La plazuela
de San Juan Bautista.
El día de hoy presento a Ustedes algunos datos
históricos del espacio público más antiguo de nuestra ciudad, hoy
llamado Plaza de los Fundadores.
Este
lugar, donde la leyenda ubica la fundación de la ciudad, por nombre más antiguo
tuvo el de plaza del Sol Divino, (también así se llamó un tiempo la otra plaza)
luego plazuela de San Juan Bautista. A fines del siglo XIX se le decía
simplemente “el jardín”, el siguiente siglo lo tornó a Jardín Madero hasta que
durante el 450 aniversario de la fundación, en 1981, se convirtió al actual.
Por razón de
rodear el supuesto centro de la fundación, debiera tener edificios más antiguos o
suntuosos ya que era costumbre y obligación de los españoles,
autoridades o fundadores, por las ordenanzas existentes, construir a un costado
del centro de sus fundos, la iglesia y al otro las casas de gobierno. Los
espacios sobrantes se destinaban a fundadores, principales o los reservaba el
rey. De acuerdo esas
ordenanzas, en la acera poniente estarían las
casas de los indios
principales del pueblo, de su
gobierno, o la administración virreinal. Aquí no ocurrió, seguramente porque nunca hubo una fundación
“ a la española”.
Llama la
atención que solo estuvo o persistió la iglesia. Sin
datos al respecto, parece que nunca hubo edificios públicos en el contorno de la plaza, (1) cuyo perímetro original era menor que la actual. Quizá
por estar alejada de la arteria con mayor movimiento y actividades que
requerían actos de autoridad, es decir del Camino Real, allá se situó el centro
político - administrativo. (En y junto al hoy Centro
Histórico y Cultural, antigua cárcel, desde el siglo XVI, descrita ya como muy miserable y ruinosa, pero que debió tener algún espacio o
edificio anexo de administración virreinal) También pudo ser que la pequeñez de
la plaza del entonces pueblo de indios no permitiera un edificio de regular
dimensión como se requirió después. La
arquitectura antigua que sobrevive da
poca constancia de ello, solo quedan tres casas dignas de mención, una de ellas soberbia al
interior, con arcadas de cantera morena donde hoy funciona una zapatería
moderna, (actual número 6) y otra donde estuvo la zapatería
“Zamora”. Muy modernizadas estas y más el resto, es imposible ver detalles
originales. Por ser calles primigenias suponemos que tuvieron milpas en la
parte trasera, que luego serían huertas.
Lo que si
existió al lado poniente, ocupando toda esa acera fue el llamado “Curato” donde
vivían los sacerdotes adscritos. No he podido determinar sus dimensiones
exactas, debió ser pequeño en un terreno amplio, se le menciona
desde el siglo XVII, entre las calles de “la Amargura” (hoy Matamoros) y “la Salitrera”, (hoy Abasolo) ocupando también partes del
actual jardín y la acera norte. Podría ser que ahí estuvieran las
originales casas de gobierno.
El hecho de
que pronto los terrenos del centro tuvieran poco espacio para
sembradíos parece ser la
causa de no ser apreciados
por los indios y hubiera lotes vacíos, que
aprovecharon los españoles para habitar, (2)
o bien los indios poseedores originales
habían muerto en las epidemias, (3) lo que
permitía al rey su reasignación. Aún sin atenernos a la leyenda, es un hecho
que este lugar fue el inicio formal de la población, dando una gran veta de
material historiográfico desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Con la
construcción de la Parroquia en el siglo XVIII, las casas de los curas, es decir
“el Curato” se trasladó a la sección
adjunta de la nueva iglesia, así que el antiguo edificio pasó a ser “ el Curato
Viejo” dando nombre a la actual calle de 16 de septiembre ya que frente a él
iniciaba. No tengo datos de cuando se mudaron al nuevo recinto, debió ser antes
de 1820, ya que en un documento de ese año del AGN, el ayuntamiento solicita se
le den esas casas, identificadas ya como el "Curato Viejo" para sus juntas o funciones, (4) cosa que efectivamente ocurrió y algún tiempo
se llamaron “Casas Municipales”,
seguramente hasta el cambio a la actual presidencia municipal.
