedido estoy viendo el modo de armar algunos con copias y empastarlos de alguna manera. En mis andanzas recolectando libros, ya tengo varios repetidos de la historia de Querétaro y estoy buscando el modo y lugar de venderlos y aprovechar para colocar algunos de la Acequia. Dame un tiempo, en vacaciones espero tenerte alguna respuesta, ¿Estás en San Juan?


      Otra vez, gracias por comentar y no te olvides de compartir. José Luis

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    2. Si, tengo 34 años viviendo aqui t me concidero ya Sanjuanense, me apaciona la historia del municipio y en general la de queretaro, me interesaria que me avisaras cundo pienses vender tus libros repetidos y el de las asequias.

      Hasta hace poco me entere de tu blog, y ya estoy leyendolo, son cosas muy interesantes!!!
      Hasta luego!!!

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  2. Gracias de nueva cuenta por darte el tiempo para comentar. Por mi trabajo, esta semana y la siguiente son las más pesadas, pero luego tengo un tiempo libre en el que espero meter un par de entradas nuevas y al menos otras dos que ya tenía medio atrasadas. Los libros que menciono son más de 50 y entre ellos unos cuantos de San Juan, para que estes al pendiente, de como va a estar la venta, la anuncio por este medio. José Luis

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  3. Nuevamente Felicitaciones por tu pasión por la historia de San Juan del río y por supuesto gracias por compartirlo en el blog. Estoy interesado en saber de la venta y adquirir libros que menciona... gracias nuevamente

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  4. No hay que agradecer, que bueno que comentas de nuevo, precisamente, creo que por tí nació la idea de la venta de libros hace ya algún tiempo. Además de los hasta ahora 80 originales, también voy a llevar copias fotostáticas de libros que ya conseguí en original y que daré solo a lo que me costaron, todas estan o engargoladas o agrupadas, no son solo hojas sueltas. Imprimí 10 ejemplares del libro de la acequia engargolados, igual solo cobraré lo que me costaron las copias y el engargolado. No hubo modo por el costo de imprimir un tiraje especial, pero creo que podría interesarle a alguien. Espero ya conseguir el espacio y que me den por lo menos un dia habil, viernes y el sabado siguiente para dar oportunidad a que asistan más interesados. Que bueno que sigas visitando el blog y no te olvides de compartir.

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