Durante el
imperio de Maximiliano fueron cuartel, hasta enero de 1865, del ejército francés (5) mencionándose
también que ese año, por un asunto de denuncia de propiedades de la
iglesia para su adquisición, Joaquín
Espino Barros tomó posesión de “la casa donde estaba el curato de
San Juan del Río”, (6) que aclara haber
tenido que reedificar por su “total deterioro”. (7) Al término de la breve etapa imperial; año de
1869, se decidió derrumbar la parte antigua del curato convertida ya en casa
Municipal, dividir el terreno en lotes y venderlo. Aunque Ayala dice que se
derribaron estas casas en 1916, ya no aparecen en el plano de Ignacio Pérez,
debe referirse a ruinas sobrantes de ellas.
El espacio
entre las dos iglesias, hoy notaría parroquial, con el nuevo curato en la parte
trasera y la sección conocida como
“la Academia” con entrada en Morelos, todas interconectadas, son de
hechura posterior, sin referencia de fecha, seguramente aprovecharon
elementos de edificaciones anteriores, todavía es posible adivinar en la pared
de la Academia que da a Plaza de los fundadores, varios arcos tapiados dentro de los que están las ventanas neoclásicas actuales, (serían
de fines del siglo XIX o principios del XX) arcos que eran acceso a alguna
sección o dependencia de la iglesia.
Debe mencionarse
que la plaza parece haber tenido una forma de trapecio y se modificó la calle en su costado norte para casi cuadrarla.
Desde la época colonial estaba rodeada en tres lados por una barda
atrial de la que
no hay datos, debió ser casi desde el inicio del pueblo, dado
que en su interior funcionó el camposanto, que era sumamente pequeño, pues la población
también lo era y compartido con el acceso a la iglesia. Por lo que se
puede distinguir en una
fotografía de inicio del siglo XX, la barda
era sólida, con aplanado, es decir, sin
reja ni arcos
invertidos. Se prohibieron los enterramientos en la plaza y el interior de las
iglesias en 1823,(8) aunque hay constancia de entierros posteriores en
el lugar. No hay datos exactos de cuando se detuvieron realmente las
inhumaciones ahí pero sería bien entrado el siglo XIX.
Suponemos
que la fecha en que se quitó definitivamente el camposanto es la de su
instalación como plaza pública, (9) es decir después de 1853 cuando inicia la
remodelación del cementerio indio del Calvario que concluiría en el edificio del panteón de la Santa Veracruz, donde funciona el Museo de la Muerte. Durante cierto tiempo funcionó en ella el mercado dominical, que de siempre se
había instalado en la plaza Principal. La placa del monumento en la plaza de
los fundadores indica que el panteón estuvo ahí hasta 1854.
Se ignora
porqué siendo la plaza más antigua, se hizo otra en contra esquina, se
supone que por ser pequeña y ocupada desde tiempo remoto por el Cementerio y
el Curato, no fue posible agrandarla, pudiera ser que la nueva sea la “parte
pública” que mencionan los documentos del siglo XVI, donde debían permanecer los
mercaderes. Además al quedar después las fachadas de las dos iglesias al sur,
se necesitó un espacio frontal. Ignoro si en ese momento éste terreno ya existía
despejado, baldío o huerta o se hizo derrumbando casas de una manzana original
completa. Igualmente se ignora porque en esta plaza tampoco hubo edificios de gobierno. Se
menciona que a fines del siglo XVIII durante las fiestas de la
jura de Carlos IV, hubo “... corridas de
toros que se llevaron
a cabo en
la Plaza Principal…“ (10) refiriéndose a la actual independencia, no a
la del camposanto.
Para 1821 coexistiendo
ambas, el 29 de noviembre se jura la independencia nacional en la Plazuela de
San Juan Bautista, la otra, desde entonces llamada Principal o Mayor (11) estaba ocupada temporalmente por una plaza de
toros provisional construida para la celebración por lo que a la vieja barda
atrial se le cortó una sección para permitir el paso entre ambas de la gran cantidad de gente que acudió al evento. (12)
En la nueva, al parecer en ese momento un simple y llano espacio abierto, se colocó
en 1865 la columna que después sería de la independencia. (En un inusitado giro
del destino, ya que originalmente se iba a dedicar a honrar a la Emperatriz
Carlota, y en vez del águila estaría un busto de la regia majestad) En 1869 se
ubicaron temporalmente los comerciantes que desde entonces la ocupaban, en la
plaza de San Juan Bautista para construir un jardín público (13) que poco tardó
en volver a ser ocupado por ellos desvirtuando su propósito inicial; jardín
“que servirá de ornato público y de solaz a las familias así como un
aumento de la higiene”. (14) Según
de la Torre, el jardín no fue terminado al menos hasta 1888. (15) Los
locatarios solo serían movidos de nuevo hasta 1963 al construirse el flamante
mercado Reforma.
Entre 1917 y 1919 se derrumbó de manera definitiva la barda
atrial de San Juan Bautista para dejar acceso libre frente a la fachada de la
iglesia trazando la actual Hidalgo Norte, (16) continuando la antigua calle de
los Infantes hasta la estación del ferrocarril, que carecía de acceso
directo al centro.
3) Relación Geográfica de Querétaro, en Wright, 1989, op. cit. p. 137. Se menciona que la población acababa de ser diezmada por la “pestilencia”
4) AGN. Instituciones
Coloniales, Regio Patronato Indiano, Bienes Nacionales, Vol. 715, Expediente
12.
5) Marta Eugenia
García Ugarte, 1992, P. 224.6) En Ayala, 1981, op. cit. p. 192, se menciona como síndico del Ayuntamiento.
7) Ibid. p. 225.
8) Ayala, op. cit. p.
150.
9) Cano Romero, 1991,
10) Ayala, 1981, op.
cit. p. 115. Por la redacción resultan
dos fechas distintas, 1781 y 1791. La
correcta es la segunda. Carlos IV subió
al trono en 1788.
11) Existe un pequeño
impreso respecto a un discurso del ya mencionado Lic. Ignacio Reyes pronunciado
en esta plaza denominándola así. Ver Discurso patriótico pronunciado por el
Lic. Don Ignacio Reyes en la plaza mayor de la Villa de San Juan del río, en el
16 de setiembre de 1831. Querétaro, Imprenta de R. Escandón. s/a 10 p.
12) Cfr. Ayala, 1981,
op. cit. p. 149.13) Cfr. Luz Amelia Armas B., Oliva Solís H. y Guadalupe Zárate Miguel, en Cano Romero, 2003, op. cit. Se dice que se construyeron jardineras y se sembraron árboles, lo que indica que hasta entonces era un espacio abierto y amplio pero paupérrimo. Incluso hubo la propuesta de que el jardín se hiciera en la Plazuela de San Juan bautista. Sombra de Arteaga No. 125, 15 de Julio de 1869. p.32
14) Idem, Sombra de Arteaga.
15) De la Torre, 1888, op. cit p. 49.
16) Cfr. Ayala, 1981, op. cit. p. 35
Quiero saber si los cuerpos del cementerio fueron trasladados a otro panteón o siguen debajo del bazar que ahora alberga a comerciantes
ResponderBorrarBuenos días, una disculpa por la tardanza. Solo unos cuantos difuntos fueron trasladados por iniciativa de sus familiares, primero al nuevo panteón junto al río y luego al de la Santa Veracruz. La gran mayoría quedó en el viejo camposanto. Considerando que aunque la población era pequeña, el camposanto estuvo en uso casi 300 años son muchos los que están ahí todavía, aunque hay que considerar que en cada remodelación de la plaza se han perdido algunos y que el riego de los prados debe haber desintegrado muchos. En 1981, en la ultima remodelación, todavía aparecieron restos óseos y algunas décadas después en la Academia, al cambiar algunos pisos aparecieron más (esa parte es más reciente y anteriormente fue parte del panteón.) Considero que si no se han desintegrado, aún hay restos ahí, sobre todo en las partes que no se han tocado en las remodelaciones, es decir al interior de los prados. En realidad nunca se ha levantado toda la superficie por completo, así que puede haber algo en esas partes.
BorrarCompleto: hay otra entrada en este blog que se llama "Una de difuntos" que menciona algo relativo a los últimos años del camposanto y otra relativa al área que ocupaba originalmente y como se adaptó para jardín. Dale una buscada. Gracias por comentar, date tus vueltas y no te olvides de compartir.
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